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.LA IGLESIA DE SATANAS MANDA A MATAR EN EL NOMBRE DE DIOS CRISTO DE MARIA DE LOS APOSTOLES. JURAMENTO JESUITA Y SU PODER MUNDIAL . El Apóstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la gran apostasía que había de resultar en el establecimiento del poder papal. Declaró, respecto al día de Cristo: “Ese día no puede venir, sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios”. 2 Tesalonicenses 2:3, 4 (VM). Y además el apóstol advierte a sus hermanos que “el misterio de iniquidad está ya obrando”. Vers. 7. Ya en aquella época veía él que se introducían en la iglesia errores que prepararían el camino para el desarrollo del papado. Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad. Las pretensiones papales dieron otro paso más cuando en el siglo XI el papa Gregorio VII proclamó la perfección de la iglesia romana. Entre las proposiciones que él expuso había una que declaraba que la iglesia no había errado nunca ni podía errar, según las Santas Escrituras. Pero las pruebas de la Escritura faltaban para apoyar el aserto. El altivo pontífice reclamaba además para sí el derecho de deponer emperadores, y declaraba que ninguna sentencia pronunciada por él podía ser revocada por hombre alguno, pero que él tenía la prerrogativa de revocar las decisiones de todos los demás (. En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. “Babilonia la grande” fue “embriagada de la sangre de los santos”. Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder apóstata. Juramento JESUITA.Yo, _____, ahora, en la presencia del Dios Todopoderoso, la bendita Virgen María, el bendito Miguel Arcángel, el bendito San Juan el Bautista, los Santos Apóstoles, San Pedro y San Pablo y todos los santos y sagradas huestes del cielo… … «Yo, además de esto, prometo y declaro que, cuando la oportunidad se presente, haré y pelearé una guerra incesante, secreta y abierta, contra todos los herejes, Protestantes y Liberales, como sea dirigido a hacerlo. Y] que cuando la misma no pueda ser hecha abiertamente, yo usaré secretamente la copa envenenada, la cuerda de estrangulación, el acero del puñal (una daga) o la bala de plomo, sin considerar el honor, rango, dignidad, o autoridad, de la persona o las personas, cualquiera pueda ser su condición en la vida, ya pública o privada, como yo sea en ese tiempo dirigido a hacerlo por algún agente del Papa o superior de la hermandad de la santa fe, de la Sociedad de Jesús». [La Cruz Doble: Alberto, Parte 2, 1981]. La Sociedad de Jesús fue de allí en adelante reconocida como la principal fuerza opositora del Protestantismo. La Orden llegó a ser dominante en determinar los planes y la política de la Iglesia Romana. La hermandad creció y floreció. Plantó sus sucursales en Francia, Italia y España, y luego en todas las tierras civilizadas. El éxito de la orden fue fenomenal. Llegó a ser un poder en el mundo. Envió sus representantes a cada parte del globo. Sus solitarios apóstoles fueron visto eclipsando los tronos de Europa. Ellos buscaron, por cada medio conocido al ingenio humano, que se establezca y se confirme el tambaleante edificio de Roma, y que sea minado el edificio del Protestantismo en ascenso. Ellos penetraron en el [*río] Indo y el Ganges. Ellos atravesaron los desiertos del Tibet, y dijeron, «Aquí estoy yo», en las calles de Pekín. Ellos miraron hacia abajo adentro de las minas de plata de Perú, y se arrodillaron en oración en las costas del Lago Superior. Para conocer todos los secretos, sondear todos los designios, penetrar en todas las intrigas, prevalecer en todo consejo, elevarse por sobre toda diplomacia, y dominar a la raza humana, –tal fue su propósito y ambición. Ellos herirían en lo vivo a cada sociedad humana en cada parte de la tierra habitable, el silencioso reptar de su siempre en aumento complot para retomar el mundo para la Iglesia, y dominar y conquistar y extinguir los últimos remanentes de oposición a su dominio de costa a costa, desde los ríos hasta los fines de la tierra» [Historia Universal de Ridpath, John Clarke Ridpath, 1899 Los Jesuitas son los verdaderos autores del socialismo-comunismo. El sistema económico de la Edad Media fue el feudalismo consistente en unos pocos ricos terratenientes y los muchos pobres campesinos. Era un pecado hacer alguna ganancia para cualquiera que no fueran los señores feudales. Entonces, si el mundo ha de ser retornado a la Edad de las Tinieblas, la clase media Protestante debe ser destruida. El Socialismo-Comunismo cumplimentó esto, habiendo rendido sus amargos frutos tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos. El gran engaño es que los Judíos son los autores del comunismo. (¿Después de todo, no es el Sionismo comunismo Judío?) Los hechos son que los Jesuitas usaron sus Judíos Masónicos para introducirlo en 1848 y otra vez en 1917 con la Revolución Bolchevique.
