Esto me intriga. La primera vez que quise orientar un telescopio en Bariloche me encontré con que las calles del centro, que parecen correr de norte a sur, en realidad están un poco rotadas hacia el sudoeste-noreste. ¿Cuánto? Entre 7 y 8 grados, como podemos ver en Google Earth (podemos hoy, cuando lo descubrí no existía Earth). No parece mucho, pero para la puesta en estación de un telescopio astronómico es bastante. Así que las calles no servían, y hay que usar una brújula para acomodar la montura aproximadamente hacia el norte. Así que me compré una brújula, y resultó que ¡la brújula sí apuntaba exactamente en dirección de las calles!
El fenómeno se llama declinación magnética: el campo magnético terrestre, que se origina en las profundidades del planeta, no está exactamente alineado con el eje de rotación. Para complicar las cosas esta declinación no es la misma en toda la superficie de la Tierra. Hoy en día podemos averiguar la declinación magnética usando esta calculadora del NOAA. Vemos que en Bariloche corresponde a la inclinación de las calles.
OK, me dije. Seguro que cuando trazaron las calles a principios del siglo XX usaron una brújula y les quedó así. ¿Quién lo habría hecho? ¿Carlos Wiederhold, el "fundador" no oficial de Bariloche? Parece que no. Hace poco leí una nota en el diario local El Cordillerano, donde se cuenta que un capitán del ejército, Mariano Fósbery, hizo construir en 1902 una comisaría, un juzgado de paz, un cuartel y trazó las calles originales. Fósbery era jefe del escuadrón de caballería estacionado en San Martín de los Andes, y fue enviado a la costa sur del Nahuel Huapi, donde desde 1895 venía estableciéndose una pequeña población alrededor de la primera casa y almacén construidos por Don Carlos. El 3 de mayo de ese año el Presidente Roca destinó 400 hectáreas para el pueblo de San Carlos, fecha que celebramos hoy en día como cumpleaños de Bariloche. ¿Puede haber sido el capitán Fósbery, en su celo militar, quien trazó las calles brújula en mano? Parecía una explicación lógica.
Finalmente descubrí que no era posible. El campo magnético de la Tierra va cambiando. Sabemos inclusive que a intervalos irregulares, cada tantas decenas de miles de años el campo se invierte. Y 100 años son suficientes para percibirlo. En el mismo NOAA puede consultarse la declinación magnética del pasado. Para la región del Nahuel Huapi, en el año 1902, se veía así. La línea resaltada en amarillo, que pasa cerca de Bariloche, es de 17 grados. ¡Mucho más que ahora! Así que me queda la duda del origen de los 8 grados de declinación de las calles. Hoy mismo la declinación en mi casa es de 6.6 grados, casi un grado menos que en el 2000 cuando noté el fenómeno.
¿En algún lado el norte verdadero coincidirá con el magnético? Claro que sí. La línea de cero grados de declinacón magnética cruza la Argentina en diagonal, desde Mendoza hasta el Golfo San Matías. Los afortunados astrónomos que viven sobre ella pueden usar sus brújulas para acomodar sus telescopios.
Este tramado de líneas se va moviendo lentamente hacia el oeste. Dentro de 50 años el cero estará sobre Bariloche. ¡Yupi!
VIDEO | 22 de Julio de 1947: Evita es recibida por Vicent Auriol, el presidente de Francia
Tuvo una agenda bastante apretada, con importantes reuniones para firmar acuerdos internacionales.
La “Gira del Arco Iris” de Evita por Europa y Sudamérica se realizó con el objetivo de fortalecer relaciones en el exterior, en un contexto de post Segunda Guerra Mundial. La primera dama fue enviada por Juan Domingo Perón para representar al gobierno peronista y al país. En primer lugar, llegó a España, donde se entrevistó con el general Francisco Franco y miles de españoles se rindieron a sus pies. Después se instaló en Italia, Portugal, Francia, Suiza, Mónaco, el Vaticano, Brasil y Uruguay.
El 22 de julio de 1947, la “abanderada de los humildes” llegó a Paris. Fue recibida por Georges Bidault, ministro de Exteriores francés. Además, la esperaba un grupo de mujeres y de niños que se mezclaban con las banderas de Argentina y de Francia. Las autoridades de la capital del país galo pusieron a disposición de Eva el automóvil del general Charles De Gaulle, un honor que hasta el momento sólo se había reservado para el primer ministro británico Winston Churchill. Con ese rodado, la oriunda de Los Toldos conoció la catedral de Notre Dame.
Evita ingresó a Notre Dame y se entrevistó con el monseñor Roncalli, quien en 1958 se convertiría en Papa y recibiría la denominación de Juan XXIII. Fuentes cercanas a la primera dama, sostienen que durante la entrevista que tuvieron, la joven argentina de 27 años le explicó la idea de realizar una fundación de ayuda social (la cual crearía al regresar al país) y recibió como respuesta: “Le recomiendo dos cosas: que prescinda por completo de todo papelerío burocrático, y que se consagre sin límites a su tarea”. Ambas las cumplió con excelencia.
Durante el tiempo en Francia, Evita estuvo hospedada en el Hotel Ritz. Tuvo una agenda bastante cargada de reuniones para firmar acuerdos internacionales. Uno de ellos fue con el presidente Vincent Auriol, con quien firmó un tratado que incluía el intercambio en particular de cuero, carne, cereales, aceites, y quebracho a cambio de acero, automóviles, diversos productos mecánicos, y en particular máquinas textiles, productos químicos.
