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El mono Juan[editar]
Uno de los logros más grandes que obtuvo Argentina, se produjo el 23 de diciembre de 1969 (meses después de la llegada del hombre a la Luna), cuando en un lanzamiento de un cohete Canopus II se envió al mono Juan más allá de la atmósfera, a unos 82 km con total éxito, siendo además, la cuarta nación en enviar un ser vivo al espacio y retornarlo con vida, solo detrás de los Estados Unidos, la Unión Soviética y Francia.7 Juan era un mono caí proveniente de la provincia de Misiones, tenía un peso de 1,5 kg y medía 45 centímetros de alto. Este experimento llamado Experiencia BIO II, contó con la ayuda y activa participación del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial, y la CNIE.18
Poco después el cohete Canopus II fue propulsado, esta nave llegó más allá de la atmósfera. Entre los años 1960 a 1972 se fabricaron y lanzaron varias familias de sondas espaciales, ellas fueron la Orión, Canopus, Rigel y Castor.18 La historia del mono Juan está relatada en el documental Juan, el primer astronauta argentino, de Diego Julio Ludueña.
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Juan (mono)
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Juan fue un mono caí oriundo de la provincia argentina de Misiones, que el 23 de diciembre de 1969 fue enviado al espacio exterior desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados, ubicado en el Departamento Chamical, en La Rioja, en el marco del Proyecto BIO de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales.1
Es considerado por algunos como el primer astronauta argentino (aunque con anterioridad volaron algunos roedores, entre ellos el ratón Belisario y la rata Dalila). Sin embargo, la realidad es que solo hizo un vuelo a la mesosfera, ya que internacionalmente se considera que el límite entre la atmósfera y el espacio se encuentra a los 100 kilómetros de altura.
Su historia fue relatada en una película argentina, Juan, el primer astronauta argentino, dirigida por Diego Julio Ludueña. Su viaje fue único en América Latina.2
Antecedentes[editar]
En 1969, Argentina estaba desarrollando desde hacia varios años una política espacial que avanzaba de forma lenta pero firme. A comienzos de 1967 había puesto en el espacio al ratón Belisario y buscaba seguir perfeccionando sus cohetes, con el objetivo de desarrollar una forma directa y autónoma para poner satélites en órbita. A largo plazo también se consideraba realizar vuelos con humanos.
Para profundizar en esa dirección, se decidió enviar un mono al espacio, monitorear sus signos vitales durante el vuelo y traerlo de nuevo con vida. A tal efecto, la Gendarmería Nacional capturó un mono caí en Misiones. Pesaba 1,4 kg y medía 30 cm.
Juan, tal el nombre con el que fue llamado, viajaría a bordo del Canopus II, un cohete sonda de unos cuatro metros de largo y 50 kg de carga útil, desarrollado en la Argentina.
Preparativos[editar]
Un especialista le pone a Juan un nodo de control corporal antes del despegue.
Pocos meses atrás, el Apolo 11 había llegado a la Luna. El viaje del mono Juan fue un gran hito para la Argentina, ya que para ese entonces solo Estados Unidos, la URSS y Francia habían logrado enviar seres vivos al espacio. Un dato no menor es que, de los veinte monos que habían viajado al espacio lanzados por naves de distintos países hasta entonces, solo la mitad habían regresado con vida.
El equipo del Proyecto BIO tenía como principal objetivo monitorear los signos vitales de Juan en tiempo real durante el vuelo y traerlo con vida a la superficie. Para lograr el primer objetivo, se conectaron varios nodos al cuerpo del animal, cuya información era transmitida al Centro de Experimentación de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales mediante un sistema telemétrico desarrollado especialmente para esta misión, que luego sería utilizado en aviones de la Fuerza Aérea Argentina para monitorear el estado de los pilotos.
Juan viajó sedado, para mantenerlo quieto pero consciente. Estaba cubierto por un chaleco impermeable y sentado en un asiento diseñado especialmente para reducir los efectos de la aceleración sobre el cuerpo del animal, ya que lo recostaba de una manera tal que las mismas entraban de forma transversal al cuerpo. De no haberse hecho esto, la vida del mono habría corrido peligro.
Este asiento, a su vez, estaba dentro de una cápsula llamada Amanecer que se encontraba ubicada en la punta del cohete Canopus II, que ya había realizado dos vuelos de prueba. Adicionalmente, la cápsula estaba presurizada y contaba con una reserva de oxígeno de entre 15 y 20 minutos.
