La Fascinante Historia del Cáliz de la Última Cena (hasta nuestros días)
Serge
El enigma del cáliz, llamado Santo Grial, con que Jesús dio a beber vino (su sangre) a los discípulos ha sido buscado afanosamente por muchos ocultistas por el poder mágico atribuido, incluso Hitler hizo ingentes esfuerzos,
Son varios lo cálices que hay en el mundo que se atribuyen ser las verdaderas reliquias. Pero hay tres que tienen más predicación, el que se conserva en Valencia, el que se conserva en León, y el vaso que usaba el Padre Pío,
El Santo Grial, el cáliz que utilizó Nuestro Señor Jesucristo en la Última Cena, y en el que convirtió por vez primera el vino en la sangre del Señor, es una reliquia que ha unido la leyenda con la verdad.
Los caballeros de la Edad Media tenían como ideal la búsqueda del Santo Grial, al que se atribuían poderes milagrosos y contenía un alto significado espiritual. Esto se manifestó en los Caballeros de la Tabla Redonda, en las grandes obras musicales de Ricardo Wagner, Parsifal y Lohengrin, lo buscó afanosamente Hitler, e incluso modernamente tenemos la búsqueda del Santo Grial en una película de Steven Spielberg con Harrison Ford titulada «Indiana Jones y la última cruzada». Por el mundo hay varios cálices que pretenden ser el Santo Grial de la Última Cena, pero parece que el que está en Valencia es el auténtico.
LA APARENTE POSICIÓN DEL VATICANO
Últimamente el Vaticano da señales de la autenticidad de la copa de Cristo que se venera en Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia. Una de ellas es aceptar que Valencia pueda celebrar un Año Santo Jubilar cada cinco años en conmemoración del Santo Cáliz de la Última Cena.
Esta señal la ha dado el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario Mayor de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede. Y la dio a conocer monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, en la propia Catedral de Valencia, y posteriormente a través de un comunicado oficial de la Agencia AVAN (Arzobispado de Valencia Agencia de Noticias), recogido en la web de la Arquidiócesis de Valencia.
El Santo Calíz de Valencia competía estrechamente con el de León – conocido como Cáliz de Doña Urraca – por el reconocimiento de ser el cuenco que Jesucristo utilizó en la última Cena.
En el museo de la catedral de Valencia se conserva el cáliz que la tradición aragonesa y buena parte del cristianismo identifica con el Santo Grial, y que consta de dos piezas:
El Santo Grial tiene 17 centímetros de altura. La copa mide 5,5 de altura y 9,5 de anchura. El pie está adornado de perlas y esmeraldas. El arqueólogo Antonio Beltrán ha fechado la talla de la copa superior en torno al siglo I.
El pie con asas se habría sido añadido posteriormente. El pie consta de una columna central hexagonal con una tuerca redonda al medio y terminada en dos pequeños platos, uno donde se apoya la copa superior y otro en la parte inferior que sostiene el pie. Las asas tienen forma de de serpiente, con sección también hexágonal. La base, de forma elíptica, es de calcedonia y contiene 28 pequeñas perlas, dos rubíes y dos esmeraldas, todo ello guarnecido en oro.
¿CUAL FUE SU PERIPLO?
La historia del Santo Cáliz empieza en Roma, previsiblemente llevado por San Marcos a la Ciudad Eterna junto con San Pedro. El Papa Sixto II lo entregó a su diácono San Lorenzo, español, el año 258, ante la persecución romana a los cristianos.
San Lorenzo lo hizo llegar a su familia, en Huesca, y pasó por Yebra, Sirena y San Juan de la Peña, para llegar a Zaragoza y, desde 1437, venerarse en la catedral de Valencia.
