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SOLO CRISTO NUESTRO DIOS CREADOR Y SALVADOR NOS PUEDE SALVAR Y A BUSCAR PARA VIDA ETERNA .
CRISTO NUESTRO DIOS Y CREADOR GENESIS 1:1,2
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Génesis 1-> Ver. 1
[V.1-> En el principio. Estas palabras nos recuerdan que todo lo humano tiene un principio. Sólo Aquel que está entronizado como el soberano Señor del tiempo no tiene principio ni fin. De modo que las palabras con que comienzan las Escrituras trazan un decidido contraste entre todo lo que es humano, temporal y finito, y lo que es divino, eterno e infinito. Al hacernos recordar nuestras limitaciones humanas, esas palabras nos señalan a Aquel que es siempre el mismo, y cuyos años no tienen fin (Heb 1:10-12; Sal 90:2; Sal 90:10). Nuestra mente finita no puede pensar en "el principio" sin pensar en Dios, pues él "es el principio" (Col 1:18; cf. Jn 1:1-3). La sabiduría y todos los otros bienes tienen su principio con él (Sal 111:10; Stg 1:17). Y si alguna vez hemos de asemejarnos de nuevo a nuestro Hacedor, nuestra vida y todos nuestros planes deben tener un nuevo principio en él (Gen 1:26; Gen 1:27; cf. Jn 3:5; Jn 3:1-3). Tenemos el privilegio de disfrutar de la confiada certeza de que "el que comenzó" en nosotros "la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Fil 1:6). El es "el autor y consumador de la fe" (Heb 12:2). Nunca olvidemos el hecho sublime implícito en estas palabras: "En el principio... Dios". Este primer versículo de las Sagradas Escrituras hace resaltar decididamente una de las seculares controversias entre los cristianos que creen en la Biblia, por un lado, y los escépticos ateos y materialistas de diversos matices por el otro. Estos últimos, que procuran en diferentes formas y en diversos grados explicar el universo sin Dios, sostienen que la energía es eterna. Si esto fuera verdad y si la materia tuviera el poder de evolucionar, primero de las formas más simples de la vida, yendo después a las más complejas hasta llegar al hombre, ciertamente Dios sería innecesario. Gen 1:1 afirma que Dios es antes de todo lo que existe y que es, en forma excluyente, la única causa de todo lo demás. Este versículo es el fundamento de todo pensar correcto en cuanto al mundo material. Aquí resalta la impresionante verdad de que, "al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente" (3JT 258). El panteísmo, la antigua herejía que despoja a Dios de personalidad al diluirlo por todo el universo, haciéndolo así sinónimo de la totalidad de la creación, también queda expuesto y refutado en Gen 1:1. No hay base para la doctrina del panteísmo cuando uno 220 cree que Dios vivió sereno y supremo antes de que hubiera una creación y, por lo tanto, está por encima y aparte de lo que ha creado. Ninguna declaración podría ser más apropiada como introducción de las Sagradas Escrituras. Al principio el lector conoce a un Ser omnipotente, que posee personalidad, voluntad y propósito, existiendo antes que todo lo demás y que, por lo tanto sin depender de nadie más, ejerció su voluntad divina y "creó los cielos y la tierra". No debiera permitirse que ningún análisis de cuestiones secundarias concernientes al misterio de una creación divina, ya sea en cuanto al tiempo o al método, oscureciera el hecho de que la verdadera línea divisoria entre una creencia verdadera y una falsa acerca del tema de Dios y el origen de nuestra tierra consiste en la aceptación o el rechazo de la verdad que hace resaltar este versículo. Aquí mismo debiera expresarse una palabra de precaución. Durante largos siglos los teólogos han especulado con la palabra "principio", esperando descubrir más de los caminos misteriosos de Dios de lo que la sabiduría infinita ha visto conveniente revelar. Por ejemplo, véase en la nota adicional al final de este capítulo lo expuesto en cuanto a la teoría de la creación basada en un falso cataclismo y restauración. Pero es ociosa toda especulación. No sabemos nada del método de la creación más allá de la sucinta declaración mosaica: "Dijo Dios", "y fue así", que es la misteriosa y majestuosa nota dominante en el himno de la creación. Establecer como la base de nuestro razonamiento que Dios tiene que haber hecho así y asá al crear el mundo, pues de lo contrario las leyes de la naturaleza hubieran sido violadas, es oscurecer el consejo con palabras y dar ayuda y sostén a los escépticos que siempre han insistido en que todo el registro mosaico es increíble porque, según se pretende, viola las leyes de la naturaleza. ¿Por qué deberíamos ser más sabios que lo que está escrito? Muy en especial, nada se gana con especular acerca de cuándo fue creada la materia que constituye nuestro planeta. Respecto al factor temporal de la creación de nuestra tierra y todo lo que depende de esto, el Génesis hace dos declaraciones: (1) "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gen 1:1). (2) "Acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo" (Gen 2:2). Los pasajes afines no añaden nada a lo que se presenta en estos dos textos en cuanto al tiempo implicado en la creación. A la pregunta: ¿Cuándo creó Dios "los cielos y la tierra"? y a la pregunta: ¿Cuándo completó Dios su obra?, tan sólo podemos contestar: "Acabó Dios en el día séptimo la obra" (Gen 2:2), "porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día" (Exo 20:11). Estas observaciones acerca del relato de la creación no se hacen con el propósito de cerrar el debate, sino como una confesión de que no estamos preparados para hablar con certeza si vamos más allá de lo que está claramente revelado. El mismo hecho de que tanto dependa del relato de la creación, aun el edificio completo de las Escrituras, impulsa al piadoso y prudente estudiante de la Biblia a restringir sus declaraciones a las palabras explícitas de las Sagradas Escrituras. Ciertamente, cuando el amplio campo de la especulación lo tienta a perderse en divagaciones en áreas no diagramadas de tiempo y espacio, no puede hacer nada mejor que enfrentar la tentación con la sencilla réplica: "Escrito está". Siempre hay seguridad dentro de los límites protectores de las comillas bíblicas. Creó Dios. El verbo "crear" viene del hebreo bara', que en la forma en que se usa aquí describe una actividad de Dios, nunca de los hombres, Dios crea "el viento" (Amo 4:13), "un corazón limpio" (Sal 51:10) y "nuevos cielos y nueva tierra" (Isa 65:17). Las palabras hebreas que traducimos "hacer", 'asah, "formar", yatsar y otras, frecuentemente (pero no en forma exclusiva) se usan en relación con la actividad humana, porque presuponen materia preexistente. Estas tres palabras se usan para describir la creación del hombre. Las mismísimas primeras palabras de la Biblia establecen que la creación lleva la marca de la actividad propia de Dios. El pasaje inicial de las Sagradas Escrituras familiariza al lector con un Dios a quien deben su misma existencia todas las cosas animadas e inanimadas (Heb 11:3). La "tierra" aquí mencionada evidentemente no es el terreno seco que no fue separado de las aguas hasta el tercer día, sino todo nuestro planeta.]
