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LOS ENGAÑOS DE SATANAS ESPIRITISMO HECHICERIA POR MEDIO DE LA VIRGEN DE FATIMA SATANAS LLEGARA A LOS SERES HUMANOS POR NO OBEDECER EL MANDATO DE DIOS CRISTO DE OBEDECER LA SANTA LEY DEL SINAI DEL CIELO ESCRITO CON SU DEDO EXODO 20:1,17EXODO 31:12,18 SATANAS LOS ENGAÑO ADORANDO LE CON LA IMAGEN DE FATIMA ,CRUCIFIJOS EL ROSARIO CATECISMO 666 LA MARCA DE SATANAS PAPADO APOCALIPSIS 16 CAP13 CAP 14:8,11 Apocalipsis 19:20,21. Pero los demás hombres, los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar.
21 No se convirtieron de sus asesinatos ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas. habitantes de la tierra sumidos en la mayor confusión. Guerra, derramamiento de sangre, privación, necesidad, hambre y pestilencia abundaban en la tierra esto usará satanás con apariciones con MJES dado a los hechiceros espiritistas adoradores del papado y de la virgen . Durante las plagas terremotos Dios Cristo va permitir que aquellos que desecharon la Santa Biblia su ley del Sinaí y deseando al papado al catecismo serán más azotados La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, y escaparon muy pocas personas” . “El terror del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina’
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La institución bíblica de la Cena del Señor fue sustituida por el sacrificio idolátrico de la misa. Los sacerdotes papales aseveraban que con sus palabras podían convertir el pan y el vino en “el cuerpo y sangre verdaderos de Cristo” (Cardenal Wiseman, The Real Presence, confer. 8, sec. 3, párr. 26). Con blasfema presunción se arrogaban el poder de crear a Dios, Creador de todo. Se les obligaba a los cristianos, so pena de muerte, a confesar su fe en esta horrible herejía que afrentaba al cielo. Muchísimos que se negaron a ello fueron entregados a las llamas Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 6 [V.6-> Blasfemias contra Dios. Usurpando los títulos divinos PAPADO santo padre sumo pontífice dios en la tierra representante de Cristo . Como ejemplos de blasfemias, ver com. Dan 7:25. Su tabernáculo. Este es el segundo objeto de sus blasfemias. Este poder pretende establecer su templo en la tierra, desviando así la atención del pueblo del verdadero santuario en el cielo, el “verdadero tabernáculo”, donde Jesús ministra como sumo sacerdote (Heb 8:1-2); procura echar por tierra la obra de este santuario (ver com. Dan 8:11; cf. Ap 13:12-13). El ministerio celestial del sacrificio de Cristo no se tiene en cuenta, y en su lugar se pone el sacrificio de la misa en la tierra. Que moran en el cielo. El tercer aspecto de la blasfemia del poder papal tiene que ver con los habitantes del reino celestial. Probablemente se refiere a los miembros de la Deidad y a los que se relacionan con ellos en el servicio en favor de la humanidad. Esto se ha cumplido en parte en la pretensión de la Iglesia Católica de tener poder para perdonar pecados, y también al atribuir a María poderes y virtudes que sólo pertenecen a Cristo. De esta manera la mente de los adoradores es desviada de la obra mediadora celestial de Jesús y dirigida al confesionario en la tierra. La cabeza papal también ha pretendido tener poder sobre los ángeles de Dios. “En verdad, la excelencia y el poder del romano pontífice no es solamente en la esfera de las cosas celestiales, de las terrenales y de las de las regiones inferiores, sino aun sobre los ángeles, sobre quienes él es más grande” (Lucio Ferraris, “Papa II”, Prompta Biblioteca, t. VI,p.27; ver com. Dan 7:25). ]
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Cristo nunca se casó por que no tenía pecado ni tampoco era un ser mortal si no inmortal Dios y creador
Y Salvador el cual regresa por segunda vez a este mundo .
Apocalipsis (de Juan) 19:11> Ver. Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y juzga y combate con justicia.11 Abierto. El cielo estaba abierto cuando la atención de Juan fue dirigida hacia él, permaneció abierto. Cf. Ap 4:1; Ap 11:19; Ap 15:5. Se ve a Cristo acompañado por los ejércitos celestiales (Ap 19:14) y descendiendo de los cielos como Rey de reyes (Ap 19:16) con poder y majestad para liberar a su pueblo fiel de aquellos que estarán resueltos a destruirá (cf. CS 698-699). La escena descrita en los Ap 19:11-21 es la culminación de “la batalla d aquel gran día del Dios Todopoderoso”, que a menudo es llamada la batalla del Armagedón (ver com. Ap 16:12-19; cf. 6T 406). He aquí. Cf. com. Ap 21:5. Caballo blanco. Los caballos se usaban en los tiempos bíblicos casi exclusivamente para la guerra o las actividades de gobierno. Cuando el caballo se usa simbólicamente en la Biblia, como aquí, generalmente simboliza guerra (cf. Exo 15:21; Isa 43:17; Jer 8:6; Eze 38:15; Zac 10:3; Ap 14:20; ver com. Ap 6:2). El blanco simboliza la santidad de carácter (ver com. Ap 3:4; Ap 6:2; Ap 7:14). Los caballos blancos siempre han sido preferido por los reyes y jefes militares. Cristo ha recibido el derecho de gobernar esta tierra com Rey de reyes (ver com. Ap 19:1; Ap 19:7), y ahora simbólicamente aparece como un guerrero que cabalga vencedor sobre un hermoso caballo blanco, que para ocupar su dominio legítimo y acompañar a su pueblo fiel a su regreso de la “cena de las bodas” (Ap 19:9; ver com. Ap 11:15). Cf. Isa 63:1-6. Fiel y Verdadero. Debe recordarse que en la Biblia los nombres describen el carácter (ver com. Hch 3:16), y que por lo tanto lo nombres que aquí se le atribuyen a Cristo lo representan específicamente en su papel de paladín de su pueblo perseguido. Hay cuatro declaraciones en cuanto al nombre de Cristo en relación con la batalla de Ap 19:11-21. 1. Se lo llama a Cristo “Fiel y Verdadero” (Ap 19:11) porque ahora aparece, según su promesa (Jn 14:1-3), para liberar a los suyos. A ellos les ha parecido que ha demorado su venida (ver com. Ap 16:15), pero 1º han “esperado”, y ahora aparece con el propósito de salvarlos (Isa 25:9; cf. Ap 16:17). 2.El “nombre escrito que ninguno conoció sino él mismo” (Ap 19:12) representa su función desconocida hasta este momento, pero ahora aparece desempeñándola como el vengador de su pueblo (ver com. Ap 16:1). En el desempeño de esta “extraña obra” (Isa 28:21) actúa en un papel nuevo tanto para los hombres como para los ángeles. 3.Pero como el vengador y libertador d su pueblo, es todavía “el Verbo de Dios” (Ap 19:13). Es “el Verbo de Dios” en acción para cumplir la voluntad del Padre en la tierra; ahora en castigo, como anteriormente e1 fue en misericordia (ver com. Jn 1:1-3 Ap 19:15). 4.El título “Rey de reyes y Señor de señores” (Ap 19:16) se aplicará en ese tiempo, de sentido especial, a Cristo (ver com. Ap 17:14). Todo poder ha sido entregado en su manos (1Co 15:25). Satanás aspiró egoísta mente a la suprema posición que había sido reservada para Cristo como Hijo de Dios (Isa 14:12-14; Ap 12:7-9; PP 14); pero e Redentor, que no consideró como usurpación ser igual a Dios, voluntariamente dejó un lado por un tiempo el ejercicio pleno de los atributos y las prerrogativas de la Deidad (ver t. V, p. 895; com. Fil 2:6-8), y así demostró ser digno de recibir el honor y la jerarquía 887 implícita en el título “Rey de reyes y Señor de señores”. Con justicia. Su causa es completamente justa (ver com. Ap 15:3; Ap 16:5). Los gobernantes de la tierra han reñido guerras a través de la historia por motivos egoístas y para lograr un engrandecimiento personal o nacional. Cf. Isa 11:1-5. Juzga y pelea. Ejecuta el juicio al librar la batalla. Esta guerra es contra las fuerzas políticas y militares de la tierra, las cuales se habían reunido para destruir a los siervos fieles de Dios (ver com. Ap 13:15; Ap 16:13-14; Ap 16:16-17). ]
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Cristo nunca se casó por que no tenía pecado ni tampoco era un ser mortal si no inmortal Dios y creador
Y Salvador el cual regresa por segunda vez a este mundo .
Apocalipsis (de Juan) 19:11> Ver. Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y juzga y combate con justicia.11 Abierto. El cielo estaba abierto cuando la atención de Juan fue dirigida hacia él, permaneció abierto. Cf. Ap 4:1; Ap 11:19; Ap 15:5. Se ve a Cristo acompañado por los ejércitos celestiales (Ap 19:14) y descendiendo de los cielos como Rey de reyes (Ap 19:16) con poder y majestad para liberar a su pueblo fiel de aquellos que estarán resueltos a destruirá (cf. CS 698-699). La escena descrita en los Ap 19:11-21 es la culminación de “la batalla d aquel gran día del Dios Todopoderoso”, que a menudo es llamada la batalla del Armagedón (ver com. Ap 16:12-19; cf. 6T 406). He aquí. Cf. com. Ap 21:5. Caballo blanco. Los caballos se usaban en los tiempos bíblicos casi exclusivamente para la guerra o las actividades de gobierno. Cuando el caballo se usa simbólicamente en la Biblia, como aquí, generalmente simboliza guerra (cf. Exo 15:21; Isa 43:17; Jer 8:6; Eze 38:15; Zac 10:3; Ap 14:20; ver com. Ap 6:2). El blanco simboliza la santidad de carácter (ver com. Ap 3:4; Ap 6:2; Ap 7:14). Los caballos blancos siempre han sido preferido por los reyes y jefes militares. Cristo ha recibido el derecho de gobernar esta tierra com Rey de reyes (ver com. Ap 19:1; Ap 19:7), y ahora simbólicamente aparece como un guerrero que cabalga vencedor sobre un hermoso caballo blanco, que para ocupar su dominio legítimo y acompañar a su pueblo fiel a su regreso de la “cena de las bodas” (Ap 19:9; ver com. Ap 11:15). Cf. Isa 63:1-6. Fiel y Verdadero. Debe recordarse que en la Biblia los nombres describen el carácter (ver com. Hch 3:16), y que por lo tanto lo nombres que aquí se le atribuyen a Cristo lo representan específicamente en su papel de paladín de su pueblo perseguido. Hay cuatro declaraciones en cuanto al nombre de Cristo en relación con la batalla de Ap 19:11-21. 1. Se lo llama a Cristo “Fiel y Verdadero” (Ap 19:11) porque ahora aparece, según su promesa (Jn 14:1-3), para liberar a los suyos. A ellos les ha parecido que ha demorado su venida (ver com. Ap 16:15), pero 1º han “esperado”, y ahora aparece con el propósito de salvarlos (Isa 25:9; cf. Ap 16:17). 2.El “nombre escrito que ninguno conoció sino él mismo” (Ap 19:12) representa su función desconocida hasta este momento, pero ahora aparece desempeñándola como el vengador de su pueblo (ver com. Ap 16:1). En el desempeño de esta “extraña obra” (Isa 28:21) actúa en un papel nuevo tanto para los hombres como para los ángeles. 3.Pero como el vengador y libertador d su pueblo, es todavía “el Verbo de Dios” (Ap 19:13). Es “el Verbo de Dios” en acción para cumplir la voluntad del Padre en la tierra; ahora en castigo, como anteriormente e1 fue en misericordia (ver com. Jn 1:1-3 Ap 19:15). 4.El título “Rey de reyes y Señor de señores” (Ap 19:16) se aplicará en ese tiempo, de sentido especial, a Cristo (ver com. Ap 17:14). Todo poder ha sido entregado en su manos (1Co 15:25). Satanás aspiró egoísta mente a la suprema posición que había sido reservada para Cristo como Hijo de Dios (Isa 14:12-14; Ap 12:7-9; PP 14); pero e Redentor, que no consideró como usurpación ser igual a Dios, voluntariamente dejó un lado por un tiempo el ejercicio pleno de los atributos y las prerrogativas de la Deidad (ver t. V, p. 895; com. Fil 2:6-8), y así demostró ser digno de recibir el honor y la jerarquía 887 implícita en el título “Rey de reyes y Señor de señores”. Con justicia. Su causa es completamente justa (ver com. Ap 15:3; Ap 16:5). Los gobernantes de la tierra han reñido guerras a través de la historia por motivos egoístas y para lograr un engrandecimiento personal o nacional. Cf. Isa 11:1-5. Juzga y pelea. Ejecuta el juicio al librar la batalla. Esta guerra es contra las fuerzas políticas y militares de la tierra, las cuales se habían reunido para destruir a los siervos fieles de Dios (ver com. Ap 13:15; Ap 16:13-14; Ap 16:16-17). ]
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LA MADRE DE TODA LA RAZA HUMANA ES EVA NO MARIA Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes.Genesis 3:20
Génesis 3-> Ver. 20
[V.20-> Llamó Adán el nombre de su mujer, Eva. Este versículo no es una confusa interpolación introducida en el contexto del relato de la caída y sus consecuencias, tal como sostienen algunos comentadores. En cambio muestra que Adán creía en la promesa concerniente a la "simiente" de la mujer, creencia que se revela en el nombre que dio a su esposa. Eva, jawwah. Jawwah significa "vida". La LXX traduce esta palabra como zoé. El término jawwah es una antigua forma semítica que también se encuentra en arcaicas inscripciones fenicias; sin embargo ya no se usaba en hebreo en el tiempo cuando se escribió el Pentateuco. Se ha considerado esto como una indicación de que Adán hablaba un antiguo idioma semítico. Si Moisés hubiese usado un equivalente hebreo de su época, habría escrito el nombre de la mujer jayyah, en vez de jawwah; pero al dar el nombre usando una palabra arcaica, revela que su conocimiento se remonta al pasado remoto. La palabra jawwah fue transliterada Eua en Gen 4:1, en la LXX. De allí viene nuestra palabra "Eva". Ella era madre. Adán dio a su esposa el nombre de "la que vive". Lo hizo por fe, porque veía en ella a la "madre de todos los vivientes", en un momento cuando su sentencia de muerte acababa de ser pronunciada. También contempló más allá de la tumba, y vio en la simiente prometida a su mujer a Aquel que devolvería a ellos y a sus descendientes la inmortalidad que habían perdido legalmente ese día. En vez de llamarla con melancolía y desesperación -como podría esperarse debido a las circunstancias- "la madre de todos los sentenciados a muerte", él fijó los ojos por fe en su Juez, y antes de que ella diera a luz su primogénito, la llamó con esperanza "la que vive". Ciertamente, la fe fue para él "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Heb 11:1).]