“En su entrevista con el ministro de Relaciones Exteriores, Georges Bidault, uno de los principales dirigentes de la resistencia interior a la ocupación alemana, Evita le planteó que era muy desagradable que Francia, país amigo de la Argentina, tuviera una calle en París y una estación del Métropolitain que se llamara Obligado, por la batalla de la Vuelta de Obligado. Le recordó que la Escuadra naval anglofrancesa había logrado ganar la batalla, pero había pedido la guerra. Y le pidió que le cambiaran el nombre.
Dos días después, cuando se firmaban los acuerdos comerciales por los cuales la Argentina otorgaba a Francia un crédito para compras de cereales de 200 millones de dólares, el presidente Vincent Auriol le comunicó que en aras de la renovada amistad franco argentina serían cambiados los nombres de la estación del Métropolitain y de la calle”. De esta manera, la calle Vuelta de Obligado pasó a denominarse “d’Argentine”. Evita, una luz en la historia argentina que dejó su rastro en París.
Hacendado, era dueño de un haras de caballos en Balcarce, ciudad donde presidió el comité local de la Unión Cívica Radical (UCR) y donde fue comisionado municipal.15
Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, fue designado embajador especial para asistir al acto de asunción del presidente chileno Gabriel González Videla en 1946, y al año siguiente fue nombrado embajador en Francia, cargo que ejerció hasta 1949.1 En su período en París, acompañó la visita oficial de Eva Perón en 1947, y firmó con el ministro de Asuntos Exteriores Georges Bidault un convenio comercial y financiero.78
Posteriormente fue director del Banco Argentino de Comercio.1
“…El 21 de julio, Evita descendió de su avión en Orly, vestida de blanco, con un sombrero de paja del mismo color, sonriente y un poco pálida. A los pies de la escalerilla, el ministro de Relaciones Exteriores, Georges Bidault, le besó la mano y luego la saludaron el embajador argentino en París, Julio Victorica Roca, y varios embajadores latinoamericanos. Un cortejo de cuarenta coches la acompañó hasta el Hotel Ritz, donde un grupo de niños le presentó un ramo de flores y Bidault se despidió. Como símbolo de la importancia que el gobierno francés daba a su persona, puso a su disposición el auto que había pertenecido al general Charles de Gaulle, el mismo que usaba sir Winston Churchill en sus visitas oficiales a París. Además, durante la estadía la Argentina y Francia firmaron un tratado comercial por el cual este país recibiría un abultado crédito para la compra de trigo y carne. La ceremonia tuvo lugar en el Quai D’Orsay, y finalizada la misma, Bidault condecoró a Evita con la Legión de Honor. Al día siguiente de su llegada, Evita fue recibida por el presidente Vincent Auriol en el castillo de Rambouillet, donde le ofreció un almuerzo…” (Evita. Marysa Navarro)
VIDEO Evita llega a Francia Eva Perón arriba al aeropuerto de Orly y es recibida por el Canciller Georges Bidault. Duración 1 minuto https://www.youtube.com/watch?v=T7NjQBNsCWc
VIDEO Evita en Francia. Eva Perón visita el castillo de Rambouillet, en Francia para almorzar con el presidente Vincent Autiol. Duración 3 minutos https://www.youtube.com/watch?v=jSzwYgMeSuU
The Order of Isabella the Catholic (Spanish: Orden de Isabel la Católica) is a Spanish civil order in which membership is given to honor services that benefited the country.
Isla Huemul: de la gran farsa de la bomba nuclear al abandono
No hay un plan de manejo ni nadie que custodie las instalaciones donde Richter le aseguró a Perón que había dominado la energía nuclear.
07/04/2019 07:00
El proyecto de la isla Huemul quedó en la historia como la gran farsa, el engaño de un científico austríaco al presidente Juan Domingo Perón y el sueño frustrado de llevar a la Argentina en la década del 50, a lo más alto en materia de desarrollo científico. Y las ruinas en las que se convirtió este lugar, con una decena de edificios abandonados, en el lago Nahuel Huapi, evidencian el olvido de aquel desengaño.
La isla -68 años después de aquel anuncio solemne y con un tono de misterio que realizó Perón sobre la fusión nuclear- hoy vuelve a estar en la agenda, al menos en los papeles, con un plan de manejo en discusión para la protección del espacio en materia ambiental y con dos iniciativas privadas para explotarla con excursiones turísticas, una actividad que dejó de realizarse a principios de la década del 2000 y que desde hace años está latente de volver.
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La vista de los edificios de la isla Huemul con el cerro Catedral y Centro Atómico de fondo. (Foto: Alfredo Leiva)
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El interior del laboratorio de Richter hoy, con una total destrucción. (Foto: Alfredo Leiva)
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En la usina funcionaban cinco generadores de energía para la isla. (Foto: Alfredo Leiva)
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El edificio del Reactor. Alrededor creció frondoza vegetación. (Foto: Alfredo Leiva)
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La vista de los edificios de la isla Huemul con el cerro Catedral y Centro Atómico de fondo. (Foto: Alfredo Leiva)
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El interior del laboratorio de Richter hoy, con una total destrucción. (Foto: Alfredo Leiva)
Tenemos que buscar el equilibrio entre lo ambiental y lo comercial, si hacemos las cosas rápido no salen bien”.