Génesis 1-> Ver. 2
[V.2-> Desordenada y vacía. Más exactamente "desolada y vacía", tóhu wabóhu. Esto implica un estado de desolación y vacuidad, pero sin implicar que la tierra una vez fue perfecta y después quedó arruinada o desolada. Cuando aparecen juntas las palabras tóhu wabóhu en otros pasajes, tales como Isa 34:11; Jer 4:23, parecen ser prestadas de este texto, pero la palabra tóhu se emplea con frecuencia sola como sinónimo de inexistencia o la nada (Isa 40:17; Isa 40:23; Isa 49:4). Jnb 26:7 muestra el significado correcto de esta palabra. La segunda parte de este versículo declara que Dios "cuelga la tierra sobre nada" y la primera mitad presenta el paralelo "él extiende el norte sobre tóhu [vacío]". Este texto de Job muestra claramente el significado de tóhu en Gen 1:2, en el cual este vocablo y su sinónimo bóhu indican que la tierra estaba informe y sin vida. Sus elementos estaban todos mezclados, sin ninguna organización e inanimados. Tinieblas estaban sobre la faz del abismo. El "abismo", de una raíz que significa "rugir", "bramar", se aplica con frecuencia a las aguas bramadoras, a las olas rugientes, o a una inundación y de ahí las profundidades del mar (Sal 42:7; Exo 15:5; Deu 8:7; Jnb 28:14; Jnb 38:16). "Abismo" es una palabra antigua y se usa aquí como sustantivo propio. Los babilonios, quienes retuvieron algunas vagas reminiscencias del relato de la verdadera creación durante muchos siglos, en realidad personificaron esta palabra tehom y la aplicaron a su deidad mitológico, Tiamat, de cuyo cadáver creían que se creó la tierra. El registro bíblico muestra que originalmente no había luz sobre la tierra y que la materia de la superficie estaba en un estado fluido porque "la faz del abismo" es paralela con "la faz de las aguas" en este versículo. El Espíritu de Dios se movía. "Espíritu", rúaj. En armonía con la forma en que se usa en las Escrituras, el Espíritu de Dios es el Espíritu Santo, la tercera persona de la Deidad. Partiendo de aquí y a través de todas las Escrituras, el Espíritu de Dios ejerce el papel del agente divino de Dios en todos los actos creadores; ya sea de la tierra, de la naturaleza, de la iglesia, de la nueva vida o del hombre nuevo. Véase el comentario del Gen 1:26 para una explicación de la relación de Cristo con la creación. La palabra aquí traducida "movía" es merajéfeth, que no puede traducirse correctamente "empollaba", aunque tiene este significado en siriaco, un dialecto arameo postbíblico. La palabra aparece sólo dos veces en otras partes del AT. En Jer 23:9, donde tiene el significado de "temblar" o "sacudir", al paso que en Deu 32:11 se usa para describir el revolotear del águila sobre sus crías. El águila no está empollando sobre sus hijuelos vivientes, sino que se cierne vigilante para protegerlos. La obra del Espíritu de Dios debía tener alguna relación con la actividad que estaba por iniciarse luego, y una actividad que hiciera salir orden del caos. El Espíritu de Dios ya estaba presente, listo para actuar tan pronto como se diera la orden. El Espíritu Santo siempre ha estado haciendo precisamente esa obra. Este Agente divino siempre ha estado presente para ayudar en la obra de la creación y de la redención, para reprochar y fortalecer a las almas descarriadas, para consolar a los dolientes y para presentar a Dios las oraciones de los creyentes en una forma aceptable.]
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FUERON ACABADOS EL MUNDO EN EL SEXTO DIA Y EL SABADO . SÉPTIMO DÍA SAGRADO AL CREADOR
ADAN Y EVA PARTE DE SU CREACION POR TANTO OBEDECIERON EL SABADO NO ERAN JUDIOS .
Génesis 2-> VerConcluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
[V.1-> Fueron, pues, acabados. Los primeros versículos del capítulo segundo y la mitad del Gen 2:4 son en realidad una continuación ininterrumpida del relato de la creación del capítulo primero. El Gen 2:1, en solemne retrospección, vincula la obra de los seis días precedentes con el descanso sabático que siguió. Cuando Dios "acabó... la obra que hizo" no dejó nada inconcluso (Heb 4:3). La palabra "ejército", tsaba', denota aquí todas las cosas creadas.]
Génesis 2-> Ver.
[V.2-> En el día séptimo. Se han hecho varios intentos para resolver la aparente dificultad entre el Gen 2:1 y el Gen 2:2 : uno declara que la obra de Dios fue terminada en el sexto día y el otro en el séptimo día. La LXX y las versiones samaritano y siríaca han elegido el camino más fácil para resolver el problema, sustituyendo con la palabra "sexto" la palabra "séptimo" del texto hebreo donde se la usa por primera vez. Algunos comentadores están de acuerdo con este cambio, pensando que la palabra "séptimo" del texto hebreo es un error de copista. Sin embargo, al proceder así infringen una de sus propias reglas básicas de crítica textual: que la más difícil de dos lecturas posibles es generalmente la original. "Acabó", yekal. Algunos eruditos, comenzando con Calvino, han traducido yekal como "había acabado", lo que es gramaticalmente posible. Otra interpretación considera que la obra de la creación fue terminada tan sólo después de la institución del día de reposo. La terminación consistió pasivamente en la cesación de la obra creadora y positivamente en la bendición y santificación del día séptimo. La cesación, en sí misma, formó parte de la terminación de la obra. Reposó. El verbo "reposó", shabath, significa literalmente "cesar" de una labor o actividad (ver Gen 8:22; Jnb 32:1, etc.). Como un artífice humano completa su obra cuando la ha llevado hasta su ideal y entonces cesa de trabajar en ella, así también, en un sentido infinitamente mayor, Dios completó la creación del mundo cesando de producir algo nuevo, y entonces "reposó". Dios no descansó porque lo necesitara (Isa 40:28). Por lo tanto, el reposo de Dios no fue el resultado ni del agotamiento ni de la fatiga, sino el cesar de una ocupación anterior. Debido a que la frase usual "tarde fue, mañana fue, el séptimo día" no aparece en el Libro Sagrado, algunos expositores bíblicos han pretendido que el período de descanso no continuó únicamente durante 24 horas -como cada uno de los seis días precedentes- sino que comenzó al terminar el sexto día de la creación y continúa todavía. Pero este versículo refuta tal punto de vista. Este no es el único texto de las Escrituras que impresiona al lector imparcial con el hecho de que el descanso de Dios sólo se efectuó durante el séptimo día, pues el Decálogo mismo declara palmariamente que Dios, habiendo trabajado seis días, descansó el séptimo día de la semana de la creación (Exo 20:11). De acuerdo con las palabras del texto, los seis días de la creación fueron días terrestres de duración común. Ante la ausencia de cualquier clara indicación contraria, debemos entender de la misma manera el séptimo día, y más todavía puesto que en cada pasaje donde se menciona como la razón del día de reposo terrestre, es considerado como un día común (Exo 20:11; Exo 31:17).]
Génesis 2-> Ver.
