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EL SELLO DE CRISTO EN SU PUEBLO ANTES DEL REGRESO DE CRISTO .
Semejante a Cristo en carácter para vida eterna .Apocalipsis 14:7cap14:12 .
El sello del Dios viviente solo será colocado sobre los que son semejantes a Cristo en carácter.—
Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia, deben reflejar plenamente la imagen de Jesús en su ley del cielo del Sinaí escrito con su dedo y en el corazón Apocalipsis 14:7cap14:12 ..—
El sello de Dios no será nunca puesto en la frente de un hombre o una mujer que sean impuros. Nunca será puesto sobre la frente de seres humanos ambiciosos y amadores del mundo. Nunca será puesto sobre la frente de hombres y mujeres de corazón falso o engañoso. Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios y ser candidatos para el cielo.—
El amor se expresa en la obediencia, y el amor perfecto echa fuera el temor. Los que aman a Dios, tienen el sello de Dios en la frente, y obran las obras de Dios.—
Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los favorecidos que recibirán el sello del Dios vivo.—
¿Estamos luchando con todas las facultades que Dios nos dio para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez mayor, en procura de la perfección de su carácter? Cuando los siervos de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel registrador declarará: “Consumado es”. Serán completos en él los que le pertenezcan por creación y por redención.GENESIS 1:1,2Genesis 2:1,4Exodo 31:12,18Exodo 20:1,17Hebreos 4:9,11Isaias 58:13,14 Apoc 7:2,3cap14:7cap14:12cap22:14 ,Apoc cap15:2 .—
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EL REMANENTE DE CRISTO SELLADO ANTES DEL REGRESO DE CRISTO . Ezequiel 9-> Ver. 44 y Yahveh le dijo: «Pasa por la ciudad, por Jerusalén, y marca una cruz en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella.» 5 Y a los otros oí que les dijo: «Recorred la ciudad detrás de él y herid. No tengáis una mirada de piedad, no perdonéis; [V.4-> Señal. En hebreo, tau, última letra del alfabeto hebreo. En tiempos de Ezequiel, esta letra tenía la forma de X. El sellamiento se efectuó en visión, y es posible que la manera específica de hacerse no tenga importancia. La antigua interpretación que consideraba que esa marca era una prefiguración de la cruz es mera fantasía. En la visión, la señal era sin duda literal, pero su significado atañía plenamente al carácter. El mensajero no debía prestar atención a la alcurnia o posición, sino sólo debía poner la señal a quienes gimieran por la pecaminosidad que prevalecía y se mantuvieran alejados de ella. La visión se refería en primer lugar a la destrucción de Jerusalén ordenada por Nabucodonosor. Tendrá otro cumplimiento cuando transcurran las escenas finales de la historia de este mundo. Es muy similar a las visiones de Apoc. 7; 15; 16. En el Apocalipsis la señal distintiva es el “sello de Dios”, y al igual que la señal de Ezequiel, es colocada sobre quienes están en condiciones de recibirlo. Dios coloca su señal de aprobación sobre todos los que, por medio del poder del Espíritu Santo, reflejan la imagen de Jesús (ver PVGM 51). Se ha comparado esta señal con la marca que indica que Dios es dueño, como si Dios inscribiera sobre los que están en condiciones de ser ciudadanos de su reino, su nombre y dirección: “Dios, Nueva Jerusalén” (TM 446). La señal externa y visible de que la obra de gracia se ha completado en el alma será la observancia del sábado bíblico (3JT 232). Esto transcurrirá de la siguiente manera: El día sábado siempre ha sido el día designado por Dios para el descanso del hombre. Establecido en la creación (Gen 2:1-3), debía ser una obligación perpetua. La orden de observarlo fue colocada en el corazón de la ley moral (Exo 20:8-11). Ni Cristo ni sus apóstoles abrogaron el sábado. La gran apostasía que siguió a la muerte de los apóstoles pretendió ponerlo de lado para colocar en su lugar otro día de reposo, el primero de la semana. Pero la Palabra de Dios predice que una gran obra de reforma con respecto al sábado precederá a la segunda venida de Cristo (Isa 56:1-2; Isa 