“La gente, que es brutal cuando se ensaña
La gente, que es feroz cuando hace un mal
Buscó para hacer títeres en su guiñol
La imagen de tu amor y mi esperanza
A mí, ¿qué me importaba tu pasado?
Si tu alma entraba pura a un porvenir
(…)
La gente es brutal
Y odia siempre al que sueña
Lo burla y con risas despeña su intento mayor…”
Una década después, Discepolín moría sumido en una profunda depresión y tristeza, producto del rencor político de los antiperonistas y del alejamiento de sus mejores amigos, según relataba su propia esposa Tania.
Al igual que cientos de personas desconocidas en la historia oficial y pública de la Argentina, Discépolo no sería el único que partiría de este mundo entre desencantos por odios políticos.
Tal fue el caso de María Luisa Terán, más conocida como Mary Terán de Weiss. María Luisa, tuvo su cuna al igual que el Pabellón Nacional, en Rosario, naciendo un martes 29 de enero de 1918.
Su padre, era canchero y bufetero del Club Rowing de aquella ciudad santafesina; donde la pequeña Mary iniciara su afición por el tenis con tan solo 7 años, para luego destacarse como nadadora y timonel del equipo remero de Club Alberdi.
En 1937, integró la Liga Santafesina participando en Buenos Aires de varios torneos destacándose en los Juveniles de los Grandes Campeonatos en representación del Adrogué Tenis Club.
En 1939, María Luisa vence a Felisa Piedróla, la más avezada tenista femenina de la época, ascendiendo al reconocimiento público. Un año más tarde, conoce a Heraldo Weiss, quien por entonces era campeón argentino de tenis masculino y capitán del equipo de dicho deporte en la Copa Davis. Luego de un breve noviazgo los deportistas se desposan y conviven hasta la muerte del esposo en 1952.
El ascenso de Mary fue notable: su historia deportiva se jacta de haber vencido en más de tres cuarta partes del total (de 1100 partidos, ganó 832, incluyendo 28 torneos internacionales como ser el Plate de Wimbledon).
María Luisa fue número uno nacional en 1941, 1944, 1946, 1947 y 1948, ganando los primeros Juegos Panamericanos en Buenos Aires, durante el año 1951, donde fue medalla de bronce en dobles mixtos y medalla de oro en singles y dobles femeninos.
Entre otros premios internacionales, ganó el abierto de Irlanda y de Israel, ambos e 1950. Así también Colonia Alemania (1951), Baden-Baden (1951), y de Weish (1954). Llegó incluso a cuartos de final del abierto de Francia de 1948.
De profunda sensibilidad social, Mary adhiere al Justicialismo desde un primer momento. Para 1951, fue figura del proselitismo nacional durante la campaña en que la mujer sufragaba de forma universal por primera vez en la historia argentina. Ese mismo año, fue designada como vicepresidente del Ateneo Deportivo Femenino Evita, en aras de impulsar el deporte femenino en infantes y adolescentes.
Terán, junto con Alejo Russel y Enrique Morea, fueron embajadores del tenis a nivel mundial. La tenista, deslumbraba también con sus atuendos y significativa belleza, generando impacto en las revistas “El Gráfico” entre otros medios de la época.
Fue también junto a Juan Manuel Fangio, asesora de la Dirección de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por entonces por los peronistas Juan Virgilio de Benedetti primero y por Jorge Sabaté luego.
En 1953, Mary fue distinguida con la Medalla de la Lealtad Peronista.
En el año 1954 fue elegida Reina del Deporte la aficionada June Hanson. En la misma época viajaron a Europa por cuenta y en representación de la UES los jóvenes tenistas Edda Buding y Eduardo Soriano.
El señor Francisco Lombardi, padre de la jugadora Graciela Lombardi, por entonces presidente del Club Deportes Racionales, instituyó los trofeos Eva Perón, Juan Perón y Segundo Plan Quinquenal, cumpliendo además el citado señor Lombardi funciones de adiestrador en la misma U.E.S.
