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Orden de Isabel La Católica

Instituida por Orden de SM el Rey D. Fernando VII, el día 24 de marzo de 1815.
La invasión napoleónica en España, no solo supuso un revulsivo interno en la política del Reino de España, sino que llevo las ganas de independencia de los criollos de las tierras de ultramar. Ellos, que eran los descendientes de los españoles que fueron descubriendo y civilizando aquellas tierras, dándoles su cultura y tradiciones, sintieron la falta de atención de la Península en los asuntos americanos, aunque si bien es cierto en modo, tampoco faltaban las ganas de aglutinar el poder ellos solos, dejando de lado a la metrópoli de la que venían todas sus heredades.
El desgobierno que había en España derivado de la Guerra de la independencia, fue utilizado por los separatistas, que se infiltraron en las Juntas autónomas creadas en las provincias españoles de ultramar. Con ello, se inicia una lucha por la independencia, que se alargará hasta finales del siglo XIX.
Al llegar al trono de Fernando VII, hubo que enfrentar a los separatistas. Puso todos los medios para conseguir la permanencia de las provincias bajo soberanía española, y con el ánimo de premiar a los españoles leales a su patria y al Rey, la «acrisolada lealtad, el celo y patriotismo, desprendimiento, valor y otras virtudes que tanto los individuos de la milicia como de todas las clases y jerarquías del Estado han mostrado y mostraren en adelante en favor de la defensa y conservación de aquellos remotos países» Fernando VII crea la REAL ORDEN AMERICANA DE ISABEL LA CATOLICA.
El nombre elegido fue el de su augusta Antepasada, a cuya iniciativa e impronta, se debió el descubrimiento de América. Con el fin de premiar la lealtad de tantos españoles que se mantenían fieles a sus raíces y su patria, y el mérito contratado en favor de la defensa y la conservación de aquellos dominios, crea la Orden, de carácter inicialmente militar, siguiendo la tradición española, bajo la protección de un Santo Patrono, en este caso a Santa Isabel, Reina de Portugal.
En sus primeros Estatutos se establecían tres categorías; Gran cruz, Caballeros de primera y de segunda clase; a todos ellos se les reconocía la nobleza personal.
Fernando VII dio los primeros pasos de la Orden nombrando 15 grandes cruces, 14 caballeros de primera clase y 3 de segunda. Nombró el Capítulo Supremo, presidido por el Duque de San Carlos. En aquella primera reunión, se propuso al Rey el cambio de clases, que quedaría de la siguiente manera: Gran Cruz, Comendador y Caballero. Para los indigenas americanos se estableció la medalla especial.
El Papa Pío VII expedía la bula Víros magnos ín regno, el 26 de mayo de 1816, aprobando y confirmando la nueva Orden Americana, y extendiendo a sus caballeros y ministros las mismas indulgencias y gracias espirituales que a los de la Orden de Carlos III. El 20 de enero de 1816 se escogió para sede de la Orden la iglesia de Santa María la Real de la Almudena.
La orden perdió su sentido inicial desde la perdida de las provincias americanas. Sin fondos y sin sentido, fue cayendo en el ostracismo.
En 1847, se acometió una importante reforma de las Órdenes Reales españolas. Los capítulos solemnes continuaron celebrándose en el reinado de Isabel II. La Real Orden de Isabel la Católica, dejó de denominarse Americana en virtud del Real Decreto de 15 de abril de 1889, y fue considerada la condecoración general y propia del mérito civil, entregándose desde ese momento, a los españoles que se distinguían por sus méritos al servicio de España.
La Real Orden de Isabel la Católica fue la única que no suprimió en 1931. Durante la guerra civil ambos bandos en lucha estuvieron entregando las condecoraciones.
Actualmente, la Orden se rige por el Real Decreto 2395/1998, de 6 de noviembre, mediante el cual han sido derogadas todas las normas anteriores, salvo los estatutos fundacionales. Según su artículo primero, la Real Orden de Isabel la Católica tiene por objeto premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación, o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación española con el resto de la comunidad internacional.
