Vulpecula

UN ZORRO EN EL CIELO

La Constelación Oscura del Atoq (Atuq)

Parece que desde siempre, en la concepción mágica del mundo andino, hubo un zorro (Atoq) que protagonizaba un rol destacado en la relación del hombre con el Cosmos.
Rara es la leyenda, fábula o cuento donde no esté involucrado este personaje de la fauna andina. Y es que el Atoq ha sido conocido desde hace mucho tiempo en el mito andino como un animal controvertido y ambivalente; una veces es el colaborador amigo, el confidente o el audaz e intuitivo emprendedor de osadas y bizarras empresas, y en otras se le pinta como el villano, el socio ambiguo, el embaucador y hasta el pérfido traidor.
Hay quienes dicen que el Atoq desempeña una misión elevada dentro del Hatun Mayu o Río Celestial ( La Vía Láctea) y que actúa como un conector de mundos (R. Sanchez Garrafa) y otros que le dan un rol dentro de la creación de las plantas alimenticias en los inicios del mundo (E. Romero Best), según las tradiciones que perviven en los Andes.

Desde nuestra perspectiva astronómica centraremos nuestro interés por conocer su ubicación en la esfera celeste y luego su rol dentro de la Cosmogonía Inka. Nuestras pesquisas etnográficas nos llevaron, hace mucho tiempo, a ubicar a este esquivo personaje dentro de las llamadas “Constelaciones Oscuras” ( Ver artículos anteriores en “Entradas Antiguas” al pie de este Blog).

Dicen los conocedores del cielo andino que el Atoq es una mancha oscura que está cerca de la cría ( Uña Llama) de la gran Llama Sideral ( Yakana, Qatachillay, Hatun Llama o Yana Llama), también se dice que está a “tiro de piedra” del Michiq o Pastor (otra constelación oscura) quien debe proteger a las llamas del cielo.
En términos astronómicos estamos hablando de aquellas porciones de gas y polvo cósmico presentes dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que aparentemente semejas espacios vacíos. Estas nubes oscuras perfilan las imágenes de los animales mitologizados que pueblan en el gran río celestial. Precisamente el Atoq se ubica en la zona del cielo que corresponde a las estrellas de la cola de la constelación occidental del Escorpión.
Para los que conocen algo de cartografía celeste les diremos la ubicación exacta mediante coordenadas:
Ascención Recta (AR) = 17h. 20m. y Declinación(DEC)= -34º para señalar en punto central de la zona oscura que representa la figura del Atoq.
Para ubicarlo visualmente durante su observación hay que buscarlo muy cerca de las estrellas λ y υ (Lambda y Upsilon) que forman el “aguijón” de la Constelación del Escorpión. Desde allí hacia el N-E de este dúo estelar se podrá apreciar la mancha que corresponde al Atoq.

Sin embargo, hay quienes afirman (W. Sullivan) que el Atoq es más grande y se halla ubicado más al oriente colocándolo en AR=19h 20m y DEC= de +5º a -5º dentro de la línea del Ecuador Galáctico. En su libro “El Secreto de los Incas”, W. Sullivan nos muestra al zorro como al gran personaje del cielo; el protagonista del anuncio del Diluvio Universal en tiempos casi míticos y el fin de una era que produjo la desaparición o desincronización del alineamiento del Sol y la Galaxia. Sin duda, un apasionante relato y un estudio que debería suscitar mayor interés e investigación.

Desde nuestra posición discrepamos con la ubicación que señala W. Sullivan en esas coordenadas; según nuestros estudios, allí está ubicado el Kuntur (Cóndor) y no el zorro. El Kuntur, de acuerdo a numerosos relatos, es el “confidente” del Sol, es su más inmediato auxiliar pues sus poderosas alas le permiten, más que cualquier otro ser alado, elevarse hasta las “proximidades” del dios Sol y ello le confiere una posición extraordinaria para ser el depositario de tan elevado cargo.

Volviendo al Atoq, independientemente de cualquiera de las posiciones citadas, veremos sus probables vínculos con la Cosmología Inka.
El primero de ellos se refiere a fábulas que relatan las incursiones del zorro en el “olimpo” de los dioses andinos; unas veces tratando de alcanzar la Luna de quien se enamoró y por problemas de relación terminó convertido en las manchas oscuras que se observan en la faz lunar. Sobre esta fábula se conoce muchas versiones pero todas apuntan a una relación sentimental zorro-Luna con diferentes detalles y connotaciones.

En otros relatos (de los más conocidos) el zorro viaja al cielo en compañía del sapo y del cóndor para asistir a un evento social donde luego de comer y beber en abundancia intenta el retorno a la Tierra. Por desavenencias con el cóndor a causa de sus villanías es soltado en pleno vuelo de descenso a la Tierra cayendo estrepitosamente al suelo desparramando todo lo ingerido en la fiesta. De allí, dicen las fábulas, se originaron las plantas que cultiva el hombre andino. Aquí también tenemos que remarcar la función activa el zorro : Su audacia, su astucia incomparable, viveza e inteligencia dentro del ecosistema del poblador andino lo ha llevado a ser considerado un personaje importante y conspicuo.