Decía Mary Terán en una carta pública: “Desde 1946 a 1955 integré los equipos nacionales juntamente con nuestros mejores tenistas, como Enrique Morea, Graciela Lombardi, Viola Livetti, Felisa Piédrola de Zappa, Eduardo Prado, Ríos, etcétera. En toda mi vida deportiva hasta 1955 reconozco que sólo tuve demostraciones de estima o afecto por parte de autoridades nacionales, deportivas, de todos mis compañeros sin excepción alguna y especialmente de las personas prenombradas.”
Tras el golpe de 1955, Mary se encontraba disputando las finales del Abierto de Alemania Occidental. Su vida profesional cambiaría para siempre desde entonces.
El gobierno de la revolución fusiladora de 1955, interviene la Asociación Argentina de Tenis, incautan todos los bienes de Mary Terán y de su familia y envían un telegrama a la Federación Internacional de Tenis para que fuera censurada y prohibida en todos los torneos, a lo que la organización mundial hace caso omiso, considerando la actitud del gobierno de facto argentino como una persecución política.
Al igual que Discepolín, la vida profesional y amical de Mary se derrumbaría:
En octubre de 1955, medios nacionales e internacionales inventan un idilio entre el General Juan Domingo Perón, exiliado por entonces en Villarica, Paraguay, y la tenista María Luisa Terán, por entonces ya viuda de Weiss, puesto que su esposo había fallecido tres años antes víctima de un problema oncológico.
No contentos con solo inventar un amorío, con letras amarillistas la revista ASI, año I, N° I, post derrocamiento del General Perón, intitulaba: “Una mujer espera a Perón en Suiza”.
Por entonces se decía que la última aparición pública de Mary Terán fue en Zurich y que había desaparecido de la escena pública por estar relacionada íntimamente con el “tirano prófugo”, mote que los nuevos “urquicistas” de la historia adjudicaban al por entonces, dos veces expresidente ahora exiliado.
Aun con más amarillismo, el medio manejado por el Servicio de Inteligencia del Ejército decía también: “En un castillo de Suiza, Mary Terán espera a Perón”.
Los rumores del terrorismo periodístico incitaban varios mitos en la opinión pública: se adjudicaba a Perón ser titular de cuentas bancarias en Ginebra y Zurich por veinte millones de dólares. Este rumor, iban en consonancia con los mitómanos discursos de Silvano Santander, y relacionaban a Eva Perón y a su hermano Juan Duarte, con fuga de capitales y simpatías con el nacional socialismo alemán.
Todo se vendía en combo. Incluso también, de yapa, insinuaban una supuesta traición de Perón a Nelly Rivas; para mantener en la conciencia colectiva la idea de que el presidente derrocado habría acudido en delito de pedofilia, situación falsa según pudo demostrar el doctor Ignacio Cloppet; y conforme lo atestiguan dos expedientes judiciales en poder de Jorge Crespo, biógrafo de la familia Perón, documentación que obtuvo de manos nada menos que del Almirante Isaac Rojas y que da por tierra todo el idilio que pretendieron adjudicarle al General con la muchacha.
Volviendo al supuesto destino final del derrotero que le adjudicaban a Perón en el exilio, el imaginario castillo en donde el expresidente se reuniría con Terán, decían se ubicaba a orillas del lago Thune.
Por su parte, la agencia France Presse se había hecho eco de una supuesta información llegada desde el cantón suizo de Tessin, que decía que un abogado argentino representando al General Perón había comprado en julio de 1955 una suntuosísima residencia para planear una fuga en caso de que el gobierno cayese.
El International New Service, distribuyó una foto de Mary Terán y aseveraba: “Perón irá donde tiene su dinero. Se informa que los amigos del depuesto dictador argentino, incluso la famosa jugadora de tenis Mary Terán de Weiss, han hecho arreglos para un exilio confortable del ex dictador en Suiza. Se informa que Perón tiene una fortuna estimada entre 6 y 20 millones de dólares en varios Bancos de Suiza”.
No contentos con esta historia de amantes, castillos, dineros fugados y fortunas espúreas, la agencia AFP agregaba además que Perón llegaría a Suiza desde Alemania con un avión gigante, “especie de “superfortaleza” volante de modernísima construcción”. (SIC).
