Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo.
Cap. 9: del v1 al v8
El Poder que Dios delegó en Jesús para sanar enfermedades y perdonar pecados se hará presente en nosotros cuando nuestra fe sea probada para creer no sólo en él, sino creer en lo que él nos dice, para que cuando nuestra fe de Dios en Jesús sea activada, recibamos, a través de invocar su Nombre, el mismo poder para sanar enfermedades, curar dolencias y perdonar pecados, y esto será un hecho aprobado por Dios en todo aquel que guarde y enseñe a cumplir con fidelidad la enseñanza que Jesús comparte al hombre sin ser desviado hacia ningún lado.
Cap. 9: del v9 al v13
Así como Jesús llamó a Mateo, así mismo nosotros no debemos evitar a aquellos que su comportamiento o su actividad no es bien vista, y esto sucede en ellos porque no se han dado un tiempo y un espacio para conocer de Jesús de acuerdo a la encomienda a la que fue enviado por el Padre; por eso no debemos negarnos a su compañía, ya que ellos necesitan del conocimiento que mana de la fe de Dios en Jesús, al igual que aquellos que ya están tratando de separar lo material de lo espiritual para saber guardar fidelidad a su enseñanza.
Cap. 9: del v14 al v15
Muchos cristianos, en ocasiones, sienten que han perdido la comunicación fluida y estrecha con Dios porque se han dejado sumir en la angustia y el miedo que producen los problemas cotidianos en sus vidas, es entonces que se deberá ayunar para que la oración al Padre sea efectiva, esto es, como si el novio les hubiera sido quitado, porque sólo así se abrirá su mente hacia lo espiritual.
Cap. 9: del v16 al v17
Esto que se dice aquí, nos está haciendo conocer que no debemos seguir enseñanzas de tiempos que ya pasaron, sino que debemos unirnos al tiempo nuevo que Jesús representa, y si queremos involucrarnos correctamente en él, aceptemos la encomienda a la que él nos manda para ser vasijas que contenga el vino nuevo del perdón, sin permitir que los hombres lo adulteren con el vino viejo de la Ley del castigo, es decir: que todos los que nos consideremos sus fieles discípulos, no deberemos serlo de enseñanzas contrarias o adulteradas de su doctrina con enseñanzas y mandatos de hombre, sino que deberemos mantenernos siempre fieles a las enseñanzas que Jesús comparte con nosotros, porque si no lo hiciéramos así, no seremos lo suficientemente fuertes para contenerla y nos expondremos a ser vasijas que se rompan en las que el vino nuevo será desparramado y pierda el sabor dulce y sublime del amor y perdón que vienen de Dios.
Cap. 9: del v18 al v26
Todo aquel que se postra a los pies de Jesús y le pide con súplica cualquier cosa reconociendo la autoridad que Dios delegó en él, al interceder por alguien él responderá a esa súplica para que la fe de sus creyentes se vea aumentada.
Cuando el Poder de Jesús llega a esas personas por las cuales intercedimos, serán levantados de este mundo en donde reina la muerte y el sufrimiento en todas sus formas, y serán resucitados a su condición espiritual para que empiecen a gozar del Reino de Dios en este mundo y de la vida eterna en el mundo venidero, pues ahora, aunque sus cuerpos mueran, ellos vivirán por siempre en el seno del Padre, por eso, no hagamos altares a la muerte, sino solamente un altar a Dios en su santísima trinidad en nosotros mismos, porque él es un Dios de vivos y no de muertos.
Cap. 9: del v27 al v34
Muchos de los que escuchamos la doctrina de Jesús, quisiéramos que nos fueran abiertos los ojos a las cosas espirituales de Dios, pero esto sólo será posible si en verdad creemos que Jesús lo puede hacer para recibir lo que hemos creído, y sin duda que lo recibiremos, y también pedirle que seamos liberados de lo que nos impide hablar fielmente de la Buena Nueva del Reino de Dios y también lo recibiremos, sin embargo, cuando así suceda, quienes se encuentran sometidos a las enseñanzas y mandatos de hombre en las cosas de Dios, dirán que eso es cosa del demonio.
Cap. 9: del v35 al v38
Cuando nuestros semejantes empiecen a notar cambios positivos en nuestra vida, muchos se interesarán por estudiar, reflexionar y meditar en la enseñanza de Jesús, pero será muy difícil mantenerse firme en ella para guardarla y enseñarla a guardar con la fidelidad requerida por Dios porque las fuerzas negativas que rigen a este mundo se las ha ingeniado para que el hombre sea convencido a manipular y adulterar esa enseñanza para sus intereses materiales. Es por eso que debemos reflexionar y meditar profundamente en ella para ser obedientes a la encomienda que Jesús nos manda, rogándole a Dios, en el Nombre de Jesús, que seamos fortalecidos para ser obreros obedientes que recojan lo que Jesús ha sembrado.