El propósito de Dios del sábado séptimo de la ley de Sinaí en las calamidades en el mundo .APOCALIPSI7:2cap14:7cap14:12 cap22:14
¿Qué significan las horribles calamidades marinas, barcos arrojados a la eternidad sin un momento de advertencia? ¿Qué significan los accidentes en tierra, incendios que consumen las riquezas que los hombres han atesorado, mucho de lo cual ha sido acumulado oprimiendo al pobre? El Señor no intervendrá para proteger la propiedad de aquellos que transgreden su ley del Sinaí , quebrantan su pacto y pisotean su día de reposo sábado séptimo día , aceptando en su lugar un día de descanso espurio domingo catecismo misa santificar las fiestas Apoc 13:17,18cap14:8,11 CAP16 ..
Las plagas de Dios del Sinaí Cristo ya están cayendo sobre la tierra, arrasando las estructuras más costosas como si fuera mediante un soplo de fuego desde el cielo. ¿No harán estos juicios recapacitar a los profesos cristianos? Dios los permite para que el mundo preste atención, para que los pecadores le teman y tiemblen ante él.—
Dios tiene un propósito al permitir que ocurran estas calamidades. Son uno de sus medios para llamar a los hombres y mujeres a la reflexión. Mediante fenómenos insólitos a través de la naturaleza, Dios expresará a los incrédulos agentes humanos aquello que ha revelado claramente en su Palabra.—
¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.—
Los eventos venideros están en las manos del señor Jesucristo por desobedecer su ley del Sinaí escrita con su dedo Éxodo 20:1,17 Exodo31:12,18 .
El mundo no está sin gobernante Cristo es su gobernante desde el santuario celestial . El programa de los acontecimientos venideros está en las manos del Señor Cristo . La Majestad del cielo tiene a su cargo el destino de las naciones, como también lo que concierne a su iglesia tanto de los que saldrán del papado e hijas escuchando el MJE de los tres ángeles Apocalipsis 14 y Apocalipsis 18:4,5,6 .
Estas representaciones simbólicas [las serpientes ardientes en el desierto] cumplen un doble propósito. De ellas el pueblo de Dios aprende no solo que las fuerzas físicas de la tierra están bajo el control del Creador Cristo Génesis 1:1Genesis 2:1,4 sábado séptimo día , sino que también lo están los movimientos religiosos de las naciones papado y aliados . Esto es especialmente cierto con respecto a la imposición de la observancia del domingo la marca de la Bestia.
En la gran obra final, nos encontraremos con perplejidades con las cuales no sabremos cómo tratar, pero no olvidemos que los tres grandes poderes del cielo Dios Cristo ,Dios padre celestial y espíritu Santo Juan 14:15,25 están trabajando, que una mano divina está sobre el timón y que Dios hará que se realicen sus propósitos.—
Así como la complicada semejanza de ruedas estaba bajo la dirección de la mano que había debajo de las alas de los querubines, el complicado desarrollo de los sucesos humanos está bajo el gobierno divino. En medio de la lucha y el tumulto de las naciones. Aquel que se sienta por encima de los querubines, dirige aún los asuntos terrenales.4—
En los anales de la historia humana, el desarrollo de las naciones, el nacimiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas de los hombres; y en cierra medida los acontecimientos se dirían determinados por el poder, la ambición y los caprichos de ellos. Pero en la Palabra de Dios santa Biblia se descorre el velo, y encima, detrás y a través de todo el juego y contrajuego de los humanos intereses, poder y pasiones, contemplamos a los agentes del que es todo misericordioso, que cumplen silenciosa y pacientemente los designios y la voluntad de él.—