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Misión del Nahuel Huapi
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La misión jesuita del Nahuel Huapi formó parte de los esfuerzos misioneros de la Compañía de Jesús con sede en la isla de Chiloé. En 1609 llegaron a Chiloé los primeros jesuitas, Melchor Venegas y Juan Bautista Ferrufino, quienes se establecieron en Chequián, en la isla de Quinchao.
El primer jesuita que misionó en la zona del lago Nahuel Huapi fue Diego de Rosales, quien fue enviado por el gobernador de Chile Antonio de Acuña y Cabrera para intentar pacificar a los puelches y poyas (nombre que los mapuches daban a los patagones septentrionales) tras la expedición esclavista de Luis Ponce de León en 1649. Puso como condición que se le entregaran los indígenas cautivados en las expediciones esclavistas de Ponce de León y otros anteriores. Guiado por uno de los cautivos, el cacique Catinaquel, atravesó la cordillera por el paso de Villarrica en 1650 —posiblemente el actual paso Malalco, o bien por la zona de las lagunas de Epulafquen en el alto río Neuquén — llegando al Nahuel Huapi.
Actividades de Nicolás Mascardi[editar]
En 1670 Nicolás Mascardi fundó la misión Nuestra Señora del Populo (luego llamada Nuestra Señora de los Poyas y posteriormente Nuestra Señora del Nahuelhuapi), a través de un grupo de indígenas poyas que había liberado de la exclavitud en Chiloé, a donde habían sido llevados por la expedición exclavista del capitán Diego Villarroel en 1666. Mascardi plantó los primeros manzanos y recorrió la cordillera de los Andes hasta los 44°S.
Desde un primer momento, estableció reciprocidad con los indígenas, pidiendo a la corona de España la abolición de la esclavitud, logró convertir a poyas y puelches al cristianismo. Construyó una capilla en el Puerto Venado de la Península de Huemul, ubicada casi al frente de la Catedral, en la costa Norte del lago Nahuel Huapi y una segunda en el Brazo Última Esperanza del mismo lago, en honor a la Virgen de los Desamparados.
En 1671 Mascardi exploró los lagos Musters y Colhué Huapi. En 1672 recorrió los ríos Limay y Negro, llegando al Océano Atlántico, y luego siguió hasta el Cabo Vírgenes. Según Amunátegui, previamente a la fundación de la misión por Mascardi, frailes mercedarios habrían fundado misiones en el Nahuel Huapi procedentes de Osorno y Villarrica.1
Su dedicación pronto habría de tener su recompensa: en marzo de 1672, el virrey de Perú Conde de Lemos, le obsequió una imagen de la Virgen María tallada en cedro a quien entronizó en la misión bajo el nombre de Nuestra Señora de los Poyas. Su sucesor, el padre Felipe de la Laguna le añadiría en 1704 y de los Puelches como símbolo de la unión de los dos pueblos originarios del Norte y Sur del Nahuel Huapi.
El 15 de febrero de 1674, Mascardi fue asesinado por poyas opositores en una nueva expedición (la cuarta) en las cercanías de las nacientes del río Deseado y la misión fue abandonada por casi tres décadas. Sus restos fueron rescatados por una expedición de seis españoles enviados por el padre Ferreira y sus cenizas fueron depositadas en Concepción (Chile).
Los sucesores de Mascardi[editar]
Desde 1689 el jesuita José de Zúñiga mantuvo por cuatro años la misión de Calihuinca (por el nombre del cacique del lugar) en Neuquén entre los pehuenches, en las montañas de Rucachoroi, a 14 leguas al norte del Nahuel Huapi, cerca de los pasos cordilleranos que llevan a Valdivia. En 1693, la misión fue cerrada por orden del gobernador José Garro, regresando Zúñiga a Chile a través del lago Todos los Santos.
En 1702 el jesuita Philliphi van den Meeren (Felipe de la Laguna) hallándose en Calbuco, recibió el pedido de indígenas cristianos para reconstruir la misión. Viajó al año siguiente, junto con Juan José Guillelmo, y restableció la misión del Nahuel Huapi. En 1704 regresó a Castro en busca de operarios y luego volvió a la misión. Allí fue envenenado en 1707, muriendo en su intento de regresar a Chile.
La misión quedó a cargo de Juan José Guillelmo, quien en 1713 regresó a Chile y fue reemplazado por Manuel de Hoyo hasta 1715, año en el que Guillelmo volvió a hacerse cargo de la misión. Mientras estaba a cargo Manuel de Hoyo, la misión fue incendiada por los puelches, enojados por el descubrimiento del paso Vuriloche, debido a que aumentaba el peligro de nuevas expediciones exclavistas. En efecto, Guillelmo había explorado ese paso desde 1711, hasta marcarlo y abrirlo en 1715. En represalia, fue envenenado y murió el 16 de mayo de 1716.
