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General: LA MISA CATECISMO 666,TU DECIDES A QUIEN Servir. .
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Resposta  Missatge 1 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza  (Missatge original) Enviat: 05/02/2022 16:39
LA MISA EN SI ES LA MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y  DE SUS HIJAS QUE GUARDAN EL DOMINGO SANTIFICAR LAS FIESTAS CATECISMO PRIMER DIA DE LA SEMANA DOMINGO.666 .APOC CAP13CAP14:8,11CAP16CAP19:20,21 LOS QUE NO TENDRAN LA VIDA ETERNA SON LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA QUIENES OBEDECEN AL PAPADO MISA CATECISMO. APOC 15:2 
LA MISA EN SI ES LA MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y  DE SUS HIJAS QUE GUARDAN EL DOMINGO SANTIFICAR LAS FIESTAS CATECISMO PRIMER DIA DE LA SEMANA DOMINGO.666 .APOC CAP13CAP14:8,11CAP16CAP19:20,21 LOS QUE NO TENDRAN LA VIDA ETERNA SON LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA QUIENES OBEDECEN AL PAPADO MISA CATECISMO. APOC 15:2 2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.(LOS QUE NO TUVIERON LA MARCA DE LA BESTIA ESTAN EN EL CIELO) 
LA MISA—Respecto a la doctrina de la misa, véase la obra del cardenal Wiseman, The Real Presence of the Body and Blood of Our Lord Jesús Christ in the Blessed Eucharist [La presencia real del cuerpo y de la sangre de nuestro Señor Jesucristo en la santa eucaristía]; además el Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano, art. “Eucaristía” (último párrafo: “Definiciones del concilio de Trento relativas a la doctrina de la eucaristía”); Cánones y decretos del concilio de Trento, sesión 13, caps. 1-8 (en la edición, Los sacrosantos ecuménicos concilios de Trento y Vaticano, en latín y castellano, por A. M. Díez, Madrid, 1903, pp. 126-137). J. Calvino, Institución religiosa, lib. 4, caps. 17, 18, pp. 925-985 (Obras de los Reformadores Antiguos Españoles no 14, Madrid, 1858); K. R. Hagenbach, Lehrbuch der Dogmengeschichte, tomo 1, pp. 180-188, 331-336, y tomo 2, pp. 161-179 (2a ed., Leipzig, 1827). La misa es el acto más elevado de toda la Iglesia católica y otras denominaciones cristianas,[1]​ ya que el sacramento de la Eucaristía es el centro y el compendio de todo el cristianismo;[2]​ todos los demás sacramentos se ordenan para fin de este.[3]​ Para los ritos latinos de la Iglesia católica, la Comunión anglicana y algunas confesiones protestantes, entre ellas el luteranismo,[4]​ se denomina santa cena. Para los ritos orientales católicos, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia copta se denomina como Divina Liturgia.

Vale la pena notar que seis de las ocho menciones del primer día de la semana domingo  en el Nuevo Testamento se refieren al mismo día, el día que nuestro Señor resucitó. Los pasajes que lo mencionan son los siguientes: Mateo 28:1Marcos 16:2, 9Lucas 24:1Juan 20:1, 19. Es extraño que estos pasajes que se refieren al día de la resurrección de nuestro Señor, sean citados en prueba de que se deba descansar el domingo o tenerlo por día del Señor. Las siguientes consideraciones demuestran claramente que dichos textos no suministran prueba alguna de que el primer día tenga un carácter sagrado: 

1: Ni en estos pasajes ni en el contexto de cualquiera de ellos se declara, como no se declara tampoco en ninguna otra parte de la Biblia, que el domingo sea día de reposo o día del Señor, ni día sagrado, ni que hubiese de reemplazar al sábado de Jehová. Por cierto que a quien observe el domingo como día santo, o en honor de la resurrección, el Señor podría preguntar, como preguntó antaño: “¿Quién demandó esto de vuestras manos?” 

2. Dicen los eruditos bíblicos que Mateo escribió su Evangelio de siete a treinta años después de la resurrección; Marcos escribió su Evangelio treinta años después; Lucas escribió el suyo treinta y dos años después; y Juan unos sesenta años después de la resurrección. Pero ninguno de estos escritores designa el domingo con otra expresión que “primer día de la semana,” mientras que el día anterior es uniformemente llamado por el nombre sagrado de “sábado.” Por cierto que los escritores inspirados no conocieron cambio alguno de día de reposo. 

3. Que ese día no se celebraba en honor de Cristo resucitado es evidente por el hecho de que los discípulos “no creían” que hubiese resucitado, ni aun después que se lo dijera María. Marcos 16:11. Tampoco creían los discípulos la historia de los dos que habían visto a Jesús en Emaús. Vers. 12, 13. Y cuando nuestro Señor apareció a los once, “ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu” (Lucas 24:37), y nuestro Señor “censuróles su incredulidad y dureza de corazón, que no hubiesen creído a los que le habían visto resucitado.” Marcos 16:14. La verdad es que los discípulos no se habían reunido para celebrar la resurrección de Aquel en cuya resurrección no creían. 

4. Es de notar que ese día no era considerado por los discípulos como día santo. Dos de ellos viajaron a Emaús, aldea que estaba a unos doce kilómetros de Jerusalén, y emplearon en ello una porción considerable del día. Volviendo a Jerusalén al final de ese día, encontraron a los discípulos reunidos, no con el propósito de celebrar una reunión religiosa, sino en una morada común de Jerusalén, con las puertas cerradas “por miedo de los judíos.” Compárese Juan 20:19 con Hechos 1:13. 


La “bestia papado ” de Apocalipsis 13:1-10 es un símbolo de este poder a través de los siglos, que ha existido bajo diversas formas, simbolizadas por las siete cabezas. Bajo la cabeza dominante del período presentado en Apocalipsis 13:1-10, la bestia representa el papado. Ejerció el poder perseguidor durante 1.260 años, al fin de los cuales nos es representada como yendo en cautiverio. Lo que hizo de ella un poder perseguidor fué la unión de la iglesia con el estado. La Edad Media atestigua sus funestos efectos tanto sobre la iglesia como sobre el estado. La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo sábado séptimo día santo en la creación Génesis o 1:1 Génesis 2:14del Sinaí lo  confirmo con su dedo .. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios del Sinaí  tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta en catecismo , enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia. 




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Resposta  Missatge 2 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza Enviat: 05/02/2022 16:57

Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto. 

  del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley. 

¿Hay pruebas de que el gobierno norteamericano hará esto, y que obligará a todos sus súbditos a recibir esta marca en la diestra, absteniéndose de todo trabajo, o en la frente, es decir libremente y por su profesión de fe? En verdad, las pruebas abundan. Ya varios estados, por separado, han perseguido a los que realizaban trabajos comunes en domingo. Por la multiplicación de las decisiones judiciales, contrarias a la Constitución y al verdadero espíritu americano, y por la enorme presión de los entusiastas religiosos sobre los magistrados, la nación de los Estados Unidos se está dirigiendo hacia el fin lógico de los pasos ya dados, a saber una unión completa de la iglesia y el estado y la elevación del domingo al estado de ley. 