Marcos Barberis, jefe de Gabinete municipal.
El abandono
Para llegar a la isla Huemul hoy no hay paseo turístico habilitado pero tampoco hay restricción para desembarcar en el viejo y deteriorado muelle de madera, por lo que a diario recorren los senderos residentes y turistas motivados por la curiosidad de ver qué quedó en pie de aquel despliegue de laboratorios y edificios que ordenó levantar el científico austríaco Ronald Richter con el aval de Perón.
Muchos llegan en kayak o embarcaciones propias. La distancia más corta de la costa es desde Playa Bonita, en el kilómetro 8 de la avenida Bustillo, donde alguna vez existió un muelle desde donde partían las barcazas con los materiales de construcción para las edificaciones de la isla. Otros llegan desde puertos privados y los menos van desde el puerto San Carlos, que sería la ruta oficial habilitada por Parques Nacionales para navegaciones con pasajeros a la isla.
Vista de la isla Huemul desde el lago Nahuel Huapi. (Foto: Alfredo Leiva)
A metros de la costa, en diagonal al muelle, recibe a los visitantes la popa de un barco hundido, el Don Luis. Una vez en tierra, el sendero -que se mantiene intacto aunque angosto- invita a un recorrido que en una hora puede llevar al final del trayecto, con paradas obligatorias, casi por inercia, frente a cada mole de hormigón y ladrillo que se erige en la isla.
En el camino guían el recorrido los descoloridos carteles de Emprendimiento Huemul, una empresa que en 1992 se hizo cargo de la explotación turística de la isla mediante una concesión que otorgó la municipalidad y cuyo contrato se rescindió por incumplimientos en 2004. Cabe recordar, que al igual que otros puntos de interés para Bariloche, como el cerro Catedral, la isla Huemul fue parte del Estado nacional, luego provincial y recién en 1987 fue transferida al municipio.
La cartelería instalada en la década del ’90 por una explotación turística se mantiene. (Foto: Alfredo Leiva)
Durante la incursión de “isla turística”, se construyeron otros edificios que nada tienen que ver con el proyecto nuclear de Richter. La casa de Prefectura es la primera construcción donde hasta el año pasado había una guardia permanente pero que la fuerza de seguridad abandonó por las malas condiciones del edificio. Ahora el municipio estudia financiar las reformas de la estructura con fondos de la tasa al turista. También están abandonados un salón en la costa del lago, que se utilizaba para eventos, y un espacio donde funcionó un parador.
Tiempos
1948
Richter comienza a desarrollar el proyecto Huemul. En 1952 un informe de José Antonio Balseiro descubre el fraude.
1987
La provincia transfiere la isla Huemul a Bariloche. Cuatro años después se adjudica su explotación turística.
La isla también contiene la tumba del Cacique Güemul junto a un arrayán de grandes dimensiones, ubicada a un lado del sendero y con un cartel indicativo.
Los pastizales altos, la maleza y los escombros son parte del paisaje en la isla que remite a leyendas de lo más siniestras pero también tiene una frondosa vegetación que incluye manzanos y acompañan desde lo alto el sonido de las aves que parece amplificarse en medio del silencio que reina en el entorno.
Moles de cemento
Desde una imagen aérea se pueden ver las estructuras que ocupan el primer tercio de la superficie total, de 74 hectáreas. El resto es un área de bosque tupido donde hasta ahora no hubo intervención humana y donde se pretende mantener como reserva ambiental.
En los sectores edificados, hay moles de cemento y ladrillo, con estructuras de hierro retorcidos, azulejos arrancados, faltante de maderas y revestimientos, grafitis, marcas de fogatas y hasta orificios de disparos en paredes. Estas marcas, tenebrosas, siguen intactas luego de que la isla en algún tiempo haya sido utilizada por la Escuela Militar de Montaña como “campo de entrenamiento y supervivencia”. Algunos pobladores de la costa de enfrente aducen que el mayor deterioro de los edificios se produjo por esas prácticas y que incluso fueron los soldados quienes arrancaron las maderas de los pisos de la vivienda de Richter para hacer fuego y calentarse por las noches.
La casa de Richter tiene marcas de disparos por el uso de la isla para entrenamientos militares.
Hay estructuras de los llamados laboratorios gemelos, el edificio de química, del reactor, laboratorio IV y el de Richter, la usina, una despensa y herrería y la casa de visitas. El grado de conservación es malo en general aunque en algunas hay mayor entereza con paredes en pie, rastros de pintura, techos de losa y pisos alisados.
El edificio de mayor deterioro es el laboratorio de Richter donde aseguran que el científico realizó pruebas y ensayos y donde hizo las supuestas pruebas de “reacciones termonucleares bajo condiciones de control en escala técnica”, según informó el expresidente Perón a la prensa y al mundo, el 24 de marzo de 1951.
La edificación tiene paredes de casi un metro y medio de ancho, estructuras de hierro en su interior, y un techo y paredes derribadas. Un cartel que la antecede indica que allí se realizaron experimentos y que luego el equipo e instrumental fue retirado. De manera posterior “fue utilizado para probar cargas explosivas por parte de personal militar y así convertido en las ruinas actuales”.