56:6-8; 636:12-13; Ap 14:6-12; ver CS 504-513). También predice que al mismo tiempo Satanás, el gran caudillo apóstata, ensalzará su propio fraudulento sistema de religión que ostenta un falso día de reposo, el día domingo, como día de culto (Apoc. 13; 14:9-12; cf. Dan 7:25). Logrará éxito hasta el punto de que podrá unir a todo el mundo en un gran movimiento a favor del domingo (Ap 13:8; Ap 14:8; Ap 16:14; Ap 18:3; ver CS cap. 36-41). Como resultado de sus esfuerzos, el mundo se dividirá en dos sectores, los que son fieles a Dios y guardan su sábado, y los que se unen al falso movimiento religioso universal y guardan el falso día de reposo. De este modo la observancia del sábado se convertirá en una señal distintiva del verdadero adorador de Dios. Sin embargo, no es la observancia visible del sábado lo que constituye la señal. El sello representa la aprobación divina que deberán recibir todos los que han de ser ciudadanos del reino de gloria que está a punto de ser establecido. Sólo aquellos cuyas almas hayan sido purificadas se aferrarán al sábado en aquel terrible tiempo de angustia que precederá al retorno de Jesús. Los guardadores del sábado que no sean sinceros abandonarán las filas del pueblo de Dios y se unirán con Satanás en contra del cielo, en la batalla contra el Rey del universo (TM 473). Así sólo los verdaderamente leales quedarán como únicos defensores del santo sábado de Dios. A ellos se les unirán otros de los verdaderos hijos de Dios, los cuales hasta entonces habrán estado esparcidos en las diferentes iglesias cristianas. Ellos, ante la creciente luz del fuerte clamor, se decidirán por la observancia del sábado y, pese a cualquier oposición, se unirán al pueblo remanente de Dios (CS 669-670). Se coloca la señal sobre todos los “que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen”. Quienes pertenecen a este grupo se caracterizan por la profunda angustia que sienten debido a las divisiones que existen entre los que afirman que son seguidores de Dios. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay todo tipo de avaricia, egoísmo y engaños. Se sienten incapaces de detener la marea de iniquidad y se llenan de dolor y de alarma (2 JT 65-66). Los que pertenecen al otro sector procuran encubrir los males que existen y disculpar la gran impiedad que prevalece por doquiera. Afirman que Dios es demasiado bueno y demasiado misericordioso como para castigar el mal. Dicen que el Señor no hará ni bien, ni mal. Aseveran que Dios no espera que el hombre alcance una norma tan elevada, y que se satisfará con que el hombre tenga un mero deseo de hacer el bien. Pero el Señor no puede modificar su norma. Hacer eso equivaldría a cambiarse él mismo. Al contrario, proporciona gracia para el logro de toda virtud y la corrección de todo defecto. Pide de todo cristiano que aproveche al máximo lo que Dios le concede. No exige nada menos que la perfección. Si no está en perfecta relación con Cristo, el alma no podrá recibir el sello de Dios cuando concluya el tiempo de gracia. ] Ezequiel 9-> Ver. 6 [V.6-> Comenzaréis por mi santuario. La primera aplicación de este decreto indica el fin del tiempo de gracia de Jerusalén. Dios había agotado sus recursos en sus exhortaciones al rebelde Israel. Quitaría su poder represor que frenaba a los invasores caldeos. Sin misericordia, los ejércitos caldeos ejecutarían la orden de matar “a viejos jóvenes... hasta que no quedara ninguno”. Habrían de comenzar por el santuario, donde se habían concentrado los horrendos pecados del pueblo. Estas escenas volverán a verse en los últimos días antes del regreso de Cristo . Entonces también el juicio habrá de comenzar por la “casa de Dios” (1Pe 4:17), con aquellos a quienes Dios ha dado gran luz y que han sido los guardianes espirituales del pueblo, pero han traicionado su cometido (2JT 65-66). Estos pastores infieles serán primero maltratados por los que han sido engañados por ellos ( PE 282). Más tarde perecerán en la destrucción general que precede y acompaña a la segunda venida de Cristo (Apoc. 15-19). ]. Apocalipsis 7:2 Luego vi a otro Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar: 