La reliquia, que la tradición y los estudios dan como auténtica, ha sufrido las vicisitudes de las persecuciones religiosas a lo largo de la Historia: la romana, la musulmana – por eso se guardó en los Pirineos-, la napoleónica – fue llevada a Palma de Mallorca entre 1809 y 1813- , y la de la guerra civil española – un sacerdote guardó el Santo Cáliz en unos cojines, tras una pared de piedra-, certificando el fervor arraigado a esta reliquia a lo largo de la historia de la Cristiandad.
Pero esto hay que buscarlo en la historia de San Marcos.
SAN MARCOS, EL HEREDERO DEL SANTO GRIAL
Marcos Evangelista se cree tradicionalmente que fue el intérprete del apóstol Pedro, quien se dedicó a escribir el Evangelio de Marcos sobre la base de las predicaciones de San Pedro, fundó la Iglesia de África y se convirtió en obispo de Alejandría. Su fiesta es el 25 de abril y su símbolo es el león alado.
Pero se cree también fue también un importante protagonista de la Última Cena, la del Jueves Santo, porque aunque no era uno de los apóstoles, su familia era la dueña del Cenáculo donde se realizó, Marcos servía el agua en la cena y luego, el Cáliz de la última cena, en la que Jesús dio a beber a sus discípulos, fue llevado por Marcos a Roma para que san Pedro celebrara las misas.
Según el teólogo del Nuevo Testamento William Lane una “tradición ininterrumpida” identifica a Marcos Evangelista con Juan Marcos, y a Juan Marcos como el primo de Bernabé. Esta identificación significa que Marcos sería el muchacho que llevaba el agua a la casa donde la Última Cena tuvo lugar, y el muchacho que huyó desnudo cuando Jesús fue arrestado según los evangelios.
San Marcos era primo de San Bernabé y acompañó a este y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: “había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad” (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria.
En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo.
En lo que respecta a Pedro, el primer año del reinado de Herodes Agripa sobre Judea (41 dC) el rey mató a Santiago, hijo de Zebedeo, y arrestó a Pedro, planeando matarlo después de la Pascua. Pedro fue salvado milagrosamente por los ángeles y se escapó (Hechos 12:1-19).
Pedro viajó a Antioquía, luego a través de Asia Menor llegó a Roma en el segundo año del reinado del emperador Claudio. En algún momento, Pedro encontró a Marcos y lo adoptó como su compañero de viaje e intérprete.
Marcos Evangelista registra los sermones de Pedro, que se convirtieron en el Evangelio según San Marcos, antes de partir hacia Alejandría, en el tercer año de Claudio en el año 49 dC.
Fundó la Iglesia de Alejandría y se convirtió en el primer obispo. Según la tradición, la Iglesia Copta de Etiopía tiene su origen en las prédicas de San Marcos. Se le reconoce como el fundador del cristianismo en África.
LA FAMILIA DE SAN MARCOS ERA PROPIETARIA DEL SANTO GRIAL
La familia de San Marcos evangelista era rica. Tenía un molino de aceite en Getsemaní, donde fue la Oración del Huerto de Jesús. También tenían una casa en la capital, en Jerusalén; y allí celebró Cristo la Última Cena: lo que hoy llamamos el Cenáculo. Dicen los Hechos de los Apóstoles (12:12) que éstos de reunían con frecuencia en el Cenáculo, que era propiedad de la familia de San Marcos.
El Cenáculo, que mide 15,5 metros de longitud y 9,5 de anchura, ha sido mezquita durante siglos, pues los musulmanes tenían especial interés en convertir en mezquitas los principales lugares cristianos. Hoy pertenece al Estado de Israel. En la planta baja han puesto el museo del «Holocausto nazi». Ver El Cenáculo: centro de la Santa Sión cristiana
Como es lógico la familia de San Marcos le puso al Señor para la cena la mejor vajilla que tenía. En aquel tiempo las copas de más valor no eran las de oro y plata, sino las de piedras preciosas. En las épocas griega y romana era de uso frecuente, en mesas lujosas, los vasos de piedras ricas.