Los Jesuitas entonces movieron a su Masón FDR [*Franklin Delano Roosevelt, cuando fue presidente de EEUU] a reconocer el sanguinario gobierno de Rusia en 1933. Los Jesuitas entonces financiaron el comunismo Ruso con sus Caballeros de Malta en Wall Street. Esto habilitó a Joseph Stalin a llevar a cabo las purgas de los años treinta.
Habiendo engañado al mundo en creer que el comunismo era de origen Judío, los Jesuitas entonces utilizaron a Hitler para implementar «la Solución Final a la Cuestión Judía» –en prosecución del maligno Concilio de Trento. El resultado fue el asesinato en masa de las Juderías Europeas y Rusas en las manos de los SS controlados por los Jesuitas.
Al final de la Segunda Guerra de los Treinta Años (1945) los Jesuitas, con su Línea de Fuga del Vaticano, ayudaron a los Nazis sobresalientes a escapar a Sud América. Y ¿dónde en Sud América? A los antiguos dominios donde el comunismo socialista había sido perfeccionado por los padres Jesuitas –en la nación de Paraguay.
Los Jesuitas entraron en Paraguay en los tempranos años 1600, enviados por los reyes de España y Portugal. Ellos establecieron su supremacía sobre los nativos llamados «Indios Guaraníes» y no les permitieron mezclarse con los Españoles o Portugueses. Fue entre este pueblo que los Jesuitas establecieron sus comunas llamadas «reducciones». ESFUERZOS PARA SUPRIMIR Y DESTRUIR LA BIBLIA—En cuanto a los esfuerzos de larga duración hechos en Francia para acabar con la Biblia, especialmente con las versiones en lengua vulgar, dice Gaussen: “Ya el decreto de Tolosa (de Francia), de 1229, [...] instituía el espantoso tribunal de la Inquisición contra todos los lectores de la Biblia en lengua vulgar. Era un decreto de fuego, de sangre y de asolamiento. En sus capítulos III, IV, V y VI disponía que se destruyeran por completo hasta las casas y los más humildes escondrijos y aun los retiros subterráneos de los que fueran convictos de poseer las Escrituras, y que ellos mismos fueran perseguidos hasta en sus montes y en los antros de la tierra, y que se castigara con severidad aun a sus encubridores”. Como resultado la Biblia “fue pues prohibida en todas partes; desapareció en cierto modo de sobre la tierra, bajó al sepulcro”. Estos decretos fueron “seguidos durante quinientos años de suplicios sin cuento en que la sangre de los santos corrió como agua”. (L. Gaussen, Le canon des Saintes Écritures, parte 2, lib. 2, cap. 7; y cap. 13 ed. de Lausana, 1860). Respecto a los esfuerzos especiales hechos para destruir la Biblia durante el Reinado del Terror a fines de 1793, el Dr. Lorimer dice “Dondequiera que se encontrase una Biblia puede decirse que había persecución a muerte; a tal punto que varios comentadores respetables interpretan la muerte de los dos testigos, en el capítulo once del Apocalipsis, como refiriéndose a la supresión general, más aun, a la destrucción del Antiguo y Nuevo Testamentos en Francia durante aquella época” (J. G. Lorimer, An Historical Sketch of the Protestant Church in France, cap. 8, párrs. 4, 5
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Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él.Apocalipsis 12:9cap 13:4 Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia .Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.Apocalipsis 13:7cap 17:6cap 18:24cap 12:17 .