SM el Rey es el Gran Maestre de la Real Orden, y puede ostentar diariamente las insignias. Su sede y oficinas se encuentran en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que su Gran Canciller es el Ministro de Asuntos Exteriores, y la Canónica sigue estando en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena.
Las categorías de la Real Orden de Isabel la Católica consta de las siguientes categorías comunes para ambos sexos:
Collar
Placa del Collar
Encomienda (lazo de dama opcional)
Encomienda
Placa de encomienda
Cruz (lazo de dama opcional)
Cruz
Placa de la Cruz
Oficial (lazo de dama opcional)
Oficial
Cruz de plata (lazo de dama opcional)
Cruz de Plata
Medalla de plata (lazo de dama opcional)
Medalla de plata
Medalla de bronce (lazo de dama opcional)
Medalla de bronce
El emblema de la Orden es una cruz de oro coronada con una corona olímpica o de cogollos de olivo, formada de cuatro brazos iguales, esmaltada de color rojo, conforme al pabellón español, e interpoladas con los brazos unas ráfagas de oro; En su centro habrá sobrepuesto un escudo circular en que se verán los esmaltes de las dos columnas y dos globos o mundos, que representarán las Indias, enlazados con una cinta, y cubiertos ambos con una corona imperial, llenando el campo del escudo los rayos de luz, que partiendo de los mismos globos se extienden en todos los sentidos. En su anverso, y sobre campo blanco, se leerá de letra de oro la siguiente leyenda: «A LA LEALTAD ACRISOLADA».

La cruz será la mismo pero en el anverso, con la diferencia de que en él habrá de leerse: «POR ISABEL LA CATÓLICA, FERNANDO VII».
Los collares, son propiedad de la Orden y deben ser devueltos tras el fallecimiento del titular de la mismas.
https://casarealdeespana.es/2016/02/08/orden-de-isabel-la-catolica/ |
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Palacio Borbón
Para otros usos de este término, véase Borbón.
El Palacio Borbón,1 (en francés: Palais Bourbon) es un palacio gubernamental situado en el séptimo distrito de París, en la orilla izquierda del Sena, frente a la Plaza de la Concordia, cruzando el río. Es la sede de la Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento francés.
El palacio fue construido originalmente en 1722 para Louise-Françoise de Bourbon, duquesa de Borbón, hija legitimada de Luis XIV, como una casa de campo, rodeada de jardines. Fue nacionalizada durante la Revolución Francesa, y en la época del Directorio, de 1795 a 1799, fue el lugar de reunión del Consejo de los Quinientos, la cámara legislativa que elegía a los 5 miembros del Directorio. A partir de 1806, Napoleón Bonaparte añadió una columnata clásica en su acceso por el Sena.
El complejo del Palacio incluye actualmente el Hôtel de Lassay, en el lado oeste del Palais Bourbon, el cual es la residencia oficial del Presidente de la Asamblea Nacional.
Antes de la Revolución Francesa
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El palacio fue encargado por Luisa Francisca de Borbón, Mademoiselle de Nantes, duquesa de Borbón, hija legitimada de Luis XIV y de Madame de Montespan, quien contrajo matrimonio con Luis III de Borbón-Condé, duque de Borbón y sexto príncipe de Condé.1 El edificio, iniciado en 1722 y terminado en 1726, se encuentra en lo que era entonces un barrio en gran parte rural en las afueras de París, que estaba a punto de convertirse en una zona residencial muy de moda, el barrio de Saint-Germain. Hasta ese momento, el área era una zona boscosa popular para los duelos de lucha.
El palacio inicialmente estuvo a cargo del arquitecto italiano Giardini quien contó con la supervisión de Hardouin Mansart. En 1724, el fallecimiento de Giardini dejó el proyecto en manos de Jacques Gabril quien lo concluyó en 1728. Paralelamente, el Marqués de Lassay encargó la construcción de otro palacete situado muy cerca del palacio Borbón, llamado Hôtel de Lassay. Ambas construcciones se unirían posteriormente a través de una galería.