[V.3-> Bendijo Dios al día séptimo. Se añade una explicación del significado y la importancia de este día de reposo. Aquí el Registro sagrado relaciona estrechamente el día de reposo semanal con la obra de Dios de la creación y su descanso en el séptimo día así como lo hace el cuarto mandamiento. La bendición sobre el séptimo día implicaba que por ella era señalado como un objeto especial del favor divino y un día que sería una bendición para las criaturas de Dios. Y lo santificó. El acto de santificación consistió en una declaración de que el día era santo, o puesto aparte para propósitos santos. Así como después fue santificado el monte Sinaí (Exo 19:23) o, temporariamente, investido con santidad como la residencia de Dios, y así como Aarón y sus hijos fueron santificados, o consagrados, para el oficio sacerdotal (Exo 29:44), y el año del jubileo fue 233 santificado, o consagrado, para propósitos religiosos (Lev 25:10), así también aquí fue santificado el séptimo día y, como tal, fue proclamado como día festivo. Este acto de bendecir el séptimo día y declararlo santo se hizo en favor de la humanidad para cuyo beneficio fue instituido el sábado. El día de reposo semanal con frecuencia ha sido considerado como una institución de la dispensación judaica, pero el Registro sagrado declara que fue instituido más de dos milenios antes de que naciera el primer israelita (un descendiente de Jacob - Israel). Además tenemos la palabra de Jesús que declara: "El día de reposo fue hecho por causa del hombre" (Mar 2:27), lo que indica claramente que esta institución no sólo fue ordenada para los judíos sino también para toda la humanidad. Porque en él reposó. Dios no podría haber tenido una razón más excelsa para ordenar que el hombre reposara en el séptimo día que aquella de que al descansar así el hombre pudiera disfrutar de la oportunidad de reflexionar en el amor y bondad de su Creador, y así asemejarse a él. Así como Dios trabajó durante seis días y descansó en el séptimo, así también el hombre debía trabajar asiduamente durante seis días y descansar en el séptimo. Este día de reposo semanal es una institución divina dada al hombre por Dios, el Creador, y su observancia es requerida por Dios, el Legislador. Por lo tanto, el hombre que retenga para sí cualquier parte de todo este tiempo santo se hace culpable de desobediencia contra Dios y de robarle como propietario original de las facultades y del tiempo del hombre. Como una institución establecida por Dios, el sábado merece nuestra honra y estimación. Su descuido Dios lo computa como pecado. El sábado demanda la abstención de todo trabajo físico común y la dedicación de la mente y del corazón a las cosas santas. Se advirtió a los israelitas que lo usaran para santas convocaciones (Lev 23:3). Los Evangelios afirman que así fue usado por Cristo y los apóstoles (Luc 4:16; Hch 17:2; Hch 18:4, etc.) y que deberían continuar observándolo los cristianos después de que Cristo completara su ministerio terrenal (Mat 24:20). El hecho de que el sábado continuará siendo celebrado en la tierra nueva como un día de culto (Isa 66:23) es una indicación clara de que Dios nunca tuvo el propósito de que su observancia se transfiriera a otro día. El sábado semanal es el monumento conmemorativo de la creación, que hace recordar al hombre, cada semana, el poder creador de Dios y cuánto le debe a un Creador y Sustentador misericordioso. Un rechazo del sábado, es un rechazo del Creador, y abre de par en par la puerta a toda suerte de teorías falsas. "Es un testimonio perpetuo de su existencia [de Dios], y un recuerdo de su grandeza, su sabiduría y su amor. Si el sábado se hubiera santificado siempre, jamás habría podido haber ateos ni idólatras" (PP 348, 349).]
Génesis 2-> Ver.
[V.4-> Estos son los orígenes. La palabra "orígenes" ["generaciones" en hebreo], toledoth, generalmente se usa con referencia a la historia de la familia de un hombre, es decir, al nacimiento de sus hijos (Gen 5:1; Gen 6:9; Gen 11:10, etc.). Esta es la única vez en que esta palabra se usa para algo que no son relaciones humanas, es decir "de los cielos y de la tierra", frase que hace recordar los pasajes de los Gen 1:1 y Gen 2:1. Un comentador sugiere que "orígenes" se refiere adecuadamente a "la historia o relato de su producción". The Jewish Encyclopedia dice con referencia a esta palabra: "El proceso de creación de los cielos y la tierra es considerado en el Gen 2:4 como una historia genealógica" (art. "Generation"). "Cada día se llama un origen [generación], porque Dios originó o produjo en él una parte de su obra" (PP 103). Cuando fueron creados. Así termina el relato de la creación que comenzó con Gen 1:1. Estas palabras se han interpretado de varias formas. Son una traducción de behibare'am, que no debiera traducirse "después de que fueron creados", como se ha hecho a veces. Puesto que literalmente su significado es "en su creación", toda la cláusula "estos son los orígenes", etc. tiene su mejor traducción así: "Esta es la historia del origen de los cielos y la tierra cuando fueron creados". El día. Estas palabras comienzan el relato de Gén. 2. Muchos comentadores se inclinan a considerar el pasaje del Gen 2:4 a 3:24 como un registro de la creación, segundo y diferente, que se originó en otra pluma en un tiempo posterior al del Gen 1:1 a 2:4. Acerca de esta insostenible teoría, véase la Introducción al Génesis. Un estudio de los contenidos aclara que, en ningún sentido, puede considerarse que el cap. 2 es otra versión del relato de la creación del capítulo precedente. Su 234 propósito es colocar a Adán y a Eva en su hogar en el huerto del Edén, y esto se logra proporcionando información adicional, la mayor parte de la cual en realidad no pertenece al relato de la creación como tal. Describe el hogar edénico después de que había sido creado. Sin esta información, no sólo sería tristemente incompleto el informe que tenemos de esta tierra en su estado edénico, sino que los sucesos de Gén. 3, la caída del hombre, difícilmente serían inteligibles. Este capítulo (Gén. 2) incluye detalles adicionales acerca de la creación del hombre, una descripción de su hogar edénico, la prueba de su lealtad a Dios -o derecho moral a su hogar-, la prueba de su inteligencia -o idoneidad mental para gobernar las obras creadas por Dios- y las circunstancias que rodeaban el establecimiento del primer hogar.]