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DESPUES DEL REGRESO DE CRISTO LOS IMPIOS DESDE Tiempo ADAN AL ULTIMO DEL REGRESO DE CRISTO CONDENADOS PARA MUERTE ETERNA Apocalipsis 19:2 .porque sus juicios son verdaderos y justos; porque ha juzgado a la Gran Ramera que corrompía la tierra con su prostitución, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos.»cap20 Luego vi a un Angel que bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del Abismo y una gran cadena. 2 Dominó al Dragon, la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó por mil años. 3 Lo arrojó al Abismo, lo encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años. Después tiene que ser soltado por poco tiempo. 4 Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años. Los impíos son destruidoscon el resplandor de Cristo en su segunda venida después de las plagas del Apocalipsis a los del Vaticano y aliados ; la tierra queda desolada—A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el espíritu de su boca y destruídos por el resplandor de su gloria. Cristo lleva a su pueblo a la ciudad de Dios, y la tierra queda privada de sus habitantes. “He aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes”. “La tierra será enteramente vaciada y completamente saqueada; porque Jehová ha hablado esta palabra”. “Porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra”. Isaías 24:1, 3, 5, 6
Toda la tierra se asemejaba a un desolado desierto. Las ciudades y las aldeas, sacudidas por el terremoto, yacían en ruinas. Las montañas, descuajadas de sus asientos, habían dejado grandes cavernas. Sobre toda la superficie de la tierra estaban esparcidos los desmochados peñascos que había lanzado el mar o se habían desprendido de la misma tierra. Corpulentos árboles desarraigados estaban tendidos por el suelo. La desolada tierra iba a ser la habitación de Satanás y sus malignos ángeles durante mil años. Allí quedaría Satanás recluido, vagabundo y errante por toda la tierra para ver las consecuencias de su rebelión contra la ley de Dios. Durante mil años iba a poder gozar del fruto de la maldición que había causado. Recluido en la tierra, no tendrá ocasión de ir a otros planetas para tentar y molestar a quienes no han caído. Durante todo ese tiempo Satanás sufrirá muchísimo. Sus características malignas han estado en constante ejercicio desde su caída; pero se verá entonces privado de su poder y obligado a reflexionar con terror y temblor en lo que le reserva el porvenir cuando haya de penar por todo el mal que hizo y ser castigado por todos los pecados que hizo cometer.
Oí, de parte de los ángeles y de los santos redimidos, exclamaciones de triunfo que resonaban como diez mil instrumentos músicos, porque ya no se verían ellos molestados ni tentados por Satanás, y porque los habitantes de otros mundos quedaban libres de él y de sus tentaciones.—
Nuevamente mi atención fue dirigida hacia la tierra. Los impíos habían sido destruidos y sus cadáveres yacían por el suelo. La ira de Dios se había derramado sobre los habitantes de la tierra mediante las siete postreras plagas, que les habían hecho morderse la lengua de dolor y maldecir a Dios. Los falsos curas Vaticano y aliados habían sido el objeto especial de la ira de Jehová. Aun estando en pie se habían consumido sus ojos en sus órbitas y su lengua en su boca. Después de ser librados los santos por la voz de Dios, los impíos se volvieron unos contra otros. La tierra parecía inundada de sangre y cubierta de cadáveres desde uno a otro confín.—Pero lo más inicuo que se registra en el lóbrego catálogo de los crímenes, el más horrible de los actos diabólicos de aquella sucesión de siglos espantosos, fue la “matanza de San Bartolomé”. Todavía se estremece horrorizado el mundo al recordar las escenas de aquella carnicería, la más vil y alevosa que se registra. El rey de Francia instado por los sacerdotes y prelados de Roma sancionó tan espantoso crimen. El tañido de una campana, resonando a medianoche, dio la señal del degüello. Millares de protestantes que dormían tranquilamente en sus casas, confiando en la palabra que les había dado el rey, asegurándoles protección, fueron arrastrados a la calle sin previo aviso y asesinados a sangre fría.volvera la inquisición por parte del papado los que decidieron pecar y recibir la marca de la bestia .
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EL Vaticano Y Aliados Los Jesuitas son los verdaderos autores del socialismo-comunismo LA ONU VATICANO EEUU Y LOS ALIADOS DEL MUNDO .IRAN ENCONTRA EL PUEBLO DE CRISTO DE LA SANTA BIBLIA PARA MATARLOS POR CULPARLOS POR OBEDECER EL Sábado SEPTIMO DIA Y EL VATICANO TENER LAS PLAGAS SIN COMIDA NI AGUA ,MAS EL PUEBLO DE CRISTO CON AGUA Y PAN
.APOCALIPSIS 13:7,17:6,18:24
Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.
Siglo tras siglo la sangre de los santos había sido derramada. Mientras los valdenses sucumbían en las montañas del Piamonte “a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”, sus hermanos, los albigenses de Francia, testificaban de la misma manera por la verdad. En los días de la Reforma los discípulos de esta habían sucumbido en medio de horribles tormentos. Reyes y nobles, mujeres de elevada alcurnia, delicadas doncellas, la flor y nata de la nación, se habían recreado viendo las agonías de los mártires de Jesús. Los valientes hugonotes, en su lucha por los derechos más sagrados al corazón humano, habían derramado su sangre en muchos y rudos combates. Los protestantes eran considerados como fuera de la ley; sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como a fieras.
La “iglesia del desierto”, es decir, los pocos descendientes de los antiguos cristianos que aún quedaban en Francia en el siglo XVIII, escondidos en las montañas del sur, seguían apegados a la fe de sus padres. Cuando se arriesgaban a congregarse en las faldas de los montes o en los páramos solitarios, eran cazados por los soldados y arrastrados a las galeras donde llevaban una vida de esclavos hasta su muerte. A los habitantes más morales, más refinados e inteligentes de Francia se les encadenaba y torturaba horriblemente entre ladrones y asesinos (Wylie, lib. 22, cap. 6). Otros, tratados con más misericordia, eran muertos a sangre fría y a balazos, mientras que indefensos oraban de rodillas. Centenares de ancianos, de mujeres indefensas y de niños inocentes, eran dejados muertos en el mismo lugar donde se habían reunido para celebrar su culto. Al recorrer la falda del monte o el bosque para acudir al punto en donde solían reunirse, no era raro hallar “a cada trecho, cadáveres que maculaban la hierba o que colgaban de los árboles”. Su país, asolado por la espada, el hacha y la hoguera, “se había convertido en vasto y sombrío yermo”. “Estas atrocidades no se cometieron en la Edad Media, sino en el siglo brillante de Luis XIV, en que se cultivaba la ciencia y florecían las letras; cuando los teólogos de la corte y de la capital eran hombres instruidos y elocuentes y que afectaban poseer las gracias de la mansedumbre y del amor” (ibíd., cap. 7).
Pero lo más inicuo que se registra en el lóbrego catálogo de los crímenes, el más horrible de los actos diabólicos de aquella sucesión de siglos espantosos, fue la “matanza de San Bartolomé”. Todavía se estremece horrorizado el mundo al recordar las escenas de aquella carnicería, la más vil y alevosa que se registra. El rey de Francia instado por los sacerdotes y prelados de Roma sancionó tan espantoso crimen. El tañido de una campana, resonando a medianoche, dio la señal del degüello. Millares de protestantes que dormían tranquilamente en sus casas, confiando en la palabra que les había dado el rey, asegurándoles protección, fueron arrastrados a la calle sin previo aviso y asesinados a sangre fría.
Así como Cristo era el jefe invisible de su pueblo cuando salió de la esclavitud de Egipto, así lo fue Satanás de sus súbditos cuando acometieron la horrenda tarea de multiplicar el número de los mártires. La matanza continuó en París por siete días, con una furia indescriptible durante los tres primeros. Y no se limitó a la ciudad, sino que por decreto especial del rey se hizo extensiva a todas las provincias y pueblos donde había protestantes. No se respetaba edad ni sexo. No escapaba el inocente niño ni el anciano de canas. Nobles y campesinos, viejos y jóvenes, madres y niños, sucumbían juntos. La matanza siguió en Francia por espacio de dos meses. Perecieron en ella setenta mil personas de la flor y nata de la nación.
“Cuando la noticia de la matanza llegó a Roma, el regocijo del clero no tuvo límites. El cardenal de Lorena premió al mensajero con mil duros; el cañón de San Angelo tronó en alegres salvas; se oyeron las campanas de todas las torres; innumerables fogatas convirtieron la noche en día; y Gregorio XIII acompañado de los cardenales y otros dignatarios eclesiásticos, se encaminó en larga procesión hacia la iglesia de San Luis, donde el cardenal de Lorena cantó el Te Deum [...]. Se acuñó una medalla para conmemorar la matanza, y aun pueden verse en el Vaticano tres frescos de Vasari, representando la agresión contra el almirante, al rey en el concilio maquínando la matanza, y la matanza misma. Gregorio envió a Carlos la Rosa de Oro; y a los cuatro meses de la matanza, [...] escuchó complacido el sermón de un sacerdote francés, [...] que habló de ‘ese día tan lleno de dicha y alegría, cuando el santísimo padre recibió la noticia y se encaminó hacia San Luis en solemne comitiva para dar gracias a Dios’” (H. White, The Massacre of St. Bartholomew, cap. 14)
Al final de la Segunda Guerra de los Treinta Años (1945) los Jesuitas, con su Línea de Fuga del Vaticano, ayudaron a los Nazis sobresalientes a escapar a Sud América. Y ¿dónde en Sud América? A los antiguos dominios donde el comunismo socialista había sido perfeccionado por los padres Jesuitas –en la nación de Paraguay.