Tanto el Palais Bourbon como el Hôtel de Lassay se diseñaron en estilo italiano, con techos ocultos por balaustradas e invisibles desde la calle. El Palais Bourbon tenía forma de "U" y era paralelo al Sena, con dos alas que encierran un patio. La entrada al patio y al edificio estaba en la calle de la Universidad, tenía un arco adornado, y estaba flanqueada por dos pabellones. El Hôtel de Lassay era rectangular, y de un tamaño más modesto. Los dos edificios tenían fachadas idénticas hacia el Sena. El espacio entre ambos edificios, y entre éstos y el Sena, se cubrió de jardines. Además de las grandes salas de recepción, el interior del palacio Borbón tenía muchos salones pequeños, que podían ser dispuestos para una variedad de propósitos. También tenía una novedad para la época: pasillos, por lo que se podía caminar por todo el edificio sin tener que pasar a través de las habitaciones. Ninguno de los apartamentos originales de la duquesa sobrevive; ya que fueron demolidos en las remodelaciones posteriores.2
La duquesa de Borbón murió en 1743, y De Lassay en 1750. Entonces el palacio fue comprado por Luis XV, que parece haber querido incluirlo en el plan de la nueva Plaza Real (actual Plaza de la Concordia), que se construía al otro lado del río. Pero en 1756 lo vendió al nieto de la duquesa, Louis Joseph, príncipe de Condé, que había sido un héroe, en la recién concluida guerra de los siete años. El príncipe decidió transformar la casa de campo en un monumental palacio, en el nuevo estilo renacimiento clásico. Con este fin en mente, en 1768 compró el vecino Hôtel de Lassay, para hacer de ambos edificios uno solo. Un nuevo plan fue elaborado por Marie-Joseph Peyre, cuyo estilo se basaba en estudios arqueológicos de la antigua Roma y Grecia. Varios arquitectos diferentes estuvieron involucrados en el proyecto, incluyendo a Jacques-Germain Soufflot, Bellisard y Charpentier.
En el palacio neoclásico del Príncipe, la entrada de la calle de la Universidad fue reemplazada por una más grande e impresionante, con un arco enmarcado por una galería de columnas. Las dos alas del edificio se extendieron, y se edificó un pabellón con departamentos para uno de los hijos del príncipe. Una abundancia de decoración militar, incluyendo esculturas, escudos y armas, se añadió al vestíbulo, y son todavía visibles. El palacio fue terminado a finales de la década de 1780, muy poco antes que la Revolución Francesa barriera con el antiguo régimen. El príncipe se exilió, y las dos residencias fueron confiscados por el estado, en 1792.3
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Reyes españoles y los colores de la bandera
Carlos IV de Borbón (Portici, Nápoles, 11 de noviembre de 1748 – Roma, 20 de enero de 1819) fue Rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia.
Fernando VII de Borbón (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784 - Madrid, 29 de septiembre de 1833), llamado el Deseado o el Rey Felón, fue rey de España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del rey intruso José Bonaparte, nuevamente desde diciembre de 1813 hasta su muerte, exceptuando un breve intervalo en 1823, en que fue destituido por el Consejo de Regencia.
Alfonso XII de Borbón, el Pacificador (Madrid, 28 de noviembre de 1857 – El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885; era hijo de la reina Isabel II de España y su marido, Francisco de Asís de Borbón. Nacido Alfonso Francisco Fernando Pío Juan de María de la Concepción Gregorio Pelayo de Borbón y Borbón. Reinó tras la Restauración borbónica, hasta su muerte prematura a los 27 años, víctima de la tuberculosis. Fue sucedido en el trono por su hijo póstumo, Alfonso XIII de España, cuya minoría estuvo encabezada por la regencia de su viuda, María Cristina de Austria.