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ESCRITO CON EL DEDO DE DIOS CRISTO EXODO 20:1,17EXODO 31:12,18
8 Recuerda el día del sábado para santificarlo.
9 Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos,
10 pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
11 Pues en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del sábado y lo hizo sagrado.
Éxodo 20-> Ver. 8
[V.8-> Acuérdate. Esta palabra no hace más importante al cuarto mandamiento que a los otros nueve. Todos lo son igualmente. Quebrantar uno, es quebrantarlos todos (Stg 2:8-11). Pero el mandamiento del día de reposo nos recuerda que el séptimo día, el sábado, es el descanso señalado por Dios para el hombre, y que ese reposo se remonta hasta el mismo comienzo de la historia humana y es una parte inseparable de la semana de la creación (Gen 2:1-3; PP 348). Carece por completo de base el argumento de que el sábado fue dado al hombre por primera vez en el Sinaí. (Mar 2:27; PP 66, 67, 263). En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no debiéramos olvidar a Dios. Entrar plenamente en el espíritu del sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del Decálogo. La atención especial y la dedicación dadas, en este día de descanso, a Dios y a las cosas de valor eterno, proveen un caudal de poder para obtener la victoria sobre los males contra los cuales se nos advierte en los otros mandamientos. El sábado ha sido bien comparado a un puente tendido a través de las agitadas aguas de la vida sobre el cual podemos pasar para llegar a la orilla opuesta, a un eslabón entre la tierra y el cielo, un símbolo del día eterno cuando los que sean leales a Dios se revestirán para siempre con el manto de la santidad y del gozo inmortales. Debiéramos "recordar" también que el mero descanso del trabajo físico no constituye la observancia del sábado. Nunca fue la intención que el sábado fuera un día de ociosidad e 616 inactividad. La observancia del sábado no consiste tanto en abstenerse de ciertas formas de actividad como en participar deliberadamente en otras. Dejamos la rutina semanal del trabajo sólo como un medio para dedicar el día a otros propósitos. El espíritu de la verdadera observancia del sábado nos inducirá a aprovechar sus horas sagradas procurando comprender más perfectamente el carácter y la voluntad de Dios, a apreciar más plenamente su amor y misericordia y a cooperar más eficazmente con él ayudando a nuestros prójimos en sus necesidades espirituales. Cualquier cosa que contribuya a esos propósitos primordiales es apropiada para el espíritu y la finalidad del sábado. Cualquier cosa que contribuya en primer lugar a la complacencia de los deseos personales de uno o a la prosecución de los intereses propios, es tan ajena a la verdadera observancia del sábado como un trabajo común. Este principio se aplica tanto a los pensamientos y a las palabras como a las acciones. El sábado nos remonta a un mundo perfecto en el remoto pasado (Gen 1:31; Gen 2:1-3), y nos advierte que hay un tiempo cuando el Creador, otra vez, hará "nuevas todas las cosas" (Ap 21:5). También es un recordativo de que Dios está listo para restaurar, dentro de nuestros corazones y de nuestras vidas, su propia imagen tal como era en el principio (Gen 1:26; Gen 1:27). El que entra en el verdadero espíritu de la observancia del sábado se hace así idóneo para recibir el sello de Dios, que es el reconocimiento divino de que el carácter del Eterno está reflejado perfectamente en la vida del hombre (Eze 20:20). Una vez cada semana tenemos el feliz privilegio de olvidar todo lo que nos recuerde este mundo de pecado, y "acordarnos" de las cosas que nos acercan a Dios. El sábado puede llegar a ser para nosotros un pequeño santuario en el desierto de este mundo, donde por un tiempo podemos estar libres de sus cuidados y podemos entrar, por así decirlo, en los gozos del cielo. Si el descanso del sábado fue deseable para los seres sin pecado del paraíso (Gen 2:1-3), ¡cuánto más esencial lo es para los falibles mortales que se preparan para entrar de nuevo en esa bendita morada! ]
Éxodo 20-> Ver. 9
[V.9-> Trabajarás. Esto es tanto un privilegio como una orden. El trabajo que se deba hacer tiene que realizarse en los seis primeros días de la semana, de modo que el sábado, el cual corresponde al séptimo día, pueda quedar libre para el culto y el servicio de Dios. ]
Éxodo 20-> Ver.
[V.10-> El séptimo día. Ningún trabajo secular innecesario ha de realizarse en ese día. El sábado debe emplearse en meditación religiosa, en el culto y servicio para Dios. Además proporciona una oportunidad para el descanso físico. Esta característica del sábado es muy importante para el hombre en su estado pecaminoso, cuando debe ganarse el pan con el sudor de su rostro (Gen 3:17-19). Reposo para Jehová. En hebreo, "reposo" no lleva artículo definido, "el", pero esto no le quita exactitud al mandamiento del sábado. El punto de controversia entre los observadores del domingo y los del sábado no es si un cristiano debe descansar -no hacer "en él obra alguna"- un determinado día de la semana, sino qué día de la semana debe ser: el primero o el séptimo. El mandamiento contesta inequívocamente: "el séptimo día". El mandamiento divide la semana en dos partes: (1) En "seis días... harás toda tu obra". (2) En "el séptimo día... no hagas... obra alguna". Y ¿por qué esta prohibición de trabajar en "el séptimo día"? Porque es "reposo para Jehová". La palabra reposo viene del Heb. shabbáth, que significa "descanso". De modo que el mandamiento prohibe trabajar en "el séptimo día" porque es un día de descanso del Señor. Esto nos hace remontar al origen del sábado, cuando Dios "reposó el día séptimo" (Gen 2:2). Por lo tanto, es claro que el contraste no es entre "el" y "un", sino entre "trabajar" y "descansar". "Seis días", dice el mandamiento, son días de trabajo, pero "el séptimo día" es un día de descanso. Que "el séptimo día" es el único día de descanso de Dios resulta evidente por las palabras con que comienza el mandamiento: "Acuérdate del día de reposo [sábado] para santificarlo". Los ángeles anunciaron a los pastores: "Os ha nacido... un Salvador" (Luc 2:11). No llegamos por ello [el uso del artículo "un"] a la conclusión de que Cristo fue tan sólo uno de muchos salvadores. Captamos el significado de las palabras de los ángeles cuando ponemos el énfasis en la palabra "Salvador". Cristo vino, no como un conquistador militar o un rey terrenal, sino como un Salvador. Otros numerosos pasajes tratan de esa salvación como única en su género y de que no podemos ser salvados por ningún otro. Así es también 617 con el asunto de "el" y "un" en el cuarto mandamiento. No hagas en él obra alguna. Esto no prohibe las obras de misericordia o el trabajo esencial para la preservación de la vida y la salud que no puede realizarse en otros días. Siempre "es lícito hacer bien en sábado" (Mat 12:1-14, BJ; Mar 2:23-28). El descanso de que aquí se habla no ha de ser considerado meramente en términos de la cesación del trabajo ordinario, aunque por supuesto esto está incluido. Debe ser un descanso santo, en el cual haya comunión con Dios. Ni tu bestia. El cuidado de Dios por los animales resalta repetidas veces en los escritores del AT (Exo 23:5; Exo 23:12; Deu 25:4). El los recordó en el arca (Gen 8:1). Estuvieron incluidos en su pacto que siguió al diluvio (Gen 9:9-11). El sostiene que los animales son suyos (Sal 50:10). La presencia de "muchos animales" fue una razón para que Nínive fuera preservada (Jnn 4:11). Tu extranjero. Es decir un extranjero que, por propia voluntad, se unió con los israelitas. Una "grande multitud" salió de Egipto con Israel (Exo 12:38) y lo acompañó en sus peregrinaciones por el desierto. Mientras eligieran permanecer con los israelitas, habían de conformarse con los requisitos que Dios estableció para su propio pueblo. En un sentido, esto restringía su libertad, pero estaban libres para irse si no deseaban obedecer. En compensación, por así decirlo, compartían las bendiciones que Dios prodigaba a Israel (Num 10:29; Zac 8:22; Zac 8:23). ]
Éxodo 20-> Ver. 11
[V.11-> Hizo Jehová. Es significativo que Cristo mismo, como Creador (Jn 1:1-3), descansó en el primer sábado del mundo (DTG 714) y pronunció la ley en el Sinaí (PP 381). Los que son creados de nuevo a la semejanza divina (Efe 4:24) elegirán seguir su ejemplo en este y en otros asuntos (1Pe 2:21). El Creador no "reposó" debido a cansancio o fatiga (Isa 40:28). Su "reposo" fue cesación de trabajo al terminar una tarea completada (Gen 1:31 a 2:3). Al descansar nos dio un ejemplo (Mat 3:15; cf. Heb 4:10). El sábado fue hecho para el hombre (Mat 2:27), para satisfacer una necesidad que fue originalmente espiritual pero que, con la entrada del pecado, se convirtió también en física (Gen 3:17-19). Una de las razones por las cuales los israelitas fueron libertados de Egipto fue para que pudieran observar el día de descanso señalado por Dios. Su opresión en Egipto había hecho dificilísima tal observancia (ver Exo 5:5-9; Deu 5:12-15; PR 134). ]
Éxodo 31-> Ver. 14
[V.14-> El que lo profanare. El sábado es santo (Gen 2:1-3); por lo tanto es pecado introducir en sus horas sagradas lo que sea secular (ver com. Exo 12:16; Exo 16:23). El sábado es profanado cuando se hace en él algún trabajo innecesario. No se prohiben en ese día los actos de misericordia, los que pudieran resultar indispensables, o de observancia religiosa (Mat 12:1-13; Mar 2:23-28). Morirá. Esta severa pena debía recordarles constantemente que la violación del sábado quebrantaba la relación del pacto entre el Señor y el pueblo. El sábado era la señal distintiva de lealtad a Dios y, por lo tanto, su violación era una ofensa gravísima, un acto de traición al gobierno divino del cielo (Exo 35:2; Num 15:32-36). ]
Éxodo 31-> Ver. 15
[V.15-> Día de reposo. "Descanso completo" (BJ). "Sábado de reposo" (Val. ant.). Literalmente, "descanso de reposo" (ver com. Exo 16:23-26; Exo 20:10). Esta expresión implica un descanso total de todo trabajo secular (Exo 35:2; Lev 23:3; Isa 58:13). ]
Éxodo 31-> Ver.