Otro edificio a medio terminar que llama la atención es uno de los llamados “laboratorios gemelos”, con paredes de más de 15 metros de altura y donde crecieron en su interior grandes arboledas que escapan en lo alto de una estructura sin techo. A pocos metros, luce más entero, el laboratorio de química que es donde funcionaba el equipo de Dr. Ehrenberg, un físico alemán asistente de Richter. Ese edificio estaba totalmente terminado y en funcionamiento en los años que se desarrolló el plan nuclear del austríaco que terminó bruscamente en 1952 ante la comprobación del fraude que develó el físico José Antonio Balseiro.
Casino, resort y hasta un Tecnópolis, todo descartado
La isla Huemul fue epicentro de anuncios e ideas alocadas desde hace casi dos décadas. En algún momento se habló de instalar una especie de “Las Vegas” con salas de juego y vida nocturna. También surgió la idea de un hotel de lujo con el encanto de estar emplazado en el medio del lago Nahuel Huapi y fue parte de los proyectos concretar allí un paseo científico o espacio para exposiciones al estilo Tecnópolis.
Nada de eso sigue en pie, solo dos proyectos de emprendedores privados que desde hace meses estudia el gobierno municipal, con la propuesta de realizar un circuito turístico en la isla Huemul.
“Los proyectos están en análisis pero primero debemos definir el plan de manejo, separar el área que tiene mayor protección ambiental y buscar un equilibrio con la propuesta comercial y turística. Deben convivir la cuestión ecológica-ambiental y la comercial”, señaló el jefe de Gabinete, Marcos Barberis.
Un sendero interior en la isla Huemul que conduce a un mirador.
Admitió que en sector norte de la isla donde hay un área natural, sin intervención humana, hay costas preciadas por quienes llegan en embarcaciones propias. “Podemos plantear un sector recreacional para pasar el día en las playas y otro con salidas de excursiones. Son cuestiones a evaluar”, afirmó.
Para el concejal Daniel González, que preside la Comisión de Turismo y en 2008 promovió sin éxito una licitación cuando estuvo al frente de la cartera turística, “urge poner en movimiento los proyectos, hay un cuarto de la isla antropizada y esa área se podría volver a explotar e incorporar un refugio u hotel de bajo impacto para hacerlo más tentador para una licitación”.
Años atrás -recuerda González- hubo dos embajadores brasileños interesados en traer empresas que pudieran hacer una apuesta a ese proyecto. Ahora, el concejal se inclina por activar un permiso provisorio a los dos emprendimientos que tienen interés en reactivarla. La decisión está en manos del Ejecutivo que admite que por los fracasos del pasado, llamar a una licitación no tendría éxito.
González apunta a una tarea interinstitucional para desarrollar un “plan turístico en la isla” porque “los turistas demandan nuevos circuitos y atractivos”.
Los edificios, uno a uno
Casa de Richter. El científico no vivió allí (residía en la costa del lago, frente a lo que hoy es el Centro Atómico Bariloche), solo la utilizaba para recibir visitas. Sus paredes fueron “polígono de tiro” de soldados de la Escuela Militar de Montaña.
Despensa y herrería. Quedan los rastros de la cocina de tipo industrial.
Laboratorio de química. A fines de los 40 fue uno de los pocos edificios en funcionamiento, allí trabajaba el equipo del Dr. Ehrenberg, físico alemán asistente de Richter.
Laboratorios gemelos. Dos grandes estructuras sin techo ni piso, de más de 15 metros de altura donde crecieron frondosos árboles. Hay vestigios de ceniza volcánica.
En el interior de uno de los edificios Gemelos crecieron árboles.
Laboratorio de Richter. Allí desarrolló pruebas y experimentos en busca de la fusión nuclear.
Usina. Con cinco grupos electrógenos para abastecer los laboratorios. Cuando se abandonó el plan, fueron empleados para suministrar energía a Bariloche.
Edificio del reactor. En principio tuvo una edificación cilíndrica que luego se derribó. Se construyeron enormes paredes con dos sectores, en uno irían los tableros de control y en otro el reactor nuclear.
Las ventanas del Laboratorio IV fueron abiertas después del retiro del proyecto Huemul.
Laboratorio IV. Las paredes tienen una cámara de aire. Seis ventanas fueron abiertas de manera posterior. Tiene el tamaño de un gimnasio y allí se proyectó un museo interactivo.
Ronald Richter llegó a la Argentina tras la caída del nazismo en 1945 y Perón lo hizo ciudadano argentino en 1947. Murió en Viedma en la década del 90.
Proyecto Huemul, la isla secreta en la que Argentina intentó fabricar un sol artificial
Una apartada isla, oculta a los ojos de medio mundo, guardó en su interior un secreto durante varios años: la misión de crear una fuente de energía inagotable en su interior
Proyecto Huemul: la isla secreta (en el centro de la imagen) en la que Argentina intentó fabricar un sol artificial. (Gonce/Wikipedia)
¿Se imaginan que existiera una isla secreta en la que científicos nazis hubieran tratado de desarrollar un proyecto nuclear con el que convertir a una nación en toda potencia mundial? Sin duda, parece el argumento de una novela, pero nada más lejos: una vez más, la realidad fue capaz de superar a la ficción. Sucedió en 1947, fecha en la que uno de los grandes ingenieros de la Alemania nazi dio el primer paso para convertir un paraíso argentino en un centro de pruebas atómicas.
