Esto es justificación por la fe en Cristo Jesús .Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.1Juan2:1
Cuando el pecador penitente, contrito delante de Dios, comprende el sacrificio de Cristo en su favor y acepta este sacrificio como su única esperanza en esta vida y en la vida futura, sus pecados son perdonados. Esto es justificación por la fe. Cada alma creyente debe conformar enteramente su voluntad a la voluntad de Dios y mantenerse en un estado de arrepentimiento y contrición, ejerciendo fe en los méritos expiatorios del Redentor y avanzando de fortaleza en fortaleza, de gloria en gloria. FO 107.1
El perdón y la justificación son una y la misma cosa. Mediante la fe, el creyente pasa de la posición de un rebelde, un hijo del pecado y de Satanás, a la posición de un leal súbdito de Jesucristo, no en virtud de una bondad inherente, sino porque Cristo lo recibe como hijo suyo por adopción. El pecador recibe el perdón de sus pecados, porque estos pecados son cargados por su Sustituto y Garante. El Señor le dice a su Padre celestial: “Este es mi hijo. Suspendo la sentencia de condenación de muerte que pesa sobre él, dándole mi póliza de seguro de vida -vida eterna- en virtud de que yo he tomado su lugar y he sufrido por sus pecados. Ciertamente, él es mi hijo amado”. De esa manera el hombre, perdonado y cubierto con las hermosas vestiduras de la justicia de Cristo, comparece sin tacha delante de Dios. FO 107.2
El pecador puede errar, pero no es desechado sin misericordia. Su única esperanza, sin embargo, es el arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. Es prerrogativa del Padre perdonar nuestras transgresiones y nuestros pecados, porque Cristo ha tomado sobre sí nuestra culpa y ha suspendido la sentencia que pendía sobre nosotros, imputándonos su propia justicia. Su sacrificio satisface plenamente los requerimientos de justicia. FO 108.1
La justificación es lo opuesto a la condenación. La ilimitada misericordia de Dios se ejerce sobre los que son totalmente indignos. El perdona transgresiones y pecados por amor a Jesús, quien se ha convertido en la propiciación por nuestros pecados. Mediante la fe en Cristo, el transgresor culpable entra en el favor de Dios y en la firme esperanza de la vida eterna.
1 Juan 2-> Ver.
[V.1-> Hijitos. Gr. tekníon (ver com. Jn 13:33), diminutivo de téknon, “hijos” (ver com. Rom 8:14). Puede traducirse “queridos hijos” porque el diminutivo se usa para expresar cariño antes que estatura o edad. El Salvador y su discípulo amado son los únicos que usan esta palabra en el NT (Jn 13:33; Jn 2:12; Jn 2:28; Jn 3:7; Jn 3:18; Jn 4:4; Jn 5:21), aunque en algunos MSS de Gal 4:19 aparece como parte de la carta de Pablo. La ternura de esta expresión podría sugerir que el apóstol se estaba dirigiendo a sus propios conversos. El anciano apóstol tenía derecho a llamar “hijitos” aun a los padres (Jn 2:12-14). Consideraba a todos los cristianos como miembros de una gran familia cuyo Padre es Dios (cf. Efe 3:14-15), pero en la cual había 654 muchos padres e hijos humanos. Esto no significa, sin embargo, que Juan aceptara el título de “padre”. Cristo había ordenado a sus discípulos que no dieran a nadie nombre alguno que significara dominio sobre la conciencia de otro o sobre lo que debe creer (Mat 23:7-9; cf. DTG 564). Estas cosas. Puede ser una referencia al capítulo precedente o al contenido de toda la epístola. Ambas posibilidades concuerdan con la intención del autor. Escribo. En un pasaje anterior (1Jn 1:4) Juan escribe en plural, pero aquí da más intimidad a su mensaje y limita la referencia a sí mismo, así como se dirige a sus lectores llamándolos “hijitos”. No pequéis. El tiempo del verbo griego muestra que Juan aquí habla de caer en el pecado, de cometer pecados específicos (cf. com. 1Jn 3:9). El quería que sus lectores evitaran cometer aun un solo acto de pecado. No hay una verdadera interrupción del pensamiento entre los cap. 1 y 2, pues en ambos se anima a los cristianos a apropiarse del poder divino para vivir libres de pecado. Sin embargo, Juan ya ha advertido (1Jn 1:10) contra la pretensión de no haber pecado. ¿Quiere decir con esto que esperaba que los hombres se conformaran con seguir pecando? No. La liberación completa del poder del pecado es la meta que se pone delante de los hijos de Dios, y se han ordenado todos los medios para que la alcancen (ver com. 1Jn 3:6). Si alguno hubiere pecado. Es decir, que haya caído en pecado o cometido un acto pecaminoso. Aunque la meta del cristiano es no pecar, Juan reconoce la posibilidad de que un sincero cristiano cometa un pecado (cf. com. 1Jn 1:7-9). Lo hace no porque tolera el pecado, sino para presentar a Aquel que puede salvar al cristiano del pecado en que pudiera haber caído. Abogado. Gr. parákl’tos (ver com. Jn 14:16). Sólo Juan usa esta palabra en el NT. En el Evangelio se refiere al Espíritu Santo (Jn 14:16; Jn 14:26; Jn 15:26; Jn 16:7). “Abogado” se refiere, por la propia identificación de Juan, al Hijo en su obra de salvación; pero es claro que el autor considera que tanto el Hijo como el Espíritu llevan a cabo la obra de parákl’tos. “Mediador” o “intercesor” hubiera sido una mejor traducción. Tenemos. Juan se incluye de nuevo entre sus lectores, quizá para destacar que Cristo se a convertido en el abogado de todos los cristianos. Para con el Padre. ”Para con” es una traducción de pros, la misma palabra griega usada antes (1Jn 1:2) y en Jn 1:1-2. Indica la relación íntima entre el Abogado y el Padre: el Mediador se halla en la misma presencia de Dios y es igual a él (ver com. Jn 1:1; Heb 7:25). Jesucristo. Ver com. Mat 1:1; Fil 2:5. El justo. Gr. díkaios (ver com. Mat 1:19). Cristo continúa siendo justo después de haber sido “tentado en todo según nuestra semejanza” (Heb 2:18; Heb 4:15; Heb 7:26), y por esta razón se halla capacitado para ser nuestro Sumo Sacerdote y Abogado. Si hubiese pecado no podría presentarse ante el Padre; si no hubiera sufrido las tentaciones, no podría ser nuestro verdadero representante. Los gnósticos afirmaban que todo ser alberga luz y tinieblas en grados diferentes, y por eso concluían que hasta en el carácter del Salvador hubo una pequeña proporción de pecado. Pero esa falsa enseñanza es fuertemente refutada por el apóstol. ]