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SELLO DE CRISTO EN SU PUEBLO APOCALIPSIS 7:2,3 ,9:4 Señal. En hebreo, tau, última letra del alfabeto hebreo. En tiempos de Ezequiel, esta letra tenía la forma de X. El sellamiento se efectuó en visión, y es posible que la manera específica de hacerse no tenga importancia. La antigua interpretación que consideraba que esa marca era una prefiguración de la cruz es mera fantasía. En la visión, la señal era sin duda literal, pero su significado atañía plenamente al carácter. El mensajero no debía prestar atención a la alcurnia o posición, sino sólo debía poner la señal a quienes gimieran por la pecaminosidad que prevalecía y se mantuvieran alejados de ella. La visión se refería en primer lugar a la destrucción de Jerusalén ordenada por Nabucodonosor. Tendrá otro cumplimiento cuando transcurran las escenas finales de la historia de este mundo. Es muy similar a las visiones de Apoc. 7; 15; 16. En el Apocalipsis la señal distintiva es el “sello de Dios”, y al igual que la señal de Ezequiel, es colocada sobre quienes están en condiciones de recibirlo. Dios coloca su señal de aprobación sobre todos los que, por medio del poder del Espíritu Santo, reflejan la imagen de Jesús (ver PVGM 51). Se ha comparado esta señal con la marca que indica que Dios es dueño, como si Dios inscribiera sobre los que están en condiciones de ser ciudadanos de su reino, su nombre y dirección: “Dios, Nueva Jerusalén” (TM 446). La señal externa y visible de que la obra de gracia se ha completado en el alma será la observancia del sábado bíblico (3JT 232). Esto transcurrirá de la siguiente manera: El día sábado siempre ha sido el día designado por Dios para el descanso del hombre. Establecido en la creación (Gen 2:1-3), debía ser una obligación perpetua. La orden de observarlo fue colocada en el corazón de la ley moral (Exo 20:8-11). Ni Cristo ni sus apóstoles abrogaron el sábado. La gran apostasía que siguió a la muerte de los apóstoles pretendió ponerlo de lado para colocar en su lugar otro día de reposo, el primero de la semana. Pero la Palabra de Dios predice que una gran obra de reforma con respecto al sábado precederá a la segunda venida de Cristo (Isa 56:1-2; Isa 56:6-8; 636:12-13; Ap 14:6-12; ver CS 504-513). También predice que al mismo tiempo Satanás, el gran caudillo apóstata, ensalzará su propio fraudulento sistema de religión que ostenta un falso día de reposo, el día domingo, como día de culto (Apoc. 13; 14:9-12; cf. Dan 7:25). Logrará éxito hasta el punto de que podrá unir a todo el mundo en un gran movimiento a favor del domingo (Ap 13:8; Ap 14:8; Ap 16:14; Ap 18:3; ver CS cap. 36-41). Como resultado de sus esfuerzos, el mundo se dividirá en dos sectores, los que son fieles a Dios y guardan su sábado, y los que se unen al falso movimiento religioso universal y guardan el falso día de reposo. De este modo la observancia del sábado se convertirá en una señal distintiva del verdadero adorador de Dios. Sin embargo, no es la observancia visible del sábado lo que constituye la señal. El sello representa la aprobación divina que deberán recibir todos los que han de ser ciudadanos del reino de gloria que está a punto de ser establecido. Sólo aquellos cuyas almas hayan sido purificadas se aferrarán al sábado en aquel terrible tiempo de angustia que precederá al retorno de Jesús. Los guardadores del sábado que no sean sinceros abandonarán las filas del pueblo de Dios y se unirán con Satanás en contra del cielo, en la batalla contra el Rey del universo (TM 473). Así sólo los verdaderamente leales quedarán como únicos defensores del santo sábado de Dios. A ellos se les unirán otros de los verdaderos hijos de Dios, los cuales hasta entonces habrán estado esparcidos en las diferentes iglesias cristianas. Ellos, ante la creciente luz del fuerte clamor, se decidirán por la observancia del sábado y, pese a cualquier oposición, se unirán al pueblo remanente de Dios (CS 669-670). Se coloca la señal sobre todos los “que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen”. Quienes pertenecen a este grupo se caracterizan por la profunda angustia que sienten debido a las divisiones que existen entre los que afirman que son seguidores de Dios. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay todo tipo de avaricia, egoísmo y engaños. Se sienten incapaces de detener la marea de iniquidad y se llenan de dolor y de alarma (2 JT 65-66). Los que pertenecen al otro sector procuran encubrir los males que existen y disculpar la gran impiedad que prevalece por doquiera. Afirman que Dios es demasiado bueno y demasiado misericordioso como para castigar el mal. Dicen que el Señor no hará ni bien, ni mal. Aseveran que Dios no espera que el hombre alcance una norma tan elevada, y que se satisfará con que el hombre tenga un mero deseo de hacer el bien. Pero el Señor no puede modificar su norma. Hacer eso equivaldría a cambiarse él mismo. Al contrario, proporciona gracia para el logro de toda virtud y la corrección de todo defecto. Pide de todo cristiano que aproveche al máximo lo que Dios le concede. No exige nada menos que la perfección. Si no está en perfecta relación con Cristo, el alma no podrá recibir el sello de Dios cuando concluya el tiempo de gracia. ]
CRISTO SELLA SU PUEBLO DESDE SU SANTUARIO EN EL CIELO .
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Ya pronto no abra dinero solo podrán comprar y vender los que deseen tener la marca de la bestia ,la marca de la bestia es el catecismo domingo misa inmortalidad del alma ,esto lo impulsará la ONU VATICANO EEUU Y TODOS LOS QUE SE UNEN AL VATICANO POR MEDIO DE LEY ESTADO E IGLESIA CATOLICA A NIVEL MUNDIAL .APOCAL CAP13:16,18 16 Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, 17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666. Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 13 [V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus 858 inmundos” delante de Dios. ]
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CUANDO TUS PECADOS SON CONFESADOS A UN CURA NO SON PERDONADOS POR CRISTO ,A CRISTO ID Esto es justificacion por fe .1Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Es la justicia de Cristo lo que hace que el pecador penitente sea aceptable ante Dios y lo que obra su justificación. No importa cuán pecaminosa haya sido su vida, si cree en Jesús como su Salvador personal, comparece delante de Dios con las vestiduras inmaculadas de la justicia imputada de Cristo.El pecador que tan recientemente estaba muerto en transgresiones y pecados es vivificado por la fe en Cristo. Ve, mediante la fe, que Jesús es su Salvador, y, vivo por los siglos de los siglos, puede salvar “perpetuamente a [todos] los que por él se acercan a Dios”. En la expiación realizada en su favor el pecador ve tal anchura y longitud y altura y profundidad -ve tal plenitud de salvación, comprada a un costo tan infinito- que su alma se llena de loor y gratitud. Ve como en un espejo la gloria del Señor y es transformado en la misma imagen como por el Espíritu del Señor. Ve el manto de la justicia de Cristo, tejido en el telar del cielo, forjado por su obediencia e imputado al alma arrepentida mediante la fe en su nombre.Cuando el pecador percibe los incomparables encantos de Jesús, el pecado deja de parecerle atractivo; porque contempla al Señalado entre diez mil, a Aquel que es enteramente codiciable. Verifica por experiencia personal el poder del Evangelio, cuya vastedad de designio es igualada únicamente por su preciosidad de propósito.Tenemos un Salvador viviente. No se halla en el sepulcro nuevo de José; resucitó y ascendió al cielo como Sustituto y Garante de cada alma creyente. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:1. El pecador es justificado por los méritos de Jesús, y esto es el reconocimiento de Dios de la perfección del rescate pagado en favor del hombre. El hecho de que Cristo fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, es prenda de la aceptación del pecador arrepentido por parte del Padre. Entonces, ¿nos permitiremos tener una experiencia vacilante de dudar y creer, creer y dudar? Jesús es la prenda de nuestra aceptación por parte de Dios. Tenemos el favor de Dios, no porque haya mérito alguno en nosotros, sino por nuestra fe en “el Señor, nuestra justicia”Jesús está en el Lugar Santísimo, para comparecer por nosotros ante la presencia de Dios. Allí, no cesa de presentar a su pueblo momento tras momento, como completo en El. Pero, por estar así representados delante del Padre, no hemos de imaginar que podemos abusar de su misericordia y volvernos descuidados, indiferentes y licenciosos. Cristo no es el ministro del pecado. Estamos completos en El, aceptados en el Amado, únicamente si permanecemos en El por fe Nunca podemos alcanzar la perfección por medio de nuestras propias obras buenas. El alma que contempla a Jesús mediante la fe, repudia su propia justicia. Se ve a sí misma incompleta, y considera su arrepentimiento como insuficiente, débil su fe más vigorosa, magro su sacrificio más costoso; y se abate con humildad al pie de la cruz. Pero una voz le habla desde los oráculos de la Palabra de Dios. Con asombro escucha el mensaje: “Vosotros estáis completos en él”. Ahora todo está en paz en su alma. Ya no tiene que luchar más para encontrar algún mérito en sí mismo, algún acto meritorio por medio del cual ganar el favor de Dios.
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El papado intentó alterar la ley de Dios. El segundo mandamiento, que prohibe el culto de las imágenes, ha sido borrado de la ley, y el cuarto mandamiento ha sido adulterado de manera que autorice la observancia del primer día en lugar del séptimo como día de reposo. Pero los papistas aducen para justificar la supresión del segundo mandamiento, que este es inútil puesto que está incluido en el primero, y que ellos dan la ley tal cual Dios tenía propuesto que fuese entendida. Este no puede ser el cambio predicho por el profeta. Se trata de un cambio intencional y deliberado: “Pensará en mudar los tiempos y la ley”. El cambio introducido en el cuarto mandamiento cumple exactamente la profecía. La única autoridad que se invoca para dicho cambio es la de la iglesia. Aquí el poder papal se ensalza abiertamente sobre Dios.
Mientras los que adoran a Dios se distinguirán especialmente por su respeto al cuarto mandamientosabado séptimo día escrito con el dedo de Dios éxodo 20:8,11 31:12,18 —ya que este es el signo de su poder creador y el testimonio de su derecho al respeto y homenaje de los hombres Génesis 1:1,2:1,4 —, los adoradores de la bestia se distinguirán por sus esfuerzos para derribar el monumento recordativo del Creador y ensalzar lo instituido por Roma Vaticano . Las primeras pretensiones arrogantes del papado fueron hechas en favor del domingo ; y la primera vez que recurrió al poder del estado fue para imponer la observancia del domingo como “día del Señor”. Pero la Biblia señala el séptimo día, y no el primero, como día del Señor. Cristo dijo: “El Hijo del hombre es Señor aun del sábado”. El cuarto mandamiento declara que: “El día séptimo es día de descanso [margen, sábado], consagrado a Jehová”. Y por boca del profeta Isaías el Señor lo llama: “Mi día santo”. Marcos 2:28;
El aserto, tantas veces repetido, de que Cristo cambió el día de reposo, está refutado por sus propias palabras. En su sermón sobre el monte, dijo: “No penséis que vine pare invalidar la ley, o los profetas: no vine a invalidar, sino a cumplir. Porque en verdad os digo, que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni un tilde pasará de la ley, hasta que el todo sea cumplido. Por tanto cualquiera que quebrantare uno de estos más mínimos mandamientos, y enseñare a los hombres así, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos: mas cualquiera que los hiciere y enseñare será llamado grande en el reino de los cielos”. Mateo 5:17-19
Es un hecho generalmente admitido por los protestantes, que las Sagradas Escrituras no autorizan en ninguna parte el cambio del día de reposo. Esto se confirma en publicaciones de la Sociedad Americana de Tratados y la Unión Americana de Escuelas Dominicales. Una de estas obras reconoce “que el Nuevo Testamento no dice absolutamente nada en cuanto a un mandamiento explícito en favor del día de reposo, o a reglas definidas relativas a su observancia”. George Elliott, The Abiding Sabbath, 184.