[V.18-> Dos tablas del testimonio. Dios le había dicho a Moisés que dentro del arca, en el lugar santísimo, debía ponerse este "testimonio" (Exo 25:16). Puesto que ésta era la principal función del arca, y el arca era el mueble más sagrado del tabernáculo, es apropiado que esta sección que trata de la estructura del tabernáculo y de los que en él oficiaban terminara con una declaración concerniente a lo que les daba su significado al arca y al tabernáculo. En vez de dos tablas "debería leerse "las dos tablas", las que Dios ya le había prometido a Moisés (Exo 24:12) y que llevaban una inscripción sobrenatural (Exo 32:16). El hecho de que se hubieran escrito los Diez Mandamientos sobre piedra (Deu 4:13) señala su carácter inmutable y eterno (Mat 5:17-19). Las dos tablas dan énfasis a las obligaciones del hombre para con Dios (los primeros cuatro mandamientos), y para con sus prójimos (los últimos seis; Mat 22:36-40). Las dos tablas de piedra se juntaban como un libro (PE 32). MM 121; 7T 109; 8T 198; TM 134 ]
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EL SABADO EN LA INQUISICION O EL DECRETO DE MUERTE CUANDO EL PUEBLO DE CRISTO NO OBEDECE EL CATECISMO DOMINGO NI DESEA TENER LA MARCA DE LA BESTIA. MATEO 24: 20Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado.
Mateo 24-> Ver. 20
[V.20-> Orad. Los cristianos de Jerusalén y de Judea no podían determinar el momento cuando se retiraría el ejército romano, pero podían orar a Dios para que mitigase el sufrimiento y los peligros propios de la huida a las montañas. No sea en invierno. En la temporada fría y lluviosa del invierno, resultaría sumamente difícil viajar; sería problemático hallar alojamiento y comida, y sería difícil no caer enfermo. Además, durante la estación lluviosa, iba a ser difícil cruzar el río Jordán. Día de reposo. Cuarenta años después de la resurrección de Jesús, el sábado sería tan sagrado como lo había sido cuando Jesús habló estas palabras en la ladera del monte de los Olivos. El Señor no insinuó ningún cambio en la santidad del día, como muchos cristianos suponen ahora que ocurrió en el día de la resurrección. El tumulto, la excitación, el temor, y el viaje de huida no serían apropiados para el día de sábado. Los cristianos habían de orar para que pudieran guardar el sábado como día de descanso, así como Dios deseaba que se lo guardara. Cristo no abolió el sábado cuando fue clavado en la cruz. Ese día no ha perdido nada de la santidad que en un principio Dios le concedió (ver com. Gen 2:1-3).]HEBREOS 4:9 ,119 Por tanto es claro que queda un descanso sabático para el pueblo de Dios.
Hebreos 4-> Ver.
[V.9-> Por tanto, queda. Ver com. Heb 4:6. En el Heb 4:9 se presenta la conclusión a la cual se aludió en el Heb 4:6, la cual se dedujo de una serie de razonamientos que comienzan en el Heb 4:3 con el fin de probar la premisa de los Heb 4:1 y Heb 4:3. Esos razonamientos pueden resumirse así: 1. El “reposo” de Dios como originalmente le fue prometido al antiguo Israel, incluía: (a) un establecimiento permanente en la tierra de Canaán, (b) una transformación de carácter que haría de la nación un adecuado representante de los principios del reino de Dios, y (c) haría de ellos el agente escogido de Dios para la salvación del mundo (ver t. IV, pp. 28-32; com. Heb 3:11). 2. La generación a la cual originalmente fue hecha la promesa del “reposo”, fracasó; no entró en Canaán debido a “incredulidad” (ver com. Heb 3:19) y “desobediencia” (Heb 4:6). 3. Josué presidió a la siguiente generación en la entrada a la tierra que se les había prometido (ver com. Heb 3:11), pero como eran espiritualmente duros de cerviz no pudo hacerlos entrar en el “reposo” espiritual que Dios quería que disfrutaran (ver com. Heb 4:7-8). 4. La misma promesa fue repetida en los días de David (Heb 4:7). Esto demuestra que Israel aún no había entrado en el “reposo” espiritual, y también que su fracaso en los días de Moisés y de Josué no había invalidado la promesa original. 5. Es seguro el cumplimiento final de los propósitos de Dios a pesar del fracaso de sucesivas generaciones (ver com. Heb 4:3 y Heb 4:4). 6. El autor suplica fervientemente al pueblo de Dios de los días apostólicos que entre “en aquel reposo” (Heb 4:11; Heb 4:16). Es una comprobación más de que continuaba la validez de la invitación y de que el pueblo de Dios no había entrado en conjunto en ese “reposo” ni aun en los tiempos apostólicos. 7. En conclusión, continúa la validez de la promesa de entrar en el “reposo” espiritual de Dios (Heb 4:6 y Heb 4:9), y los cristianos deben procurar “entrar en aquel reposo” (Heb 4:11). Debe notarse que el “reposo” que queda en los tiempos del cristianismo es el mismo “reposo” espiritual prometido originalmente a Israel (ver com. Heb 4:3). Es evidente que si “queda” es porque antes existió. Reposo. Gr. sabbatismós, “descanso de sábado”, “reposo sabático”. Esta es la única vez que aparece esta palabra en la Biblia. No aparece en los escritos extrabíblicos sino en una obra de Plutarco (Moralia, 166ª) y en escritos de los siglos II y III. Por esto algunos han pensado que el autor de Hebreos pudo haber acuñado la palabra. Sin embargo, el sentido no es discutido. La derivación de Sabbatismós es clara. En el AT se emplea 70 veces el verbo shabath, “cesar” o “reposar”. De esas veces, 7 tienen que ver con reposar el día sábado; las restantes 63 se refieren a otras formas de cesar o reposar Como ejemplos de este segundo uso, pueden citarse: Gen 8:22; Jns 5:12; Neh 6:3; Lam 5:14; Isa 14:4; Isa 