¿Qué vendrá luego? Habrá quienes, en conciencia obedientes a Dios y a su Palabra, no podrán observarla. No podrán rendir obediencia al estandarte de otra potencia. Por lo tanto, las leyes se volverán más estrictas; pero serán violadas por razones de conciencia. El gobierno, cegado y lanzado en su carrera fatal, creerá necesario mantener su falsa dignidad. Impondrá multas y penalidades cada vez más severas, hasta la confiscación de los bienes y la privación de la ciudadanía. Los “herejes” no podrán ni comprar ni vender. Serán boicoteados. Y aun más, si persisten en lo que un gobierno cegado llama “obstinación,” serán considerados traidores y el castigo que merece la traición es la muerte.

A principios del siglo IV el emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el Imperio Romano . El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; pues era política del emperador conciliar los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en pugna. Los obispos de la iglesia, inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo y ello redundaría en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia. Pero a pesar de que muchos cristianos piadosos fueron poco a poco inducidos a reconocer cierto carácter sagrado al domingo, no dejaron de considerar el verdadero sábado como el día santo del Señor ni de observarlo en cumplimiento del cuarto mandamiento.EXODO 20:8,11ESCRITO CON EL DEDO DE DIOS DEL SINAI. 

Éxodo 20-> Ver. 
[V.8-> Acuérdate. Esta palabra no hace más importante al cuarto mandamiento que a los otros nueve. Todos lo son igualmente. Quebrantar uno, es quebrantarlos todos (Stg 2:8-11). Pero el mandamiento del día de reposo nos recuerda que el séptimo día, el sábado, es el descanso señalado por Dios para el hombre, y que ese reposo se remonta hasta el mismo comienzo de la historia humana y es una parte inseparable de la semana de la creación (Gen 2:1-3; PP 348). Carece por completo de base el argumento de que el sábado fue dado al hombre por primera vez en el Sinaí. (Mar 2:27; PP 66, 67, 263). En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no debiéramos olvidar a Dios. Entrar plenamente en el espíritu del sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del Decálogo. La atención especial y la dedicación dadas, en este día de descanso, a Dios y a las cosas de valor eterno, proveen un caudal de poder para obtener la victoria sobre los males contra los cuales se nos advierte en los otros mandamientos. El sábado ha sido bien comparado a un puente tendido a través de las agitadas aguas de la vida sobre el cual podemos pasar para llegar a la orilla opuesta, a un eslabón entre la tierra y el cielo, un símbolo del día eterno cuando los que sean leales a Dios se revestirán para siempre con el manto de la santidad y del gozo inmortales. Debiéramos "recordar" también que el mero descanso del trabajo físico no constituye la observancia del sábado. Nunca fue la intención que el sábado fuera un día de ociosidad e  inactividad. La observancia del sábado no consiste tanto en abstenerse de ciertas formas de actividad como en participar deliberadamente en otras. Dejamos la rutina semanal del trabajo sólo como un medio para dedicar el día a otros propósitos. El espíritu de la verdadera observancia del sábado nos inducirá a aprovechar sus horas sagradas procurando comprender más perfectamente el carácter y la voluntad de Dios, a apreciar más plenamente su amor y misericordia y a cooperar más eficazmente con él ayudando a nuestros prójimos en sus necesidades espirituales. Cualquier cosa que contribuya a esos propósitos primordiales es apropiada para el espíritu y la finalidad del sábado. Cualquier cosa que contribuya en primer lugar a la complacencia de los deseos personales de uno o a la prosecución de los intereses propios, es tan ajena a la verdadera observancia del sábado como un trabajo común. Este principio se aplica tanto a los pensamientos y a las palabras como a las acciones. El sábado nos remonta a un mundo perfecto en el remoto pasado (Gen 1:31; Gen 2:1-3), y nos advierte que hay un tiempo cuando el Creador, otra vez, hará "nuevas todas las cosas" (Ap 21:5). También es un recordativo de que Dios está listo para restaurar, dentro de nuestros corazones y de nuestras vidas, su propia imagen tal como era en el principio (Gen 1:26; Gen 1:27). El que entra en el verdadero espíritu de la observancia del sábado se hace así idóneo para recibir el sello de Dios, que es el reconocimiento divino de que el carácter del Eterno está reflejado perfectamente en la vida del hombre (Eze 20:20). Una vez cada semana tenemos el feliz privilegio de olvidar todo lo que nos recuerde este mundo de pecado, y "acordarnos" de las cosas que nos acercan a Dios. El sábado puede llegar a ser para nosotros un pequeño santuario en el desierto de este mundo, donde por un tiempo podemos estar libres de sus cuidados y podemos entrar, por así decirlo, en los gozos del cielo. Si el descanso del sábado fue deseable para los seres sin pecado del paraíso (Gen 2:1-3), ¡cuánto más esencial lo es para los falibles mortales que se preparan para entrar de nuevo en esa bendita morada! ]

Exodo 20-> Ver. 10
[V.10-> El séptimo día. Ningún trabajo secular innecesario ha de realizarse en ese día. El sábado debe emplearse en meditación religiosa, en el culto y servicio para Dios. Además proporciona una oportunidad para el descanso físico. Esta característica del sábado es muy importante para el hombre en su estado pecaminoso, cuando debe ganarse el pan con el sudor de su rostro (Gen 3:17-19). Reposo para Jehová. En hebreo, "reposo" no lleva artículo definido, "el", pero esto no le quita exactitud al mandamiento del sábado. El punto de controversia entre los observadores del domingo y los del sábado no es si un cristiano debe descansar -no hacer "en él obra alguna"- un determinado día de la semana, sino qué día de la semana debe ser: el primero o el séptimo. El mandamiento contesta inequívocamente: "el séptimo día". El mandamiento divide la semana en dos partes: (1) En "seis días... harás toda tu obra". (2) En "el séptimo día... no hagas... obra alguna". Y ¿por qué esta prohibición de trabajar en "el séptimo día"? Porque es "reposo para Jehová". La palabra reposo viene del Heb. shabbáth, que significa "descanso". De modo que el mandamiento prohibe trabajar en "el séptimo día" porque es un día de descanso del Señor. Esto nos hace remontar al origen del sábado, cuando Dios "reposó el día séptimo" (Gen 2:2). Por lo tanto, es claro que el contraste no es entre "el" y "un", sino entre "trabajar" y "descansar". "Seis días", dice el mandamiento, son días de trabajo, pero "el séptimo día" es un día de descanso. Que "el séptimo día" es el único día de descanso de Dios resulta evidente por las palabras con que comienza el mandamiento: "Acuérdate del día de reposo [sábado] para santificarlo". Los ángeles anunciaron a los pastores: "Os ha nacido... un Salvador" (Luc 2:11). No llegamos por ello [el uso del artículo "un"] a la conclusión de que Cristo fue tan sólo uno de muchos salvadores. Captamos el significado de las palabras de los ángeles cuando ponemos el énfasis en la palabra "Salvador". Cristo vino, no como un conquistador militar o un rey terrenal, sino como un Salvador. Otros numerosos pasajes tratan de esa salvación como única en su género y de que no podemos ser salvados por ningún otro. Así es también 617 con el asunto de "el" y "un" en el cuarto mandamiento. No hagas en él obra alguna. Esto no prohibe las obras de misericordia o el trabajo esencial para la preservación de la vida y la salud que no puede realizarse en otros días. Siempre "es lícito hacer bien en sábado" (Mat 12:1-14, BJ; Mar 2:23-28). El descanso de que aquí se habla no ha de ser considerado meramente en términos de la cesación del trabajo ordinario, aunque por supuesto esto está incluido. Debe ser un descanso santo, en el cual haya comunión con Dios. Ni tu bestia. El cuidado de Dios por los animales resalta repetidas veces en los escritores del AT (Exo 23:5; Exo 23:12; Deu 25:4). El los recordó en el arca (Gen 8:1). Estuvieron incluidos en su pacto que siguió al diluvio (Gen 9:9-11). El sostiene que los animales son suyos (Sal 50:10). La presencia de "muchos animales" fue una razón para que Nínive fuera preservada (Jnn 4:11). Tu extranjero. Es decir un extranjero que, por propia voluntad, se unió con los israelitas. Una "grande multitud" salió de Egipto con Israel (Exo 12:38) y lo acompañó en sus peregrinaciones por el desierto. Mientras eligieran permanecer con los israelitas, habían de conformarse con los requisitos que Dios estableció para su propio pueblo. En un sentido, esto restringía su libertad, pero estaban libres para irse si no deseaban obedecer. En compensación, por así decirlo, compartían las bendiciones que Dios prodigaba a Israel (Num 10:29; Zac 8:22; Zac 8:23). ] 




