Ensayo en el discernimiento del Evangelio según san Mateo.
Cap. 14: del v1 al v12
Como podemos apreciar, hay personas que tienen cierto poder religioso sobre una muchedumbre y que por su soberbia o por temor a perderlo, quisieran arrancarle la cabeza a sus verdaderos discípulos, es decir: a quitarle de su mente lo que ha recibido de Dios y que por lo mismo se atreve a enseñar a cumplir con fidelidad la enseñanza de Jesús, ya que estos no se ajustan a reglas y patrones de conducta establecidos por el hombre como la voluntad de Dios y buscan al que detenta un poder religioso para hacerlo a que se comprometa para detenerlo de cualquier manera y lo mejor es expulsarlo de sus congregaciones. Por eso el cristiano verdadero nunca se jura o se compromete con nada pues sabe que es mejor decir si cuando es sí y no cuando es no porque lo demás lo dicta el demonio.
Cap. 14: del v13 al v21
Actualmente hay miles de personas enfermas del alma que han querido seguir a Jesús, y él se ha compadecido de ellas y las ha sanado, porque han entendido que para poder seguirlo, deben dejar como estrado del poder de Dios su condición tradicionalmente religiosa y materialista, y mientras más pasa el tiempo, más hambre tienen de conocerlo a través de su enseñanza y ser convencidos para obedecer sus mandatos.
Abramos nuestra mente a la mente espiritual de Nuestro Señor Jesucristo para comprender, que todo aquel que lo sigue no tiene necesidad de buscar el alimento espiritual en otro lugar que no sea en él y en su Palabra, y ser escogidos para compartir ese bendito alimento a todos los que tengan hambre de conocerlo para que sean saciados, y además siempre habrá alimento abundante para todos aquellos que quieran ser fortalecidos a través de su enseñanza plasmada en el Nuevo Testamento.
Cap. 14: del v 22 al v36
Debemos estar conscientes de lo que Jesús nos manda, ya que aunque sigamos a Jesús en la condición espiritual para recibir el alimento de su enseñanza que es palabra de Dios, posterior a eso, deberemos regresar a nuestra condición natural para no perder el piso, y al hacerlo, volveremos a sentir los miedos y preocupaciones cotidianas de todos los días, y lo que estará sucediendo, es que estaremos siendo probados constantemente en nuestra fe, sin embargo, Jesús estará siempre pendiente de nosotros para no caer en el desánimo ni padecer un miedo incontrolable por muy violentas que sean las tempestades o problemas en la vida, ya que a través de esa bruma que producen esas tempestades, podremos verlo y llamarlo para pedirle su ayuda, y él, extenderá su mano para subirse a la barca de nuestra vida, y con él, a bordo, cesará la tempestad que nos había inquietado. Por eso, todo aquel que llama a Jesús y lo recibe de acuerdo a su enseñanza, será salvo.