Fausto Paolo Sozini, el sobrino de Lelio Sozini, nació en 1539. Su tío Unitario le transmitió todo lo que él había aprendido durante su corta pero fructífera vida. A la edad de 23 años, el joven Fausto Sozini, o Sociano como vino a ser él popularmente conocido, se convirtió en un heredero no sólo de Lelio, sino también de la luz de Camilo y de Serveto. Su legado más precioso, sin embargo, fue el gran número de escritos y las notas exegéticas que dejó su tío.
Sociano afirmó que Jesús fue verdaderamente un hombre mortal. Él fue hijo de una virgen. Él fue separado de todos los demás hombres debido a la santidad de su vida. Él no fue Dios, pero recibió inspiración de Dios. Así, él tuvo una visión y un poder divinos aunque él no fue su autor. Él fue enviado por Dios con Su autoridad suprema en una misión para la humanidad. Sociano sostuvo estas creencias con una citación comprensiva y una exégesis confiada de los pasajes pertinentes de las Escrituras. Su discusión sutil y capaz le dio un significado racional a la palabra de Cristo. Jesús no fue el Verbo hecho carne. Él fue un hombre que logró victoria sobre la acción equivocada en su vida en la carne. Él no existió antes de que el mundo viniese a la existencia. Era admitido invocar la ayuda de Jesús en oración con tal de que él no fuera adorado como Dios.
Sociano afirmó que Dios es el Señor supremo de todo. La omnipotencia no es Su único atributo, pero rige cada otro atributo. No puede haber asunto presentado contra de Dios. Lo finito no puede ser una medida de lo infinito. Por consiguiente, todas las concepciones humanas de la naturaleza de Dios deben ser consideradas como bases sostenibles inadecuadas en las cuales basar un juicio crítico acerca de Él. La voluntad de Dios es libre y no atada por ninguna ley que la mente humana pueda formular. Su propósito y Su voluntad están escondidos de la mente humana. El dominio de Dios comprende de una autoridad correcta y suprema para determinar no importa lo que él puede escoger, con relación a todos nosotros y todos los demás cosas. Él puede leer nuestros pensamientos si bien pueden estar escondidos en el receso íntimo de nuestros corazones. Él a voluntad puede decretar leyes y puede determinar la recompensa y castigo para la pureza y los errores en las intenciones de un hombre. Así, el hombre es un individuo que ha recibido la libertad de elección, pero que de hecho es impotente.
Puesto que no puede haber más que un Ser que posee dominio supremo sobre todas las cosas, afirmó Sociano, el dispersarse en tres personas supremas es hablar irracionalmente. El Ser de Dios es uno, no sólo de clase sino que también en número. Este Ser no puede en ninguna forma contener una pluralidad de personas, puesto que una persona individual no es nada más que un ser inteligente individual. Dondequiera que existen tres personas numéricas, debe necesariamente, y de igual manera, ser reconocido tres seres individuales. Si se afirma que hay un ser numérico, también debe sostenerse que hay una persona numérica.
La doctrina de Trinidad fue también refutada por Sociano porque no era posible que Jesús tuviese dos naturalezas simultáneamente. Él dijo que dos sustancias opuestas que tienen propiedades opuestas no pueden combinarse en una persona, y tales propiedades son mortalidad e inmortalidad: Tener un comienzo y ser sin comienzo, ser mudable y ser inmutable. Nuevamente, dos naturalezas, cada uno de los cuales es muy propensa a constituir una persona separada, no pueden ser acaparadas en una persona. Porque, en lugar de uno, allí, de necesidad, se levantan dos personas y consecuentemente se convierten en dos Cristo, uno divino y otro humano. La Iglesia dice que el Cristo de la historia estaba constituido de una naturaleza humana y otra divina como un hombre es de cuerpo y alma. Sociano contestó que, en ese caso, éste es ampliamente diferente a la creencia de que las dos naturalezas en Cristo están tan unidas que Cristo es así constituido de un cuerpo divino y uno humano. En un hombre, el cuerpo y el alma están tan conjuntados que un hombre no es ni alma ni cuerpo. Porque ni el alma ni el cuerpo separadamente constituyen una persona.