Todo comenzó en 1947. Poco después de acabar la II Guerra Mundial, muchos ingenieros alemanes -que no fueron castigados por su relación con el nazismo- quedaron en un vacío: sin posibilidad de trabajar en su país, comenzaron a buscar otras salidas, en muchos casos en dirección a Sudamérica. Así es como Kurt Tank, vicepresidente de la Academia Alemana de Investigación Aeronáutica y jefe de la sección de Aviones de Caza Nocturnos durante la II GM emigró a Argentina.
Tank comenzó a trabajar en la creación de aviones para Argentina, consiguiendo en los primeros meses grandes avances -llegó incluso a crear el Pulqui II, uno de los primeros aviones a reacción del país-. Tanto, que el gobierno de Perón pronto contactó con él para tratar de ampliar su campo de acción: tras un par de reuniones, un nombre se puso sobre la mesa. Se trataba de Ronald Richter, un ingeniero austriaco que prometía convertir al país sudamericano en una potencia.
Su idea era ambiciosa, pero asegura que era más que plausible: hacer de Argentina el primer país donde existiera la fusión nuclear controlada. O, dicho de otro modo, conseguir una fuente de energía prácticamente inagotable que permitiría al país no depender de terceros en ese aspecto. Richter aseguraba que podría ser capaz de crear 'varios soles en la Tierra', algo a lo que Argentina dio luz verde en 1949, momento en el que se puso en marcha la iniciativa.
El lugar elegido para llevarlo a cabo fue la isla Huemul, en el lago Nahuel Huapi (Río Negro). Era un lugar perfecto: con aire limpio para los aparatos, abundante agua como fuente energética y, sobre todo, aislado del mundo, lo que permitiría a Richter trabajar sin que nadie supiera cuál era su verdadero objetivo. En sus primeros meses, el ingeniero llevó a cabo todo tipo de experimentos, además de construir grandes estructuras... pero solo tres años después surgieron las primeras dudas.
Era 1952 y los resultados no terminaban de llegar: las pocas respuestas obtenidas generaron suspicacias, que se vieron notablemente incrementadas las constantes indecisiones de Richter. Construía grandes estructuras que, a las pocas semanas, eran demolidas por completo para levantar otras diferentes y, así, de manera habitual. Eso llevó a Argentina a crear su Comisión Nacinal de Energía Atómica, con el fin de monitorizar lo que estaba pasando con el 'proyecto Huemul'.
Ronald Richter, trabajando en el Proyecto Huemul. (CC/Wikimedia Commons)
Solo tardaron unos meses en confirmar que los postulados de Richter no eran válidos y que, a través de sus teorías y construcciones, era imposible crear ningún sistema que generara fusión nuclear controlada. La estrategia era inviable y no había ninguna prueba que confirmara que los trabajos de Richter fueran a tener frutos, lo que provocó que Argentina tomara la decisión de dar por acabado el proyecto, al considerarlo un fraude, un burdo engaño.
Ritcher fallecería en 1991 sin haber conseguido el objetivo que se había propuesto, conseguir artificialmente algo parecido al sol, duradero y que ofrecería una cantidad inagotable de energía. Pero el proyecto no solo nunca tuvo resultados, sino que se demostró que no tenía base científica para conseguirlo. Una isla secreta para el mundo en el que se llevaron a cabo una serie de proyectos nucleares cuyos resultados fueron más que dudosos.
The Order of Isabel the Catholic was instituted by King Ferdinand VII on 14 March 1815. The original statutes of the Order were approved by Royal Decree of 24 March, with membership made in three classes: Grand Cross, and Knights of First and Second Class. Ferdinand VII was declared the Order's Founder, Head, and Sovereign. On 7 October 1816, at the suggestion of the Chapter of the Order, the Knights of the first class were renamed Commanders and the second class were renamed Knights.
By royal decree of 26 July 1847, Isabella II reorganised the four royal orders in Spain: the Order of the Golden Fleece, the Langues of Aragon and Castile of the Order of Saint John of Jerusalem, the Order of Charles III, and the Order of Isabella the Catholic. The latter was reserved to reward exclusively the services rendered in the Overseas territories. The classes of the order became Knight, Commander, Commander by Number, and Grand Cross. The concession and tests of nobility was suppressed in all the Royal Orders. By royal decree of 28 October 1851, no concessions of Grand Cross of any orders were to be made without the proposal of the Council of Ministers and concessions for the lower classes with the proposal of the Secretary of State.
After the establishment of the First Republic, the Order was declared to be extinguished by Decree of 29 March 1873 as deemed to be incompatible with the republican government. Use of the various insignias was allowed to those who possessed them. When King Alfonso XII ascended to the throne, the Order was reestablished by Decree of 7 January 1875.
Coat of arms of Alfonso XIII, with collar and heraldic mantle of the Order.
During the minority of Alfonso XIII, his mother and Regent, Maria Cristina, signed the royal decrees of 15 April 1889 and 25 October 1900. Among other things, they sought to impose entry into the Order by the category of Knight, to prohibit the use of decorations until the corresponding title was obtained, and to ratify the obligation that the Grand Cross be awarded with the agreement of the Council of Ministers and for conferees to be published in the Official Gazette. By Royal Decree of 14 March 1903, the Silver Cross of the Order was created, and by Royal Decree of 15 April 1907, the Silver and Bronze Medals.
