Lorenzo de Roma |
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Información personal |
Nombre de nacimiento |
Laurentius |
Nacimiento |
6 de diciembre de 225 Huesca, Hispania, Imperio romano |
Fallecimiento |
10 de agosto de 258 Roma, Imperio romano |
Causa de muerte |
Tortura en brasas. |
Sepultura |
Basílica de San Lorenzo Extramuros |
Religión |
Iglesia católica |
Lengua materna |
Latín |
Familia |
Padres |
Orencio de Huesca Paciencia de Huesca |
Información profesional |
Ocupación |
Diácono católico |
Información religiosa |
Iglesia |
Católica |
Festividad |
10 de agosto1 |
Atributos |
Llevando una parrilla y vistiendo una dalmática, a veces también se le representa con la palma del martirio y el libro de los Evangelios. |
Venerado en |
Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana, el luteranismo y las demás. |
Patronazgo |
Zagra (Granada), La Rambla (Córdoba) Astrabudua, Santa María de Mercadillo ( Burgos),Benillup, Benirredrà, Busot, Donhierro, Ezcaray, Hoyos, Huesca, Ibahernando, La Mata de Alcántara, La Morera, Luey, Pámanes, Provincia de Huesca, Alayor,Riodeva (Teruel), San Lorenzo de El Escorial (Madrid) Canadá Arequito, Navarro, San Lorenzo Arauquita, Yolombó, Jipijapa, Vinces Chaguaramas, El Maco de Bolívar Ciudad Juárez, Tezonco, Tahmek Matara Ñemby, San Lorenzo Roma Róterdam Barquisimeto, Estado Lara, Parroquia San Lorenzo Mártir Santa Cruz de la Sierra, San Lorenzo (Tarija) San Lorenzo de Tarapacá Sri Lanka
Archiveros, bibliotecarios, cocineros, comediantes, curtidores, diácono, estudiante, minero, zapateros |
Santuario |
Basílica de San Lorenzo Extramuros, Roma, Italia |
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Lorenzo de Roma, en latín Laurentius (‘laureado’), fue uno de los siete diáconos regionarios de Roma, ciudad donde fue martirizado en una parrilla el 10 de agosto de 258, cuatro días después del martirio del papa Sixto (6 DE AGOSTO). II.2Su nombre se atestigua en los calendarios litúrgicos más antiguos: la Depositio martyrum del año 3543 y el Martirologio jeronimiano del siglo v.4Ambos especifican la ubicación de su sepultura en la vía Tiburtina, y el Martirologio jeronimiano lo califica de «archidiaconus», título que ya antes le había dado San Agustín, quien le dedicó uno de sus sermones (Sermo 302, de Sancto Laurentio).5Por la misma época, el poeta latino Prudencio le dedicó uno de los himnos de su Peristephanon,6 y León I el Magno una de sus homilías.7
Los estudios de Pietro Guidi ratificaron la concordancia de los antiguos martirologios al reconocer definitivamente en Lorenzo al titular de la necrópolis de la vía Tiburtina,8 sobre cuyas reliquias se edificó primero una basílica, y a fines del siglo vi otra subterránea ad corpus.1
La tradición sitúa el nacimiento de Lorenzo de Roma en Huesca, en la Hispania Tarraconensis, aunque también podría ser originario de Valencia, donde sus padres habrían residido un corto espacio de tiempo, viniendo a nacer el santo en esta ciudad. Cuando en 257 Sixto fue nombrado papa, Lorenzo fue ordenado diácono, razón por la cual oficialmente es el santo patrono de los Diáconos, y fue encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios.
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los papas Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago (decapitado en el norte de África), diáconos como Agapito, o el popular san Lorenzo.
Una leyenda posiblemente creada por Ambrosio de Milán dice que Lorenzo se encontró con el papa Sixto en el camino de éste al martirio, y que le preguntó: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿Adónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?». Entonces el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».9
Lorenzo y la leyenda del santo Grial[editar]
Basílica de San Lorenzo, donde se encuentran los restos del santo
La leyenda dice que entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos. Los padres de Lorenzo, santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y habrían llegado a la ciudad de Valencia por motivo de las persecuciones.
Según la Vida y martirio de san Lorenzo, texto apócrifo del siglo xvii supuestamente basado en la obra del monje Donato (siglo vi), el papa Sixto II le entregó el Santo Cáliz junto a otras reliquias, para que las pusiera a salvo. En la cueva romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos presidida por el presbítero Justino. Allí halló a un condiscípulo y compatriota hispano, llamado Precelio, originario de Hippo (la moderna Yepes101112), en Carpetania, a quien entregó varias reliquias, entre ellas el santo cáliz, con el encargo de que las llevara a la familia que le quedaba en Huesca (sus padres vivían en Roma). Precelio llevó las reliquias a los tíos y primos de Lorenzo en Huesca que las escondieron, perdiéndose la pista, aunque algunas tradiciones afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de la localidad, de donde sería puesto a salvo por el obispo Acilso cuando huyó en 711 ante el avance de los musulmanes, para esconderse en los Pirineos.13
Las riquezas de la Iglesia[editar]
Aprovechando el reciente asesinato del papa, el alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a este los pobres y enfermos que él mismo había congregado y le dijo que esos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».