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¿CUANTOS CIELOS HAY, UNO,DOS,TRES, O SIETE?
La palabra cielo proviene de un término hebreo: Scha.má.yim, siempre en plural y designa lo que es alto, o encumbrado, por ejemplo en Salmos 103: 11 dice:
11 Porque así como los cielos son más altos que la tierra,
su bondad amorosa es superior para con los que le temen
Proverbios 25:3
3 Los cielos por altura y la tierra por profundidad, y el corazón de los reyes, eso es inescrutable.
Isaías 55:9
9 Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.
En griego la palabra ou.ra.nós para designar cielo, también es un poco incierta.
En las Escrituras, el término cielo bíblico, abarca los cielos físicos en donde resplandece el relámpago (Lucas 17:24), donde se forma el rocío y la escarcha (Génesis 27:28; Job 38:29) donde vuelan los pájaros (Deuteronomios 4: 17; Proverbio 30:19, Mateo 6:26), donde soplan los vientos (Salmos 78:26), donde están las nubes que dejan caer su lluvia, nieve o piedras de granizo (Josué 10:11 Isaías 55:10), también se designa como cielo el firmamento o bóveda celeste (Mateo 16:1-3). Se incluyen en estos cielos físicos las regiones del espacio sideral con sus cuerpos estelares, todo lo que las Escrituras llaman ejército de los cielos, el sol, la luna, las estrellas y las constelaciones. (Deuteronomio 4:19; Isaías 13:10; 1 Corintios 15:40,41; Hebreos 11:12)
Esos cielos estrellados fueron creados antes de preparar a la tierra para que sea habitada (Génesis 1:1) y toda esa creación refleja la gloria de Yehowáh pues son la obra de sus dedos (Salmos 8:3; 19:1-6)
En Job 38:33 y Jeremías 33:25 dicen las Escrituras que los cuerpos celestes están controlados por los estatutos de los cielos establecidos por Yehowáh y nosotros como humanos al mirar el cielo estrellado solo comprendemos que somos incapaces de medir el cielo o siquiera contar las estrellas (Jeremías 31:37; 33:22), pero cosa asombrosa, para tener una idea de la persona espiritual que es el Altísimo, él cuenta las estrellas y las llama por nombre (Salmos 147:4; Isaías 40:265).
En 1 de reyes dice que el cielo de los cielos no puede contener a Yehowáh (1 Reyes 8:27)
De esta manera la palabra cielo en su sentido físico, puede referirse a las zonas más alejadas del espacio universal, a la atmósfera terrestre o a algo que sencillamente está alto, encumbrado, fuera de lo común.
De ahí, para mí no hay apoyo bíblico para dividir al cielo. Quienes abogan por los diversos cielos, dicen que el primer cielo es el que se creó en Génesis 1:26, es decir la atmósfera que cubre la tierra. El segundo cielo es el espacio exterior creado en Génesis 1:1 y descrito en el Salmo 8: 3,4. El tercer cielo por lo tanto es el cielo en donde mora Yehowáh, descrita en 1 Corintios 12:2.
Los rabinos primitivos han dividido los cielos hasta llegar a siete cielos, pero no se tiene apoyo en las Escrituras. Por ejemplo así lo dice el libro del Esplendor, un libro que resume la kabala judía y dice:
“Y Dios creó siete cielos arriba y siete tierras abajo, siete océanos y siete ríos, siete días y siete semanas, siete años y siete veces siete años, y los siete mil años de la duración del mundo. Y cada uno de los siete cielos arriba tiene sus estrellas, sus cuerpos astrales y sus soles. Cada uno tiene su jerarquía, con poder de ejecutar la voluntad soberana. Y los que sirven son diferentes en cada cielo: en algunos, los sirvientes tienen seis alas; en otros, cuatro alas. En algunos, tienen seis caras; en otros, dos caras. Algunos, están hechos de fuego; algunos, de agua, y algunos, de aire. Y todos los cielos están colocados unos dentro del otro, como las hojas de una cebolla. Todos obedecen la palabra del Creador. Pues encima de todos está Dios, ¡Bendito sea Él!