3 «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.» Apocalipsis (de Juan) 7-> Ver. 2 [V.2-> Otro ángel. Además de los cuatro que sujetaban los vientos (ver com. Rev_7:com. Ap 7:1) De donde sale el sol. Entre los judíos, las 798 direcciones se calculaban desde el punto de vista de una persona que estuviese mirando al este (ver com. Exo 3:1). De esta dirección fue de donde Ezequiel vio la gloria de Dios que entraba en el templo (Ap 43:2-5). La señal del Hijo del hombre aparecerá en el este (Mat 24:30; cf. CS 698-699). Por lo tanto, la dirección desde la cual viene el ángel puede indicar que viene de parte de Dios, que es enviado por él. Algunos creen que el énfasis no debe ponerse en la ubicación sino en la manera, es decir, que la venida del ángel se asemeja a la del sol que sale en todo su esplendor. Ver com. Ap 16:12. sello. Los sellos se usaron en el Cercano Oriente desde los tiempos más antiguos, así como se usan las firmas hoy en día. Así se certificaba quién era el autor de un documento, se indicaba quién era el dueño del objeto sobre el cual se imprimía el sello, o se protegían objetos como baúles, cajones, tumbas, para que no fueran abiertos o violados. Las excavaciones arqueológicas han proporcionado centenares de sellos o impresiones hechas por sellos. Entre ellos hay uno que aparece en el mango (asa) de un jarrón y dice: “Perteneciente a Eliakim, mayordomo de Joaquín”. En Laquis se encontró un sello que dice: “Perteneciente a Gedalías que está sobre la casa”. El concepto de que Dios coloca una marca sobre su pueblo se remonta a la visión de Ezequiel, cuando vio a un hombre con tintero de escribano que recibió la orden de poner “una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen” en Jerusalén. Los que tuvieran la marca “en la frente” serían salvados de la destrucción (Eze 9:2-6). El concepto del sellamiento también se aplica en otras circunstancias. Pablo aplicó este símbolo a la experiencia de recibir el Espíritu Santo en relación con la conversión y el bautismo (2Co 1:22; Efe 1:13; Efe 4:30). Jesús habló de sí mismo diciendo que era sellado por el Padre, refiriéndose sin duda al testimonio aprobatorio del Padre por medio del Espíritu Santo en ocasión de su bautismo (ver com. Jn 6:27). El simbolismo del sellamiento halla un paralelo interesante en el pensamiento escatológico judío. Uno de los Salmos de Salomón (obra seudoepigráfica de mediados del siglo 1 a. C.) declara de los justos que “la llama de cuando salga de delante del rostro del Señor contra los pecadores para destruir toda la seguridad de los pecadores, pues la marca de Dios está sobre los justos para salvación. El hambre, la espada y la pestilencia (estarán) lejos de los justos” (15:4-7). Así se imaginaban los judíos una marca sobre los justos que los protegería del peligro. El pasaje que estudiamos indica también un sellamiento del pueblo de Dios, que lo preparará para estar firme durante los tiempos espantosos de angustia que precederán al segundo advenimiento de Cristo (ver com. Ap 7:1). En los tiempos antiguos un sello sobre un objeto certificaba quién era el dueño, así también el sello de Dios sobre su pueblo proclama que él lo ha reconocido como suyo (2Ti 2:19; cf. TM 446). El sello que se estampará sobre los fieles siervos de Dios es “la pura marca de la verdad”, la “señal” de su “aprobación” (3T 267). Este sello da testimonio de la “semejanza a Cristo en carácter” (EGW, Material Suplementario com. Ap 7:2). “El sello de Dios, la garantía o señal de su autoridad, se halla en el cuarto mandamiento” (EGW, ST 1-11 ; cf. CS 698). Hay más detalles acerca del sello en com. Eze 9:4. Dios vivo. Ver com. Ap 1:18. ] Apocalipsis (de Juan) 7-> Ver. [V.3-> Hasta que hayamos sellado. Ver com. Ap 7:2. Frentes. Juan probablemente vio en la visión que se ponía la marca. El sello representa las cualidades de carácter (ver com. Eze 9:4; cf. 2Ti 2:19). Los siervos. Gr. dóulos, “esclavo”. Los que son sellados, son esclavos de Dios, y el sello que reciben es la garantía de que son en verdad del Señor.
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