In Royal Decree 1118, of 22 June 1927, the superior grade of Knights of the Collar was created, to be awarded to prominent personalities of extraordinary merit. It also provides that women can also be decorated with either the lazo or banda.
The Provisional Government of the Republic, by decree of 24 July 1931, abolished all orders under the Ministry of State, except for the Order of Isabella the Catholic. The regulations approved by decree of 10 October 1931 introduced a new degree: Officer (Oficial). By decree of 8 August 1935, it was established that the first degree in the Order of Isabella the Catholic was that of the Grand Cross, the Collar being reserved exclusively for very exceptional cases.
In 1938, Franco, by decree of 15 June, restored the Order in its traditional meaning: to reward meritorious services rendered to the country by nationals and foreigners. The order's regulations were approved by Decree of 29 September 1938. According to the 1938 regulations, the order consisted of the following grades: Knight of the Collar, Knight Grand Cross, Commander by Number, Commander, Knight, and Silver Cross. Decree 1353/1971, of 5 June, re-incorporated the rank of Officer, placing it between the grades of Knight and Commander. Thus, the Order consisted of the following grades: Knight of the Collar, Knight of the Grand Cross, Banda de Dama (denomination of the Grand Cross when granted to ladies), Commander by Number, Commander, Officer, Knight, Lazo de Dama (the degree of Knight when it is granted to ladies), and Cruz de Plata.
The order's current regulations date from 1998 as approved by Royal Decree 2395/1998, of 6 November. Among its provisions, the categories of Banda de Dama, Cruz de Caballero and Lazo de Dama were repealed to avoid possible interpretations of there being gender discrimination. Notwithstanding this, for aesthetic and functional reasons, the ladies who are decorated use reduced versions of the insignia of each degree of the Order.
Lejos del frío y la nieve europea, los príncipes herederos de Holanda Guillermo y Máxima viajaron con sus tres hijas a la Patagonia argentina para pasar la Navidad con la familia Zorreguieta. Junto a las princesas Catalina Amalia, Alexia y Ariana, los futuros reyes holandeses ofrecieron una entrevista y sesión de fotos a los medios en el elegante "Messidor", un pequeño castillo ubicado a metros del Lago Nahuel Huapi, en las afueras de Villa La Angostura, y en la que en los 70 estuvo detenida la viuda del general Perón, Isabel.
Esta mansión de estilo francés, enmarcada entre el lago Nahuel Huapi y la cordillera de Los Andes, fue construida en 1942 por el arquitecto Alejandro Bustillo (creador, entre otros, del Llao Llao y del Banco Nación) a pedido de su prima,Sara Madero de Demaría Salas. Sus paredes vieron desfilar a personajes importantísimos de nuestra historia y a algunos de los visitantes más ilustres que tuvimos.
El edificio, de dos pisos, tiene habitaciones con excelentes vistas al Nahuel Huapi, un gran comedor, living, sala de estar y una biblioteca de forma circular, habitaciones de huéspedes, una gran cocina y una terraza desde la cual se puede apreciar el bosque que rodea la casa, con variadas especies de árboles, autóctonos y exóticos, además de coloridas flores.
Donada al gobierno neuquino por sus propietarios en 1964, desde entonces Messidor es testigo de secretos increíbles. Uno de sus primeros huéspedes, el general Juan Carlos Onganía, ordenó mejorar el camino que une a La Angostura con Bariloche para que circulara sin problemas el camión que transportaba sus pertenencias desde Buenos Aires.
ESTO NO LES GUSTA A LOS AUTORITARIOS
EL EJERCICIO DEL PERIODISMO PROFESIONAL Y CRÍTICO ES UN PILAR FUNDAMENTAL DE LA DEMOCRACIA. POR ESO MOLESTA A QUIENES CREEN SER LOS DUEÑOS DE LA VERDAD.
A lo largo de los años, también se hospedaron en el Messidor los presidentes Alfonsín (que fue a descansar allí tras su renuncia en 1989) y Menem (víctima de la famosa "picadura de avispa" durante un paseo en gomón en el Nahuel Huapi). Además, el libro de visitantes, que desapareció misteriosamente hace unos años, tenía las firmas el rey Juan Carlos de España y el príncipe Hirohito, el actual Emperador de Japón.
Por motivos menos idílicos, "Isabelita" Perón pasó allí siete largos y penosos meses detenida, tras su destitución. Así lo testimonian las desesperadas cartas que Isabel le escribía al Nuncio Apostólico, Pío Laghi, para que le gestione un trato menos riguroso de parte de los gendarmes. La finca fue rodeada por 300 efectivos que debían impedir cualquier intento de escape, y la expresidenta fue recluida en una habitación sin calefacción y cuyo único privilegio era la vista al lago.
"El 1 de mayo de 1976, en El Messidor, la interrogó un juez", relató Rosario Álvarez, la incondicional mucama de Perón e Isabel. "Pero ella subió a su habitación llorando y se tiró en la cama. Isabel lloraba muchísimo. Cuando se calmó, volvieron a interrogarla. "Isabel encendía velas, rezaba oraciones y solía tirar flores en los lagos de Villa La Angostura". "Una es por mí, otra por ti, y ésta por el Pueblo argentino", le decía a Rosario.