La historia del pueblo de Dios durante los siglos de oscuridad que siguieron a la supremacía de Roma, está escrita en el cielo, aunque ocupa escaso lugar en las crónicas de la humanidad. Pocas son las huellas que de su existencia pueden encontrarse fuera de las que se encuentran en las acusaciones de sus perseguidores. La política de Roma consistió en hacer desaparecer toda huella de oposición a sus doctrinas y decretos. Trató de destruir todo lo que era herético, bien se tratase de personas o de escritos. Las simples expresiones de duda u objeciones acerca de la autoridad de los dogmas papales bastaban para quitarle la vida al rico o al pobre, al poderoso o al humilde. Igualmente se esforzó Roma en destruir todo lo que denunciase su crueldad contra los disidentes. Los concilios papales decretaron que los libros o escritos que hablasen sobre el particular fuesen quemados. Antes de la invención de la imprenta eran pocos los libros, y su forma no se prestaba para conservarlos, de modo que los romanistas encontraron pocos obstáculos para llevar a cabo sus propósitos. Entre las causas principales que motivaron la separación entre la verdadera iglesia y Roma, se contaba el odio de esta hacia el sábado bíblico. Como se había predicho en la profecía, el poder papal echó por tierra la verdad. La ley de Dios fue pisoteada mientras que las tradiciones y las costumbres de los hombres eran ensalzadas. Se obligó a las iglesias que estaban bajo el gobierno del papado a honrar el domingo como día santo. Entre los errores y la superstición que prevalecían, muchos de los verdaderos hijos de Dios se encontraban tan confundidos, que a la vez que observaban el sábado se abstenían de trabajar el domingo. Mas esto no satisfacía a los jefes papales. No solo exigían que se santificara el domingo sino que se profanara el sábado; y acusaban en los términos más violentos a los que se atrevían a honrarlo. Solo huyendo del poder de Roma era posible obedecer en paz a la ley de Dios. Los valdenses se contaron entre los primeros de todos los pueblos de Europa que poseyeron una traducción de las Santas Escrituras (véase el Apéndice). Centenares de años antes de la Reforma tenían ya la Biblia manuscrita en su propio idioma. Tenían pues la verdad sin adulteración y esto los hizo objeto especial del odio y de la persecución. Declaraban que la iglesia de Roma era la Babilonia apóstata del Apocalipsis, y con peligro de sus vidas se oponían a su influencia y principios corruptores. Aunque bajo la presión de una larga persecución, algunos sacrificaron su fe e hicieron poco a poco concesiones en sus principios distintivos, otros se aferraron a la verdad. Durante siglos de oscuridad y apostasía, hubo valdenses que negaron la supremacía de Roma, que rechazaron como idolátrico el culto a las imágenes y que guardaron el verdadero día de reposo. Conservaron su fe en medio de las más violenta y tempestuosa oposición. Aunque degollados por la espada de Saboya y quemados en la hoguera romanista, defendieron con firmeza la Palabra de Dios y su honor SE VOLVERA A REPETIR LAS PERSECUCIONES PASADAS DEL ORDEN MUNDIAL PAPADO Y SUS ALIADOS CUANDO COMIENCEN A CAER LAS PLAGAS AL PAPADO POR OBEDECER EL FALSO. DIA DE REPOSO DOMINGO SU MARCA DE LA BESTIA PAPADO EL ANTICRISTO SATANAS SE SIENTA EN EL PAPADO. PARA BENDECIR A TODO QUIEN ACEPTO LA MARCA DE LA BESTIA PAPADO.
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El blanco de Satanás: destruir a todos los observadores del sábado Apocalipsis 12:17cap 14:7cap 14:12 .
Dice el gran engañador: [...]. “Nuestra principal preocupación consiste en silenciar a esa secta guardadora del sábado [...]. Dispondremos finalmente de una ley para exterminar a todos los que no se sujeten a nuestra autoridad”.—Testimonios para los Ministros, 472-473 (1884). EUD 217.3
Es el propósito de Satanás hacer que sean extirpados de la tierra, a fin de que nadie pueda disputar su supremacía en el mundo.—Testimonios para los Ministros, 37 (1893). EUD 217.4
Se hará pasar por gran prueba y angustia a la iglesia remanente. Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús sentirán la ira del dragón y sus huestes. Satanás considera al mundo como sus súbditos. Ha obtenido el control de las iglesias apóstatas, pero hay un pequeño grupo que resiste su supremacía. Si pudiera borrarlos de la tierra, su triunfo sería completo. Así como influyó sobre las naciones paganas para destruir a Israel, así en el cercano futuro incitará a los poderes malvados de la tierra para destruir al pueblo de Dios.—Testimonies for the Church 9:231 (1909).