En 1717 José Portel fue nombrado superior para restablecer la misión, pero murió antes de viajar, por lo que se hace cargo su acompañante el sacerdote chileno Francisco Elguea (o Helguera). Pocos días después de llegar al Nahuel Huapi, en noviembre de 1717, fue asesinado por indígenas. A su paso, los indígenas también destruyeron e incendiaron las construcciones levantadas por los jesuitas y los indígenas que pregonaban el evangelio. Pero con todo, la imagen de la Virgen fue rescatada de las llamas y abandonada a orillas del lago.
La misión fue abandonada; al año siguiente fue enviado desde Calbuco al Nahuel Huapi el padre Arnold Jaspers, protegido por una expedición militar. Halló la imagen intacta, envuelta en cuero de caballo entre las matas a orillas del lago, y se la llevó consigo al colegio de Castro y luego a la isla de Quinchao, inmediata a la de Chiloé. En la década de 1730 se edificó la iglesia Santa María de Achao en el pueblo de Achao, donde es venerada y rebautizada como Nuestra Señora de Loreto. Tras varias investigaciones realizadas por historiadores chilenos, en enero del año 2000 se concluyó que la imagen del Loreto es la Virgen de Los Poyas y Puelches que Mascardi entronó en su Misión del Nahuelhuapi. El 4 de junio de 2004, fue entronizada en la Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi una copia exacta de la Virgen del Loreto que existiera en la Misión, y cuyo original permanece en Achao.
Pero Jaspers no intentó restablecer la misión, que quedó olvidada por mucho tiempo. El paso Vuriloche también fue olvidado, y hasta fechas recientes se ha discutido cuál era la ruta que había seguido Guillelmo.
En 1751 recorrió el norte neuquino el jesuita alemán Bernardo Havestadt, proveniente de Concepción. En 1752 regresó a la zona cruzando por el paso de Pichanchén rumbo a Mendoza; llegó hasta Malargüe, donde fue herido por los indígenas. Regresó recorriendo las lagunas de Varvarco y el río Neuquén, cruzando la cordillera por el paso Catrinao hacia Chillán. Los viajes de Havestadt tenían la intención de explorar los territorios en donde, en 1756, Ángel de Espineira fundaría la misión de Nuestra Señora del Pilar de Rarín Leuvú en el valle de los Guanacos, que perduraría hasta la expulsión de los jesuitas en 1767.
A fines de 1766, el superior de la misión jesuita de Ralún, en el seno de Reloncaví, intentó restablecer la misión del Nahuel Huapi, pero no logró llegar a él debido a una creciente del río Blanco. A principios del año siguiente, cuando estaba por repetir la expedición, se produjo la expulsión de los jesuitas en los países de la Corona de España.
Los franciscanos[editar]
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, los franciscanos tomaron a su cargo la Misión de Chiloé, arribando a esa isla al año siguiente los primeros sacerdotes procedentes de Chillán, entre ellos Francisco Menéndez y Pedro González de Agüeros.
En 1790 el virrey del Perú Francisco Gil y Lemos envió a Francisco Menéndez a restablecer la Misión del Nahuelhuapi, para lo cual al año siguiente partió desde Castro. Viajaban con él fray Diego del Valle, el capitán Andrés Morales, el teniente Nicolás López y Diego Barrientos; en Calbulco se les unió el sargento Tellez, conocedor de los indígenas del lago. Cruzaron la Cordillera de los Andes por el paso de los Vuriloche y alcanzaron el lago Mascardi; pero regresaron sin haber encontrado el Nahuel Huapi. En 1792 Menéndez realizó un nuevo viaje, alcanzando el Nahuel Huapi, y al año siguiente realizó otro viaje a la zona, en busca de la Ciudad de los Césares, construyendo algunas edificaciones en las nacientes del Limay. En 1794 realizó su cuarto viaje al Nahuel Huapi, pero regresó a Chiloé en marzo de 1795.
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El navegante holandés Jacob Roggeveen avistó la isla el 5 de abril de 1722, Domingo de Pascua. No fue el primero, pero su descubrimiento despertó un gran interés entre publicistas, por lo que fue Roggeveen quien dio el nombre a la isla. Al igual que todos los habitantes de la isla, Pakarati también habla español.