Resposta  Missatge 3 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza Enviat: 05/02/2022 17:26
ESTADOS EN LAS PROFECIAS CUMPLIENDOSE ANTES DEL REGRESO DE CRISTO.



La “bestia” de Apocalipsis 13:1-10 es un símbolo de este poder a través de los siglos, que ha existido bajo diversas formas, simbolizadas por las siete cabezas. Bajo la cabeza dominante del período presentado en Apocalipsis 13:1-10, la bestia representa el papado. Ejerció el poder perseguidor durante 1.260 años, al fin de los cuales nos es representada como yendo en cautiverio. Lo que hizo de ella un poder perseguidor fué la unión de la iglesia con el estado. La Edad Media atestigua sus funestos efectos tanto sobre la iglesia como sobre el estado. 

Precisamente cuando este poder perseguidor va en cautiverio (vers. 10), el profeta ve otro poder que se levanta en forma de “otra bestia EEUU PROTESTANTISMO APOSTATA ” que sube “de la tierra,” y que tiene “dos cuernos semejantes a los de un cordero, mas hablaba como un dragón.” Había, entre otras especificaciones dignas de nota, que significaban claramente a qué potencia se aplica este símbolo, las cuatro siguientes: 1. El tiempo de su nacimiento. 2. El territorio en que actúa. 3. El carácter que profesa tener, según lo indican sus cuernos. 4. Su verdadero carácter y obra, según lo revela su voz. 

1. Esta potencia, nace más o menos, cuando la bestia anterior, gobernada por la cabeza papal, es llevada en cautiverio o cesa de ser potencia perseguidora. Esto sucedió en 1798, cuando el papa Pío VI fué llevado en cautiverio, y desde esa fecha el papado no ha sido reconocido por el poder civil como defensor de la fe de las naciones y juez de herejes. En esa oportunidad—al fin del siglo XVIII—había tan sólo una nueva potencia notable que hacía su aparición en el horizonte del mundo, a saber, los Estados Unidos de Norteamérica. 

2. Las bestias que representaban las naciones del Viejo Mundo aparecen como saliendo del mar (Daniel 7:2, 3, 17Apocalipsis 13:1); el mar, o las aguas, simboliza los grandes movimientos nacionales de flujo y reflujo, con todos los cambios y fluctuaciones que ocasionan. Apocalipsis 17:15Isaías 8:7. Pero la bestia de dos cuernos llega al poder, no entre las naciones conocidas del mundo, sino en una parte desconocida hasta entonces. Esta especificación se cumple en los Estados Unidos y su gobierno; porque surgieron, por así decirlo, “entre las soledades de la tierra.” 

3. Tenía dos cuernos como los de un cordero, rasgo que no se notó en ningún otro símbolo de la profecía divina. El “cordero” es un símbolo de Cristo, el Cordero muerto desde la fundación del mundo, Cordero que “tenía siete cuernos.” Apocalipsis 5:6. Un cuerno es símbolo de fuerza o exaltación, o de lo que produce eminencia o exaltación. Había dos principios en las doctrinas de Cristo que, adoptados por cualquier gobierno, le darían preeminencia y servirían para elevarlo. Estos dos principios de la religión cristiana han contribuido, aparte de su inherente poder divino, para granjearle favor dondequiera que hayan sido conocidos, y los hombres que no los abrazan los admiran. Estos dos principios de este gobierno han granjeado también la admiración de todos los que aman la justicia en todas las naciones, y han llevado a sus playas desde el Viejo Mundo, multitudes de oprimidos y amantes de la libertad. Estos principios son la absoluta igualdad o fraternidad de los hombres y la perfecta libertad de elección en cuanto a creer o no creer en asuntos religiosos. El primero se expresa en pasajes como éstos: “Dios ... de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos 17:26), y “Uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos”Mateo 23:8. El segundo, por estas palabras: “El que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” Juan 12:47. “Dios no hace acepción de personas.” Véase también Juan 18:36Mateo 20:25-28Lucas 9:51-562 Corintios 1:24; 5:11, 20. La obra de los ministros de Cristo no consiste en obligar, sino en ganar; no en ordenar sino en persuadir y rogar. Únicamente una religión sobre toda la faz de la tierra reconoce los principios de la igualdad de los hombres y la absoluta libertad de la voluntad, sin compulsión. Únicamente una nación importante sobre toda la faz de la tierra ha encarnado alguna vez en la constitución de su existencia y los principios de su gobierno estas dos características, y esta nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica. 

La igualdad del hombre se presenta así en la declaración de la independencia: “Tenemos por verdades evidentes de por sí: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.” La libertad religiosa se presenta en la primera enmienda de la constitución: “Ninguna ley promulgará el Congreso respecto del establecimiento de la religión, o que prohiba el libre ejercicio de ella; o cercene la libertad de palabra o de prensa; o el derecho de reunión pacífica.” Estos principios cristianos limitan el símbolo de la bestia de dos cuernos a los Estados Unidos. 

4. “Hablaba como un dragón.” El “dragón” es satánico, y símbolo de una potencia perseguidora. Apocalipsis 12:9, 13. “De la abundancia del corazón habla la boca.” La manera de hablar revela la verdadera naturaleza y el desarrollo ulterior de la nación que nos ocupa. Un gobierno habla por sus leyes y decretos. El símbolo indica, por lo tanto, que los Estados Unidos llegarán todavía a ser una potencia perseguidora. ¿Hay indicaciones de que tal será el caso?—Hace noventa años, no se podía decir que las hubiese. Ahora son legión. 

