Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo.
Cap. 5: del v1 al v12
Cuantas bendiciones para quienes permitan colocar la Palabra de Jesús, arriba, sobre el monte de las tradiciones religiosas formadas a través de múltiples generaciones que han colocado un velo a las cosas espirituales de Dios, y así, irnos preparando para tener acceso al Reino de Dios al mostrar un espíritu anhelante de conocer más de Dios a través de la palabra de Jesús, sin afanarse por tener cosas materiales propias de este mundo, entonces seremos felices al tener el consuelo que Jesús otorga, y todo lo demás vendrá por añadidura, y si calmamos nuestra hambre y sed de Justicia a través de la obediencia de su enseñanza, seremos merecedores de la misericordia de Dios, y a través de limpiar nuestro corazón de todo aquello que ha invalidado la palabra de Jesús, veremos a Dios, y como hijos suyos, deberemos promover la paz no la contienda aunque eso implique que seamos rechazados, maldecidos y calumniados, sin embargo no deberemos sentirnos mal, sabiendo que así trataron antes al mismo Jesús, y que lo que recibiremos en el Cielo será una gran recompensa.
Cap. 5: del v13 al v16
Quienes a través del estudio, reflexión y meditación de la palabra de Jesús han recibido manifestaciones reales de su poder y misericordia, serán sus verdaderos testigos y darán testimonio de la verdad que ella encierra, y los hombres verán en ellos algo que hará crecer la fe que Dios depositó en la mente del ser humano, pero, si por alguna razón quienes predican la enseñanza de Jesús no la enseñan a guardar y cumplir con fidelidad en su nivel espiritual, serán como la sal que se volvió desabrida, y ya lo que prediquen no tendrá ningún valor espiritual, y será como si esta enseñanza la tiraran a la basura o la ponen para que la pise la gente.
Quienes estén recibiendo la Luz de Jesús, deberán aprovecharla para romper la oscuridad reinante en la mente de una muchedumbre y ser fieles reflejos de su enseñanza para que la Luz de Jesús brille intensamente sin que nada la empañe u obstaculice y llegue blanca, limpia y libre a todo aquel que quiera recibirla para glorificar al Padre glorificando a Jesús.
Cap. 5: del v17 al v20
Jesús da a conocer lo anterior para que el hombre sepa, que las enseñanzas de su Palabra en su nivel espiritual, son para los que creen y comprendan cuan grande es el amor y la misericordia de Dios, pues al creer en Jesús y en su enseñanza, entrarán de lleno en el Tiempo Nuevo de la gracia del perdón de Dios y el hombre será librado de lo que la Ley de Moisés en si misma produce, es decir: a conocer del pecado que condena y que sigue manteniendo al hombre en la condena mortal; por eso Jesús vino a cumplir con la Ley de Dios dada a Moisés para establecer su forma definitiva trayendo consigo la gracia del perdón de Dios y el hombre aprenda a cumplir con la Ley por el amor que perdona, y no por la imposición que obliga y condena, guardando y enseñando a cumplir la palabra de Dios otorgada a Jesús, como la suprema voluntad de Dios.
Cap. 5: del v21 al v32
Jesús refrenda que no vino a suprimir la Ley y los profetas sino a darle su forma definitiva, es decir, debemos de cumplir con la Ley por el amor que perdona y no a través de normas, enseñanzas y mandatos de hombre que no siguen con verdad la enseñanza de Jesús, porque quien así se conduce, seguirá siendo merecedor de seguir en la condenación en la que se encuentra por no creerle al Hijo de Dios. Por eso, el cristiano que no acepte en verdad los tiempos de la gracia del perdón de Dios al no guardar y enseñar a cumplir la encomienda que Jesús encarga al hombre, seguirá encadenado y atado a las cosas de este mundo y en tiempos que ya pasaron, que le han causado angustias y sufrimientos sin el debido consuelo por mantenerse alejado de las cosas espirituales de Dios a través de la enseñanza que Jesús comparte al hombre.
Cap. 5: del v33 al v37
Cuando en verdad el hombre anhele encontrar la esencia espiritual que la enseñanza de Jesús le comparte, el Espíritu Santo lo guiará para entender, el por qué no debe de prometer con juramento nada a nadie y mucho menos a Dios, ya que el hombre es susceptible de no cumplir la palabra dada por las muchas cosas que le suceden en su vida natural. Por eso debe de pensar muy bien las cosas antes de decir si o no sabiendo que lo que se añade lo dicta el demonio ya que éste en verdad tienta al hombre a prometer o jurar lo que no se debe prometer o jurar.
Cap. 5: del v38 al v48
El hombre no debe buscar venganza o desquite con quien le ha causado algún daño o perjuicio o fue obligado a hacer algo en contra de su voluntad, sino más bien deberá saber perdonar aunque ello se vuelva a repetir.
No se le debe negar la ayuda a quien pide prestado y mucho menos estando en posibilidad de ayudar.
No se debe guardar rencores en contra de nadie, sino más bien orar por ellos para demostrar amor y no odio para ser dignos hijos de Dios, ya que el Padre ama a todos sus hijos sin condiciones y sin distinción de clase, color, creencia o religión, y nosotros, debemos imitarlo para dar amor y no odio, promover la paz y no la contienda.