Esta división de cielos es meramente subjetiva, ya que las Escrituras no mencionan esa división. Lo que las Escrituras si mencionan es la existencia de un cielo físico, como ya comenté, un término muy abarcador, y un cielo espiritual. La misma palabra del lenguaje original hebreo, es el que se utiliza para designar a los cielos físicos y a los cielos espirituales. El Altísimo es un espíritu Todopoderoso, por lo tanto no reside en los cielos físicos. Debido a que Yehowáh es alto y excelso y reside en las alturas, es apropiado que las Escrituras describan la morada del Eterno como algo excelso, lleno de santidad y hermosura (Isaías 63:15, Salmos 33:13,14; 115:3) por encima de cualquier cielo.
Yehowáh es el soberano del universo (Salmos 115:15,16) y puede hacer cualquier cosa con su cielo físico, inclusive milagros (Salmos 135:6)
El trono de Yehowáh, está en los cielos, en la región espiritual bajo su dominio (Salmos 103:19-21; 2 Crónicas 20:6, Mateo 23:22, Hechos 7:9) y desde esa posición suprema, máxima o excelsa, puede mirar encima de los cielos físicos y la Tierra físicos (Salmos 14:2)
En esos cielos espirituales es donde habitan los ángeles también y son el propio y debido lugar de habitación de todos esos hijos espíritus del Supremo (Judas 6, Génesis 28:12,13; Mateo 8:10, 24:36)
En 2 Corintios 12:2-4, el emisario Shaul (Pablo) describe a "uno" que fue arrebatado hasta el tercer cielo y al “paraíso”. En virtud de que el emisario de Yehoshua dijo: “conozco” y en las Escrituras no se menciona la experiencia de otra persona, se concluye que Shaul, estaba relatando tal vez su propia experiencia. Pero el mismo no recuerda si las cosas celestiales bajaron hacia él cuando estaba en algún trance o arrobamiento en grado superlativo, o fue llevado como "alma" a algún lugar, cosa improbable porque carne y sangre no pueden andar viajando por el espacio sideral, pero bueno, tampoco es propio que lo sepamos, porque es un lugar glorioso que apenas será revelado por el amoroso YeHoWáH.
Aunque como ya comenté, algunos rabinos enseñaban que habían diferentes niveles en los cielos, hasta un total de siete, pero cuando uno lee las Escrituras, no se encuentra en ningún lugar que apoye ese punto de vista en cuanto a la división de los cielos en niveles o plataformas, sino más bien, en cada caso concreto, uno debe discernir por el contexto, si se está refiriendo a los cielos que están en la expansión atmosférica de la Tierra, si son los cielos que están en el espacio sideral o se refiere a los cielos espirituales.
Reafirmo entonces, que para mí, la división de los cielos es meramente subjetivo, no Escritural. Es como quienes creen ver la trinidad cuando Yehoshua se bautizó en el Jordán ante Juan el Bautista, ya que dicen: “Se escucho la voz del Padre, ahí estaba Yehoshua y el espíritu santo bajó en forma de paloma.”
Pero resulta que aunque se da ese cuadro no está enseñando la Escritura la doctrina errónea de la trinidad, ya que es una deducción personal de quien lee ese pasaje bíblico. De igual forma sucede con la división de los cielos, sólo es una división subjetiva el querer dividir los cielos atmosféricos como primer cielo, el espacio sideral como segundo cielo y el paraíso o morada del Altísimo como tercer cielo.
En las Escrituras ciertas palabras y expresiones se repiten tres veces, por ejemplo en Isaías 6:3, Ezequiel 21:27, Juan 21:15-17, y Revelación 4:8 ¿Y cual es el propósito de esta repetición? El propósito evidente es el de intensificar cierta idea o cualidad. Por lo tanto, la experiencia de Shaul (Pablo) creo yo que al decir el “tercer cielo”, no está indicando que el cielo esté dividido en niveles o plataformas, sino que, parece indicar que su experiencia o visión, tuvo un éxtasis superlativo o un grado superlativo de arrobamiento. Él mismo duda si fue en el cuerpo o en el espíritu, como ya comenté, por lo tanto, dado que carne y sangre no pueden ir a la región espiritual, creo yo que fue una visión.
Que la bondad inmerecida de nuestro Señor Yehoshúa esté siempre con ustedes. Gloria y adoración al Padre Santo Yehowáh, Elohim del que viene todo consuelo y misericordia.
Respetuosamente
CUIMBAÉ
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