No me voy a olvidar nunca cuando miré a Juan por la escotilla antes de despegar. Le daba el reflejo del sol. «¡Qué lindo si te pudiera volver a ver!», le dije.
Luis Cueto, ingeniero del Proyecto BIO. 1
El vuelo espacial[editar]
Despegue del Canopus II con Juan en su interior.
Frenos en forma de pétalos.
Juan el día del vuelo espacial.
El cohete despegó el 23 de diciembre de 1969 desde el Centro de Experimentación de la ciudad de Chamical, en la provincia de La Rioja. La base espacial se encuentra en este lugar debido a que es una llanura desértica ubicada a más de 450 m sobre el nivel del mar donde suele haber un cielo despejado.
Durante los primeros cinco minutos, alcanzó una altitud superior a los 7 km, tras lo cual se apagaron sus motores y continuó ascendiendo por inercia varios kilómetros. Para este momento, el medidor ubicado en la ojiva registraba una temperatura de 800 °C. Sin embargo, la temperatura dentro de la cápsula nunca superó los 25 °C.
A medida que ascendía, la trayectoria del cohete trazó una parábola, ya que se trataba de un vuelo suborbital (escapaba de la atmósfera pero no entraba en órbita como un satélite). Durante su apogeo alcanzó una altura de 82 kilómetros. La estratósfera termina a los 50 km y ningún avión comercial vuela por encima de los 15 km.
Una vez alcanzado el punto de mayor altura, el motor se separó de la carga útil y cayó a tierra, mientras que el resto del cohete desplegó unos frenos aerodinámicos para mantener la estabilidad y comenzar a descender lentamente hacia la superficie. Como su nombre lo indica, estos frenos permitían reducir la velocidad (cosa necesaria antes de desplegar el paracaídas) sin perder sustentación.
El funcionamiento de dicho mecanismo consistía en desplegar varias aletas en la parte inferior (superior desde el punto de vista de la caída) de la carga útil formando una forma similar a los pétalos de una flor abriéndose. Este diseño, inspirado en el eucalipto, resultó muy eficiente, ya que no solo redujo la velocidad sino que eliminó la parábola, permitiendo una caída en 90 grados, ideal para que, una vez enderezado el artefacto, se desplegara un pequeño paracaídas.
Hasta ese momento, Juan seguía respirando con el oxígeno de la cápsula presurizada y los instrumentos no indicaban ninguna alteración en su salud. Una vez alcanzada una velocidad de 108 km/h a una altura de 3000 m, se abrió una escotilla y una turbina comenzó a ventilar el interior del habitáculo del mono. De esa manera, Juan volvía a respirar aire natural sin depender de la reserva de oxígeno. Inmediatamente después de esto, se desplegaron otros dos paracaídas más grandes que el primero y comenzó el suave aterrizaje.
El principal temor de los miembros de la operación era que la nave cayera en una zona con agua y que la turbina de ventilación comenzara a inundar el habitáculo. Sin embargo, esto era poco probable debido a la topografía de la zona, y el aterrizaje finalmente se produjo en la Salina La Antigua, a 60 km de Chamical.
Después del viaje[editar]
Una vez localizado el cohete, fue trasladado a la base de operaciones, donde fue desarmado ante la expectativa de todos. Cuando se abrió la escotilla se encontraron con Juan en perfecto estado de salud, quien miraba a todos y movía las manos muy lentamente, en parte debido a los efectos del sedante y también por el nerviosismo producto del viaje. El operario que lo había sacado alzó en sus manos el pequeño asiento, mostrando a Juan al resto de los presentes. Todo el vertiginoso viaje duró en total 15 minutos.