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Argumentos usados contra el pueblo de Dios
Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecieron a los malvados contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra, las plagas se detendrían.—Primeros Escritos, 36 (1851). EUD 218.1
Cuando el ángel de la misericordia pliegue sus alas y parta, Satanás cometerá las acciones impías que por largo tiempo ha deseado hacer. Tormenta y tempestad, guerra y derramamiento de sangre: él se deleita en estas cosas, y así reúne su cosecha. Y los hombres serán engañados por él en forma tan completa, que declararán que estas calamidades son el resultado de la profanación del primer día de la semana. Desde los púlpitos de las iglesias populares se oirá la declaración de que el mundo está siendo castigado debido a que el domingo no es honrado como debiera serlo.—The Review and Herald, 17 de septiembre de 1901. EUD 218.2
Se demandará con insistencia que no se tolere a los pocos que se oponen a una institución de la iglesia y a una ley del Estado; pues vale más que esos pocos sufran y no que naciones enteras sean precipitadas a la confusión y anarquía. Este mismo argumento fue presentado contra Cristo hace mil ochocientos años por los “príncipes del pueblo” [...]. Este argumento parecerá concluyente.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 673 (1911).
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Muerte para todos los que no honren el domingo
Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento.—Primeros Escritos, 36 (1851). EUD 218.4
Así como Nabucodonosor, el rey de Babilonia, emitió un decreto por el cual todos los que no se postrasen y adorasen su imagen serían muertos, de la misma manera se proclamará que todos los que no reverencien la institución del domingo serán castigados con prisión y muerte [...]. Que todos lean cuidadosamente el capítulo 13 de Apocalipsis, porque afecta a todo ser humano, grande o pequeño.—Manuscript Releases 14:91 (1896). EUD 218.5
El tiempo de angustia está por llegar para el pueblo de Dios. Será entonces cuando se promulgará el decreto prohibiendo comprar o vender a los que guardan el sábado del Señor, y que los amenazará con castigos, y aun la muerte, si no observan el primer día de la semana como día de reposo.—En Lugares Celestiales, 346 (1908). EUD 219.1
Unidos los poderes de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, “Pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” (Apocalipsis 13:16), se conformen a las costumbres de la iglesia y observen el falso día de reposo. Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 662 (1911). EUD 219.2
La ira del hombre se despertará en forma especial contra aquellos que santifican el sábado del cuarto mandamiento; y al fin un decreto universal los denunciará como merecedores de muerte.—La Historia de Profetas y Reyes, 376 (1914).
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Decreto de muerte similar al que emitió Asuero. Matar a todo judío Ester .
El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos. Hoy los enemigos de la verdadera iglesia ven en el pequeño grupo que observa el mandamiento del sábado, un Mardoqueo a la puerta. La reverencia que el pueblo de Dios manifiesta hacia su ley, es una reprensión constante para aquellos que han desechado el temor del Señor y pisotean su sábado.—La Historia de Profetas y Reyes, 444 (1914). EUD 219.4
Vi después que los magnates de la tierra consultaban entre sí, y Satanás y sus ángeles estaban atareados en torno de ellos. Vi un edicto del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos a su fe peculiar y prescindían del sábado para observar el primer día de la semana, quedaría la gente en libertad para matarlos.—Primeros Escritos, 282 (1858). EUD 219.5
Si el pueblo de Dios pone su confianza en él [el Señor] y por fe depende de su poder, los ardides de Satanás serán derrotados en nuestro tiempo tan notablemente como en los días de Mardoqueo.—The Signs of the Times, 22 de febrero de 1910.