24:8; Isa 33:8. El sustantivo shabbath, derivado del verbo shabath, significa “reposo” o “día de reposo”, y aparece en el AT 101 veces. Generalmente designa el día de reposo semanal, el séptimo de la semana, o sea sábado. De tener un sentido general, “reposo”, pasó a tener un sentido específico, “sábado”. También se emplea la palabra shabbath para referirse a la semana, un período de siete días que concluye con el sábado. En algunos casos, se usa shabbath como designación del año sabático, el año cuando la tierra debía descansar (Lev 25:6; Lev 26:34; Lev 26:43; 2Cr 36:21). Un derivado de shabbath, la palabra shabbathon, se usa 10 veces, generalmente en la construcción shabbath shabbathon, a veces traducida como “sábado de reposo” en la RVA. Designa por lo general a las “fiestas sabáticas”: el día de la expiación (Lev 16:31; Lev 23:32); la fiesta de las trompetas (Lev 23:24); al primero y último día de la fiesta de los tabernáculos (Lev 23:39). También se aplica al año sabático (Lev 25:45) y al día de reposo semanal (Exo 16:23; Exo 31:15; Exo 35:2). La LXX, en idioma griego, emplea la palabra sábbaton para designar al sábado, día de reposo semanal. También se usa sábbaton en el NT, aunque a veces tiene la forma plural sábbata con sentido singular (ver com. Mat 28:1 y Col 2:16). Siempre se refiere al día sábado o a la semana, período de siete días que culmina con el sábado. El verbo griego sabbatíz, “sabatizar”, si se quiere, o mejor, “guardar el sábado”; deriva de sábbaton. No aparece en el NT. Se usa siete veces en la LXX como traducción de shabath, “cesar”, “descansar”. Una vez se refiere a reposar el sábado semanal (Exo 16:30); una vez a reposar el día de la expiación (Lev 23:32); cinco veces se relaciona con el reposo de la tierra durante el año sabático (Lev 26:34-35; 2Cr 36:21). La palabra sabbatismós, “descanso sabático”, deriva de sabbatíz. Es evidente su derivación del original hebreo shabath, “cesar”. Pero su derivación más cercana es de sábbaton, “sábado”, por lo cual refleja mejor el contenido de esa palabra que el del original hebreo shabath. Por esto, el sentido de sabbatismós es claro: “descanso de sábado” o “reposo sabático”. Hasta aquí, el autor de Hebreos ha usado el verbo katapáuo y el sustantivo katápausis para referirse al descanso al cual deben aspirar sus lectores (Heb 4:1; Heb 4:3-4; Heb 4:5; Heb 4:8). Este es el reposo de Dios, al cual los israelitas bajo Josué no entraron, pero que todavía está abierto a los que creen. Katapáuo y katápausis se usan en el AT como traducción de shabath, “cesar”. Son palabras ricas en sentido. Pero en el Heb 4:9, se usa una nueva palabra: sabbatismós, “reposo sabático”, que aunque sinónima de la primera, tiene un contenido más amplio que el de katápausis. Sabbatismós, que se refiere específicamente al descanso “sabático”, sugiere un reposo especial, no sólo la cesación de las actividades. Este reposo que Dios promete a los fieles tiene, como el día sábado, ribetes de bendición (Gen 2:2-3; Isa 58:13-14), de redención (Deu 5:15) y de santificación (Eze 20:20). El descanso que ofrece Dios es el que cada semana miran por la fe los que observan el día de reposo ordenado por Dios. Este texto sugiere la importancia cósmica del día sábado, como símbolo del reposo eterno que Dios quiere que tengan los suyos. Corresponde notar que en el Heb 4:3, el autor insta a que “entremos” al descanso, como si no hiciera falta esperar a la eternidad para gozar del reposo que Dios ofrece. El reposo 438 simbolizado por el “reposo sabático” es el reposo de la gracia (ver Material Suplementario de EGW, com. Heb 4:9; cf. CS 295). Ese es el “verdadero reposo de la fe” (DMJ 9). Entramos en el “reposo” de Dios cuando consideramos a Jesús (Heb 3:1) y escuchamos su voz (Heb 3:7; Heb 3:15; Heb 4:7), cuando depositamos nuestra fe en él (Heb 4:2-3), cuando desistimos de nuestros propios esfuerzos para ganar la salvación (Heb 4:10), cuando retenemos nuestra profesión (Heb 4:14) y cuando nos acercamos al trono de la gracia (Heb 4:16). Los que quieran participar de esta experiencia deben librarse de un “corazón malo de incredulidad” (Heb 3:12), deben dejar de endurecer su corazón (Heb 3:8; Heb 3:15; Heb 4:7), y deben esforzarse por entrar en el “reposo” de Dios (Heb 4:11). Los que entren en el “reposo” de Dios retendrán su “profesión” (Heb 4:14). Se acercarán “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb 4:16). Algunos han pensado que en este pasaje Pablo indica que los cristianos deben dejar de guardar el sábado semanal, propio de los judíos, y pensar, en cambio, en entrar en el reposo cósmico y espiritual de Dios. Esta interpretación carece de base. El pasaje simplemente emplea una figura, la del reposo de sábado, con todas sus bendiciones y símbolos, para ilustrar la idea del reposo de Dios. La epístola a los Hebreos está dirigida a quienes observaban el sábado y gozaban de sus bendiciones. Este texto contiene una invitación a los cristianos hebreos de darle al reposo sabático semanal una amplitud mayor, a saber, reconocerlo como un símbolo claro del reposo eterno que Dios promete. Esta misma invitación es para los cristianos observadores del sábado en el siglo XX. Pueblo de Dios. Es decir, los cristianos que ahora son el pueblo escogido de Dios como lo fue antiguamente el pueblo de Israel (Exo 19:5-6; 1Pe 2:9-10; ver t. IV, pp. 37-38). ]
Apocalipsis 14:7 7 Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.»cap7:2 sello de Cristo
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver.