Otra dice: “Hasta la época de la muerte de Cristo, ningún cambio se había hecho en cuanto al día”; y, “por lo que se desprende del relato bíblico, los apóstoles no dieron [...] mandamiento explícito alguno que ordenara el abandono del séptimo día, sábado, como día de reposo, ni que se lo observara en el primer día de la semana”. A. E. Waffle, The Lords Day, 186-188.
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Los romanistas declaran que “la observancia del domingo por los protestantes es un homenaje que rinden, mal de su grado, a la autoridad de la iglesia [católica]”. Mons de Segur, Plain Talk About the Protestantism of Today, 213. La imposición de la observancia del domingo por parte de las iglesias protestantes es una imposición de que se adore al papado, o sea la bestia. Los que, comprendiendo las exigencias del cuarto mandamiento, prefieren observar el falso día de reposo en lugar del verdadero, rinden así homenaje a aquel poder, el único que ordenó su observancia. Pero por el mismo hecho de imponer un deber religioso con ayuda del poder secular, las mismas iglesias estarían elevando una imagen a la bestia; de aquí que la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen. CS 442.4
Pero los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico; y ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo divinamente instituido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y que el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces quien transgreda el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios: rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma: adorará la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, “la marca de la bestia”. Y solo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán “la marca de la bestia”. CS 443.1
La más terrible amenaza que haya sido jamás dirigida a los mortales se encuentra contenida en el mensaje del tercer ángel. Debe ser un pecado horrendo el que atrae la ira de Dios sin mezcla de misericordia. Los hombres no deben ser dejados en la ignorancia tocante a esta importante cuestión; la amonestación contra este pecado debe ser dada al mundo antes que los juicios de Dios caigan sobre él, para que todos sepan por qué deben consumarse, y para que tengan oportunidad para librarse de ellos. La profecía declara que el primer ángel hará su proclamación “a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo”. El aviso del tercer ángel, que forma parte de ese triple mensaje, no tendrá menos alcance. La profecía dice de él que será proclamado en alta voz por un ángel que vuele por medio del cielo; y llamará la atención del mundo. CS 443.2
Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y la de los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marca. Si bien la iglesia y el estado se unirán para obligar a “todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos”, a que tengan “la marca de la bestia” (Apocalipsis 13:16, VM), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio que “los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia, y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios”, y cantaban el cántico de Moisés y del Cordero. Apocalipsis 15:2, 3
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BABILONIA ESTA FORMADA CASI COMPLETAMENTE .
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 88 Y la adorarán todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado.
[V.8-> Y la adoraron todos. Se refiere especialmente al período futuro del resurgimiento del papado (ver com. Ap 13:3). La manera como logrará esa adoración universal, se describe en los Ap 13:11-18. . El libro de la vida. Ver com. Fil 4:3. Cordero... inmolado. Ver com. Ap 5:6. Desde el principio del mundo. Esta frase puede relacionarse con “escritos” o con “inmolado”. Ambas ideas tienen base bíblica. El hecho de que los hombres están registrados desde la fundación del mundo, se halla en Ap 17:8, y esto se amplía en declaraciones como éstas: “heredad del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mat 25:34), y “nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (ver com. Efe 1:4). Por otra parte, el hecho de que el Cordero fue muerto desde la fundación del mundo está estrechamente relacionado con la declaración de Pedro: “Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo” (1Pe 1:19-20). La decisión de que Cristo moriría por la raza culpable fue tomada antes de la creación de este mundo y confirmada cuando el hombre cayó por lo tanto, en este sentido puede considerarse que fue inmolado desde antes de la fundación del mundo.
Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 13
[V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus inmundos” delante de Dios.
Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 14
[V.14-> Espíritus de demonios. En los Evangelios el término “espíritu inmundo” se usa como equivalente de “diablo” (Mar 1:27; Mar 1:34; Mar 3:11; Mar 3:15; Mar 6:7; etc.). Ver Ap 18:2; cf. 2JT 176-177. Hacen señales. O “hacen milagros”, es decir, “señales y prodigios mentirosos” (ver com. 2Ts 2:9) con el propósito de confirmar el poder y la autoridad de la persona que los hace (ver t. V, pp. 198-199). Estos milagros también se mencionan en Ap 13:13-14; Ap 19:20. Las manifestaciones sobrenaturales de varias clases son el medio por el cual Satanás- obrando mediante diversos instrumentos humanos- logrará unir al mundo con el propósito de exterminar a los que constituyen la única barrera que se opondrá a su dominio indiscutido sobre la humanidad. Reyes de la tierra. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “reyes de todo el mundo”. Los “reyes” son los poderes políticos de la tierra, en contraste con la triple unión religiosa del Ap 16:13 (ver el comentario respectivo) que congrega a las naciones de la tierra para que se unan en una cruzada con el fin de destruir al pueblo de Dios (3JT 285; CS 618, 682). Esta liga mundial político-religiosa (ver com. Ap 17:3) aspirará a gobernar todo el mundo. De acuerdo con el primer punto de vista, estos “reyes” representan las naciones del Occidente en contraste con los “reyes del oriente” (Ap 16:12), es decir, las naciones del Oriente. Según el segundo punto de vista, la frase “reyes de la tierra y de todo el mundo” incluye a las naciones del Oriente y del Occidente (ver com. Ap 16:12). Hay más información en cuanto a la identidad de los “reyes de la tierra” y al éxito transitorio de esta unión, en Ap 17:2; Ap 17:12; Ap 17:14; ver com. Ap 16:12; cf. 3JT 171. Reunirlos. Según la primera opinión, este acto de congregarlos consistirá en los preparativos políticos y militares de los “reyes de la tierra en todo el mundo”. Según la segunda, se refiere a los esfuerzos que hará la triple unión religiosa para concertar una acción unificada de los poderes políticos de la tierra con el propósito de luchar contra el remanente del pueblo de Dios. La batalla. Los defensores de ambas interpretaciones concuerdan en que se describen distintos aspectos de la misma batalla en los Ap 14:14-20; Ap 16:12-19; Ap 17:14-17; Ap 19:11-21; cf. 6T 406. Según el primer punto de vista, ésta es principalmente una batalla político - militar que se librará entre las naciones de Oriente y Occidente en el valle de Meguido (ver com. Ap 16:12-13). De acuerdo con la segunda opinión, en esta batalla las naciones se unen para destruir al pueblo de Dios, y por lo tanto es ante todo un conflicto religioso. Aquel gran día. Es decir, el día de la ira de Dios (ver com. Ap 16:1). La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “del gran día de Dios Todopoderoso”. Ver com. Isa 2:12. Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.1-> Uno de los siete ángeles. Ver com. Ap 1:11; cf. Ap 21:9. La identificación de este ángel, como uno de los ángeles portadores de las siete plagas de los cap. 15 y 16, sugiere que la información que está por darse a Juan se relaciona con las siete últimas plagas. Esta relación se confirma por el hecho de que el tema anunciado para este capítulo -“la sentencia contra la gran ramera”- tendrá lugar durante la séptima plaga (Ap 16:19). Copas. Ver com. Ap 15:7; Ap 16:1. Habló conmigo. La palabra griega traducida “con” (meta) puede entenderse como una relación íntima entre Juan y el ángel. Quizá el ángel se dirigió a Juan antes de transportarlo en visión. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:10 Ven acá. La expresión es una orden, un imperativo. Ver com. Ap 17:3. Te mostraré. Ver com. Ap 1:2; Ap 4:1. La sentencia. Gr. kríma, “sentencia”, “decisión”, “veredicto”, “decreto”, en este caso del tribunal divino en cuanto a la “gran ramera” debido a su conducta criminal (ver com. Ap 17:4-6; cf. com. Ap 18:10). Nótese que el ángel no le muestra a Juan la ejecución de la sentencia, pues en tal caso hubiera usado la palabra krísis, que se traduce “ juicio” en el Ap 18:10. Simplemente le informa de lo que sucederá. Krísis puede indicar la investigación de un caso o la ejecución de una sentencia. Ver com. Ap 16:19; Ap 18:5; Ap 19:2; cf. Isa 23:11. El cap. 17 se divide en dos partes: (1) la visión simbólica que Juan contempló, Ap 17:3-6, y (2) lo que se le dijo como explicación, según se registra en los Ap 17:7-18. La primera parte expone los crímenes de Babilonia, y por lo tanto constituye las acusaciones del cielo, o la declaración de por qué se pronuncia sobre ella la sentencia divina (ver com. Ap 17:6). La segunda parte presenta la sentencia y cómo se ejecutará. La carrera criminal de Babilonia llegará a su culminación durante la sexta plaga (ver com. Ap 16:12-16), mientras que la sentencia que se decreta, se ejecutará durante la séptima plaga (ver com. Ap 16:17-19; Ap 17:13-17; Ap 18:4; Ap 18:8; Ap 19:2). Por lo tanto, la primera parte se relaciona más particularmente con los acontecimientos de la sexta plaga, y la segunda parte con los de la séptima. De modo que el cap. 17 es un bosquejo de la crisis final, cuando Satanás dedicará su esfuerzo supremo a la aniquilación del pueblo de Dios (cf. Ap 12:17), cuando todos los poderes de la tierra se pondrán en orden de batalla contra él Dios permitirá que Satanás y sus aliados lleven adelante su plan de aniquilar a los santos y lleguen hasta el punto de casi tener éxito en su empeño; pero cuando llegue el momento de dar el golpe final, Dios intervendrá para librar a su pueblo. Las huestes del mal, que son detenidas en el mismo acto de intentar matar a los santos, quedarán sin excusa delante del tribunal de justicia divina (ver Dan 12:1; . No es entonces de extrañarse que Juan se maravillara al contemplar la culminación del gran drama del misterio de iniquidad (ver com. Ap 17:6). Ramera. Gr. pórn’, “prostituta”, “ramera”. Pórn’ quizá tenga su origen en una palabra que significa “vender” o “exportar para la venta” objetos como esclavos. En Grecia las prostitutas generalmente eran esclavas compradas. Los profetas del AT a menudo comparan con una mujer adúltera al Israel apóstata que repetidas veces “fornicaba” yendo tras dioses paganos (Eze 23:30; cf. Isa 23:17; ver com. Eze 16:15). En cuanto a la comparación de la Babilonia simbólica con una ramera, ver com. Ap 17:5 (cf. Ap 17:2; Ap 17:4; Ap 19:2); y en cuanto a pasajes del AT cuyo sentido o palabras sean similares con los de Apoc. 17, ver com. Isa 47:1; Jer 25:12; Jer 50:1; Eze 26:13. Está sentada sobre muchas aguas. O sea que ejerce un poder despótico sobre muchos “pueblos” y “naciones” (Ap 17:15). La flexión del verbo griego presenta a la “gran ramera” ejerciendo su poder en forma continuada. La antigua ciudad de Babilonia estaba situada junto a las aguas del río Eufrates (ver com. Jer 50:12; Jer 50:38), moraba simbólicamente “entre muchas aguas” o pueblos (Jer 51:12-13; cf. Isa 8:7-8; Isa 14:6; Jer 50:23), así también a la Babilonia moderna se la presenta sentada o viviendo sobre los pueblos de la tierra, u oprimiéndoles (cf. com. Ap 16:12), ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 2
[V.2-> Han fornicado. Gr. pornéuō, verbo afín de pórn’ (ver com. Ap 17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze 23:30; Ose 4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata (ver com. Ap 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa 23:15; Isa 23:17. Reyes de la tierra. Es decir, poderes políticos (ver com. Ap 17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera” (Ap 17:1; ver com. Ap 17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra” (cf. Ap 17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen. Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados (cf. com. Ap 17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera (cf. Ap 13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos. Embriagado. Una embriaguez completa. Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer 51:7; 2Ts 2:9-10; Ap 13:3-4; Ap 13:7; Ap 13:18; Ap 14:8; Ap 18:3; Ap 18:23; Ap 19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados . Con el vino catecismo domingo la marca de la bestia . O sea al beber el vino. Este “vino” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales” con las cuales promueve su política (cf. Ap 13:13-14; Ap 18:23; Ap 19:20). De su fornicación. O, es decir, “su prostitución”. La alianza entre el cristianismo apóstata y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo.