Y es aquí donde el jesuíta Jorge Loring empalma la historia del santo Grial de Valencia con San Marcos y San Pedro.
La copa del Santo Grial de Valencia es de ágata. Parece ser del siglo II antes de Cristo. Lo original es sólo la copa. Las asas y el pie son de orfebrería posterior.
Como San Marcos acompañó a San Pedro a Roma a predicar el Evangelio, es lógico que se llevara consigo la copa de su familia, que utilizó el Señor en la Última Cena, para que en ella consagrara San Pedro al decir misa.
EL MARTIRIO DE SAN MARCOS
Se cree que Marcos fue martirizado en el año 68. Los Hechos de San Marcos, un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello. Después lo llevaron a la cárcel.
Se cuenta que el ángel del Señor se le apareció y le dijo:
“Oh Marcos, siervo bueno, regocíjate, porque tu nombre ha sido escrito en el libro de la vida, y se ha contabilizado en la congregación de los santos”.
El ángel desapareció, entonces el Señor se le apareció y le dio la paz. Su alma se regocijó y se alegró. A la mañana siguiente, los paganos sacaron a San Marcos de la prisión. Le ataron el cuello con una gruesa cuerda e hicieron lo mismo que el día anterior, lo arrastraron por las rocas y piedras. Por último, San Marcos, entregó su alma en las manos de Dios y recibió la corona del martirio.
Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero los creyentes llegaron y tomaron el cuerpo santo, se lo llevó a la iglesia de Bokalia, lo envolvieron, rezaron al santo, y lo colocaron en un ataúd. Pusieron el ataúd en un lugar secreto en esta iglesia.
En el 828 se cree que el cuerpo de San Marcos fuero robado de Alejandría por comerciantes venecianos y llevado a Venecia.
En 1063, durante la construcción de una nueva basílica en Venecia, las reliquias de San Marcos no pudieron ser encontradas. Según la tradición, en 1094 el santo reveló la ubicación de sus reliquias, extendiendo un brazo desde un pilar. Estos fueron colocados en un sarcófago en la basílica.
Pero los coptos creen que la cabeza del santo quedó en Alejandría. Cada año, en el día 30 del mes de Babah, la Iglesia Copta conmemora la consagración de la iglesia de San Marcos, y la aparición de la cabeza del santo en la iglesia copta de San Marcos, en Alejandría, donde se conservaría su cabeza.
En junio de 1968 el Papa Cirilo VI de Alejandría envió una delegación oficial a Roma para recibir una reliquia de San Marcos del Papa Pablo VI. La delegación estuvo integrada por 10 metropolitas y obispos, siete de los cuales eran coptos y tres etíopes, y tres prominentes líderes coptos laicos.
EL ESTUDIO DEL PADRE JORGE LORING
El fallecido jesuita español ha realizado más investigación sobre el Santo Grial.
La palabra «grial» unos opinan que es una evolución de la palabra hebrea «goral» que significa copa grande, vaso, recipiente. Otros opinan que procede del romance ibérico, pues con este significado aparece en el Arcipreste de Hita, en el Amadís de Gaula e incluso en el Quijote de Cervantes. Si realmente la palabra «grial» procede de España, sería una confirmación de la existencia aquí del Santo Cáliz.
En aquel tiempo las copas de más valor no eran las de oro y plata, sino las de piedras preciosas. En las épocas griega y romana era de uso frecuente, en mesas lujosas, los vasos de piedras ricas. Plinio nos dice que los antiguos se preciaban de hacer cálices de piedras preciosas: y explica cómo se hacían. En muchos museos y colecciones figuran vasos greco-romanos de piedra.
La copa del Santo Grial de Valencia es de ágata. Parece ser del siglo II antes de Cristo. Lo original es sólo la copa. Las asas y el pie son de orfebrería posterior.