Por la profecía puede verse que la bestia de dos cuernos levanta una imagen a la bestia e impone la marca de la bestia a aquellos que están dentro de su jurisdicción. Lo que constituía la bestia era una unión de la iglesia y el estado, en la que el estado imponía a todos los dogmas de la iglesia. Una imagen de la bestia sería el establecimiento de un sistema semejante en el gobierno de los Estados Unidos. El espacio limitado de este apéndice no permite citar las pruebas de que esto ya se está haciendo en principio. Notaremos, sin embargo, algunos hechos: 


Resposta  Missatge 4 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza Enviat: 05/02/2022 17:40


a) En 1864 se formó la Asociación pro Reforma Nacional con el objeto confesado de “conseguir una enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que declare la fidelidad de la nación a Jesucristo, y su aceptación de las leyes morales de la religión cristiana, que indique que ésta es una nación cristiana, y coloque todas las leyes, instituciones y costumbres cristianas de nuestro gobierno sobre una base legal innegable en la ley fundamental del país.” Por supuesto, el lector inteligente y avizor verá en seguida que este propósito cristalizado en ley no sería sino la interpretación humana de “las leyes morales de la religión cristiana.” Y la Edad Media poseyó en abundancia estas interpretaciones. 

b) Aunque la asociación nombrada nunca ha sido numéricamente muy grande, ha difundido sus opiniones erróneas en toda denominación religiosa, en las instituciones del saber y entre los miembros de toda organización que se destaque por sus esfuerzos en realizar reformas. La Unión de Mujeres Cristianas Temperantes, que fomentó la prohibición, y las grandes denominaciones protestantes del país, han favorecido, en una forma u otra, estas opiniones, y han ejercido presión, por la influencia política, sobre los funcionarios Públicos del gobierno nacional y de los estados. 

c) El 29 de febrero de 1892, la Suprema Corte de los Estados Unidos declaró, en la decisión respecto de la iglesia Trinity, que “ésta es una nación cristiana,” y el verano siguiente ambas cámaras del Congreso, juntamente con el presidente, cedieron a la presión, y declararon que el día de reposo del cuarto mandamiento era el domingo, primer día de la semana, con lo que los magistrados civiles fallaron con respecto a una cuestión religiosa y así comprometieron el gobierno a este procedimiento. 

d) Sucesos ulteriores, notablemente el reconocimiento oficial y la recepción de un representante del Vaticano de parte del gobierno, precisamente antes de la guerra de 1898 con España, revelan el hecho de que los pasos preliminares de una unión de la iglesia y el estado—una imagen de la bestia—han sido dados. 

La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta, enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia. 

Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley.




Resposta  Missatge 5 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza Enviat: 05/02/2022 18:50

Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 9EL CATECISMO EL VINO DE SATANAS EN EL MUNDO APOC 17:2 

[V.9-> Fue lanzado fuera. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo en las edades pasadas (2Pe 2:4), antes de la creación de este mundo (PP 14-23; cf. PE 145-146; CS 552-554; 3SG 36, 39; 1SP 17-33). Sin embargo, parece que hasta el momento del drama de la cruz podía llegar hasta los seres celestiales, y en un grado limitado, posiblemente como “príncipe de este mundo” (Jn 12:31; Luc 4:6), pero no como habitante del cielo, podía entrar en los recintos celestiales (DTG 709; cf. HR 26-27; ver com. “en tierra”). Esta puede ser, sin embargo, la expulsión definitiva que ocurrió en la cruz, como lo declaró nuestro Señor (Jn 12:31-32; cf. PP 54-57; DTG 455, 633,706). Es evidente por el contexto (Ap 12:10-13) 825 que Juan se está refiriendo más específicamente a los sucesos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz. Pueden notarse los siguientes puntos: 1. La proclamación que hace una “gran voz en el cielo” (Ap 12:10-12) es más o menos un paréntesis, cuyo propósito es explicar el significado de la expulsión de Satanás (Ap 12:9), en primer lugar a los habitantes del cielo, y luego a los de esta tierra. Después de este paréntesis explicatorio, el Ap 12:13 continúa la narración de las actividades de Satanás a partir del lugar donde había quedado en el Ap 12:9. Por consiguiente, los Ap 12:10-12 constituyen, principalmente, una declaración relativa al estado del plan de salvación en el momento en que Satanás fue “arrojado a la tierra”. 2. La primera declaración de la “gran voz” consiste en una serie de hechos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz sobre Satanás: se aseguró el plan de la “salvación”, se dio “poder” para resistir los engaños de Satanás, se aseguró el “reino” de Cristo y fue confirmado su “poder” literalmente “autoridad” de ser el Salvador del hombre, el sumo sacerdote y rey (Mat 28:18; CS 558). 3. La razón que se da en Ap 12:10 para esta cuádruple victoria es muy especifica: que “ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos”, lo cual relaciona claramente lo que se ha hecho con la expulsión del Ap 12:9. 4. En el tiempo de la expulsión de los Ap 12:9-10; Ap 12:13, “el acusador de nuestros hermanos” ya los había estado acusando activamente “delante de nuestro Dios día y noche”. Es obvio que esta caída ocurrió después de que Satanás había estado acusando durante cierto tiempo a “los hermanos”; por lo tanto, según parece ésta no puede ser la expulsión original de Satanás, la cual fue, por supuesto, antes de la creación de la tierra y de Adán y Eva. 5. El Ap 12:11 declara específicamente que fue “la Sangre del Cordero” -la muerte de Cristo en la cruz- la que había hecho posible la victoria sobre “el acusador de nuestros hermanos”. El gran dragón Satanás . Ver com. Ap 12:3. Serpiente. Una referencia a la serpiente que engañó a Eva (Gen 3:1). Antigua. Gr. arjáios, “antiguo”, “viejo”, de arj’, “principio”. “Arcaico” deriva de arjáios. Cf. Jn 8:44. Diablo. Gr.Diábolos, “calumniador” (ver com. Mat 4:1). Satanás. Gr. Satanás, transliteración del Heb. Sátan, que significa “adversario” (ver com. Zac 3:1). Engaña. Gr. Planáō, “hacer errar”, “descarriar”. “engañar” (ver com. Mat 18:12). Mundo. Gr. oikoumén’ “el mundo habitado”, de oikéō, “morar” (ver com. Mat 4:8). A la tierra. El conflicto en el cielo comenzó debido a los planes para la creación del hombre (ver 3SG 36). Cuando la tierra fue creada y entregada a Adán, Satanás se esforzó para hacer que cayera el hombre que acababa de ser creado. Cuando consiguió que Adán y Eva cayeran, reclamó la posesión de la tierra (ver com. Mat 4:8-9); pero lo limitó sus esfuerzos a esta tierra sino que también tentó a los habitantes de otros mundos (ver PE 290). No será sino hasta la segunda venida de Cristo cuando Satanás será completamente confinado a esta tierra durante mil años (ver com. Ap 20:3; cf. PE 290, DTG 455). ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 2
[V.2-> Han fornicado. Gr. pornéuō, verbo afín de pórn’ (ver com. Ap 17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze 23:30; Ose 4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata catolicismo papado y aliados  (ver com. Ap 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa 23:15; Isa 23:17. Reyes de la tierra. Es decir, poderes políticos (ver com. Ap 17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera Vaticano ” (Ap 17:1; ver com. Ap 17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios del Sinaí del sábado séptimo día de la creación (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra” (cf. Ap 17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen. Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados para aceptar la marca de la bestia y su imagen marca de muerte eterna para recibir las plagas del Apocalipsis 16 (cf. com. Ap 17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera Vaticano (cf. Ap 13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos. Embriagado con el catecismo Laudato si cambio climático cop25,26 . Una embriaguez completa. Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer 51:7; 2Ts 2:9-10; Ap 13:3-4; Ap 13:7; Ap 13:18; Ap 14:8; Ap 18:3; Ap 18:23; Ap 19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia  papado y aliados y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados para que acepten la marca de la bestia y su imagen  (CS 682). Con el vino catecismo . O sea al beber el vino aceptar su marca . Este “vino catecismo ” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales” con las cuales promueve su política con la aparición de Satanás mismo como Cristo regresando a este mundo caminando y sentándose en el Vaticano bendiciendo a los que han aceptado la marca de la bestia  (cf. Ap 13:13-14; Ap 18:23; Ap 19:20). De su fornicación. O, es decir, “su prostitución catecismo 666 ”. La alianza entre el cristianismo apóstata papado e hijas domingo la marca de la bestia  y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo. ] 





Resposta  Missatge 6 de 7 del tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviat: 05/02/2022 21:15


Resposta  Missatge 7 de 7 del tema 
De: Damarit Espinoza Enviat: 19/03/2022 14:08
LA MARCA DE LA BESTIA EL CATECISMO APOCALIPSIS 13:17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.