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.3-> Me llevó. La sensación de movimiento tenía sin duda el propósito de ayudar a Juan a hacer la transición mental desde su tiempo y lugar hasta el tiempo y lugar del cumplimiento de la visión (cf. Eze 3:12-14; Eze 8:3; Eze 40:2-3; Ap 21:10). En el Espíritu. Literalmente “en espíritu” (ver com. Rev_1 10; cf. Ap 4:2; Ap 21:10). La ausencia del artículo definido destaca la cualidad o naturaleza de esta experiencia. Al desierto. Gr. ér’mos, “lugar desolado” (ver com. Ap 12:6). El verbo afín que se usa en Ap 17:16, significa “desolar”, “desnudar”, “abandonar”. Un “desierto” era una región deshabitado donde un ser humano podía sostenerse con dificultad y peligro, un lugar donde el alimento y aun el agua eran difíciles de obtener y se corría el peligro de fieras y quizá de asaltantes. Por esta razón algunos consideran. 864 que cuando “desierto” se usa simbólicamente como aquí, se refería a una situación llena de dificultades y peligros, evidentemente para el pueblo de Dios (cf Ap 17:6; Ap 17:14). La ausencia del artículo definido antes del sustantivo “desierto”, hace que el término sea claramente cualitativo y descriptivo; en otras palabras, especifica una condición antes que una ubicación particular. En vista de que el cap. 17 parece tratar más particularmente con el tiempo de las siete plagas postreras (ver com. Ap 17:1), algunos sostienen que este “desierto” simboliza la situación del pueblo de Dios durante ese tiempo. La situación que aquí se describe es semejante, aunque no idéntica, a la del “desierto” del Ap 12:6; Ap 12:13-16. Mujer. Los profetas del AT repetidas veces comparan al pueblo de Dios que ha apostatado con una ramera (cf. Eze 16:15-58; Eze 23:2-21; Ose 2:5; Ose 3:1; etc.). Esta “mujer” la “gran ramera” (Ap 17:1), la simbólica “Babilonia la grande” (Ap 17:5) -, es culpable de “la sangre... de todos los que han sido muertos en la tierra” (Ap 18:24) sin duda a través de la historia. La Babilonia simbólica constituye la oposición religiosa organizada contra el pueblo de Dios, probablemente a través de toda la historia pero aquí específicamente en el tiempo del fin (ver com. Ap 17:5). Sentada. La flexión del verbo denota una acción continuada. En el Ap 17:1 se presenta a la “gran ramera” ejerciendo dominio religioso directo sobre los seres humanos; aquí, dirigiendo la política del gobierno civil (ver com. Ap 17:18). Una característica continua del cristianismo apóstata ha sido la de unir la iglesia con el Estado para consolidar el dominio religioso sobre la política (cf. t. IV, p. 863). Compárese con la declaración de nuestro Señor de que su “reino” no es “de este mundo” (Jn 18:36). Bestia. En la profecía bíblica las bestias generalmente representan poderes políticos (Dan 7:3-7; Dan 7:17; Dan 8:3; Dan 8:5; Dan 8:20-21 ; cf. Ap 12:3; Ap 13:1). El color de esta bestia puede insinuar que es el compendio del mal, así como los nombres de blasfemia que la cubren indican que se opone a Dios. Por lo tanto, esta bestia puede ser identificada como Satanás que obra por medio de esos instrumentos políticos, que se han sometido a su dominio a través de la historia. Esta bestia se parece en ciertos aspectos al gran dragón bermejo del Ap 12:3, y en otros, a la bestia semejante a un leopardo del Ap 13:1-2 (ver los comentarios respectivos). El contexto hace parecer más estrecha esta última relación. La diferencia principal entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente. Escarlata. O “carmesí”, un color brillante que llama la atención. En Isa 1:18 el carmesí es el color del pecado. Compárese con el “gran dragón escarlata” de Ap 12:3. Llena. La apostasía y la oposición a Dios serán totales. Nombre de blasfemia. O “nombres blasfemos” (ver com. Mar 2:7; Mar 7:22). En Ap 13:1 (ver el comentario respectivo) los nombres están sobre las siete cabezas; aquí se hallan esparcidos por toda la bestia. Estos nombres indican el carácter de la bestia, intenta usurpar las prerrogativas de la Deidad. El hecho de que esté “llena” de nombres blasfemos, indica que está completamente dedicada a lograr sus propósitos. Cf. Isa 14:13-14; Jer 50:29; Jer 50:31; Dan 7:8; Dan 7:11; Dan 7:20; Dan 7:25; Dan 11:36-37. Siete cabezas. Ver com. Ap 17:9-11. En cuanto a la bestia de siete cabezas en la mitología antigua, ver com. Isa 27:1. Diez cuernos. Ver com. Ap 17:12-14; Ap 17:17. ]
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Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.4-> La mujer. Ver com. Ap 17:3. Púrpura y escarlata. Cf. Eze 27:7; Ap 18:7; Ap 18:12; Ap 18:16-17; Ap 18:19. Estos eran los colores de la realeza (ver com. Mat 27:28) que esta “mujer” pretenderá tener (cf. Ap 18:7). El color escarlata también puede considerarse como el distintivo del pecado y también el de una prostituta (ver com. Ap 17:3). Esta prostituta u organización religiosa apóstata, descrita en todo su carácter seductor, está vestida con ostentación y adorno excesivo. Contrasta agudamente con la “novia” del Cordero, que Juan vio ataviada con lino fino, limpio y blanco (Ap 19:7-8; cf. 1T 136; Ed 242). Ver com. Luc 16:19. Abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. O “actos inmundos, es decir la suciedad que es su fornicación”. El oro del cáliz engañará a los seres humanos en cuanto a la naturaleza de su contenido. Ver com. Ap 17:2. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.5-> Frente. El carácter que refleja el nombre 865 “Babilonia” ha sido escogido deliberadamente por la mujer. Esto puede deducirse porque el nombre aparece en su frente. Cf. com. Ap 13:16. Un nombre escrito. O “un nombre que queda escrito”; había sido escrito allí en el pasado, y allí permanece. El nombre refleja su carácter. Misterio. Esta palabra describe el título, no es el título; de allí lo apropiado del término “Babilonia simbólica” (ver com. Ap 1:20). BABILONIA LA GRANDE. La Babilonia simbólica puede considerarse en cierto sentido como una representación de los sistemas religiosos apóstatas a través de la historia; pero “Babilonia la grande” simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin (ver com. Ap 14:8; Ap 16:13-14; Ap 18:24). En el Ap 17:18 se llama a la Babilonia simbólica “la gran ciudad” (cf. Ap 16:19; Ap 18:18); pero ahora es llamada “la grande” porque este capítulo trata más particularmente con el gran esfuerzo final de Satanás para lograr la lealtad de la raza humana por medio de la religión. “Babilonia la grande” es el nombre con el que la Inspiración se refiere a la gran triple unión religiosa del papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo (ver com. Ap 16:13; Ap 16:18-19; cf. com. Ap 14:8; Ap 18:2; cf. CS 645;Dan 4:30; Zac 10:2-3; Zac 11:3-9). El nombre “Babilonia” se refiere a las organizaciones y a sus dirigentes, y no tanto a sus miembros, los cuales son llamados “muchas aguas” (Ap 17:1; Ap 17:15) y los “moradores de la tierra” (Ap 17:2; cf. Ap 17:8). MADRE DE LAS RAMERAS. Como ya se hizo notar, “Babilonia la grande” incluye al protestantismo apóstata en el tiempo que aquí se considera; por lo tanto, las hijas de esta “madre” son las diversas organizaciones religiosas que componen el protestantismo apóstata. ABOMINACIONES. Ver com. Ap 17:4. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 6
[V.6-> Ebria. Ver com. Ap 17:2. En sentido general puede decirse que Babilonia está “ebria” con la sangre de los mártires de todos los siglos (cf. Ap 18:24); pero en un sentido más inmediato, con la de los mártires futuros durante las escenas finales de la historia del mundo. Dios considera culpable a Babilonia de la sangre de aquellos cuya muerte decretará, pero que se le impedirá matar (ver CS 686). Babilonia está completamente embriagada por su éxito en lo pasado al perseguir a los santos (ver com. Dan 7:25; Mat 24:21; cf. Ap 6:9-11; Ap 18:24), y también por la perspectiva de que pronto tendrá la satisfacción de completar su sangrienta tarea (ver coro. Ap 16:6; Ap 17:14; cf. CS 686). Sangre. Ver com. Ap 16:6. Santos. Ver com. Hch 9:13; Rom 1:7. Mártires. Gr. mártur, literalmente “testigo” (ver com. Ap 2:13). Cf. Isa 47:6; Jer 51:49; ver com. Ap 18:24. De Jesús. Lo que quizá signifique “que dieron testimonio respecto a Jesús”, en primer lugar con sus palabras, y después con su martirio. Fueron muertos porque persistieron en testificar por Jesús y su verdad y fueron leales a su nombre aun al precio de sus vidas. Cuando la vi. No es claro si se refiere a todo lo que Juan había visto en los Ap 17:3-6, o sólo a la conducta de la mujer en el Ap 17:6, el clímax de su proceder criminal. La respuesta del ángel ante el asombro de Juan (Ap 17:7) puede insinuar lo primero. Quedé asombrado con gran asombro. El texto griego refleja una expresión idiomática típicamente hebrea. El ángel había llamado a Juan para que fuera testigo de la sentencia que se pronunciaría contra Babilonia, la prostituta religiosa (Ap 17:1), y el apóstol quizá esperaba ver un cuadro de completa ruina y degradación; pero en vez de esto vio a una mujer vestida con atavíos costosos y magníficos, en estado de embriaguez y sentada sobre una espantosa bestia. Un ángel ya le había dicho algo a Juan acerca de esta “mujer” corrompida (Ap 14:8; Ap 16:18-19); pero ahora se le presenta un relato más completo y asombroso de sus crímenes. Lo que Juan ve lo deja sumamente atónito. Su asombro supera a cualquier otro que exprese en el Apocalipsis. Los crímenes de la Babilonia simbólica, tal como se exponen en la acusación del ángel, pueden enumerarse como sigue (cf. com. Ap 18:4): 1. Seducción engaña con mentiras LA ONU VATICANO . Cuando seduce a los reyes de la tierra para que accedan a una unión ilícita con ella, con el propósito de promover sus propios designios siniestros (ver com. Ap 17:2; Ap 18:3). 2. Despotismo opresor. Al sentarse sobre “muchas aguas” para oprimir a los pueblos de la tierra (ver com. Ap 17:1). 3. Contribuye a la delincuencia humana sindicatos provoca guerra entre países jesuita comunismo . Cuando hace que los habitantes de la tierra -excepto los santos- se embriaguen con el vino de su política, convirtiéndolos así en los cómplices de su trampa impía (ver com. Ap 17:2). Por su “fornicación” ha “corrompido a la tierra” (Ap 19:2). 4.Embriguez catecismo 666 . Esta embriaguez “con la sangre de los santos con la inquisición ” es porque la habían ofendido al negarse a beber de su vino maléfico de error o a someterse a su ambición de gobernar la tierra. 5.Asesinato y tentativa de asesinato. Cuando tramó el asesinato de la esposa de Cristo persiguiendo a su pueblo con la inquisición decreto de muerte quienes obedezcan el sábado séptimo día la ley del cielo Sinaí escrita en piedra luego en el corazón de su pueblo , la “mujer” del cap. 12 (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14; Ap 18:24). ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 2