Contaron las "malas lenguas" que en el Messidor la Presidenta derrocada entabló un romance con un guardia, que posteriormente fue destituido, y se habló incluso de un embarazo, asuntos que fueron negados por el diputado peronista Gabriel Labaké, que fue colaborador personal de Juan Domingo Perón.
"Inventaron el rumor infame de que Isabel había quedado embarazada porque mantenía un amorío con el capitán de su propia guardia militar", explicó Labaké en una carta publicada hace algunos años en un diario de La Angostura "El pobre hombre", explicaba Labaké, "un peronista al fin y al cabo, había cometido “el delito” de solicitar a Isabel que se sacara una foto junto a él".
A los diez minutos de despegar del techo de la Casa Rosada, el helicóptero aterrizó en el Aeroparque. El piloto usó la excusa ante la Presidenta:
-Tenemos un desperfecto técnico.
Isabelita y sus dos acompañantes fueron llevados a la oficina del jefe de la base aérea. El despacho se convirtió en una ratonera.
-Están detenidos –escucharon González y Luissi de boca de un oficial en uniforme de combate.
Con la Presidenta el trato fue más cordial. Se le aproximaron el general José Villarreal, el brigadier Basilio Lami Dozo y el contraalmirante Pedro Santamaría. La novedad la comunicó Villarreal:
-Señora, está usted arrestada.
24 de marzo de 1976: el golpe de estado terminó con el gobierno de Isabel Perón
El general le pidió su cartera, Isabelita se la dio. Villarreal extrajo un pequeño revólver del interior y se la devolvió. La viuda de Perón estaba tranquila, pero intentó una última defensa. En un aparte con el general Villarreal, le dijo que estaba equivocado.
-Acá debe haber un error. Ya se llegó a un acuerdo con los tres comandantes. Podemos cerrar el Congreso. La CGT y las 62 me responden totalmente. El peronismo lo conduzco yo, la oposición me apoya. Yo les doy a ustedes cuatro ministerios y los tres comandantes podrán acompañarme en la dura tarea de gobernar.
La respuesta de Villarreal sonó como un cachetazo:
-A usted, señora, no le responde nada más que una cúpula de gremialistas corruptos, su peronismo está dividido y la oposición pide masivamente su renuncia.
Cuando le dijeron que se la iban a llevar a la residencia El Messidor, en Bariloche, Isabel Martínez contestó que no tenía ropa. Los militares le dijeron que irían a Olivos a buscarla y le preguntaron quién quería que la acompañara a su nuevo destino.
-Mi gobernanta, por favor.
El Messidor
Media hora después, la gobernanta, una mujer de unos 50 años, les explicó que ella no quería ir “porque yo no tengo ningún vínculo afectivo con la señora, para mí esto era sólo un trabajo”. A las tres de la mañana, María Estela Martínez, después de haber estado casi 20 años al lado de Perón y de haber ejercido la Presidencia desde su muerte, el 1° de julio de 1974, era embarcada en el avión presidencial Patagonia.
El golpe militar estaba en marcha. La "Operación Bolsa" era la más prolija de las redadas puestas en marcha en todo el país durante esa madrugada. De civil y de uniforme, de todos los cuarteles salían fuerzas militares para secuestrar y matar. También para ocupar las radios y los canales de televisión. La comunicación estaba muy cuidada por quienes ponían en marcha el plan criminal más despiadado de la historia argentina.
Los comunicados
La noche porteña estaba despejada, agradable: 20 grados y el cielo estrellado. No había nadie en las calles. A las tres y veintiuno se escuchó al locutor, grave, por la cadena nacional:
-Comunicado número uno. Se comunica a la población que a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento de las disposiciones y directivas que emanen de la autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones. Firmado: general Jorge Rafael Videla, almirante Emilio Eduardo Massera y brigadier Orlando Ramón Agosti.
Minutos después el mismo locutor dijo que seguía vigente el estado de sitio y que "cualquier manifestación será severamente reprimida". A las tres y media, el locutor dijo que la Junta Militar ordenaba el cumplimiento de todos los servicios y transportes públicos.
En la planta superior, con vista al lago, se encuentran los dormitorios y la terraza, y en la planta baja, el comedor, el living y otra sala con obras de arteGentileza
Es difícil imaginar que una única persona puede haber tenido suficiente tiempo como para obtener el Primer Premio del Salón Nacional de Pintura del Museo de Bellas Artes con un autorretrato, y a la par haber creado el hotel Llao Llao y el Centro Cívico, ambos de Bariloche. También, el conjunto del Hotel Provincial y el Casino de Mar del Plata, entre otras decenas de piezas memorables, como la casa central del Banco de la Nación Argentina y las casas de Victoria Ocampo.
Además tuvo tiempo para triunfar junto al arquitecto Angel Guido en el concurso de anteproyectos del Monumento Nacional a la Bandera. Ese fue Alejandro Bustillo (1889-1982), fundador del llamado estilo clásico nacional, es una de las figuras más prominentes de la arquitectura argentina.
A Bustillo recurrió Sara Madero de Demaría Sala, hija de Carlos Madero y de Sara Unzué. Primos entre ambos, Sara quería que Alejandro llevara adelante la idea de un palacete francés en la ribera del lago Nahuel Huapi. Eran tiempos en el que el hermano de Alejandro, Ezequiel Bustillo, presidía Parques Nacionales.