https://histeducarg.wordpress.com/extras/reyes-espanoles-y-los-colores-de-la-bandera/ |
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TODO SOBRE LA PENÍNSULA DE LA MAGDALENA Y SU PALACIO (SANTANDER)
Publicado el 02/07/2022
Si estás planeando una visita a Santander, apúntate este lugar: la Península de la Magdalena. Se encuentra en un extremo de la ciudad en un trozo de tierra que sobresale de la bahía de Santander. En ella encontrarás un inmenso parque, una playa, un museo al aire libre dedicado a un aventurero santanderino y su principal atractivo: su palacio. Vamos por partes.
1. LA PENÍNSULA DE LA MAGDALENA
Banco con vistas al mar en la Península del Palacio de la Magdalena (Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
La Península de la Magdalena es un gran espacio verde de nada menos que 25 hectáreas. Hoy en día es un parque municipal de acceso libre y gratuito que se puede visitar entre las 8 y las 20:30h. El parque es peatonal, pero puedes dejar el coche en el parking de fuera que es gratuito.
ATENCIÓN para viajeros en furgoneta camper gran volumen o autocaravana: en casi todo Santander hay prohibición al estacionamiento de vehículos de más de 1.8 toneladas, por lo que lo mejor es aparcar en el área de autocaravanas de la que te hablamos en el artículo dedicado a Santander en furgoneta camper, o en las afueras de la ciudad desde donde puedes acercarte en transporte público.
Nada más entrar al recinto del parque, te encontrarás con un panel informativo en el que se muestra el plano del lugar. Aunque son muchos los caminos que transitan por la península, para no dejarse nada, lo mejor es recorrerlo realizando un circuito circular que se puede realizar a pie (nuestra opción) o cogiendo un trenecito turístico de media hora de duración en el que te van explicando todos los detalles acerca de la península de la Magdalena. Su precio es de 5€.
Tren turístico frente al Palacio de la Magdalena (Santander, Cantabria). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Nosotros comenzamos el paseo escogiendo el camino de la derecha que te lleva por la Calle Familia Real.
Nada más empezar, nos encontramos con una escultura de Félix Rodríguez de la Fuente, el famoso naturista nacido en Poza de la Sal (Burgos) y amante declarado de Cantabria y sus paisajes.
Escultura a Félix Rodríguez de la Fuente (Magdalena, Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
A la derecha, una zona verde con un parque de juegos para niños y, justo enfrente, la Playa del Bikini. Se llama así porque fue el primer lugar donde se tiene noticia de haber avistado un bikini en playas españolas, allá por los años 70. Los vestían las estudiantes extranjeras que estudiaban en la Universidad Menéndez Pelayo que se encuentra justo enfrente de la playa. Fue algo noticiable en la España de aquellos años, hasta el punto de que la playa se quedó con ese nombre.
Parque de columpios en la Península de la Magdalena (Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
En esta zona también, nos encontramos con el Paraninfo de la Magdalena, donde se celebran actos culturales y congresos.
Otro edificio importante es el de las Caballerizas Reales, que hoy funciona como residencia de estudiantes y cuenta con un restaurante con vistas a la playa. Es de interés histórico porque entre los años 1933 y 1935, actuó aquí la compañía de teatro de Federico García Lorca. Nada menos.
Playa del Bikini (Palacio de la Magdalena, Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Si sigues el camino bordeando el mar, llegarás al Palacio de la Magdalena y un poco más adelante al Museo al aire libre del hombre y el mar de los que te hablamos a continuación.
2. EL PALACIO DE LA MAGDALENA
El Palacio de la Magdalena (Santander, Cantabria). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
La joya de la Península de la Magdalena, es su palacio. Un majestuoso edificio con una fachada muy bonita que no te querrás perder.
Su historia tiene miga. El palacio se construyó con fondos del ayuntamiento de Santander y acto seguido, se lo regalaron al Rey Alfonso XIII y a su mujer la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, para que fueran a veranear a Santander.