Las elecciones federales de Alemania de 1933 tuvieron lugar el 5 de marzo del mencionado año, con el propósito de elegir a los miembros del VIII Reichstag, para el período 1933-1937. Fueron las novenas y últimas elecciones de la República de Weimar, y las primeras desde la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o Partido Nazi (NSDAP) con Adolf Hitler. Serían también las últimas elecciones en las que se utilizó el sistema de representación proporcional por listas, y los últimos comicios competitivos que se realizarían en una Alemania unida hasta las elecciones de 1990. Las elecciones fueron adelantadas con el objetivo de dotar al gobierno de Hitler de una mayoría parlamentaria viable para poder gobernar en solitario y poner fin al período de estancamiento parlamentario iniciado en septiembre de 1930, que había llevado a un estado caótico, en el que el presidente Paul von Hindenburg designaba y destituía cancilleres por decreto, perdiendo el Reichstag cada vez más poder.
La atmósfera de incertidumbre que siguió al incendio del Reichstag aseguró muchos votantes para el partido nazi.
Las SA también llevaron a cabo una violenta campaña de terror contra todos y cada uno de los opositores al régimen nazi. Muchos estaban aterrorizados de votar en absoluto, y muchos optaron por votar por el Partido Nazi por temor a su propia seguridad. Las elecciones no fueron ni libres ni justas.
El 5 de marzo de 1933 se llevaron a cabo las elecciones, con una altísima participación del 89%.
Los nazis obtuvieron el 43,9% de los votos, una mejora de casi el 10% con respecto a las elecciones de noviembre anterior. A pesar de esta mejora, los nazis aún no contaban con una mayoría en el Reichstag.
Elecciones federales alemanas de marzo de 1933
Registrado |
44.685.764 0,7% |
Apagar |
39.655.029 (88,7%) 8,1 pp |
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Líder |
adolf hitler |
Otto Wels Arthur Crispien Hans Vogel |
Ernst Thaelmann |
Fiesta |
NSDAP |
SPD |
KPD |
Líder desde |
29 de julio de 1921 |
1919 |
octubre de 1925 |
ultimas elecciones |
33,1%, 196 escaños |
20,4%, 121 escaños |
16,9%, 100 escaños |
Asientos ganados |
288 |
120 |
81 |
cambio de asiento |
92 |
1 |
19 |
Voto popular |
17,277,180 |
7,181,629 |
4,848,058 |
Porcentaje |
43,9% |
18,3% |
12,3% |
Columpio |
10.8pp |
2.1pp |
4.6pp |
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Líder |
Luis Kaas |
alfred hugenberg |
Heinrich Held |
Fiesta |
Centrar |
DNVP |
BVP |
Líder desde |
septiembre de 1928 |
1928 |
27 de junio de 1924 |
ultimas elecciones |
11,9%, 70 escaños |
8,3%, 51 escaños |
3,1%, 20 escaños |
Asientos ganados |
73 |
52 |
19 |
cambio de asiento |
3 |
1 |
1 |
Voto popular |
4,424,905 |
3.136.760 |
1,073,552 |
Porcentaje |
11,3% |
8,0% |
2,7% |
Columpio |
0.6pp |
0.3pp |
0.4pp |
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El martirio de san Lorenzo (Tiziano)
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El martirio de San Lorenzo es una composición del pintor Tiziano de la cual existen dos versiones al óleo sobre lienzo: una de 1558, conservada actualmente en la Iglesia de los Jesuitas de Venecia, y otra realizada una década después, que cuelga en el monasterio de El Escorial. De acuerdo a la iconografía habitual, la escena muestra al santo siendo quemado en la parrilla, en una escena dramática. Un verdugo le pincha con un bidente, mientras otro acarrea más leña para el fuego. El claroscuro plasma con acierto la ambientación nocturna, de la penumbra sólo rota por la luz de las llamas y antorchas.
Segunda versión[editar]
La rápida fama que la versión de los Jesuitas alcanzó llevó a Felipe II de España a encargar al artista una segunda versión para el altar mayor de la basílica de El Escorial. Dicha obra, con algunas variantes, la pintó Tiziano unos diez años después y la envió al monasterio en 1567, pero por sus tonalidades oscuras no lucía bien colgada a la altura prevista, y fue colocada en la llamada iglesia vieja o de prestado, donde continúa.
Segunda versión, conservada en El Escorial.
Grabado de Cornelis Cort que reproduce la composición, fusionando detalles diferentes de las pinturas conservadas en Venecia y El Escorial.