Entre algunas de sus ideas estaba la de disponer una serie de villas a la ribera del lago, entre Villa La Angostura y Villa Traful. Para eso realizó un loteo y convenció a algunos cercanos para que compraran los terrenos vírgenes. Debieron ir a licitación y Sara resultó adjudicataria de uno de ellos. En una entrevista que se publicara en el diario local El Pionero la propia Sara comentó que su marido no estaba tan entusiasmado como ella por la idea. “Vi esa belleza incomparable”, declaró entonces.
El pliego de la adjudicación ponía plazo de cinco años para la construcción de las propiedades, a fin de hacerse acreedores de manera definitiva del lote. La familia Demaría Sala inició una construcción modesta con troncos. En medio de la tarea Sara perdió a sus padres y ese vacío la impulso a convocar al arquitecto Bustillo.
Con su conocimiento previo de la zona y el terreno, y de las perspectivas posibles, rápidamente planteó las bases de lo que sería un palacete francés en medio de Villa La Angostura.
El Llao Llao, obra de Bustillo
El primer dilema que enfrentó Bustillo fue el emplazamiento. Luego de elegir el mejor sitio para evitar que el terreno se derrumbara, la afincó frente a la península de Quetrihue, con fondo escena de la Estancia Huemul. Bustillo eligió piedra para darle vida a la construcción atendiendo al pedido de Sara que le temía a los incendios.
Allí comenzó la gesta de un castillo a escala en 1942, rodeado por jardines irrepetibles sobre las costas del lago Nahuel Huapi.
Con aire de revolución
En un paseo por San Isidro, Sara identificó una casa en piedra que le hizo visitar a Bustillo. Bajo esa idea trabajó el arquitecto, aunque la esbozó más grande. En algún momento Sara comentó que la había atemorizado el proyecto tan ambicioso de su primo, pero confió en su criterio.
El interior se trabajó en madera de ciprés de la zona. El jardín se diseñó poco, porque Sara prefería dejarlo natural, acorde al paisaje al que siempre calificó de grandioso. Apenas usó un par de rosales que le obsequió una vecina y que enmarcaron el ingreso.
También incluyó unas sequoias traídas de la vecina isla Victoria. Sin embargo, en el primer planteo general de la obra se proporcionó un estilo geométrico, propio de las residencias francesas. Entre las especies autóctonas que se encuentran aun hoy hay colihues, radales, pinos de diversas especies, arrayanes, castaños, abedules, robles, maitenes, nogales y ñires.
Alejandro Bustillo, de sombrero y bufanda, montando a caballo para un recorrido por los alrededores de Cumelén. Villa La Angostura. (Foto: Antonio Lynch. Año 1934)
La leyenda dice que el nombre de El Messidor se inspira al décimo mes del año del calendario francés que impuso la Revolución de 1789, el “Mes de Oro” en homenaje a las espigas doradas que la temporada deja florecer en ese tiempo del año. Los revolucionarios eligieron ese nombre basándose en el tono de dorado de esos tallos. Sin embargo, lo cierto es que la familia de Sara ya tenía una casa en la costa atlántica con el mismo nombre y lo tomaron para replicar la estancia también en la montaña.
El diseño presenta dos plantas y un sótano. En la planta superior, con vista al lago, se encuentran los dormitorios y la terraza que fue un agregado posterior de Bustillo en uno de sus viajes y estancias. En la planta baja se reúnen el comedor, el living, otra salita de estar decorada con un cuadro de Juan Carlos Castagnino y otro de Antonio Berni, además de una biblioteca circular. Con bastante distancia, en el otro extremo de la casa, se encuentra el área de huéspedes, junto a la cocina y la despensa.
Vivieron allí en familia hasta que los dos hijos de Sara y José Demaría, Fernando y Sara partieran. Poco a poco la casa fue quedando grande.
Sus jardines cuentan con sequoias traídas de la isla Victoria, además de colihues, radales, pinos de diversas especies, arrayanes, castaños, abedules, robles, maitenes, nogales y ñiresGentileza
Para 1954 se inician gestiones desde el gobierno de Neuquén con intenciones de adquirir la propiedad como una manera de conservarla. Para 1964 se finaliza la operación y El Messidor se transforma en la residencia oficial del gobernador.
Otra parte de la historia se vivió en la residencia. En ocasión del golpe de Estado de 1976, la entonces presidenta Isabel Perón fue subida a un avión Fokker que, de inmediato, el mismo 24 de marzo en la madrugada, la trasladó a El Messidor con su asistente y sus dos perros. Comenzaban entonces los meses que pasaría recluida allí incomunicada, sin calefacción y vigilada por 300 efectivos.
Hoy el castillo se puede ver, en ocasiones de visita, circulando en vehículo por los senderos interiores sin detenerse ni descender. En 2012, en sus jardines posaron para las fotos los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima con sus tres hijas, cuando viajaron a Villa La Angostura para pasar las fiestas con la familia Zorreguieta.
Ricardo Alfonsín tomó el sitio como lugar de reposo luego de su renuncia a la presidencia. Aquí fue la mítica historia de la “picadura de abeja” que declaró haber sufrido el entonces presidente Carlos Menem.
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