EL ARCÁNGEL SAN MIGUEL Y LOS NUEVOS TIEMPOS
La cristiandad, los hebreos y las Tradiciones iniciáticas tienen reservado al arcángel Miguel -cuyo nombre quiere decir Mi-Kha-El, Quién como Dios- desde los tiempos antiquísimos, un papel presente en la lucha que se combate como individuos y como colectivo, hasta al final de los tiempos, contra las fuerzas del mal. San Miguel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia, el arcángel por excelencia. Su culto está muy difundido a nivel popular: muchísimas son las localidades en Europa que le han elegido como patrón, sus representaciones artísticas, las iglesias; a menudo es representado sobre las agujas de los campanarios, cuál guardián de las Iglesias. En Constantinopla tenía un templo dedicado y era también muy famoso el Mikaelion, de Sostenión, imponente santuario... según la tradición, Miguel curó milagrosamente al emperador Constantino. El emperador Constantino a partir del 313 le tributó un culto intenso. Carlomagno le dedicó el Sagrado Romano Imperio, imitado luego por los soberanos franceses que, hasta Luis XIII, le dedicaron su reino. Rara y misteriosa la línea con la que están enlazados sus principales lugares de culto, todos erigidos sobre los restos de antiguos templos paganos. Tal línea, trazada partiendo del Monte Carmelo, Palestina, para acabar sobre el Monte de San Miguel, en el sur oriental de Inglaterra, pasando por Delos, Delfos (ORACULO DE DELFOS / FILADELFIA), Monte Sant'Angelo (Gargano), Sagrada de San Miguel, Valsusa y Mont Saint Michel, en el norte oriental de Francia, llamando la atención de los estudiosos de esoterismo. En la tradición hebrea se le atribuye la defensa del pueblo elegido, símbolo de la protección divina sobre el pueblo de Israel (Daniel 10 a 21) . En el Kabbalah, o Cábala, San Miguel es asociado desde hace mucho con el fuego solar, al arcángel Mikhael sostenedor del sephira Tiphereth, que es la sephira central del Árbol de la Vida (Árbol sefirótico o Árbol cabalístico). Tiphereth es la esfera del Idealismo, de la Conciencia Superior. Yace en el corazón del Árbol de la Vida: el Sol, oro, el plexo solar... Tiphereth significa Belleza. El Árbol sefirótico, el Árbol cabalístico de la Vida es la imagen del universo que Dios impregna con su esencia, una representación simbólica de la vida divina que circula a través de toda la creación. Es un esquema simbólico que resume toda la ciencia iniciática, las doctrinas de todos los Iniciados. Puede ser comparado con una semilla: plantadla, y aparecerá ante vosotros toda la creación con una multitud de criaturas. Este esquema puede convertirse en un instrumento mágico, un pentáculo de los más poderosos. Todo está ahí, todos los principios, todos los elementos, todos los factores con los cuales el Señor ha creado el mundo. Tenéis aquí un sistema que os ayudará a no dispersaros en vuestro trabajo espiritual. Si lo trabajáis durante años, introduciréis en vosotros mismos un orden, un equilibrio, que os reforzará y armonizará. Cuando dispongáis de un poco de tiempo, reflexionad sobre el Árbol de la Vida, elegid una sefira, concentraos en él e intentad desarrollar las cualidades y las energías que contiene. Tanto si tenéis necesidad de luz, de amor, como de fuerza, de protección, de generosidad, de justicia o de vida... recurrid al Árbol de la Vida: está ahí a disposición de los hijos e hijas de Dios que necesitan alimentarse de la vida divina. En las iconografías orientales y occidentales, Miguel es representado en dos papeles particulares: ☯ como un Arcángel combatiente, con la espada o la lanza en la mano, revestida por coraza, guapísimo y fúlgido de luz, vencedor contra el Mal, a sus pies los semblantes de la serpiente o del dragón. Papel evidenciado en el Libro de Daniel y en el Apocalipsis. 1. como un Arcángel que lleva en mano una balanza, para pesar las almas, cuál Guía de las almas en el momento del tránsito, en el día del Juicio. Y, en efecto, la Iglesia, en la Misa de los difuntos, le encomienda las almas encaminadas hacia la luz santa. Por tal razón muchos cementerios y osarios le son dedicados a Miguel, defensor de los moribundos. Su figura les aparece en las primeras páginas del Biblia como guarda de la puerta del Paraíso terrenal. En el Antiguo Testamento es mencionado en particular en el libro de Daniel, como jefe o cabeza de la milicia celestial que defiende el orden. Este papel recuerda la tarea de los avatares, que según el Purana periódicamente descienden sobre la tierra para restablecer el dharma, el orden cósmico puesto en crisis por las fuerzas disgregantes. 2. en el Nuevo Testamento, S Miguel Arcángel es presentado como adversario y vencedor del Dragón. La descripción de la batalla y su victoria es contenida en el Apocalipsis. También en este, la imagen del caballero recuerda la descripción del avatar esperado en esta época (Kalki) según la tradición hindú.