[V.2-> Leopardo... oso... león. Una evidente alusión al simbolismo de Dan. 7. Daniel vio tres bestias: la primera era semejante a un león; la segunda, a un oso; la tercera, a un leopardo. La bestia que vio Juan tenía características físicas tomadas de las tres, lo que indica, sin duda alguna, que el poder representado por la bestia de Apocalipsis posee características evidentes en los imperios de Babilonia, Persia y Grecia. Algunos han notado que Juan alude a estos poderes en el orden inverso de su aparición en la historia, o mirando retrospectivamente desde sus días. Dragón. Ver com. Ap 12:3. Le dio su poder. El dragón representa en primer lugar a Satanás, y en un sentido secundario recibió del dragón “su poder, y su trono, y grande autoridad” fue, claramente, la Roma papal. “De las ruinas de la Roma política se levantó el gran imperio moral en la “forma gigantesca” de la Iglesia Romana” (A. C. Flick, The Rise of the Mediaeval Church [ 1900], p. 150). Esta identificación es confirmada 832 por las especificaciones enumeradas en los versículos siguientes. Detrás de todo estaba Satanás, que procuraba exterminar a la iglesia. Cuando se dio cuenta que sus esfuerzos para aniquilar a los seguidores de Cristo por medio de la persecución resultaban ineficaces, cambió sus tácticas y se propuso separar de Cristo a la iglesia por medio del establecimiento de un sistema religioso falso y complejo. El dragón no actúa directamente por medio del paganismo, sino que empieza a trabajar tras la fachada de una organización profesamente cristiana, esperando de este modo disfrazar su identidad. Trono. Gr. thrónos. Los papas ascendieron al trono de los césares. La capital del sistema papal era la misma que la que había ocupado el Imperio Romano durante su apogeo. Grande autoridad. El papado predominó en los asuntos políticos y religiosos, y sobre la conciencia de los hombres. ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 3
[V.3-> Una de sus cabezas. Ver com. Ap 13:1. Herida. Gr. sfázō, “matar”, “degollar”. Es afín de la palabra que se traduce “inmolado” en el Ap 5:6. Los adventistas creen que esta predicción se cumplió asombrosamente en 1798, cuando el general Berthier entró en Roma a la cabeza del ejército francés y declaró que había terminado el poder político del papa. Tomó prisionero al papa, lo llevó a Francia, donde poco después murió (ver com. Dan 7:25; CS 492). Sin embargo, este suceso sólo marcó la culminación de una larga serie de acontecimientos. La decadencia del poder papal había comenzado muchos años antes (ver Nota Adicional de Dan. 7). El comienzo de la Reforma protestante fue un hecho significativo en la larga serie de acontecimientos. Su herida. Gr. pl’g’, “un golpe”, también la herida producida por un golpe. Uno u otro significado puede adaptarse en este versículo. La “herida de muerte” podría ser, o el golpe que produce la muerte, o la herida que produce la muerte. Fue sanada. En los años que transcurrieron después de la Revolución Francesa se produjo un reavivamiento gradual del sistema papal. El papa sufrió un nuevo golpe en 1870, cuando le fueron quitados los Estados papales. Un suceso importante aconteció en 1929 cuando, por el tratado de Letrán, el poder temporal le fue restaurado al papa. Recibió entonces el gobierno de la Ciudad del Vaticano, una sección de la ciudad de Roma, que ocupa una extensión de unas 44 hectáreas. Sin embargo, el profeta contempla que hay una restauración mucho mayor. Vio la herida completamente curada, como lo insinúa el texto griego. Juan vio, además, que después de la curación “todos los moradores de la tierra” -excepto unos pocos fieles- adoraron a la bestia (Ap 13:8; cf. CS 636). Esta adoración aún se halla en el futuro. Aunque el papado recibe el homenaje de ciertos sectores, enormes conjuntos humanos no le rinden pleitesía. Pero esto cambiará. La bestia del Ap 13:11 “hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada” (Ap 13:12). Se maravilló toda la tierra. Parecía increíble que pudiera resurgir el poder papal; pero la profecía ha declarado que así sucedería. ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 4
[V.4-> Adoraron al dragón. Adorar a la bestia es en verdad adorar al dragón, porque la bestia es el instrumento o agente visible del dragón, que lleva a cabo los propósitos del dragón. El período del restablecimiento del papado también se caracterizará por la actividad sin paralelo del espiritismo. Detrás del espiritismo está Satanás que obra “con todo engaño de iniquidad” (2Ts 2:10). Por medio del catolicismo romano, el espiritismo y el protestantismo apóstata, Satanás se propone lograr que todo el mundo le adore; y lo conseguirá, excepto de un noble remanente que se negará a acceder a sus pretensiones (Ap 12:17; Ap 13:8). Adoraron a la bestia. Ver com. “adoraron al dragón”. ¿Quién como? Tal vez sea una parodia de expresiones similares dirigidas a Dios (Exo 15:11; Sal 35:10; Sal 113:4). ¿Podrá luchar contra ella? La resistencia a las demandas de la bestia evidentemente significaba guerra. Se sugiere que regiría por la fuerza de las armas y que la resistencia sería inútil; pero finalmente Cristo y los ejércitos del cielo tendrán éxito en su lucha contra ella, y la arrojarán viva “dentro de un lago de fuego que arde con azufre” (Ap 19:20). ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 8
[V.8-> La bestia que has visto. Esto es, la bestia del Ap 17:3. A Juan no se le mostró la bestia en su estado que “era” o en que “no es”; sino cuando resurgió después del período en que “no es”; sin embargo, el ángel repasa brevemente las etapas pasadas de este ser espantoso con el propósito de identificar a la bestia tal como la vio Juan (ver com. Ap 17:8-11). En la introducción de la visión (Ap 17:1-2) y en la visión (Ap 17:3-6), la atención de Juan se dirigió casi exclusivamente a la mujer; la bestia se menciona sólo de paso. En el texto griego de los Ap 17:1-6, según el texto de Nestle, se dedican 102 palabras a la mujer y sólo 12 a la bestia; pero en la explicación puede sugerir que aunque el tema anunciado de la visión es la sentencia divina pronunciada contra la Babilonia simbólica, y que aunque ella es el personaje principal en los acontecimientos descritos por la visión, su breve triunfo y repentina caída solo pueden entenderse mediante un estudio cuidadoso de la contribución hecha por la bestia, tanto en el éxito transitorio de la mujer como también en su derrota final. Era, y no es. En algún momento del pasado la bestia había estado activa, pero después desapareció. Esta expresión se repite al final del Ap 17:8 y de nuevo en el Ap 17:11. Algunos identifican el período en que la bestia “era” con el de la Roma pagana; el período en que “no es”, con el breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y el período “y será”, con el de la Roma Papal. Otros hacen equivaler el período en que “era”, con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que “no es”, con el intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como “la octava”. Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia “era”, con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente “no es” recalca la secuencia temporal. Está para subir. El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo del “abismo”. Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del “abismo”. Cuando la expresión “era, y no es” se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase “y será”, que se halla en lugar de las palabras “está para subir del abismo”, las cuales se usan antes en este mismo versículo (ver com. “y será”). Por lo tanto, la bestia “será” cuando ascienda del “abismo”. Las palabras de la triple secuencia del Ap 17:11 que podemos comparar con “será”, son: “es también el octavo”. Por lo tanto, cuando la bestia suba “del abismo”, “será”, existirá como “el octavo”, literalmente “un octavo”. En el Ap 17:8 la bestia irá a “perdición” después de que ascienda del “abismo” y exista como “el octavo” durante un período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como “el octavo”, “los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia”. Se hace una declaración muy similar en el Ap 13:3; Ap 13:8 (cf. Ap 17:4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo cuando se curó su herida de muerte: “Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Si el cap. 13 se refiere al mismo acontecimiento del Ap 17:8, quiere decir que la declaración “su herida mortal fue sanada” (Ap 13:3) equivale a la expresión 867 “está para subir del abismo” (Ap 17:8; Ap 20:3; Ap 20:7); “vivió” (Ap 13:14), equivale a las expresiones “y será” y “es también el octavo” (Ap 17:8; Ap 17:11); la herida de la cabeza (Ap 13:3), ir “en cautividad” y la “herida de espada” (Ap 13:10; Ap 13:14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al “abismo” (Ap 17:8); y la “muerte” (Ap 13:3) equivaldría a la fase del “abismo” en el caso de la bestia. Las similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la bestia con la cabeza papal (ver com. Ap 17:9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba necesariamente la identidad. En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:13. Abismo. Gr. abússos, un espacio vasto, que no se puede medir (ver com. Mar 5:10; Ap 9:1). En la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas. En Sal 71:20 (LXX), y en Rom 10:7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos, comúnmente llamado Hades (ver com. Mat 11:23; cf. com. 2Sa 12:23; Pro 15:11; Isa 14:9). El descenso al “abismo”, sería pues, un término adecuado para representar la muerte de una bestia que parecía haber sido muerta. Perdición. Gr. apōleia, “completa destrucción”, “aniquilamiento” (ver com. Jn 17:12). Indica cl fin absoluto de la bestia (cf Ap 17:11; ver com. Ap 19:20; Ap 20:10). Los moradores. Aquellos sobre los cuales la “ramera... está sentada” (Ap 17:1) y “se han embriagado con el vino de su fornicación” (Ap 17:2). Cf. Ap 13:3-4; Ap 13:7-8; Ap 13:12; Ap 13:14; ver com. Ap 17:1-2. No están escritos. O no están en la lista de quienes Dios aceptó como candidatos para su reino. Desde la fundación. Puede entenderse que los nombres que aparecen en el libro de la vida has estado escritos allí desde “la fundación del mundo”, o simplemente que el libro ha existido desde ese tiempo. Aquí debe entenderse lo segundo. Cf. com. Ap 13:8. Libro de la vida. Ver com. Fil 4:3. Se asombrarán. Gr. thaumázō, “estar asombrado”, “maravillarse” (ver com. Ap 17:6). Los moradores de la tierra se sorprenden mucho cuando observan que la bestia que habían visto descender al “abismo” (Ap 17:8), se recupera y emprende nuevamente sus actividades anteriores. Al principio “se asombrarán”, y luego la adorarán (Ap 13:3-4; Ap 13:8; Ap 13:12; Ap 13:14), es decir, le prestarán su apoyo voluntario para que siga adelante con sus planes blasfemos. Respecto a la relación de la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:3. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 9
