Marcos cap. 10: v 46 al v 51
Llegaron a Jericó. Y, al salir Jesús de allí, acompañado de sus discípulos
y una gran multitud, el hijo de Timeo (Bartimeo), un limosnero ciego, estaba
sentado a la orilla del camino. Cuando supo que era Jesús de Nazaret, se puso a
gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Varias personas trataron de
hacerlo callar. Pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Llamaron, pues, al ciego diciéndole: ¡Párate,
hombre! te está llamando. Y él, arrojando su manto, de un salto se puso de pie
y llegó hasta Jesús.
Jesús le preguntó: ¿Que quieres que te haga? El ciego respondió: Maestro,
que yo vea. Entonces, Jesús le dijo:
ENSAYO:
Como a nosotros se nos está dando el ver lo que otros por más que
quieran no verán, y el oír lo que otros por más que quieran no escucharán,
discernamos la Palabra
anterior contestando estas preguntas: ¿Cuántas personas que han vivido en las
oscuras tinieblas de la ignorancia del conocimiento de Dios, que al escuchar el
Nombre de Jesús han sentido la necesidad de llamarlo para salir de ellas?
¿Cuántos de ellos han gritado su Nombre para clamar compasión? ¿Cuántos han querido
ser callados por ello? ¿Cuántos se han despojado del manto tradicional con que
se han cubierto para llegar a Jesús? ¿Cuántos se han quedado quietos y callados
cuando él los ha respondido? ¿Cuántos se han levantado de sus asientos al
escuchar su llamado? ¿Cuántos han respondido a su pregunta de que qué es lo que
quieren de él? ¿Cuántos han creído que Jesús les quitará el velo de ignorancia
de Dios con que están tapados sus ojos a
través de múltiples tradiciones religiosas? ¿Cuántos han creído en verdad que él
es la respuesta a todas sus preguntas y la solución a todas sus necesidades,
mismas que serán satisfechas en el momento preciso? ¿Cuántos lo han querido
seguir después de ver que todo lo negativo en sus vidas va desapareciendo de
ellas? Tú, hermano o hermana, deberás hacerte estas mismas preguntas para que
te ubiques en lo que eres actualmente, y en lo que quieres llegar a ser de
acuerdo a la enseñanza de Jesús. El te está llamando: ¡Levántate y síguelo!
Estos Ensayos en el discernimiento
del Evangelio de Marcos, no pretenden tener la verdad absoluta, sino que son
consideraciones personales del autor a través de revelaciones en sueños y deben
tomarse como material de estudio y en su caso discutir con propiedad en cada
uno de ellos.
Ensayos
José Luis Hernández Cuéllar.