La acción del arcángel Miguel aparece extraordinario en los textos sagrados. Las fuerzas presididas por el arcángel Miguel son fuerzas de equilibrio, de justicia, por lo tanto de discernimiento entre lo bueno y lo malo, con vista de liberar lo que es bien y de transformar lo que es el mal. Pero el bien y el mal están tan estrechamente unidos que no se pueden separar prematuramente sin provocar alteraciones. El arte de separar los contrarios es lo más difícil que hay, y está en la naturaleza de los Iniciados instruirse en este arte. No es fácil separar la nuez de su cáscara, pero la naturaleza sabe cómo hacerlo: ella deja madurar el fruto, la cáscara se abre sola y la nuez se libra. Esta separación es el símbolo de la madurez. ¿Os acordáis parábola del Evangelio sobre la cizaña y sobre el buen trigo? El tiempo de la siega es aquel en que los frutos están maduros. Necesita por lo tanto esperar aquel momento para separar el mal del bien, y tal separación será obrada por el arcángel Miguel. La luz triunfará sobre las tinieblas: ha sido predicho y así será. ¿Por qué no participar en tal acontecimiento? Es interesante notar que también Rudolf Steiner en numerosas conferencias se detiene sobre el nuevo ciclo espiritual, sobre la nueva fe micaélica, y es decir sobre la misión de Miguel afirmando que en este ciclo le corresponde enseñarle al hombre el camino del Cristo: Los verdaderos pensadores son los que sirven a Miguel como el regidor del pensamiento cósmico. Miguel en efecto libera los pensamientos del yugo del cerebro y lo abre al mundo del corazón... En él la imagen del mundo se vuelve revelación llena de sabiduría que desvela el intelecto del mundo cuál divina acción universal. En esta acción universal, vive la rapidez del Cristo por la humanidad; a través de la revelación universal de Miguel, tal rapidez puede revelarse así al corazón de los hombres. En este orden de ideas además ha sido posible comunicar conocimientos espirituales hasta ahora guardados en el misterio de las comunidades esotéricas, con la llegada, cuál Espíritu del Tiempo, de la entidad del arcángel Miguel, al final del sigo XIX. En el que por su misma naturaleza, entrega hacia el hombre el impulso de querer conocer tales misterios. El Espíritu quiere que el hombre lo reconozca en plena conciencia y libertad. También los textos sagrados de la India contienen indicaciones significativas sobre la época en la que vivimos, denominada Kali Yuga o Edad del hierro, para evidenciar que en esta época la humanidad ha alcanzado un punto peligroso de alejamiento del Cielo, de la espiritualidad, del Ser Superior. Según estos textos sagrados después de la edad del hierro, se habría realizado una nueva edad del oro gracias a la intervención de un gran ser que tendrá que descender sobre la tierra ayudada por otros discípulos, Kalki avatar. En todo el curso de su actividad, Aïvanhov no ha dejado nunca de exhortar a sus discípulos para que participen con el corazón y con el pensamiento en este gran trabajo cósmico de realización.
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