Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo.
Cap. 11: del v1 al v6
Todo lo que ha sido revelado hasta estos momentos en el discernimiento de la enseñanza que Jesús recibió del Padre para ser transmitida al hombre, es como una preparación primera para tratar de entender más a profundidad lo que Jesús enseñó y predicó en las ciudades judías, en las que deberemos darnos cuenta, que el tiempo de la predicación de Juan el Bautista había concluido, sin embargo, Dios nos da una enseñanza de la incredulidad humana a través de Juan aún cuando hemos recibido manifestaciones reales de un evento milagroso, y como él, seguramente preguntaremos a Jesús, ¿ Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Y seguramente también lo escucharemos decir en nuestra mente: ¿No te has dado cuenta a cuantos se les ha abierto los ojos y destapado los oídos y regresados a la vida en las cosas espirituales de Dios? Por eso, feliz el que se encuentra conmigo y no es confundido porque escuchan y guardan mi enseñanza como la voluntad de mi Padre que está en los Cielos.
Cap. 11: del v7 al v15
Jesús nos confirma, que Juan fue el profeta más grande entre los hombres, ya que fue a él, al que Dios mandó como mensajero de su llegada para prepararle el camino, por tal motivo Juan siempre supo que no tenía una autoridad semejante a la de Jesús, sin embargo Jesús nos dice que por el hecho de que Juan fue el encargado de anunciar que el Reino de los Cielos se había acercado al hombre, lo hizo ser el profeta más grande de todos los tiempos, ya que él sabía que él era el punto exacto en donde terminaba la aplicación rigurosa de la Ley de Moisés que castiga, y que hasta Juan Bautista y los profetas se quedaba en la profecía acerca del Reino de Dios, pero que ahora, a través de Jesús y su enseñanza se cumplía esa profecía para que alcance su plenitud en el hombre cuando éste cumpla obedientemente la voluntad de Dios.
Cap. 11: del v16 al v24
Hasta estos momentos nos hemos comportado como niños inconformes, puesto que no hemos querido aceptar la enseñanza de Jesús de acuerdo al estudio, reflexión y meditación de su Palabra plasmada en el Nuevo Testamento a pesar de ser testigos de numerosos eventos que se pueden calificar de verdaderos milagros en nuestras vidas o en las vidas de otros lo que ha dividido al hombre en diversas denominaciones cristianas. Por eso: ¡Ay de todos aquellos que no han querido darse tiempo para querer conocer más de Dios a través del estudio, reflexión y la meditación profunda de la Palabra de Jesús!
¡Ay de aquellos que se han auto nombrado siervos de Dios y que han pretendido llegar hasta las nubes sin ser verdaderamente fieles a la enseñanza que Jesús comparte al hombre; éstos serán hundidos en el infierno porque se han dejado subyugar en enseñanzas y mandatos de hombre y le han querido quitar la autoridad a Jesús para dársela al hombre, por eso, los que no han creído en él, serán tratados con menos rigor que aquellos que si han creído y han hecho de su enseñanza, enseñanza de hombres.
Cap. 11: del v25 al v30
Por eso nosotros, seamos de la clase social que seamos, debemos comportarnos como gente sencilla, sin confiar demasiado en nuestras fuerzas ni en la sabiduría humana en las cosas espirituales de Dios, porque quienes así lo hacen, no podrán abrir su mente para recibir revelación espiritual de la enseñanza de Jesús, porque no les interesa conocer lo que el Padre puso en sus manos para conocer al Hijo, y por lo mismo, tampoco conocerán al Padre que lo envió, pues sólo aquellos que conozcan al Hijo, conocerán al Padre que lo envió.
Por eso, cambiemos los sufrimientos y angustias que nos asaltan en este mundo, por el amor, la justicia y la misericordia de Dios que nos procura abundantemente Jesucristo Nuestro Señor.