18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.

Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 

[V.17-> Comprar ni vender 666 solo podrán comprar comida o vender los que se unen al papado para obedecerle  su marca . Esta drástica medida será tomada en un esfuerzo por obtener el cumplimiento de los dictados de la imagen EEUU protestantismo aposta ayuda al papado a someter al mundo edad media ; pero no será eficaz (ver com. Ap 14:1; Ap 14:12). Esta medida sin duda traerá consigo el decreto de muerte inquisición  (ver com. Ap 13:15). La marca catecismo Domingo 666 . Ver com. Ap 13:16. O el nombre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de la conjunción “o”. Si se omite, la frase “el nombre de la bestia papado ” estará en aposición con la palabra “marca”. El pasaje entonces podría decir: “la marca: el nombre de la bestia 666 domingo catecismo ” (BA). Esto significaría que la marca que vio Juan en visión era el nombre de la bestia. Esta relación puede compararse con el sello de Dios sábado séptimo día Apoc7:2cap14:7cap14:12 CAP15:2  que se coloca en la frente de los santos (Ap 7:2), con respecto a los cuales Juan declaró más tarde: tenían “el nombre... de su Padre escrito en la frente” Juan cap14:15(Ap 14:1). CE Ap 14:11. Sin embargo, la conjunción “o” aparece en el P47, el más antiguo manuscrito griego que se conoce del Apocalipsis. En tal caso, las frases “la marca catecismo Domingo ”, “el nombre de la bestia papado ” y “el número de su nombre 666 ” unidas por la palabra “o” pueden indicar grados de afiliación con la bestia o su imagen; pero Dios condena esta unión en cualquier grado que sea (Ap 14:9-11). Número de su nombre. Ver com. Ap 13:18. ] 

Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 18

[V.18-> Aquí hay sabiduría. Compárese con la frase “para la mente que tenga sabiduría” (Ap 17:9). La sabiduría que aquí se alaba es sin duda a la cual se refiere Pablo en Efe 1:17. Los seres humanos pueden comprender los misterios de la Palabra de Dios únicamente por medio de la iluminación divina (1Co 2:14). Entendimiento. O “inteligencia”. Los que deseen saber el significado del número misterioso, podrán entenderlo. Cuente. O “calcule”. Número de la bestia. Debe notarse que la bestia ya ha sido plenamente identificada (ver com. Ap 13:1-10). El número proporciona una evidencia que confirma esta identificación. Desde los comienzos del cristianismo se ha debatido mucho el significado del número 666. Uno de los primeros en escribir sobre el tema fue Ireneo (c. 130-202). Identificó a la bestia como el anticristo. Creía que los valores numéricos de las letras de su nombre sumarían 666, y sugirió como muy probable el nombre Teitan el cual a veces se consideraba divino. También sugirió, pero como mucho menos probable, el nombre Latéinos, que era el nombre del último reino de los cuatro que vio Daniel. Pero al mismo tiempo previno que “es por lo tanto más seguro y menos peligroso esperar el cumplimiento de la profecía, que hacer conjeturas y buscar aquí y allí nombres que puedan presentarse pues pueden encontrarse muchos nombres que poseen el número mencionado” (Contra herejías v. 30. 3). El número 666 se ha aplicado a numerosas figuras políticas de la historia desde los días de Ireneo. Pero debe notarse que como la bestia ya ha sido identificada, el número -sea cual fuere su significado- debe tener relación con ese poder; de lo contrario, no habría razón válida para que el ángel diese a Juan en este momento de la narración profética la información contenida en el Ap 13:18. Una interpretación que se divulgó en el período siguiente a la Reforma, fue que 666 representa o equivale a Vicarius Filii Dei, que significa “vicario del Hijo de Dios”, uno de los títulos del papa de Roma. El valor numérico de las letras que componen este título suma, como sigue, 666 V 5 I 1 C 100 A ---- R ---- I 1 V (U=V) 5 S ---- F ---- I 1 L 50 I 1 I 1 D 500 E ---- I 1 666 Esta interpretación está basada en la identificación del papa como el anticristo, concepto que se expuso claramente en la Reforma. El principal expositor de esta interpretación fue Andreas Helwig (c. 1572-1643; ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, pp. 605-608). Desde los días de 338 Helwig muchos han adoptado esta interpretación. Como este Comentario identifica a la bestia como el papado, también acepta este punto de vista como el mejor que se ha presentado hasta ahora, aunque reconoce que en el criptograma puede implicarse más de lo que contiene esta interpretación. En cuanto al título Vicarius Filii Dei, la revista católica Our Sunday Visitor, del 18 de abril de 1915, informó en respuesta a la pregunta: “¿Cuáles son las letras que se supone que están en la corona del papa, y qué significan, si es que tienen significado?” Respuesta: “Las letras grabadas en la mitra del papa son éstas: Vicarius Filii Dei, que en latín significan Vicario del Hijo de Dios. Los católicos sostienen que la iglesia, que es una sociedad visible, debe tener una cabeza visible” (p. 3). La edición de la misma revista del 15 de noviembre de 1914, admitía que los números latinos sumados daban un total de 666, pero añadía que muchos otros nombres también dan ese total. En el número del 3 de agosto de 1941, p. 7, nuevamente se trató el tema Vicarius Filii Dei, y se afirmó que ese título no está escrito en la tiara del papa. La tiara, se afirmaba, no lleva inscripción alguna (p.7). La Catholic Encyclopedia distingue entre mitra y tiara. Describe la tiara como un ornamento que no es litúrgico, y la mitra, como uno que se usa para ceremonias litúrgicas. Si la inscripción Vicarius Filii Dei aparece en la tiara o en la mitra, no tiene verdadera importancia. Se admite que el título se aplica al papa, y eso es suficiente para los propósitos de la profecía. Número de hombre. La bestia representa una organización humana. Seiscientos sesenta y seis. Si bien algunos MSS dicen 616 y 646, la evidencia textual tiende a confirmar el número 666. ] Apocalipsis 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen

Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 1

[V.1-> Oí. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:10. Una gran voz. Cf. Ap 1:10. Desde el templo. Esta pareciera ser la voz de Dios porque los siete ángeles portadores de las siete plagas ya habían salido del templo (Ap 15:6) y “nadie podía entrar en el templo” (ver com. Ap 16:8). Siete ángeles. En cuanto al significado del número “siete” en el Apocalipsis, ver com. Ap 1:11. Id. Aunque Juan no especifica el momento en que se da esta terrible orden, el contexto demuestra que será proclamada inmediatamente después del fin del tiempo de gracia, pero antes de la venida de Cristo (cf. com. Ap 15:8). Es evidente que la serie de calamidades sin precedentes que aquí se predice es aún futura (ver com. “derramad... las siete copas de la ira de Dios Cristo ”). El hecho de que la primera plaga se derrame sobre los hombres que han recibido la marca de la bestia y adoran su imagen catecismo Domingo santificar las fiestas (Ap 16:2), sitúa las plagas después del aparecimiento de la imagen EEUU LAUDATO SI CATECISMO DOMINGO  y de la colocación de la marca 666  (ver com. Ap 13:14-17), y después del pregón del tercer ángel Apocalipsis 14 , que amonesta contra la bestia y su señal 666 (ver com. Ap 14:9-11). Además, el hecho de que las siete últimas plagas constituyan la plenitud de la ira divina sin mezcla de misericordia (Ap 14:10; Ap 15:1; Ap 16:1), claramente muestra que ha terminado el tiempo de gracia para aquellos sobre los cuales caerán que tendrán la marca de la bestia y su imagen papado a y aliados  (ver com. Ap 22:11). El hecho de que durante la quinta plaga sede del vaticano los hombres aún sufran las llagas de la primera plaga (Ap 16:11), claramente señala que las plagas serán derramadas una tras otra y dentro de un período relativamente corto (ver com. Ap 16:2). También parece que el juicio de la Babilonia simbólica durante la séptima plaga papado aliados tendrán las plagas Apoc 16:13,14 (Ap 16:19), precederá al juicio de los reyes de la tierra en el momento de la venida de Cristo (ver com. Ap 17:16; Ap 18:11; Ap 18:20; Ap 19:21-19; cf. Ap 6:15-17; Ap 14:14). Derramad... las siete copas. Es decir, castigad la tierra con las calamidades representadas por las siete copas (Ap 15:7). Las siete últimas plagas son parecidas en ciertos aspectos a las diez plagas de Egipto (Exo 5:1 a 12:30). Ambas son una manifestación de la superioridad de la autoridad y el poder de Dios. Ambas terminan con la derrota decisiva de los hombres que han preferido desafiar a Dios, y por lo tanto concluyen con la liberación de su pueblo escogido de una situación que de otra manera sería irremediable. Ambas demuestran la justicia de Dios y dan honra y gloria a su nombre. Cada una de las diez plagas de Egipto fue completa y dolorosamente literal, y cada una tenía el propósito de demostrar cuán falsas eran las pretensiones de la religión falsa y cuán vano era confiar en ella (ver com. Exo 7:17; Exo 12:12; cf. PP 344, 822-824). Las siete últimas plagas también serán literales, y cada una asestará un golpe decisivo contra algún aspecto de la religión apóstata católica aliados Madre e Hijas , y por lo tanto tienen matices simbólicos. Por ejemplo, es evidente que el primer ángel no derramó un compuesto químico literal contenido en una copa literal sobre los hombres que habían recibido una señal literal impuesta por una bestia literal; pero el ángel quizá sea literal, y los hombres sobre quienes cae su copa son sin duda literales, y sus sufrimientos son igualmente literales. El contenido simbólico de la tercera plaga es evidente (Ap 16:5-6). La ira de Dios. Ver com. 2Rey 13:3; Ap 14:10. Quizá pueda preguntarse por qué Dios atormenta a los hombres de una manera tan terrible como la que se describe en el cap. 16, después de la terminación del tiempo de gracia, cuando ya no habrá oportunidad para arrepentirse. ¿Por qué no viene Cristo inmediatamente para poner fin al reinado del pecado papado y aliados ? En los tiempos del AT Dios permitió a menudo diferentes calamidades, como invasiones, hambres, enfermedades, terremotos y otras más, como medios de corrección y disciplina para llamar a la gente al arrepentimiento (Isa 1:5-9; Isa 9:13; Isa 10:5-6; Isa 26:9; Jer 2:30; Jer 8:3; Ose 7:10; Jne 1:4; Jne 2:12-14; Amo 4:6-11; Hag 1:5-11; ver com. 1Sa 16:14; 2Cr 18:1-8). Es evidente que las siete últimas plagas no pueden tener un propósito tan benévolo (ver com. “Id”); pero a pesar de todo no puede quedar duda de que las plagas cumplen una función necesaria 853 en el cumplimiento del plan del ciclo. Puede observarse que las primeras cinco plagas son en cierto sentido de naturaleza similar, pues su propósito es inducir a los hombres a comprender que han estado luchando contra Dios (ver CS 698); pero en vez de arrepentirse lo maldicen con más odio que nunca antes, y se vuelven más rebeldes y contumaces (Ap 16:9; Ap 16:11; Ap 16:21). Las plagas sirven para revelar el espíritu de rebelión que domina totalmente sus corazones. Se comprueba que la cizaña siempre será cizaña (cf. Mat 13:24-30; Mat 13:36-43), y que ¡ajusticia de Dios se hace evidente al destruirla (cf. CS 728). Por otra parte, las pruebas del gran tiempo de angustia que acompañará a las siete plagas demostrarán cuál es el carácter de los santos. También los inducirán a confiar más plenamente en Dios. Cf. com. Ap 7:4. Así como la disposición de morir por otro es la manifestación suprema del amor (Jn 15:13), así también el deseo de matar representa el máximo odio. Durante las dos últimas plagas se producirá una situación que revelará plenamente esa diferencia, aun a los mismos participantes, y tanto para los hombres como también para los ángeles se destacará ¡ajusticia de Dios al poner fin a la historia humana (ver Rom 14:11; Fil 2:10; CS 696-698; cf. PP 265; cf. com. Ap 16:13-14; Ap 16:16-17). Entonces quedará demostrado ante el universo que todos los que componen el pueblo remanente preferirían morir antes que desobedecer a Dios, y que los que escogieron servir a Satanás papado y aliados , matarían inquisición , si les fuera permitido, a todos los que estorbaron su propósito de regir la tierra. Sorprendidos en el mismo acto de intentar hacer cumplir el decreto de muerte, están sin excusa delante de Dios. Ver com. Ap 16:17. De esta manera se traza una línea muy clara entre los que sirven a Dios y los que no le sirven, y por medio de los inconversos se permitirá que el diablo demuestre cómo hubiera sido el universo si se le hubiese permitido dominarlo a su antojo (ver CS 41). Cf. com. Ap 7:1. Sobre la tierra. O sobre los habitantes de la tierra. ] 

CATECISMO 666 MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y ALIADOS Cuáles son los Diez Mandamiento de la Ley de Dios?CATECISMO 

Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:

1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.DOMINGO 
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos

DANIEL 7 :25 RATIFICA AL ANTICRISTO PAPADO Y 2TESAL CAP2Y APOCALIPSIS CAP13Y CAP17:8 

Daniel 7-> Ver. 25

[V.25-> Hablará palabras. Arameo millin (singular millah), simplemente, “palabras”. La expresión “grandes cosas” (Dan 7:8; Dan 7:20) es una traducción del vocablo arameo rabreban. Millah se traduce “asunto” en Dan 2:5; Dan 2:8; Dan 2:10-11; Dan 2:23; Dan 5:15; Dan 5:26; Dan 7:1; “palabra” en los Dan 4:31; Dan 4:33; Dan 5:10; Dan 7:11; Dan 7:25; Dan 7:28; “edicto” en 3:28; 6:12 y “respuesta” en 2:9. Contra. Arameo letsad. Si bien tsad significa “lado”, letsad no significa, como se esperaría, “al lado”, sino “contra”. Pero aquí parecería significar además “ponerse en lugar de”. Al oponerse al Altísimo, el cuerno pequeño pretendería ser igual a Dios (ver com. 2Ts 2:4; cf. Isa 14:12-14). La literatura eclesiástica abunda en ejemplos de las pretensiones arrogantes y blasfemas del papado. Ejemplos típicos son los siguientes tomados de una gran obra enciclopédica escrita por un teólogo católico del siglo XVIII: “El papa es de una dignidad tan grande y es tan excelso, que no es un mero hombre, sino como si fuera Dios y el vicario de Dios... ”El papa está coronado con una triple corona, como rey del cielo y de la tierra y de la regiones inferiores... ”El papa es como si fuera Dios sobre la tierra, único soberano de los fieles de Cristo, jefe de los reyes, tiene plenitud de poder, a él le ha sido encomendada por Dios omnipotente la dirección no sólo del reino terrenal sino también del reino celestial... ”El papa tiene tan grande autoridad y poder que puede modificar, explicar e interpretar aun las leyes divinas... ”El papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es de hombre sino de Dios, y actúa como vicerregente de Dios sobre la tierra con el más amplio poder de atar y soltar a sus ovejas. ”Cualquier cosa que se diga que hace el Señor Dios mismo, y el Redentor, eso hace su vicario, con tal que no haga nada contrario a la fe” (traducción de Lucio Ferraris, “Papa II”,Prompta Bibliotheca, t. VI, pp. 25-29). Quebrantará. O, “desgastará”. Esto se describe antes con las palabras, “este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía” (Dan 7:21). La frase describe una persecución continua e implacable. El papado reconoce que ha perseguido y defiende tales hechos como el legítimo ejercicio del poder que pretende haber recibido de Cristo. Lo siguiente está tomado de The Catholic Encyclopedia: ”En la bula ‘Ad exstirpanda’ (1252), Inocencio IV dice: ‘Cuando los que hayan sido condenados como culpables de herejía hayan sido entregados al poder civil por el obispo o su representante, o la Inquisición, el podestá o primer magistrado de la ciudad los llevará inmediatamente y ejecutará las leyes promulgadas contra ellos, dentro del término máximo de cinco días’... Ni podía quedar duda alguna en cuanto a cuáles disposiciones civiles se indicaban, porque los pasajes que ordenaban quemar a los herejes impenitentes 858 estaban incluidos en los decretos papales de las constituciones imperiales ‘Commissis nobis’ e ‘lnconsutibilem tunicam’. La bula antes mencionada ‘Ad exstirpanda’ permaneció de allí en adelante como documento fundamental de la Inquisición, renovada o puesta nuevamente en vigencia por varios papas, Alejandro IV (1254-61), Clemente IV (1265-68), Nicolás IV (1288-92), Bonifacio VIll (1-1303) y otros. Por lo tanto, las autoridades civiles estaban obligadas por los papas, so pena de excomunión, a ejecutar las sentencias legales que condenaban a los herejes impenitentes a la hoguera” (Joseph Blötzer, art. “Inquisition”, t. VIII, p. 34). Pensará. Arameo sebar, “procurar”, “intentar”. Se indica un esfuerzo premeditado (CS 499-500). Tiempos. Arameo zimnin (singular, zeman), término que indica tiempo fijo, como en los Dan 3:7-8; Dan 4:36; Dan 6:10; Dan 6:13, o un lapso como en los Dan 2:16; Dan 7:12. En el Dan 2:21 se da una sugestión en cuanto al significado de la expresión “cambiar los tiempos’. Allí se usan juntas otra vez las mismas palabras arameas que significan “mudar” y “tiempos”. Sin embargo, en ese pasaje Daniel dice que es Dios quien tiene la autoridad de mudar los tiempos. Es Dios quien rige el destino de las naciones. Es él quien “quita reyes, y pone reyes” (Dan 2:21). “En la palabra de Dios contemplamos detrás, encima y entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los instrumentos del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios” (Ed 169). Es también Dios quien determina el “tiempo” (arameo zeman) cuando los santos poseerán el reino (Dan 7:22). El esfuerzo del cuerno pequeño para mudar los tiempos indicaría un esfuerzo premeditado para ejercer el derecho divino de dirigir el curso de la historia humana. La ley. Arameo dath, palabra usada para referirse tanto a la ley humana (Dan 2:9; Dan 2:13; Dan 2:15; Dan 6:8; Dan 6:12; Dan 6:15) como a la divina (Esd 7:12; Esd 7:14; Esd 7:21; Esd 7:25-26). Es evidente que aquí se hace referencia a la ley divina, ya que la ley humana puede ser cambiada según la voluntad de la autoridad civil, y tales cambios difícilmente podrían ser el tema de la profecía. Al investigar si el papado ha intentado cambiar las leyes divinas o no, encontramos la respuesta en la gran apostasía de los primeros siglos de la era cristiana cuando fueron introducidas numerosas doctrinas y prácticas contrarias a la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras. El cambio más audaz corresponde al día de descanso semanal. La iglesia apóstata admite sin ambages que es responsable de la introducción del descanso dominical, y pretende que tiene el derecho de hacer tales cambios (CS 499-500). Un catecismo autorizado para sacerdotes dice: “La Iglesia de Dios [es decir, la Iglesia Católica] en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al ‘día del Señor’ “ (Cathechism of the Council of Trent, traducción de Donovan, Ed. 1829, p. 358). Este catecismo fue escrito por orden del gran Concilio de Trento y publicado bajo los auspicios del Papa Pío V. Durante los tiempos del NT los cristianos observaron el sábado, séptimo día de la semana (ver com. Hch 17:2). “ transición del sábado al domingo fue un proceso gradual que comenzó antes de 150 d. C. y continuó durante unos tres siglos. Las primeras referencias históricas que tenemos en cuanto a la observancia del domingo por profesos cristianos aparecen en la Epístola de Bernabé (cap. 15) y en la Primera apología de Justino Mártir (cap. 67), obras que datan aproximadamente del 150 d. C. Ambas condenan la observancia del sábado e instan a observar el domingo. Las primeras referencias auténticas al domingo como “día del Señor” proceden de fines del siglo II y provienen del llamado Evangelio según San Pedro y de Clemente de Alejandría (Misceláneas, v. 14). Antes de la revolución judía instigada por Barcoquebas en 132-135 d. C.,, el Imperio Romano reconocía al judaísmo como una religión legal y al cristianismo como una secta judía. Pero como resultado de esa revolución los judíos y el judaísmo se desprestigiaron. Para evitar la persecución que siguió, de allí en adelante los cristianos trataron por todos los medios posibles de dejar en claro que no eran judíos. Las repetidas referencias que hacen los escritores cristianos de los tres siglos siguientes a la observancia del sábado como una práctica “judaizante”, junto con el hecho de que no hay referencia histórica de la observancia cristiana del domingo como día sagrado antes de la revolución judía, indican el período comprendido entre los años 135-150 como el tiempo cuando los cristianos empezaron a atribuirle santidad de día de reposo al primer día de la semana. 