Lo cierto, es que todo era propaganda política del gobierno usurpador del poder.
Tras estas notas y rumores sibilinos, Mary Terán comenzaría a padecer una campaña de ostracismo: sus amigos peronistas dejarían de comunicarse y frecuentarla por el peligro que los vínculos implicaban, más aun tras la sanción del decreto 4161/56. Los demás amigos, desprevenidos, creerían las versiones y denostarían a la prestigiosa y exitosa tenista con rencores políticos o celos humanos.
María Luisa, estuvo casi cuatro años exiliada en España, pudiendo volver al país recién en 1959; donde fue notablemente censurada por el Gobierno de Arturo Frondizi. En el ámbito deportivo, ningún club la aceptaba por sus vínculos con el Justicialismo.
El 22 de julio de 1964, Mary, fastidiada por tanta persecución, publicó una carta abierta a la opinión pública, en la que entre otras cosas decía: “Mi situación constituye una inhumana e injusta persecución, alentada por el inconfesable deseo de evitar que vuelva al primer plano en mi deporte favorito”.
Su pluma, ya describía una profunda tristeza, y desde entonces comenzaría progresivamente con varias tentativas de suicidio.
En dicha misiva pública relataba Terán:
“En 1956, al hacerse cargo de la intervención en la Asociación Argentina de Tenis la persona designada por las autoridades revolucionarias, recibí en Berlín un cablegrama firmado por el interventor, en el que me comunicaba que desde ese momento no podía seguir representando a mi país en torneos internacionales. Reunida la Federación Internacional de Lawn Tennis en Londres, solicitó a las autoridades argentinas que comunicara las razones de la inexplicable sanción que se me había noticiado; desde Buenos Aires se contestó que la medida obedecía a mis vinculaciones políticas con el gobierno depuesto. Particularmente exigí que me detallaran dichas vinculaciones, pero las autoridades del tenis argentino jamás contestaron a mis requerimientos. Entonces la Federación Internacional de Lawn Tennis, por considerar que no existían motivos valederos para tal castigo, me autorizó expresamente a seguir jugando. Nunca recibí asignación, emolumentos o viáticos ni del gobierno ni de la Asociación de Tenis, y la frecuencia de mis viajes se debió a las facilidades de las invitaciones de clubes europeos, africanos y asiáticos en razón de mi prestigio alcanzado en torneos internacionales.
“A mi retorno a Buenos Aires, en 1959, reclamé ante la Asociación Argentina de Lawn Tennis que me puntualizara cuál era mi situación, recibiendo una nota de contestación. En la misma me informaban que estaba normalmente habilitada para intervenir en los torneos y campeonatos por ella patrocinados. Quise entonces seguir jugando por el Belgrano Athletic Club, pero las autoridades de esa institución me comunicaron que ya no pertenecía a ella, negando reiteradamente mi reingreso al club. Obran en mi poder documentos que testimonian la falta de motivaciones para esas negativas, pues los mismos dirigentes del Belgrano A.C. se complacieron en felicitarme por escrito en varias oportunidades entre 1952 y 1954, especialmente por mi designación como asesora de la Dirección Municipal de Deportes, cuyos testimonios escritos, reitero, poseo. Asimismo, aunque parezca paradójico, el Belgrano A.C. me confirió la distinción de nombrarme socia de honor en razón de haber gestionado y logrado que la Municipalidad dejara sin efecto una ordenanza que establecía continuar el trazado de una calle que pasaría por el medio de las instalaciones del club.
“Con posterioridad quise asociarme a los clubes Belgrano Social y Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, negándoseme en ambos casos tal derecho. Enterado el señor Antonio Liberti de estas circunstancias y hechos que no quiero juzgar, me ofreció, en un gesto que siempre agradeceré, participar en la actividad deportiva de esa institución modelo que es River Plate e integrar su primer equipo de tenis. Desde entonces gozo de la amistad y consideración de los socios y dirigentes de River Plate, club al que serviré mientras practique tenis.