Veranearon en el lugar durante un par de decadas desde el año 1913. El palacio se fue deteriorando... hasta que su nuevo heredero, Don Juan Conde de Barcelona, lo devolvió al ayuntamiento... pero no gratis, claro. Se lo vendió en 1977 por 150 millones de las antiguas pesetas (palacio y península). Vamos, que le salió bien rentable la operación. Al Ayuntamiento y a los santanderinos... no tanto. El Ayuntamiento lo restauró y ahora, podemos disfrutarlo todos.
Nosotros frente al Palacio de la Magdalena. Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
En el año 1982, el palacio fue declarado Monumento Histórico de carácter nacional. En la actualidad, se utiliza para congresos, actos varios, reuniones, bodas… Se puede visitar por 5€, con descuentos para diferentes colectivos que puedes consultar aquí: https://palaciomagdalena.com/visitas. Otra opción interesante es contratar una visita guiada donde te lo cuenten TODO!
Silla tallada en un tronco (Península de la Magdalena, Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Después de rodear el palacio, iniciamos el camino de vuelta a la salida y por el trayecto nos encontramos con varias figuras de madera que nos llamaron la atención. Estuvimos un rato jugando a encontrarlas todas y a la vuelta, nos enteramos de que las talla un jardinero con los árboles enfermos de la zona: sillas, pájaros, flores, pingüinos…
3. MUSEO AL AIRE LIBRE VITAL ALSAR: EL HOMBRE Y EL MAR
La Balsa de Vital Alsar en el Museo al aire libre (Magdalena, Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Seguimos paseando por la península, esta vez por la Calle Juan de Borbón hasta llegar a un pequeño museo gratuito al aire libre a orillas del mar.
Para nosotros, es la zona más bonita de la península. El museo, está dedicado al aventurero Vital Alsar Ramírez, natural de Santander y a las expediciones que realizó en los diferentes mares y océanos del mundo entre los años 1966 y 1992. Este navegante, portaba una bandera blanca en sus embarcaciones y difundía allá donde iba un mensaje de fraternidad y amor. Por eso se le conoce como "el navegante por la paz".
En el museo encontrarás recreacciones de los 3 galeones usados por Vital Alsar en sus aventuras. También puedes consultar un mapa donde se muestran las rutas que siguió el ilustre navegante, y la balsa que se construyó en Guayaquil (Ecuador) para navegar con ella como lo hicieran los navegantes de antaño.
Galeones de Vital Alsar en el Museo al Aire Libre de Santander. Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Encontrarás también una escultura de una sirena de bronce. Una réplica del mascarón de proa de un barco de Juan de la Cosa: el cartógrafo que realizó el primer mapamundi que incluía América en el año 1500.
Escultura de una sirena en la Península de la Magdalena (Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Completando el museo, una burbuja de salvamento que fue remolcada por uno de los galeones de Vital Alsar (El galeón Cantabria) hasta las costas españolas en el marco de una investigación de salvamento marítimo que les llevó por el Amazonas y el Océano Atlántico y que duró 267 días.
Burbuja de salvamento Vital Alsar (Santander). Foto de @vivirnoescaro (Todos los derechos reservados)
Te recomendamos que entres a la web de la Fundación Vital Alsar para descubrir más sobre la historia de este personaje, porque es muy interesante.
Vital Alsar recibió innumerables premios y un gran reconocimiento por sus hazañas. Murió en 2020 a los 87 años en México, país donde residía con su esposa.
4. ¿EL PARQUE MARINO DE LA MAGDALENA?
Por último, justo antes de salir, nos encontramos con un pequeño parque marino gratuito en el que entramos de casualidad... y del que volvimos a salir inmediatamente. Focas, leones marinos y pingüinos, recluidos en un espacio minúsculo... No, gracias.
Santander, y Cantabria en general, tienen muchas cosas interesantes que ver, pero esta no es una de ellas.
https://vivirnoescaro.com/es/todo-sobre-la-peninsula-de-la-magdalena-y-su-palacio-santander |
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