[V.9-> Mente que tenga sabiduría. Cf. Ap 13:18. El ángel comienza su explicación de “la bestia que era, y no es, y será” del Ap 17:8. Lo que se le había mostrado a Juan era un “misterio” (cf. Ap 17:7; ver com. Ap 17:5) porque la realidad había sido ocultada en lenguaje simbólico, y era necesario obtener “sabiduría” para entender y aplicar los símbolos a las realidades simbolizadas. Aunque esta declaración del ángel quizá se refiera más específicamente al enigma del Ap 17:8, y por lo mismo especialmente a la explicación de los Ap 17:9-10, también es cierto en cuanto a toda la visión, y por lo tanto a la explicación de los Ap 17:10-18. Siete cabezas. Sin duda representan siete poderes políticos importantes por medio de quienes Satanás ha intentado destruir al pueblo y la obra de Dios en la tierra (ver com. Ap 17:2-3; Ap 17:6; Ap 17:10). No es claro si la Inspiración tenía o no el propósito de que estas cabezas fuesen identificadas con siete naciones específicas, pues en el Apocalipsis el número “siete” a menudo tiene un valor más simbólico que literal (ver com. Ap 1:11). Por eso algunos nos han entendido que las siete cabezas representan toda la oposición política al pueblo y a la causa de Dios a través de la historia, sin especificar siete naciones particulares. Otros creen que los poderes representados por las siete cabezas deben ser siete naciones específicas ya mencionadas en diversas profecías de Daniel y Apocalipsis. Identifican las primeras cuatro cabezas con los cuatro grandes imperios mundiales de Dan. 2 y 7, la quinta con el cuerno pequeño de los cap. 7 y 8 y la bestia semejante a un leopardo de Apoc. 13, la sexta con el poder representado en el Ap 11:7, y la séptima con la bestia de dos cuernos del Ap 13:11. Según esta interpretación, los poderes representados por las primeras cinco cabezas serían Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado. La sexta y la séptima cabezas podrían ser, respectivamente, la Francia revolucionaria y Estados Unidos, o Estados Unidos y una organización mundial, o los Estados Unidos y un papado restaurado. Otros consideran que las siete cabezas representan los poderes perseguidores principales que Dios escogió para sí un pueblo 868 y una obra organizada en la tierra, y por lo tanto especifican que esos poderes son Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado. Los que sostienen interpretación llaman la atención al importante papel de Egipto y Asiria respecto a Israel en la historia y profecía del AT. También destacan las siguientes circunstancias cuando cada uno de estos siete poderes procuró sucesivamente aniquilar al pueblo de Dios, subyugarlo o hacer desaparecer su carácter religioso distintivo: (1) Egipto, junto al mar Rojo, Exo 14:9-30; Asiria, en tiempo de Senaquerib, Isa 8:4-8; Isa 36:1-15; Isa 37:3-37; (3) Babilonia, durante el cautiverio, Jer 39:9-10; Jer 52:13-15; (4) Persia, en tiempo de Amán, Est 3:8-9; Est 7:4; Est 9:1-6; (5) Grecia, con Antíoco Epífanes, 1Ma 1:20-64; 1Ma 3:42; 1Ma 4:14 y 1Ma 4:36-54; (6) Roma, cuando persiguió tanto a los judíos como a los cristianos, Dan 8:9-12; Dan 8:24-25; Mat. 24-15, 21; Luc 21:20-24; Ap 2:10; Ap 2:13; y (7) el papado, a través de su historia perseguidora, Dan 7:21; Dan 7:25; Dan 8:24; Dan 11:33; Dan 11:35. En vista de que la Inspiración no ha indicado si debe entenderse que las siete cabezas representan siete naciones particulares y no ha especificado ningún momento desde el cual deben calcularse, este Comentario considera que la evidencia es insuficiente para garantizar una identificación dogmática de ellas. Apoc. 17 trata de la bestia durante su período “será”, cuando es “el octavo” (ver com. Ap 17:8; Ap 17:11), y la interpretación del mensaje básico del capítulo afortunadamente no depende de la identificación de las siete cabezas. Montes. Un símbolo profético común para designar poderes políticos o político-religiosos (Isa 2:2-3; Jer 17:3; Jer 31:23; Jer 51:24-25; Eze 17:22-23; etc.). Este símbolo también puede ser una alusión a la ciudad de Roma con sus siete colinas. Los escritores clásicos a menudo se refieren a Roma como la ciudad de las siete colinas (Horacio, Carmen Saeculare [Odas seculares] 7; Virgilio, Eneida vi, 782-784; Geórgicas ii. 534-535; Marcial, Epigramas iv. 64. 11, 13; Cicerón, Cartas a Ático vi. 5; Propercio, Elegías iii. 11; etc.). En los primeros siglos los cristianos se referían comúnmente a Roma como a “Babilonia” (ver com. 1Pe 5:13; Ap 14:8), quizá para evitar que se los considerara como personas subversivas cuando hablaban y escribían del proceder anticristiano de Roma y los castigos inminentes de Dios que caerían sobre ella. En vista de la relación histórica de la antigua Babilonia con el pueblo de Dios en los tiempos del AT, la denominación “Babilonia” era muy apropiada para aplicarla a Roma en sus relaciones con el cristianismo. Se sienta la mujer. El ángel presenta a la “mujer” sentada sobre las siete “cabezas”, mientras que en el Ap 17:3 se halla sentada sobre la “bestia” (ver el comentario respectivo); por lo tanto, evidentemente es lo mismo estar sentada sobre siete cabezas que estar sentada sobre la bestia. Se deduce, pues, que no hay una distinción básica entre la bestia y sus cabezas, y probablemente no se intenta señalar ninguna diferencia ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.10-> Y son siete reyes. Estos “reyes”, las “cabezas” y los “montes”, parece que se identifican como una misma cosa. No es clara la distinción -si es que la hay- entre los “reyes” y los “montes”. Cinco de ellos han caído. No se dice claramente en qué momento puede decirse que cinco de las cabezas han “caído”, que una “es” y que otra “aún no ha venido”. Los expositores adventistas sostienen en términos generales una u otra de tres opiniones distintas en cuanto al tiempo aquí involucrado: (1) Según la interpretación de que las siete cabezas representan a todos los poderes -sea cual fuere su número- que se han opuesto al pueblo y a la obra de Dios en la tierra, esta declaración significaría simplemente que una mayoría de dichos poderes ya habían desaparecido del escenario de la historia. (2) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Babilonia, Persia, Grecia y Roma y el papado, consideran que estos cinco ya habían “caído” cuando la cabeza papal de la bestia recibió la herida de muerte en 1798 (ver com. Ap 13:3-4). (3) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia, consideran que el momento indicado en el Ap 17:10 es el tiempo de Juan, cuando se dio la visión. Ver com. Ap 17:9. Uno es. Según el punto dos, Francia o Estados Unidos, después de 1798; y según el punto tres, el Imperio Romano en los días de Juan (ver com. “cinco de ellos han caído”). El otro. Según el punto uno, la minoría de los poderes políticos que aún están por desempeñar su parte; según el punto dos, Estados Unidos o alguna organización mundial como la Liga de las Naciones o las Naciones 869 Unidas; según el punto tres, el papado (ver com. “cinco de ellos han caído”). Puede notarse que si los sucesos predichos en el cap. 17 son idénticos en parte con los del cap. 13 (ver com. Ap 17:3; Ap 17:8), es lógico que la cabeza papal sea la que se designa como “el otro”. Breve tiempo. Gr. olígos, que se usa 34 veces en el NT en el sentido de “poco”, “pequeño”, “diminuto”, para especificar cantidad, y ocho veces con el significado de “corto” para especificar tiempo (ver com. Ap 12:12). La oración puede traducirse: “es necesario que permanezca poco” o “es necesario que continúe brevemente”, quizá con el sentido de un “tiempo limitado” en contraste con un tiempo sin límites. En el Ap 12:12 olígos se refiere al “poco tiempo” que se le concedió a Satanás después de su derrota en la cruz (cf. DTG 706, 709; CS 557). El ángel quizá le está asegurando de nuevo a Juan que Satanás, y más específicamente que el poder (o poderes) representado por la séptima cabeza no podrá nunca alcanzar sus objetivos, o que su duración ha sido estrictamente limitada. Algunos entienden a olígos en un sentido literal, como indicando un corto lapso. ]
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Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 10
[V.10-> Y son siete reyes. Estos “reyes”, las “cabezas” y los “montes”, parece que se identifican como una misma cosa. No es clara la distinción -si es que la hay- entre los “reyes” y los “montes”. Cinco de ellos han caído. No se dice claramente en qué momento puede decirse que cinco de las cabezas han “caído”, que una “es” y que otra “aún no ha venido”. Los expositores adventistas sostienen en términos generales una u otra de tres opiniones distintas en cuanto al tiempo aquí involucrado: (1) Según la interpretación de que las siete cabezas representan a todos los poderes -sea cual fuere su número- que se han opuesto al pueblo y a la obra de Dios en la tierra, esta declaración significaría simplemente que una mayoría de dichos poderes ya habían desaparecido del escenario de la historia. (2) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Babilonia, Persia, Grecia y Roma y el papado, consideran que estos cinco ya habían “caído” cuando la cabeza papal de la bestia recibió la herida de muerte en 1798 (ver com. Ap 13:3-4). (3) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia, consideran que el momento indicado en el Ap 17:10 es el tiempo de Juan, cuando se dio la visión. Ver com. Ap 17:9. Uno es. Según el punto dos, Francia o Estados Unidos, después de 1798; y según el punto tres, el Imperio Romano en los días de Juan (ver com. “cinco de ellos han caído”). El otro. Según el punto uno, la minoría de los poderes políticos que aún están por desempeñar su parte; según el punto dos, Estados Unidos o alguna organización mundial como la Liga de las Naciones o las Naciones 869 Unidas; según el punto tres, el papado (ver com. “cinco de ellos han caído”). Puede notarse que si los sucesos predichos en el cap. 17 son idénticos en parte con los del cap. 13 (ver com. Ap 17:3; Ap 17:8), es lógico que la cabeza papal sea la que se designa como “el otro”. Breve tiempo. Gr. olígos, que se usa 34 veces en el NT en el sentido de “poco”, “pequeño”, “diminuto”, para especificar cantidad, y ocho veces con el significado de “corto” para especificar tiempo (ver com. Ap 12:12). La oración puede traducirse: “es necesario que permanezca poco” o “es necesario que continúe brevemente”, quizá con el sentido de un “tiempo limitado” en contraste con un tiempo sin límites. En el Ap 12:12 olígos se refiere al “poco tiempo” que se le concedió a Satanás después de su derrota en la cruz (cf. DTG 706, 709; CS 557). El ángel quizá le está asegurando de nuevo a Juan que Satanás, y más específicamente que el poder (o poderes) representado por la séptima cabeza no podrá nunca alcanzar sus objetivos, o que su duración ha sido estrictamente limitada. Algunos entienden a olígos en un sentido literal, como indicando un corto lapso. ]
Apocalipsis (de Juan) 18-> Ver. 4
[V.4-> Otra voz. Como lo sugiere el griego, es otra voz angelical. 874 Salid de ella. Hasta casi la terminación del tiempo algunos -tal vez muchos- de los hijos de Dios sin duda no habrán oído la exhortación de la Babilonia simbólica. Compárese la exhortación de Dios a su pueblo en los tiempos antiguos para que huyese de Babilonia (Isa 48:20; Jer 50:8; Jer 51:6; Jer 51:45). Así como el pueblo de Dios salió antiguamente de la ciudad de Babilonia para regresar a Jerusalén, de la misma manera su pueblo de hoy es llamado a salir de la Babilonia simbólica para que sea considerada entrar en la Nueva Jerusalén. Todos los que son verdaderamente hijos su voz y obedecerán la exhortación (ver com. Mat 7:21-27; cf. Jn 10:4-5). Esta la exhortación del segundo ángel de Ap 14:8 (ver CS 441, 66 f; PE, 277). Las razones inmediatas para este llamamiento imperativo se dan, en la última parte del versículo. Esta es la primera de las dos razones que se dan para salir inmediatamente simbólica. Los que participan de los pecados de Babilonia participarán de los castigos que vendrán por causa de ellos (cf. Jer 51:6). Sus pecados. En sentido general todos los que ella induce a los hombres a cometer, pero más específicamente los pecados que se presentan en el Ap 17:2-6 (ver com. Ap 18:6). En el cap. 18 se acusa a Babilonia delante del tribunal de justicia divina por cinco delitos: (1) orgullo y arrogancia, (2) materialismo y ostentación, (3) adulterio, (4) engaño y (5) persecución (Ap 18:2-3; Ap 18:5; Ap 18:7; Ap 18:23-24). Sus plagas. O sea el castigo que está por como cumplimiento del “juicio” o “sentencia” del Ap 17:1 (ver com. Ap 16:19; Ap 17:1; Ap 17:17). La naturaleza de estas “plagas” se expone brevemente en los Ap 16:19; Ap 17:16; Ap 18:8; Ap 18:21. La mayor parte del cap. 18 consiste en una impresionante descripción, aunque muy figurada e indirecta, de estas “plagas”. Las primeras cinco de las siete últimas plagas serán derramadas principalmente sobre los que cooperan con Babilonia -los reyes y los moradores de la tierra (Ap 17:1-2; Ap 17:8; Ap 17:12)-; pero el castigo contra Babilonia -las organizaciones religiosas apóstatas unidas-, tendrá lugar durante la séptima plaga (ver com. Ap 16:19; Ap 17:1; Ap 17:5; Ap 17:16). La sexta plaga preparará el camino para ese castigó. ]