Una evidencia que maneja el padre Loring est;a referida a las fórmulas de los cánones de misa. Después del Concilio Vaticano II tenemos varias fórmulas para decir el canon de la misa: unas más largas y otras mas cortas. Pero hasta el Concilio Vaticano II sólo había una fórmula: la del Canon Romano. Se conserva inalterada desde los tiempos apostólicos.
En esta fórmula del Canon Romano se dice: «El Señor Jesús, tomando en sus santas manos ESTE CÁLIZ…». Cuando yo decía «este cáliz» pensaba en «un cáliz». Pero hora caigo ( dice Loring) en la cuenta de que San Pedro decía «este cáliz» porque era el mismo que había utilizado el Señor en la Última Cena.
Consta por la historia que en Roma había un cáliz, llamado el «cáliz papal», porque con él sólo decía misa el Papa, pues era el mismo cáliz que había utilizado el Señor en la Última Cena.
Cuando la persecución del emperador Valeriano, que se estaba apoderando de los bienes de la Iglesia, el Papa de entonces, San Sixto II, encargó al diácono San Lorenzo, que era el administrador de los bienes de la Iglesia de Roma, que salvara el cáliz del Señor de la rapiña del emperador.
San Lorenzo, que después murió mártir en la parrilla, era español, aragonés, de Jaca. Para salvar el cáliz se lo entregó a un soldado del ejército romano, paisano suyo, que volvía a Jaca de permiso, para que se lo entregara a sus padres, acompañando el cáliz con una carta que conocemos.
Al texto de esta carta se refiere el pergamino nº 136 de la colección Martín el Humano del Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona. Es conocido el cuadro de la basílica romana de San Lorenzo-extramuros, en las afueras de Roma, en el que está San Lorenzo entregando un cáliz a un soldado que lo recibe de rodillas.
Este soldado se trajo el cáliz a Jaca y se lo entregó a la familia de San Lorenzo, y éstos al Obispo de Jaca.
Durante la invasión musulmana, este cáliz se escondió en el Pirineo aragonés. Por eso los Caballeros Medievales no sabían dónde estaba, y lo buscaban por el mundo.
En el siglo XIV, Martín el Humano, rey de Aragón y Cataluña, quiso llevarse a su Oratorio Real el Santo Cáliz del Señor, que se conservaba en el Monasterio de San Juan de la Peña, en el Pirineo aragonés, y en compensación hizo al monasterio un valioso donativo. De esta donación se conserva documentación en el Archivo de la Corona de Aragón del 26 de Septiembre de 1399.
Más tarde, el 18 de Marzo de 1437, Alfonso el Magnánimo entregó el Santo Cáliz a la catedral de Valencia para que allí fuera custodiado; y ahí se encuentra desde entonces.
El 8 de Noviembre de 1982 el Papa Juan Pablo II, en su visita a la catedral de Valencia, oró ante él de rodillas, y lo utilizó cuando celebró misa en el Paseo de la Alameda, en la que ordenó a ciento cincuenta nuevos sacerdotes, procedentes de toda España.
Don Antonio Beltrán, Catedrático de Arqueología en la Universidad de Zaragoza, estudió el Santo Grial y en su libro «El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia», publicado en 1984, dice:
«La Arqueología no tiene nada que oponer a la autenticidad del Santo Cáliz; antes bien, es capaz de probar con seguridad que, dada la fecha y origen de la copa, ésta pudo estar perfectamente en la mesa de la Cena del Señor. Al resultado de nuestra investigación hemos llegado sin apartarnos un ápice del recto camino de observación, interpretación y determinación cronológica; pasos obligados en todo estudio arqueológico».
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Camino del Santo Grial : (Jaca) S.Juan de la Peña-Valencia
El Camino del Santo Grial viaja por el camino de la reliquia identificada como el Santo Cáliz de la Última Cena, de Aragón a Valencia, pasando por Huesca, Zaragoza y Teruel .
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