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El
pueblo de Dios huye de las ciudades; muchos son encarcelados
Cuando el decreto promulgado por los diversos príncipes y dignatarios de la cristiandad contra los que observan los mandamientos, suspenda la protección y las garantías del gobierno y abandone a los que tratan de aniquilarlos, el pueblo de Dios huirá de las ciudades y de los pueblos y se unirá en grupos para vivir en los lugares más desiertos y solitarios. Muchos encontrarán refugio en puntos de difícil acceso en las montañas [...]. Pero muchos seres humanos de todas las naciones y de todas clases, grandes y pequeños, ricos y pobres, negros y blancos, serán arrojados en la más injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarán días penosos, encadenados, encerrados en cárceles, sentenciados a muerte, algunos abandonados adrede para morir de hambre y sed en sombríos y repugnantes calabozos.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 683-684 (1911). EUD 220.3
Por más que un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos, se anticiparán al decreto y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 689 (1911). EUD 220.4
Los hijos de Dios no estarán todos en un mismo lugar en este tiempo. Estarán en diferentes grupos y en todas partes de la tierra; y serán puestos a prueba individualmente y no por grupos. Cada uno deberá soportar la prueba por sí mismo.—Comentario Bíblico Adventista 4:1165 (1908). EUD 221.1
La fe de los miembros de la iglesia será probada en forma individual, como si no hubiera otra persona en el mundo.—Comentario Bíblico Adventista 7:994 (1890). EUD 221.2
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LOS SELLADOS DE CRISTO PERSEGUIDOS Y VIVIENDO EN CUEBAS. DECIERTO O ESCONDRIJOS CUANDO COMIENCEN A CAER LAS PLAGAS COMO EGIPTO AL PAPADO Y SUS ALIADOS POR HABER ACEPTADO LA MARCA DE LA BESTIA CATECISMO . EL DECRETO DE MUERTE PARA EL PUEBLO DE LA SANTA BIBLIA .
Liberación del pueblo de Dios
Los rodearán las huestes de Satanás y los hombres perversos, para alegrarse de su suerte, porque no parecerá haber para ellos medio de escapar. Pero en medio de las orgías y el triunfo de aquellos, se oirá el estruendo ensordecedor del trueno más formidable. Los cielos se habrán ennegrecido, y estarán iluminados únicamente por la deslumbrante y terrible gloria del cielo, cuando Dios deje oír su voz desde su santa morada. EUD 227.2
Los cimientos de la tierra temblarán; los edificios vacilarán y caerán con espantoso fragor. El mar hervirá como una olla, y toda la tierra será terriblemente conmovida. El cautiverio de los justos se cambiará, y con suave y solemne susurro se dirán unos a otros: “Somos librados; es la voz de Dios”.—Joyas de los Testimonios 1:131-132 (1862). EUD 227.3
Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose él tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora. EUD 227.4
El pueblo de Dios—algunos en las celdas de las cárceles, otros escondidos en ignorados escondrijos de bosques y montañas—invocan aún la protección divina, mientras que por todas partes compañías de hombres armados, instigados por legiones de ángeles malos, se disponen a emprender la obra de muerte [...]. Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e imprecaciones, están a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto densas tinieblas, más sombrías que la oscuridad de la noche caen sobre la tierra [...]. EUD 228.1
Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo [...]. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: “Hecho es”. Apocalipsis 16:17. Esa misma voz sacude los cielos y la tierra [...]. EUD 228.2
Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su fe.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 693-695 (1911). |
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El terror de los perdidos
Cuando la tierra se bambolee como un ebrio, cuando los cielos se estremezcan y venga el gran día del Señor, ¿quién podrá estar firme? Una cosa verán temblando de agonía, de la cual procurarán escapar en vano. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Apocalipsis 1:7. Los que no están salvos pronuncian desesperadas imprecaciones a la naturaleza muda, su dios: “Montes y [...] peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono”. Apocalipsis 6:16.—A Fin de Conocerle, 358 (1896). EUD 231.2
Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo, será terrible el despertar para los que lo hayan perdido todo en la gran lucha de la vida [...]. La ganancia de una vida entera les es arrebatada en un momento. Los ricos lamentan la destrucción de sus soberbias casas, la dispersión de su oro y de su plata [...]. Los impíos están llenos de pesar, no por su indiferencia pecaminosa para con Dios y sus semejantes, sino porque Dios haya vencido. Lamentan el resultado obtenido; pero no se arrepienten de su maldad.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 711-712 (1911).
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