“Por otra parte, la Asociación Argentina de L.T. me había acordado el carnet habilitante para actuar en los campeonatos por ella fiscalizados, y el año pasado sucedió lo inexplicable: los equipos de primera, con la aceptación de sus comisiones directivas, declararon el boicot al Club River Plate por integrar yo dicho equipo, y la Asociación declaró entonces anulado el campeonato. En el presente año el campeonato se realizó, pero los equipos no se presentaron a jugar contra River Plate. Jugadoras de esos equipos me han explicado personalmente que no tienen ningún agravio contra mi persona, pero que por orden y amenaza de un pequeño grupo de ellas no podían presentarse a jugar contra River, pues la decisión de no enfrentarme era unánime y debía respetarse. Ignoro cuáles son los motivos que han llevado a esta campaña, pues todas esas jugadoras compartieron conmigo la responsabilidad de representar al país, especialmente entre 1946 y 1955. Inclusive a los Juegos Panamericanos de Méjico viajé junto a Graciela Lombardi, Viola Livetti y Felisa Piédrola de Zappa, época ésa en que se me atribuyen actitudes que motivarían la actual decisión en mi contra. No se me ha manifestado jamás cargo alguno concreto, ni por parte de las autoridades deportivas, oficiales, ni por jugador alguno. Mi situación constituye una inhumana e injusta persecución, alentada por el inconfesable deseo de evitar que vuelva al primer plano en mi deporte favorito. No tengo ni he tenido nunca nada que reprocharme y así lo atestiguan los innúmeros documentos que obran en mi poder, cuya publicación aclararía la equívoca situación de ciertos detractores actuales, que en su oportunidad se complacieron recibiendo aquello mismo que hoy censuran. Declaro y juro que durante toda mi actuación en el importante cargo que desempeñé jamás perseguí a nadie ni cometí actos de injusticia. Por el contrario, atendí infinidad de solicitudes de los clubes de tenis, y en la medida de mis posibilidades he contribuido siempre a hallarles favorable solución. ¡Qué fácil olvida la gente! Ahora algunos miembros del consejo directivo de la Asociación Argentina de L.T. apoyan con su silencio semejantes actitudes insultantes contra mi persona y ofensivas para una prestigiosa institución como es River Plate.”
Mary, recién tuvo un mayor reconocimiento con la vuelta de Perón a Argentina tras 18 años de exilio. El gobierno de la tercera esposa del General Perón, María Estela Martínez Cartas y el Secretario de Deportes, Pedro Eladio Vázquez, la convocó en reiteradas oportunidades a diferentes actos deportivos brindándole el reconocimiento que merecía en la historia deportiva. Incluso estuvo en el palco el día que el General condecoró a Carlos Reutemann.
No obstante, el golpe del ’76 nuevamente la llevaría a la soledad y al ostracismo.
En 1980, KONEX no premia su trayectoria.
Sumida en la depresión, sin reconocimiento de los medios de comunicación y en una profunda soledad, previa ingesta de barbitúricos, se arroja del séptimo piso de un edificio marplatense.
Su muerte estuvo sumida posiblemente en la misma tristeza que pudo otrora tener Discepolín, por la venganza de los “mordisquitos”. Discepolín fue despedido con profunda tristeza en su velorio y capilla ardiente por el mismísimo Juan Domingo Perón.
A Mary la despidieron unos pocos, ningún famoso.
Su único pecado fue haber sido peronista.
El mismo destino tuvo la actriz peronista Sabina Olmos, quien también se quitó la vida arrojándose al vacío por similares razones.
Y aquella letra del ya mencionado tango “infamia”, al pasar de alguna estrofa, devino en premonición:
“Tu angustia comprendió que era imposible
Luchar contra la gente es infernal
Por eso me dejaste sin decirlo, ¡amor!
Y fuiste a hundirte, al fin, en tu destino
Tu vida desde entonces fue un suicidio
Vorágine de horrores y de alcohol
Anoche te mataste ya del todo y mi emoción
Te llora en tu descanso, ¡corazón!”
Mary Terán de Weiss, constituye sin dudas un pétalo del miosotis sembrado en el corazón de todos los buenos peronistas y argentinos que no olvidamos.