Apocalipsis (de Juan) 18-> Ver. 5
[V.5-> Sus pecados. Ver com. Ap 18:4; cf. Jer 50:14. Han llegado. Gr. kolláō, “pegarse”, “adherirse”. Se describe a los pecados de Babilonia apilados como una mole montañosa que se compacta y bien unida. Hasta el cielo. Así como este monte figurado hasta el cielo, así también la carrera criminal de “Babilonia la grande” (ver com. Ap 17:6) se eleva más y más delante de Dios exigiendo la debida retribución (Ap 16:19; cf. Gen 11:4-5; Gen 18:20-21; Esd 9:6; Jer 51:9; Dan 5:26-27; Jnn 1:2). Tal vez haya aquí una alusión a la torre de Babel (Gen 11:4). Se ha acordado. La paciencia de Dios está por agotarse; su castigo sobre la Babilonia simbólica está a punto de ser ejecutado (ver com. Ap 16:19). El verbo “acordarse” en relación con Dios comúnmente denota que él está a punto de retribuir a los seres humanos por determinada conducta, ya sea buena o mata (Gen 8:1; Exo 2:24; Sal 105:42; etc.). Sus maldades. Es decir, sus actos impíos y los resultados consiguientes, en forma particular los crímenes específicos de que se la acusa en los cap. 17 y 18 (ver com. Ap 17:6; Ap 18:6-7). ]
Apocalipsis (de Juan) 18-> Ver. 6
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PABLO Condenado A MUERTE POR NERON .Durante la vista del proceso final de Pablo ante Nerón, éste quedó vivamente impresionado por la lógica argumentación del procesado, de suerte que sin absolverle ni condenarle, difirió el fallo. Pero no tardó en renacer la malicia del emperador contra Pablo. Exasperado al no poder atajar los progresos de la religión cristiana aun en la misma casa imperial, determinó condenar a muerte al apóstol en cuanto se deparase una oportuna ocasión. No tardó en pronunciar la sentencia de muerte; pero como Pablo era ciudadano romano, no se le podía atormentar, y así se le condenó a la decapitación. El apóstol fué conducido secretamente al lugar de ejecución. A pocos se les permitió presenciarla, porque alarmados sus perseguidores por la amplitud de su influencia, temieron que el espectáculo de su muerte ganara más conversos al cristianismo. Pero aun los empedernidos soldados que le escoltaban, al escuchar sus últimas palabras, asombráronse de ver la placidez y hasta el gozo de la víctima en presencia de la muerte. Para algunos de los circunstantes fué sabor de vida para vida el contemplar su martirio, su espíritu de perdón para con los verdugos y su inquebrantable confianza en Cristo hasta el último momento. Varios de ellos aceptaron al Salvador predicado por Pablo, y no tardaron en sellar intrépidamente su fe con su sangre.EL NUEVO NERON PAPADO VATICANO Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 2 [V.2-> Leopardo... oso... león. Una evidente alusión al simbolismo de Dan. 7. Daniel vio tres bestias: la primera era semejante a un león; la segunda, a un oso; la tercera, a un leopardo. La bestia que vio Juan tenía características físicas tomadas de las tres, lo que indica, sin duda alguna, que el poder representado por la bestia de Apocalipsis posee características evidentes en los imperios de Babilonia, Persia y Grecia. Algunos han notado que Juan alude a estos poderes en el orden inverso de su aparición en la historia, o mirando retrospectivamente desde sus días. Dragón. Ver com. Ap 12:3. Le dio su poder. El dragón representa en primer lugar a Satanás, y en un sentido secundario recibió del dragón “su poder, y su trono, y grande autoridad” fue, claramente, la Roma papal. “De las ruinas de la Roma política se levantó el gran imperio moral en la “forma gigantesca” de la Iglesia Romana” (A. C. Flick, The Rise of the Mediaeval Church [ 1900], p. 150). Esta identificación es confirmada 832 por las especificaciones enumeradas en los versículos siguientes. Detrás de todo estaba Satanás, que procuraba exterminar a la iglesia. Cuando se dio cuenta que sus esfuerzos para aniquilar a los seguidores de Cristo por medio de la persecución resultaban ineficaces, cambió sus tácticas y se propuso separar de Cristo a la iglesia por medio del establecimiento de un sistema religioso falso y complejo. El dragón no actúa directamente por medio del paganismo, sino que empieza a trabajar tras la fachada de una organización profesamente cristiana, esperando de este modo disfrazar su identidad. Trono. Gr. thrónos. Los papas ascendieron al trono de los césares. La capital del sistema papal era la misma que la que había ocupado el Imperio Romano durante su apogeo. Grande autoridad. El papado predominó en los asuntos políticos y religiosos, y sobre la conciencia de los hombres. ] Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 4 [V.4-> Adoraron al dragón. Adorar a la bestia es en verdad adorar al dragón, porque la bestia es el instrumento o agente visible del dragón, que lleva a cabo los propósitos del dragón. El período del restablecimiento del papado también se caracterizará por la actividad sin paralelo del espiritismo. Detrás del espiritismo está Satanás que obra “con todo engaño de iniquidad” (2Ts 2:10). Por medio del catolicismo romano, el espiritismo y el protestantismo apóstata, Satanás se propone lograr que todo el mundo le adore; y lo conseguirá, excepto de un noble remanente que se negará a acceder a sus pretensiones (Ap 12:17; Ap 13:8). Adoraron a la bestia. Ver com. “adoraron al dragón”. ¿Quién como? Tal vez sea una parodia de expresiones similares dirigidas a Dios (Exo 15:11; Sal 35:10; Sal 113:4). ¿Podrá luchar contra ella? La resistencia a las demandas de la bestia evidentemente significaba guerra. Se sugiere que regiría por la fuerza de las armas y que la resistencia sería inútil; pero finalmente Cristo y los ejércitos del cielo tendrán éxito en su lucha contra ella, y la arrojarán viva “dentro de un lago de fuego que arde con azufre” (Ap 19:20).
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 5
[V.5-> Grandes cosas. En cuanto a ejemplos de las jactanciosas pretensiones del papado, ver com. Dan 7:25. Las especificaciones de Ap 13:5-7 claramente identifican al poder simbolizado por la bestia con el que fue representado por el cuerno pequeño de la cuarta bestia de Dan. 7. Entre los paralelos pueden notarse los siguientes: (1) la bestia de Apoc. 13 tenía una “boca que hablaba grandes cosas y blasfemias” (ver. 5), el cuerno pequeño de Dan. 7 también tenía una “boca que hablaba grandes cosas” (Ap 13:8); (2) la bestia actuaría durante “cuarenta y dos meses” (Ap 13:5; ver com. Ap 12:6), el cuerno continuaría “hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (ver com. Dan 7:25); (3) la bestia haría “guerra contra los santos” y los vencería (Ap 13:7), el cuerno “hacía guerra contra los santos, y los vencía” (Dan 7:21). Blasfemias. Ver com. Ap 13:1; cf. Ap 13:6, donde se describen con más detalles estas blasfemias. Hchuar. Gr. poieō, “hacer”, “ejecutar”, “realizar”. Cuarenta y dos meses. Ver com. Ap 12:6; cf. Ap 11:2.
Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 13
[V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus 858 inmundos” delante de Dios. ]
Apocalipsis (de Juan) 18-> Ver.
[V.4-> Otra voz. Como lo sugiere el griego, es otra voz angelical. 874 Salid de ella. Hasta casi la terminación del tiempo algunos -tal vez muchos- de los hijos de Dios sin duda no habrán oído la exhortación de la Babilonia simbólica. Compárese la exhortación de Dios a su pueblo en los tiempos antiguos para que huyese de Babilonia (Isa 48:20; Jer 50:8; Jer 51:6; Jer 51:45). Así como el pueblo de Dios salió antiguamente de la ciudad de Babilonia para regresar a Jerusalén, de la misma manera su pueblo de hoy es llamado a salir de la Babilonia simbólica para que sea considerada entrar en la Nueva Jerusalén. Todos los que son verdaderamente hijos su voz y obedecerán la exhortación (ver com. Mat 7:21-27; cf. Jn 10:4-5). Esta la exhortación del segundo ángel de Ap 14:8 (ver CS 441, 66 f; PE, 277). Las razones inmediatas para este llamamiento imperativo se dan, en la última parte del versículo. Esta es la primera de las dos razones que se dan para salir inmediatamente simbólica. Los que participan de los pecados de Babilonia participarán de los castigos que vendrán por causa de ellos (cf. Jer 51:6). Sus pecados. En sentido general todos los que ella induce a los hombres a cometer, pero más específicamente los pecados que se presentan en el Ap 17:2-6 (ver com. Ap 18:6). En el cap. 18 se acusa a Babilonia delante del tribunal de justicia divina por cinco delitos: (1) orgullo y arrogancia, (2) materialismo y ostentación, (3) adulterio, (4) engaño y (5) persecución (Ap 18:2-3; Ap 18:5; Ap 18:7; Ap 18:23-24). Sus plagas. O sea el castigo que está por como cumplimiento del “juicio” o “sentencia” del Ap 17:1 (ver com. Ap 16:19; Ap 17:1; Ap 17:17). La naturaleza de estas “plagas” se expone brevemente en los Ap 16:19; Ap 17:16; Ap 18:8; Ap 18:21. La mayor parte del cap. 18 consiste en una impresionante descripción, aunque muy figurada e indirecta, de estas “plagas”. Las primeras cinco de las siete últimas plagas serán derramadas principalmente sobre los que cooperan con Babilonia -los reyes y los moradores de la tierra (Ap 17:1-2; Ap 17:8; Ap 17:12)-; pero el castigo contra Babilonia -las organizaciones religiosas apóstatas unidas-, tendrá lugar durante la séptima plaga (ver com. Ap 16:19; Ap 17:1; Ap 17:5; Ap 17:16). La sexta plaga preparará el camino para ese castigó. ]
Apocalipsis (de Juan) 18-> Ver. 5
[V.5-> Sus pecados. Ver com. Ap 18:4; cf. Jer 50:14. Han llegado. Gr. kolláō, “pegarse”, “adherirse”. Se describe a los pecados de Babilonia apilados como una mole montañosa que se compacta y bien unida. Hasta el cielo. Así como este monte figurado hasta el cielo, así también la carrera criminal de “Babilonia la grande” (ver com. Ap 17:6) se eleva más y más delante de Dios exigiendo la debida retribución (Ap 16:19; cf. Gen 11:4-5; Gen 18:20-21; Esd 9:6; Jer 51:9; Dan 5:26-27; Jnn 1:2). Tal vez haya aquí una alusión a la torre de Babel (Gen 11:4). Se ha acordado. La paciencia de Dios está por agotarse; su castigo sobre la Babilonia simbólica está a punto de ser ejecutado (ver com. Ap 16:19). El verbo “acordarse” en relación con Dios comúnmente denota que él está a punto de retribuir a los seres humanos por determinada conducta, ya sea buena o mata (Gen 8:1; Exo 2:24; Sal 105:42; etc.). Sus maldades. Es decir, sus actos impíos y los resultados consiguientes, en forma particular los crímenes específicos de que se la acusa en los cap. 17 y 18 (ver com. Ap 17:6; Ap 18:6-7). ]
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