Además, Sociano dijo, es también repugnante para las Escrituras mismas que Cristo debería tener una naturaleza divina en un cuerpo mortal: En primer lugar, Dios engendró a Jesús. En segundo lugar, las Escrituras dicen que Jesús fue un hombre. En tercer lugar, no importa qué excelencia tuvo Jesús, es testificado por las Escrituras que él fue el don de Dios. En cuarto lugar, las Escrituras muy claramente señalan que Jesús perpetuamente atribuye todos los milagros no a él mismo o a alguna naturaleza divina suya, sino al Padre. Jesús mismo confirmó la Voluntad Divina.
El siguiente extracto del catecismo Racoviano está supuesto encontrarse en “las Reflexiones históricas y Críticas” de Reland “sobre Mahometanismo y Socianismo”:
La opinión de aquellos que le atribuyen Deidad a Jesucristo no es sólo repugnante para la recta razón sino también para las Escrituras, y están en el craso error quienes creen que no sólo el Padre sino que también el Hijo de Dios y el Espíritu Santo son tres personas en una deidad…El ser de Dios es más simple y absolutamente uno, y por eso es una contradicción categórica para uno generar otro si son tres personas independientes. Y la pobre pequeña razón de nuestros adversarios en contra para probar que el Padre había engendrado a un Hijo de su sustancia es ridículo e impertinente…Siempre hasta los tiempos del Concilio de Nicea y algún tiempo más tarde como parece por las escritos de aquellos que vivieron luego, el Padre … solo fue reconocido como el Dios verdadero, y aquellos que fueron de mente contraria, tales como los Sabelianos y similares, fueron considerados herejes…El espíritu del anticristo no introdujo mayor error en la Iglesia de Cristo que esta doctrina que enseña que hay tres personas bien definidas en el ser más simple de Dios cada uno de los cuales se les llama Dios, y que el Padre … no es el único Dios verdadero sino que el Hijo de Dios y el Espíritu Santo deben estar unidos con Él.
Sociano dijo que una de las causas de la aceptación de la doctrina de Trinidad fue la influencia de la filosofía pagana como indica este pasaje de “Los Nazarenos” de Toland: Los otros unitarios no menos seguros afirman que la Gentilidad (paganos) asimismo introdujo en la Cristiandad su anterior politeísmo y la deificación de hombres muertos…
Es claro el porqué los escritos de Sociano han logrado tal extendida aceptación. Estos no sólo le contaron a la gente a regresar a un cuadro más preciso sobre quien era Jesús fue y para que vino él, sino que han ayudado también a destruir mucho el poder que la Iglesia tuvo sobre las personas. La grandeza de Sociano reside en el hecho de que él produjo una teología que fue de inmediato lógica y aún basada en la Biblia. Era por consiguiente muy difícil para sus adversarios descartar sus escritos. Por ejemplo, cuando en 1680, el Reverendo George Ashwell se encontró con que los libros de Sociano se volvían muy populares entre sus estudiantes, él decidió escribir un libro sobre la religión Sociana. Su valoración de Sociano es interesante puesto que viene de la pluma de un enemigo:
“Tan grande fue el autor y el patrocinador de esta secta en quien todas las calidades, que excitan la admiración y atraen el aprecio de hombres, fueron unidos; a fin de que él fascinase, por así decirlo, por un tipo de fascinación a todos con quienes él conversó, y dejó en la mente de todos una fuerte impresión de admiración y amor. Él tanto sobresalió en la elevación de su genio y la suavidad de su disposición, algo semejante fue la fuerza de su razonamiento y la fuerza de su elocuencia, así es que semejante señal fueron las virtudes que él exhibió en la opinión de todos, que él … poseyó … en un grado extraordinario; Tan grande fueron sus dotes naturales y tan ejemplar fue su vida que él parecía cautivar el afecto del género humano.
Después de decir completamente esto, Ashwell concluyó que Sociano fue “el gran nudo corredizo o la red del diablo. Hoy muchos cristianos no comparten los mismos sentimientos contradictorios acerca de Sociano como el Reverendo Ashwell. Hay un sentimiento dominante de simpatía para el Socianismo y la forma brutal que fue suprimida, y hay una reacción definitiva en contra del trinitarianismo. Muchos cristianos pensantes afirman las creencias de Sociano y niegan a la Deidad de Jesús y todo lo que implica.
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