[V.7-> Gran voz. Los mensajes del primero y del tercer ángel se proclaman a “gran voz” (Ap 14:9). La “gran voz” indica que el mensaje se proclamará en tal forma que todos podrán oírlo. También se destaca la importancia del mensaje. Temed. Gr. fobéō, “temer”, “reverenciar”. Fobéo no significa aquí sentir temor de Dios, sino acercarse a él con reverencia y respeto. Incluye el pensamiento de absoluta lealtad a Dios, en una sumisión a Dios, en una sumisión completa a su voluntad. (cf. com. Deu 4:10). Dios. El mensaje de temer a Dios es especialmente oportuno en el período representado por la predicación de este ángel, porque los hombres se han entregado a la adoración de los dioses del materialismo y el poder y muchos otros que han inventado. Gloria. Gr. dóxa (ver com. Rom. 3; 23). Aquí significa sin duda “honor”, “alabanza”, “homenaje”. Cf. Sal 115:1; Isa 42:12; 2Pe 3:18; Jud 1:25. Hora. O “tiempo”, no es hora literal. Compárese este uso de “hora” con Jn 4:21; Jn 4:23; Jn 5:25; Jn 5:28; Ap 14:15. Entendida así, es posible comprender la clase “hora de su juicio” se refiere al tiempo, en sentido general, cuando se efectuará el juicio, y no necesariamente al momento exacto cuando comenzará el juicio. En esta forma es posible que el mensaje del primer ángel fue proclamado en los años que precedieron a 1844, aun cuando la verdadera obra de juicio aún no había comenzado (ver com. “juicio”). 842 Juicio. Gr. krísis, “la acción de juzgar”, en contraste con kríma, “la sentencia del juicio” (ver com. Ap 17:1). Los expositores adventistas del séptimo día entienden que el juicio que aquí se menciona fue el que comenzó en 1884, representando simbólicamente por la purificación del santuario terrenal (ver com. Dan 8:14). Puede deducirse que no se refiere al ejecutivo cuando venga Cristo y todos recibirán su retribución, porque los mensajes de los tres ángeles (Ap 14:6-12) preceden a la segunda venida de Cristo (Ap 14:14). Además, el mensaje concerniente al juicio es acompañado por una exhortación y una amonestación que revelan que el día de la salvación aún no ha pasado. Los hombres pueden aún buscar a Dios y escapar de la ira que vendrá. La predicación de Guillermo Miller y sus colaboradores en el período desde 1831 hasta 1884, respecto a la terminación de los 2.300 días en 1844, puede considerarse históricamente como el comienzo de la predicación del mensaje del primer ángel (ver F. D. Nichol, The Midnight Cry, p. 284). Pero ese mensaje ha tenido validez desde entonces, y continuará teniéndola hasta que caiga el telón que pondrá fin a la oportunidad de salvación para el hombre. Ha llegado. O “ha venido”. Adorad. Gr. proskunéo, “rendir homenajes”, “adorar”. La adoración a Dios contrasta con la adoración a la bestia (Ap 13:8; Ap 13:12) y su imagen (Ap 14:15). En la crisis que pronto vendrá, los habitantes de la tierra tendrán que escoger, como lo hicieron los tres fieles hebreos de la antigüedad, entre el culto al verdadero Dios y el culto a los dioses falsos (Dan. 3). El mensaje del primer ángel tiene el propósito de preparar a los seres humanos para que hagan la debida elección y permanezcan firmes en el tiempo de la crisis. Hizo el cielo y la tierra. El Creador del universo es el verdadero y único objeto de adoración. Ningún hombre ni ningún ángel es digno de adoración. Esta prerrogativa sólo pertenece a Dios. El poder de crear es uno de los rasgos distintivos del verdadero Dios, en contraste con los dioses falsos (Jer 10:11-12). La exhortación a adorar a Dios como el Creador ha llegado a ser especialmente oportuno desde los años siguientes a la predicación inicial del mensaje del primer ángel, debido a la rápida propagación de la teoría de la evolución. Además, la exhortación a adorar a Dios como el Creador de todas las cosas, indica que debe prestarse la debida atención al monumento que recuerda las obras creadas por Dios: el sábado del Señor (ver com. Exo 20:8-11). Si el sábado hubiese sido guardado como era el propósito de Dios, hubiera servido una gran salvaguardia contra la credulidad y la evolución (ver Hch 14:15; PP 348). El sábado será un punto especial controversia en la crisis final que se avecina (ver com. Ap 13:16). ]
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 12
[V.12-> Paciencia. Gr. hupomon’ (ver com. Rom 5:3). La traducción “perseverancia” o “aguante” sería aquí más adecuada. “Aquí está la perseverancia de los santos” (BA). El contexto llama la atención a la intensa lucha contra la bestia y su imagen. Se hará todo esfuerzo posible para obligar a que el remanente se una con el movimiento promovido por la segunda bestia; incluso será amenazado con aislamiento y muerte (Ap 13:11-17); Satanás obrará al mismo tiempo con todo “engaño de iniquidad” (2Ts 2:10; cf. Mat 24:24) para hacer que parezca que el poder de Dios se manifiesta en ese movimiento. Pero en medio de todo perseverará hasta el fin el fiel remanente y mantendrá su integridad. Su firmeza a toda prueba merece una alabanza especial. Santos. Gr. hágios (ver com. Rom 1:7). Guardan los mandamientos de Dios. Esta declaración es muy significativa por el contexto en que se halla. El mundo, cautivado por los engaños de Satanás, se inclinará delante de la bestia y su imagen, y cumplirá sus dictados y decretos (ver com. Ap 13:8); pero los santos se negarán a cumplir sus exigencias porque guardan los mandamientos de Dios. El asunto crucial del conflicto será el cuarto mandamiento de la ley de Dios. Los cristianos concuerdan en términos generales en cuanto al carácter obligatorio de los otros nueve mandamientos; pero a principios de la era cristiana se comenzó a poner a un lado el sábado, séptimo día de la semana, y a sustituirlo por la observancia del primer día de la semana como día de culto (ver com. Dan 7:25). Los cristianos que observan el domingo presentan diversas razones por las cuales observan el primer día de la semana en lugar del séptimo, y por qué se sienten autorizados para despreciar las exigencias del mandamiento original. Algunos afirman que los Diez Mandamientos fueron abolidos junto con todas las leyes ceremoniales del AT; Otros sostienen que el elemento temporal del cuarto mandamiento es ceremonial, pero que la orden de observar un día en siete es una obligación moral. Estas opiniones no se basan en las Escrituras. El punto de vista de la iglesia de Roma es que ella transfirió el carácter sagrado de un día al otro por autoridad divina. Pero los protestantes no pueden aceptar esta posición, porque la Biblia y solamente la Biblia es su regia de fe. El asunto llegará a su punto culminante cuando Babilonia la grande se imponga sobre el Estado para que éste haga de la observancia del domingo un asunto de ley civil, obligatorio, y decida castigar a todos los que no le obedezcan. 847 Este es el conflicto que describe Ap 13:12-17 (ver el comentario respectivo, especialmente los Ap 14:12; Ap 14:16). En esa hora tenebrosa los hijos de Dios se aferrarán a la Biblia y no le rendirán homenaje a ningún poder, excepto a Cristo. Entre los muchos rasgos característicos que podrían habérsele mencionado al profeta, se le indicó que destacase dos predominantes: la observancia de los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. La fe de Jesús. O “fe en Jesús”. El texto griego puede entenderse en ambas maneras, aunque generalmente se prefiere la segunda. En cuanto a la diferencia entre las dos expresiones y la importancia de la fe en la experiencia cristiana, ver com. Rom 3:22. La fe de Jesús y la observancia de los mandamientos representan dos aspectos importantes de la vida cristiana. Los mandamientos de Dios son un reflejo de su carácter, pues exponen la norma divina de justicia que Dios anhela que alcance el hombre, pero que debido a su condición pecaminosa no puede lograr. “La mente carnal... no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede” (Rom 8:7). A pesar de sus mejores esfuerzos, el hombre continuamente está destituido de la gloria de Dios (ver com. Rom 3:23); pero Jesús vino para capacitar a los seres humanos y restaurarlos a la imagen divina. Vino para mostrar cómo es el Padre, y en este sentido amplió el significado de la ley moral o Diez Mandamientos. Los hombres pueden guardar los requisitos divinos por medio del poder de Cristo (ver com. Rom 8:3-4) y reflejar así la imagen divina. La iglesia remanente honra los mandamientos de Dios y los observa, no con un sentido legalista sino como una revelación del carácter de Dios y Cristo, que mora en el corazón del verdadero creyente (Gal 2:20). ]
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Qué es el sello de Dios en el pueblo de Cristo antes que comiencen a caer las plagas sobre quiénes no obedecieron a Cristo a salir del papado ni de sus hijas aliados .2 Luego vi a otro Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar:«No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»Apoc 7:2,9:4
Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles—, tan pronto como sea sellado y preparado para el zarandeo, este vendrá. Ciertamente ya ha comenzado.—
El sello del Dios viviente se coloca sobre aquellos que con plena conciencia guardan el día de reposo de Jehová sábado séptimo día y su ley del cielo Sinaí con ayuda de Cristo .