Así ha quedado perennizado en el cielo, en forma de una constelación oscura, la figura del zorro y recuperado ahora para el enriquecimiento de la cultura viva andina. En esa quijotesca tarea estamos.

 

 Mitología e historia

Características

           Vulpecula, o el zorro, es una pequeña constelación de unos 278º cuadrados enclavados en el hemisferio norte muy cerca del ecuador galáctico de nuestra galaxia, la Vía Láctea enclavado al sur del cisne Cygnus, y rica en campos estelares brillantes y estrellas débiles. Vulpecula es visible en el hemisferio norte y en el sur hasta latitudes de 50º sur desde Junio hasta Diciembre, culminando durante el mes de septiembre en el hemisferio norte sobre nuestras cabezas, en el cénit.

                Vulpecula limita al norte con las constelaciones de Cygnus y Lyra, al este con Hercules, al sur con las constelaciones de Sagitta y Delphinus y al oeste con la constelación de Pegasus.

                Vulpecula la localicé el 21 de junio de 1985 a la edad de 17 años desde la localidad de Inca, Mallorca, España

Observaciones telescópicas

        NOTA: Se halla en una zona rica. Se trata de un precioso cúmulo estelar fácil de localizar, es brillante, grande y observable en forma nebular con un alto grado de gradiente.

        NOTA: Se halla en una zona muy rica. Se trata de la famosa Dumbell. Nebulosa planetaria por excelencia del verano junto a M56. Es muy grande, observo dos zonas de brillo correspondientes al núcleo y a las capas expulsadas, no se observa la estrella causante del tal belleza, se observa por tanto, un disco liso irregular sin poder observar trazas de estructura anular.

Vulpecula com Ansere

is the name given by the Polish astronomer Hevelius for this Little Fox with the Goose, a constellation he invented in the seventeenth century. The sky map seen here was published in 1690 in Uranographia, just after the death of Johann Hevelius in 1687. Six other constellations made their appearance with this book, too. They are Canes Venatici, the hunting dogs, Lacerta, the lizard, Leo Minor, the lion cub, Lynx, the lynx, Sextans Uraniae, the sextant of Urania, and Scutum Sobieskii, the shield of the Polish hero-king, John Sobieski. You can see that several of these names have been shortened in modern use.

Vulpecula is a star group without any stories, because it was made up to fill an otherwise vacant part of the sky. Hevelius is reported to have said, “I wished to place a fox and a goose in the space of the sky well fitted to it; because such an animal is very cunning, voracious and fierce. Aquila and Vultur are of the same nature, rapacious and greedy.”

When the Summer Triangle is high in the sky, you can discover the fox by looking about halfway between Vega and Altair. But use binoculars, because even the brightest star in Vulpecula—a red giant that’s more than 200 light-years from Earth—is visible to the unaided eye only if you’re watching the sky from a dark location. The constellation is broad, 25° from east to west, but narrow, 10° from north to south. It lies to the north of Sagitta and Delphinus, south of Cygnus. Its brightest star is only of magnitude 4.4, but since the plane of the Milky Way passes through, there are a number of star fields that make it worth having a look.

The most interesting object is M27, the Dumbbell Nebula, which can be caught in 7 × 50 binoculars as a fuzzy star. With a small telescope it is a real gem.

The first hint of what will become of our Sun was discovered inadvertently in 1764. The 27th object on Messier's list, now known as M27 or the Dumbbell Nebula, is a planetary nebula, the type of nebula our Sun will produce when nuclear fusion stops in its core. M27 is one of the brightest planetary nebulae on the sky, and can be seen in the constellation Vulpecula with binoculars. It takes light about 1000 years to reach us from M27. Understanding the physics and significance of M27 was well beyond 18th century science. Even today, many things remain mysterious about bipolar planetary nebula like M27, including the physical mechanism that expels a low-mass star's gaseous outer-envelope, leaving an X-ray hot white dwarf.

This vast cloud is a shell of gas that was expelled from a dying star. It formed when a star similar to our own Sun entered the late stages of its life. The star first ballooned into a red giant—a cool star that’s hundreds of times its previous size. The star then kicked its outer layers into space. What remains of the star is extremely hot, so it produces lots of energy—enough to make the expanding shell of gas glow like a neon sign. The same fate awaits our own Sun—about five billion years from now.

About ten years ago, a Japanese astronomy satellite recorded a bright burst of X-rays from Vulpecula. From this research two teams of astronomers reported a “new” star, now called QZ Vulpeculae. Actually two stars bound together by mutual gravitational pull, they’re about 14,000 light-years from Earth, and no one had seen the system until 1988. One of the stars is massive but dark. The other contains less mass, but it is barely visible to large ground-based telescopes. Later, it was found that the two stars orbit each other once every eight hours, which means that they’re very close together.

And recently, two teams of astronomers independently measured the speed of the visible star. The information suggests that the dark companion is at least five times the mass of our Sun and probably more, which means it’s almost certainly one of the best black-hole candidates yet discovered.

The X-ray outburst ten years ago probably took place when the black hole pulled matter from its companion. The matter formed a disk around the black hole, which became hotter and hotter until it exploded—heralding the presence of a black hole.

Fox, you have stolen the goose, give it back again!
Otherwise the hunters will get you with the shooting gun!
German nursery rhyme

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