Luego del viaje, vivió durante más de dos años en el zoológico de la ciudad de Córdoba, siendo la principal atracción del mismo. Su historia fue relatada en el documental Juan, el primer astronauta argentino de Diego Julio Ludueña.3
Véase también[editar]
Referencias[editar]
Enlaces externos[editar]
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Proyecto bélicos de envergadura - El Cóndor II[editar]
Poco tiempo después de la derrota de la guerra de Malvinas en el año 1982, se produjo una reunión secreta entre brigadieres y comodoros en la sede de la Fuerza Aérea. En aquel encuentro los comandantes se pusieron de acuerdo en desarrollar un misil balístico de alcance medio, el Cóndor II, el cual se estipulaba que sería capaz de llevar con sigo una carga explosiva de 500 kg. Tras el retorno de la democracia en 1983, el primer jefe de la Fuerza Aérea le comunico al presidente Raúl Alfonsín sobre el proyecto. El jefe de Estado firmo un decreto en secreto que avalaba su continuación. Pero luego del traspaso democrático producido precozmente en 1989, las presiones por los Estados Unidos y económicas por el FMI aumentaron, dando así el presidente Carlos Menem la orden de desarmar el misil Cóndor II y llevar sus partes a Estados Unidos para el desmantelamiento final.24
El ambicioso proyecto fue desarrollado conjuntamente con Alemania (quién proveyó la tecnología), Irak y Egipto (quienes financiaron el proyecto), mientras que Argentina colaboro aportando el personal científico e instalaciones. Dos años después se construyó un laboratorio subterráneo en Falda del Carmen, provincia de Córdoba. Para ese momento los servicios secretos de Israel y Gran Bretaña ya estaban enterados de la construcción del misil, al igual que la CIA estadounidense.2425
Los ingleses temían que Argentina ataque a las islas Malvinas con misiles, ya que el Cóndor II estaba hecho precisamente para llegar hasta el archipiélago. Por otro lado, la inteligencia israelí estaba preocupada por las contribuciones que estaban teniendo los países árabes en el proyecto. Había un gran temor por el posible traspaso de tecnologías y conocimientos entre Argentina y el país árabe.26
En su momento se estudió la construcción de una cabeza nuclear, pero no se disponía del material radioactivo adecuado. Paralelamente el cohete de gran envergadura se había proyectado para ser un lanzador de satélites, sin necesidad de ayuda externa.26
El Cóndor II era un vehículo de 16 metros de alto por 0,8 de diámetro, de dos etapas, con un sistema de control de todo el vector, por medio de una tobera basculante por cada etapa. Estaba diseñado con superficies aerodinámicas. Tenía sensores de control de altitud y sistema de control de velocidad. El cohete seria controlado por computadoras intercomunicadas, de haber sido lanzado, se calculaba que hubiera traspaso la barrera de los 1000 km con una carga bélica de 500 kg.27
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Regreso a la democracia y gobierno de Menem (1983-1999)[editar]
La CNIE se disolvió para pasar a formar la CONAE en 1991, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem.28
A partir de esa época se reorganizó el sector. En 1996 se lanzaron dos satélites, el MuSat, diseñado y desarrollado por la Asociación de Investigaciones Tecnológicas de Córdoba AIT y el Instituto Universitario Aeronáutico, con la finalidad de tomar fotografías del país en baja resolución para el estudio meteorológico. En ese mismo año se lanzó el Sac-B desarrollado por la recientemente creada CONAE, pero este no llegó a prestar servicio ya que se incendió cuando llegó a la atmósfera. En 1997 fue lanzado con éxito el Nahuel 1-A, utilizado para telecomunicaciones al igual que el ArSat, pero con la diferencia que el Nahuel 1-A fue construido íntegramente en el exterior. Al año siguiente el Sac-A fue puesto en órbita, esta vez fue desarrollado por la CONAE y construido por INVAP. Este artefacto realizaba un seguimiento de ballenas Franca Austral y tomaba fotografías del país para el estudio de los intervalos de inundaciones y sequías. Sin embargo a pocos meses de entrado en funcionamiento, decayó de su órbita y se quemó en la atmósfera.23
El 21 de noviembre de 2000 fue lanzado el Sac-C para ser usado para teleobservación y se mantuvo en operación hasta el 15 de agosto de 2013. El 6 de diciembre de 2001, como parte de la misión STS-108 de la NASA, el Pade entró en órbita. Fue utilizado por la Asociación Argentina de Tecnología Espacial para emprender experimentos en el espacio, y volvió a la Tierra quince días más tarde.
Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015)[editar]
En julio de 2007 se empezó a lanzar la primera serie del cohete Tronador, desde una base en Bahía Blanca. Hubo dos ensayos, pero solo el segundo tuvo éxito.29 Este era un cohete de una etapa, con una carga útil de 4 kg y un peso total de 60 kg y tenía una longitud de 3300 mm. Desde el año 1995 la CONAE se encontraba planficando el lanzamiento de una nave de combustible líquido para llevar pequeños satélites argentinos al espacio, esta experiencia formó parte del Plan Espacial Nacional.30
Fue a partir del año 2001 que el Instituto Universitario Aeronáutico comenzó a proyectar y calcular un vector para propulsar satélites. Realizándose el primer ensayo de un motor el 27 de mayo de 2004, en las instalaciones de CITEDEF (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa) en Villa María, provincia de Córdoba. El motor ensayado usaba anilina y ácido nítrico. El experimento resultó exitoso dentro de los cálculos provistos. El inyector brindo mejores resultados que su antecesor.30
Tiempo después, la CONAE puso en órbita el 10 de junio de 201123 un satélite desarrollado y manufacturado en el país, se lo denominó SAC-D, con la finalidad de medir vientos, temperatura superficial de los mares, humedad y focos de temperaturas en los suelos, fue parte del Plan Nacional Espacial (2004-2015).31 Aquel lanzamiento se logró gracias a una década de trabajo en conjunto con la NASA. La misma organización espacial estadounidense se encargo del lanzamiento del satélite SAC-D mediante el cohete Delta II, en la base de Vandenberg.32 El satélite fue construido en Bariloche por doscientos hombres de la CONAE dedicados a esta ciencia. El satélite se ubico a unos 650 km de altura. El SAC-D es una estructura octogonal hecha en aluminio de 7 metros de alto y tiene un peso de 1300 kg. Alberga nueve instrumentos: el Aquarius (propiedad de la NASA) medidor de salinidad de mares y océanos, otros dos instrumentos de origen francés, uno proveniente de Italia y los cinco restantes producidos en Argentina. Los instrumentos argentinos fueron elaborados por la Invap, el Centro de Investigaciones Ópticas de La Plata (CIOp) y de la Facultad de Ingeniería de La Plata. Mientras que el software del SAC-D fue programado por la licenciada en sistemas Catalina Salvati, el artefacto espacial es monitoreado por una estación terrestre ubicada en Falda del Carmen, provincia de Córdoba.32
El vector Gradicom II fue propulsado el 11 de julio de 2011 con combustible, diseño, telemetría y electrónica producidos en Argentina por unas setenta personas. Los resultados de la misión serán usados para cohetes sonda, misiles y artillería de largo alcance, como también en aplicaciones civiles y militares.33 El vehículo alcanzó una altura de 100 km, llegando a una velocidad máxima de 4900 km/h, descendió a 120 km de Chamical, Provincia de La Rioja. La próxima tarea del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITADEF), será diseñar un vehículo que supere el alcance del Gradicom II.3435
El Ministerio de Defensa informó que en diciembre de 2013 se lanzó el cohete sonda Experiencia Centenario en Chamical, Provincia de La Rioja, el proyectó se trata de un desarrollo totalmente local, fue concretado por Fuerza Aérea Argentina, Fabricaciones Militares, CITEDEF, Universidad Nacional del Comahue, Universidad Nacional de La Plata y Universidad Tecnológica Nacional, trabajaron 150 técnicos para realizar el proyecto. El cohete llevó a cabo experimentos para meteorología, además de aceleración y vibraciones en el vuelo. El cohete tiene 280 mm de diámetro.36
Tras siete años de desarrollo entre INVAP y Arsat, durante la presidencia de Cristina Fernández, el 16 de octubre de 2014 se lanzó el ArSat 1, el primer satélite geoestacionario argentino, que pasará a brindar servicios de comunicaciones a Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. El lanzamiento se produjo en el Centro Espacial de Guayana, en la ciudad de Kourou. El cohete Arianne 5 dejó al satélite a 300 km sobre el nivel del mar. Luego los técnicos de INVAP se encargaron de transportarlo a lo posición geoestacionaria. Este lanzamiento permitió que la Argentina no perdiera la posición orbital 81, la cual enfoca desde Estados Unidos hasta las Islas Malvinas.37
Gobierno de Mauricio Macri (2015-actualidad)[editar]
En octubre de 2018, la CONAE lanza el satélite SAOCOM 1-A que cuenta con instrumentos que operan en el rango de microondas y con sensores activos (radar). La serie SAOCOM forma parte del Sistema Italo-Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE).96
El sector privado[editar]
Representación artística del Gauchito en vuelo.
En febrero de 199738 el equipo de Pablo de León se inscribe en el Ansari X Prize, para participar, desarrolla el VESA (Vehículo Espacial Suborbital Argentino) también llamado Gauchito (nave espacial), sin embargo, el equipo de Burt Rutan se consagró ganadora del Ansari X Prize. Aunque el proyecto no fue abandonado, se encuentra en un estado de relativa inactividad.39
En el año 2010, Emiliano Kargieman40 fundó la empresa Satellogic especializada en satélites, construyeron los dos primeros nanosatelites de la Argentina, CubeBug-1 Capitán Beto (nanosatélite) y CubeBug-2 Manolito.41 Actualmente están desarrollando la constelación de satélites de observación de la tierra Aleph.42
Véase también[editar]
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