Los que quieran tener el sello de Dios en sus frentes deben guardar el día de reposo del cuarto mandamiento Exodo 20:8,11 .—
La verdadera observancia del día de reposo es la señal de lealtad a Dios del creador del cielo y la tierra GENESIS 1:1,2Genesis2:1,4 Apoc 14:7cap14:12 .—
De los Diez Mandamientos, solo el cuarto sábado séptimo día contiene el sello del gran Legislador, el Creador de los cielos y la tierra.
La observancia del monumento conmemorativo del Señor, el día de reposo instituido en el Edén, el día de reposo del séptimo día, es la prueba de nuestra lealtad a Dios Génesis 1:1,2Genesis2:1,4 .
Se pone una señal sobre cada uno de los hijos de Dios tan ciertamente como fue colocada una marca de sangre de cordero sobre las puertas de los hogares de los hebreos para librar a ese pueblo de la ruina general con las plagas de Egipto . Dios declara: “Les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico”. Ezequiel 20:12.
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EL PUEBLO DE CRISTO DESPUES DE LAS PLAGAS ,DECRETO DE MUERTE Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO .APOCALIPSIS 15:2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.
Apocalipsis (de Juan) 15->
[V.2-> Mar de vidrio. Ver com. Ap 4:6. Mezclado con fuego. En el cap. 4 se compara el mar de vidrio con “cristal” (Ap 15:6). Ahora tiene un tono parecido al fuego, sin duda porque refleja la gloria de Dios. Habían alcanzado la victoria. Este es el pueblo que respondió al mensaje de amonestación mencionado en el cap. 14, y lo aceptó. Han sido salvados de las dificultades del mundo y del mal, y ahora se encuentran seguros en el reino de Dios, La victoria se logró por la sangre del Cordero (Ap 12:11). Permanecieron fieles a Dios aun cuando se pronunció la pena de muerte contra ellos (ver com. Ap 13:15). Ahora se hallan a salvo sobre el mar de vidrio. La victoria es completa; la lucha ha pasado. Vencieron, triunfaron, y ahora entonan el canto de victoria en el reino celestial. Bestia. Ver com. Ap 13:2. Imagen. Ver com. Ap 13:14. Marca. Ver com. Ap 13:16. Número de su nombre. Ver com. Ap 13:18. Arpas de Dios. Ver com. Ap 5:8; Ap 14:2. Los Ap 15:2-4 constituyen un paréntesis. Antes de la descripción de las terribles siete últimas plagas, se le da al profeta una visión del triunfo de la iglesia de Dios sobre todos sus enemigos. Los santos no serán consumidos por el castigo que sobrevendrá sino que serán librados. ]
Qué es la marca de la bestia.17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.
18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.Apoc 13:17,18
Juan fue llamado a contemplar a un pueblo distinto de los que adoran a la bestia o a su imagen al guardar el primer día de la semana. La observancia de este día es la marca de la bestia.—
La marca de la bestia es el día de descanso papal.—
Cuando llegue la prueba se manifestará claramente qué es la marca de la bestia: es la observancia del domingo.—
La señal o sello de Dios se revela en la observancia del séptimo día, monumento recordativo de la creación por el Señor [...]. La marca de la bestia es lo opuesto a esto: la observancia del primer día de la semana.—
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes [...] se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente”. Apocalipsis 13:16. Los hombres no solo no deben trabajar con sus manos en domingo, sino que con sus mentes deben reconocer al domingo como el día de reposo.—
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Argumentos usados en el nuevo orden mundial papado por los abogados o personas de la ley dominical .Dirán incendios, inundaciones, terremotos, en la furia de las grandes profundidades, en calamidades por mar y tierra, guerras por no obedecer el domingo .Apocalipsis 13:17,18
Satanás pone su interpretación sobre los eventos, y ellos piensan, como él quiere que lo hagan, que las calamidades que llenan la tierra son un resultado de la violación del domingo. Pensando apaciguar la ira de Dios, estos hombres influyentes promulgan leyes imponiendo la observancia del domingo.—
Esa misma clase de gente asegura que la corrupción que se va generalizando más y más, debe achacarse en gran parte a la violación del así llamado “día del Señor” (domingo), y que si se hiciese obligatoria la observancia de este día, mejoraría en gran manera la moralidad social. Esto se sostiene especialmente en los Estados Unidos de Norteamérica, donde la doctrina del verdadero día de reposo, o sea el sábado, se ha predicado con más amplitud que en ninguna parte.—POR OBEDECER EL CATECISMO DOMINGO LA MARCA DE LA BESTIA APOCALIPSIS 16:2. 2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen. Antes de que el Hijo del hombre aparezca en las nubes del cielo todo estará convulsionado en la naturaleza. Rayos del cielo unidos con el fuego interno de la tierra harán que las montañas ardan como un horno y que hagan fluir sus torrentes de lava sobre aldeas y ciudades. Masas de rocas derretidas, arrojadas dentro del agua por el solevantamiento de cosas ocultas dentro de la tierra, harán que hierva el agua y despida rocas y tierra. Habrá formidables terremotos y gran destrucción de vidas humanas “La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, y escaparon muy pocas personas” “El terror del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina .—Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su obra mortífera de viciar el aire, una de las fuentes de vida y alimento, con elementos mortíferos. No solo ha sido afectada la vida vegetal, sino que el hombre mismo sufre de pestilencia Estas cosas son el resultado de gotas de las copas de la ira de las plagas Apocalipsis 14:8,11 de Dios que caen sobre la tierra, y son pálidas representaciones de lo que acontecerá en el futuro cercano hasta el regreso de Cristo en la séptima plagas .—
Aumentarán las hambrunas cuando las plagas caen sobre el papado aliados por tener la marca de la Bestia catecismo domingo . Las pestilencias barrerán a miles. A nuestro alrededor hay peligros procedentes de las potencias externas y de las operaciones satánicas de adentro, pero ahora se está ejerciendo el poder restrictivo de Dios.Apoc 14:8,11 Un tercer Angel les siguió, diciendo con fuerte voz: «Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o en su mano,
10 tendrá que beber también del vino del furor de Dios, que está preparado, puro, en la copa de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre, delante de los santos Angeles y delante del Cordero.
11 Y la humareda de su tormento se eleva por los siglos de los siglos; no hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el que acepta la marca de su nombre.»
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