Copia en grabado[editar]
El grabador Cornelis Cort realizó en 1571 una imagen grabada a buril de este diseño, que fusionaba detalles particulares de los cuadros de Venecia y El Escorial. Se cree que para ello siguió un dibujo o modello reducido que Tiziano conservaba en su taller. Como era habitual en los grabados reproductivos, el grabado impreso muestra la imagen invertida. Hay que precisar que -de manera atípica- Cort grabó dos matrices de la misma imagen, casi idénticas, que se diferencian por una variación en la dedicatoria a Felipe II en latín que figura inscrita a la derecha, en el pedestal de la estatua: en un grabado se lee «invictis» y en el otro «invictiss» con dos S. Estos dos grabados constan en el catálogo de Hollstein con los números 126 y 127, respectivamente. Existen además dos copias: una donde la escena se amplía ligeramente a los lados, grabada por Jan o Raphael Sadeler, y otra anónima que invierte la imagen.
En una carta de la época se alude a que Tiziano remitió dos impresiones del grabado de Cort a Felipe II, y una de ellas ha de ser la conservada en los aposentos del monarca en el Monasterio de El Escorial, que está estampada sobre tela de tafetán. Otros numerosos ejemplares del grabado se hallan desperdigados entre los principales museos y bibliotecas de Europa y América.
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LOS ORIGENES DE SAN LORENZO
Tierra de Jesuitas y Combate
Los orígenes de la ciudad de San Lorenzo se pierden en la bruma del tiempo. Los historiadores locales hablan de “formación” y no de “fundación”. La justificación es que, no existió ceremonia de fundación, ni trazado de calles, ni se repartieron solares en sus inicios, como obligatorio en las leyes de indias.
Surgió de un movimiento espontáneo de aproximación en torno al convento franciscano que se convirtió en símbolo y síntesis de la historia.
En 1720 la Compañía de Jesús fundó una Estancia, denominada de San Miguel del Carcarañal, cuyo casco se levantaba a la margen derecha del río Carcaraña en jurisdicción de la actual localidad de Aldao y enfrente a Andino. Era un establecimiento ganadero dependiente del colegio La inmaculada de Santa Fe destinado a producir bienes para el sostenimiento del colegio del que dependía.
Uno de los puestos de la Estancia se denominaba de “San Lorenzo” y estaba emplazado en las cercanías de la desembocadura del arroyo San Lorenzo. Unos pocos ranchos constituían la población integrada por la familia del puestero y la de otros peones y reseros.
El 30 de octubre de 1767 es expulsada de todos los Reinos de España y de sus colonias de América la Orden Jesuítica en cumplimiento de la real orden de Extrañamiento dictada por el rey Carlos III.
Debido a la expulsión de los jesuitas se interrumpe la tarea evangelizadora.
La estancia San Miguel pasa a jurisdicción de la Junta de temporalidades de Santa Fe, en 1774 las tierras son subastadas públicamente.. El regidor de Santa Fe don Francisco de Aldao es uno de los adquirentes, repartiendo las tierras entre sus hijos.
Félix Aldao, hijo del regidor, recibe una legua cuadrada, donde se levanta la ciudad de San Lorenzo.
El 1° de enero de 1780 la Capilla San Miguel pasó a manos de un pequeño grupo de franciscanos. Traían el propósito de convertir el lugar en centro de operaciones para su apostolado entre fieles e infieles, comienza a llamarse el lugar “Colegio San Carlos”.
En 1790 buscan un lugar más apto para vivir y mejor comunicado. Don Félix Aldao dona una extensión de terreno a los franciscanos. A partir de ese momento comienza la construcción.
El 6 de mayo de 1796 es trasladada la comunidad franciscana al nuevo edificio.
La ordenanza Municipal N° 1052 del año 1984 declara como fecha de fundación de la ciudad de San Lorenzo, el 6 de mayo de 1796.
No se pudo determinar con seguridad el origen de su nombre, ya que existen varias teorías, pero la más aceptada, adjudica su nombre al santo español San Loreno Mártir.
La época de la conquista es la época de oro de la fe española. cada descubrimiento era designado con el nombre del santo del día recordado por el calendario litúrgico o por un santo de la devoción del conquistador. San lorenzo Mártir era un santo muy honrado por los españoles por ser de los más qrandes ejemplos de la fe cristiana; era “un santo preclaro por sus virtudes y por su fama”.
http://www.sanlorenzo.gov.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=27&Itemid=278
Si te interesa saber más sobre la provincia de Santa Fe:
https://www.facebook.com/pages/Santa-Fe-una-gran-provincia/149833391793584?ref=hl
Los orígenes de San Lorenzo... tierra de jesuitas y combate. - Región Litoral - Portal del Litoral Argentino (regionlitoral.net) |
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