859 Sin embargo, la observancia del domingo no reemplazó inmediatamente a la del sábado sino que la acompañó y completó. Durante varios siglos los cristianos observaron ambos días. Por ejemplo, a comienzos del siglo III, Tertuliano observó que Cristo no había anulado el sábado. Un poco más tarde, en las Constituciones apostólicas, libro apócrifo, (ii. 36) se amonestaba a los cristianos a “guardar el sábado y la fiesta del día del Señor”. A principios del siglo IV el domingo había alcanzado una clara preferencia oficial sobre el sábado. En su Comentario sobre el Salmo 92 Eusebio, principal historiador eclesiástico de esa época, escribió: “Todas aquellas cosas que era deber hacer en el sábado, las hemos transferido al día del Señor, como que le pertenecen de manera más apropiada, porque este día tiene preferencia y ocupa el primer lugar y es más honorable que el sábado judío”. La primera acción oficial de la Iglesia Católica que expresa preferencia por el día domingo fue tomada en el Concilio de Laodicea (c. 364 d. C.). El canon 29 de ese concilio estipula que “los cristianos no han de judaizar y estar sin trabajar en sábado, sino, que han de trabajar ese día; pero honrarán de especial manera el día del Señor, y como cristianos que son, si es posible, no harán ningún trabajo en ese día. Sin embargo, si se los encuentra judaizando, serán excluidos de Cristo”. Este concilio dispuso que hubiera culto en el día sábado, pero designó a ese día como día laborable. Es digno de notarse que ésta, la primera ley eclesiástica que ordena la observancia del domingo, especifica el judaizar como la razón para evitar la observancia del sábado. Además, la rígida prohibición de la observancia del sábado es una evidencia de que muchos estaban todavía ‘judaizando’ en ese día. En realidad, los escritores cristianos de los siglos IV y V con frecuencia amonestan a sus correligionarios en contra de esa práctica. Por ejemplo, alrededor del año 400, Crisóstomo observa que muchos guardaban aún el sábado a la manera judía y estaban así judaizando. Los registros de la época también revelan que las iglesias de Alejandría y Roma fueron las principales en fomentar la observancia del domingo. Por 440 d. C. el historiador eclesiástico Sócrates escribió que “aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, sin embargo los cristianos de Alejandría y Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto” (Ecclesiastical History v. 22). Alrededor de la misma fecha Sozomenos (o Sozomeno) escribió que “la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en el sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría”. Hay pues tres hechos claros: (1) El concepto de la santidad del domingo entre los cristianos se originó, principalmente, en su esfuerzo de evitar prácticas que los identificaran con los judíos, y provocaran así persecución. (2) La iglesia de Roma desde muy antiguo fomentó una preferencia por el domingo; y la creciente importancia que se le dio al domingo en la iglesia primitiva, a expensas del sábado, siguió muy de cerca al crecimiento gradual del poder de Roma. (3) Finalmente, la influencia romana prevaleció para hacer que la observancia del domingo fuese motivo de una ley eclesiástica, en la misma forma en que prevaleció para establecer otras prácticas tales como la adoración de María, la veneración de los santos y de los ángeles, el uso de imágenes y las oraciones por los muertos. La santidad del domingo descansa sobre la misma base que esas otras prácticas que no se encuentran en las Escrituras, y que fueron introducidas en la iglesia por el obispo de Roma. Hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. La palabra aramea ‘iddan, que aquí se traduce “tiempo”, aparece también en el Dan 4:16; Dan 4:23; Dan 4:25; Dan 4:32. En estos pasajes la palabra ‘iddan indudablemente significa “un año” (ver com. Dan 4:16). La palabra que se traduce “tiempos”, que también proviene de ‘iddan, era puntuada por los masoretas como plural, pero los eruditos generalmente están de acuerdo en que debiera puntuarse como dual, indicando así “dos tiempos”. La palabra que se traduce “medio”, pelag puede también traducirse “mitad’. Por eso, es más aceptable la traducción de la Versión Moderna: ‘Un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo”. Al comparar este pasaje con profecías paralelas que se refieren al mismo período, pero designándolo de otras maneras, podemos calcular el total del tiempo implicado. En Ap 12:14 se denomina a este período “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”. Un poco antes, en Ap 12:6, se hace 860 referencia al mismo período al decir “mil doscientos sesenta días”. En Ap 11:2-3 la expresión “mil doscientos sesenta días” equivale a “cuarenta y dos meses”. Así queda claro que un período de tres tiempos y medio corresponde con 42 meses, que a su vez son representados como 1.260 días, y que un “tiempo” equivale a 12 meses o 360 días. Este período puede llamarse un año profético. Sin embargo, no debe confundirse un año profético de 360 días ó 12 meses de 30 días cada uno con el año judío, que era un año lunar de extensión variable (tenía meses de 29 y de 30 días), ni con el calendario solar de 365 días (ver t. 11, pp. 114-115). Un año profético significa 360 días proféticos, pero un día profético representa un año solar. Esta distinción puede explicarse así: Un año profético de 360 días no es literal sino simbólico. Por eso sus 360 días son proféticos, no literales. Según el principio de día por año, ilustrado en Num 14:34 y Eze 4:6, un día en profecía simbólica representa un año literal. Así un año profético, o “tiempo”, simboliza 360 años naturales, literales, y de la misma manera un período de 1.260 ó 2.300 o de cualquier otra cantidad de días proféticos representa la misma cantidad de años literales (es decir, años solares completos, marcados por las estaciones que son controladas por el sol). Aunque el número de días de cada año lunar era variable, el calendario judío se corregía con la adición ocasional de un mes extra (ver t. II, pp. 106-107), de modo que para los escritores bíblicos -al igual que para nosotros- una larga serie de años siempre era igual al mismo número de años solares naturales. En cuanto a la aplicación histórica del principio de día por año ver pp. 41-80. La validez del principio de día por año ha sido demostrada por el cumplimiento preciso de varias profecías calculadas por este método, en particular la de los 1.260 días y la de las 70 semanas. Un período de tres años y medio contados en forma literal es completamente exiguo para cumplir los requisitos de las profecías de 1.260 días con relación al papado. Pero cuando, de acuerdo con el principio de día por año, el período se extiende a 1.260 años, la profecía tiene un cumplimiento excepcional. En julio de 1790, treinta obispos católicos se presentaron ante los que encabezaban el gobierno revolucionario de Francia para protestar por la legislación que independizaba al clero francés de la jurisdicción del papa y lo hacía responsable directamente ante el gobierno. Preguntaron si los dirigentes de la revolución iban a dejar libres a todas las religiones “excepto aquella que fue una vez suprema, que fue mantenida por la piedad de nuestros padres y por todas las leyes del Estado y ha sido por mil doscientos años la religión nacional” (A. Aulard, Christianity and the French Revolution, p. 70). El período profético del cuerno pequeño comenzó en 538 d. C., cuando los ostrogodos abandonaron el asedio a Roma, y el obispo de Roma, liberado del dominio arriano, quedó libre para ejercer las prerrogativas del decreto de Justiniano de 533, y aumentar de allí en adelante la autoridad de la “Santa Sede” (ver com. Dan 7:8). Exactamente 1.260 años más tarde (1798) las espectaculares victorias de los ejércitos de Napoleón en Italia pusieron al papa a merced del gobierno revolucionario francés, quien informó a Bonaparte que la religión romana sería siempre la enemiga irreconciliable de la república, y que “hay una cosa aún más esencial para alcanzar el fin deseado, y eso es destruir, si es posible, el centro de unidad de la iglesia romana, y depende de Ud., que reúne en su persona las más distinguidas cualidades del general y del hábil político, alcanzar esa meta si lo considera factible” (Id., p. 158). En respuesta a esas instrucciones y por orden de Napoleón, el general Berthier entró en Roma con un ejército francés, proclamó que el régimen político del papado había concluido y llevó al papa prisionero a Francia, donde murió en el exilio. El derrocamiento del papado en 1798 marca el pináculo de una larga serie de acontecimientos vinculados con su decadencia progresiva, y también la conclusión del período profético de los 1.260 años. Ver la Nota Adicional al fin de este capítulo, donde hay un bosquejo más completo del surgimiento y la decadencia del papado. ]






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