El valle desciende suavemente hacia la localidad de Murias de Paredes, al este. Al oeste, el desnivel es más acusado y el arroyo Bayo desciende rápidamente formando rápidos y cascadas. Esta diferencia de nivel es muy característica del proceso de captura por la cuenca del río Sil de la cabecera de la red fluvial del Duero.45 Un tramo de la ruta turística de las fuentes del Omaña trascurre por el puerto.6 Otros puntos de interés son una ermita en ruinas y el abedular de 170 Ha en las laderas del valle del Fasgarón, al lado sur del puerto.7
Las localidades más cercanas comunicadas por este puerto son la burgalesa de Cabañas de Virtus, a 4,2 km, y la cántabra de Resconorio, a 12 km. Alcanza la divisoria de aguas norte - sur a 976 m s. n. m., punto que coincide con el límite entre la provincia de Burgos y Cantabria, y llega a su máxima cota (995 m s. n. m.) a kilómetro de dicha divisoria, en la vertiente cántabra. En este tramo, la carretera CA-633 forma un arco siguiendo la cuenca que da origen al río Magdalena. Desde su mayor altura, la carretera va descendiendo suavemente (0,45 %) hacia el norte, hasta llegar al puerto de la Matanela, a 12 km.2
↑Instituto Geográfico Nacional de España. «Visor Iberpix». Archivado desde el original el 13 de diciembre de 2013. Consultado el 19 de diciembre de 2013.
↑Zubieta Irún, J. L. (2008). Geografía histórica de la Diócesis de Santander. Universidad de Cantabria.
Por su izquierda corre el Luna, y por la derecha a reunirse con él, las aguas que bajan de Quintanilla y de Bobia. El terreno lo fertilizan las aguas del Luna que también movieron las ruedas de ocho molinos harineros.
Tiene por barrios, los llamados: el de Arriba, el de Abajo, Somata, Valdoreo , la Romería y el Cantíco
En la parte opuesta al río, pasando un puente, está la Magdalena, barrio más poblado que surgió del crecimiento del pueblo en la época de mayor auge de las minas de carbón, aunque ya existían de antiguo algunas casas y una ermita dedicada a Santa María Magdalena, de la que se celebra el 22 de julio de cada año su festividad. Antiguamente se celebraba una romería de bastante concurso.
La Magdalena, a pesar de haber surgido del crecimiento de Canales, tiene un sentimiendo identitario que hace que sus gentes se sientan pertenecientes única y exclusivamente al pueblo de La Magdalena. El hecho de que en el nomenclátor oficial figure como Canales-La Magdalena demuestra la existencia de dos identidades.
Tiene un colegio público de enseñanza primaria y un centro de salud para la comarca. Tiene dos iglesias parroquiales: San Adriano, en Canales, y Santa María Magdalena, en La Magdalena.
Produce granos, garbanzos, pan casero, legumbres y lino, cría ganado vacuno, lanar, cabrio y yeguar. Caza de perdices y pesca de trucha. Tuvo industria de fabricación de paños y lienzos ordinarios, y minas de hulla que alimentaron las fraguas situadas a un radio de seis leguas. Villa que perteneció al Conde Luna.
Integrarme al equipo de COSTASALVAJE en plena temporada de avistamiento de la ballena gris trabajando en un lugar como Bahía Magdalena, supera todas mis expectativas. La misión de COSTASALVAJE de conservar ecosistemas costeros y marinos y su vida silvestre a través del desarrollo comunitario (junto con otras herramientas), es el sueño de conservacionistas que, como yo, han sido inspirados por la maravillosa biodiversidad de sitios como Bahía Magdalena.
Supe que quería ser bióloga desde que era una adolescente. De niña, me gustaba mucho ver documentales de animales pero mis favoritos eran los de ballenas y delfines. En la Universidad, tuve la oportunidad de vivir en las Islas Canarias (España) trabajando con un equipo de veterinarios que atendía varamientos de cetáceos y durante la maestría trabajé en las islas del Pacífico en Baja California con lobos marinos y focas. Pero nada de eso había satisfecho mi gusto por la conservación de mamíferos marinos y mi necesidad de aportar algo a la sociedad.
Así que me emociona comenzar a trabajar con la gente de las comunidades de Bahía Magdalena. Aunque se ha avanzado en muchos aspectos, el que la Bahía no sea un Área Natural Protegida implica que los esfuerzos deben redoblarse para proteger a estos imponentes y a la vez vulnerables cetáceos. El trabajo comunitario es clave, pues son los habitantes de Puerto San Carlos, Puerto Adolfo López Mateos y las Islas los protagonistas para la conservación de los recursos naturales presentes.
Cría de ballena gris en Puerto López Mateos, B.C.S.
Es por ello que finalmente las ballenas grises están teniendo suerte. Sus anfitriones, es decir, los habitantes de los lugares a donde llega cada año a dar a luz y reproducirse, están influenciados por su compañía y eso los ha motivado a participar y unir esfuerzos para su protección. Por si esto fuera poco, su imponente presencia en estos tranquilos y prácticamente prístinos lugares, además de su carisma, inspira a muchos visitantes que han tenido la oportunidad de verlas de cerca a jugar un papel más activo en pro de la conservación de ésta y otras especies y lugares del planeta.
No te pierdas la oportunidad de ir a verlas. Te reto a tratar de imaginarte la dimensión que tienen mientras estás en la panga. Escucha un soplo y mientras te giras sobre ti mismo para ver de dónde provino, ve de reojo como otro ejemplar saca la cola. Si tienes suerte y alguna se acerca (ver “¿Cómo ser un eco-turista comprometido?”) trata de no sentir empatía y compasión por un animal que no desconfía de los humanos cuando está a merced de todas las agresiones que cometemos contra él y el océano en donde vive. No intentes resistirte. Déjate inspirar por las ballenas grises de Bahía Magdalena para hacer algo a favor de la conservación de nuestro Planeta.
-Mónica Franco
Madre y cría de ballena gris. Foto: Eric D. Zimmerman
León es para los asturianos una zona a la que vamos con frecuencia por su clima, gastronomía, belleza y -como no- a hacer rutas ciclistas. Hay en León infinidad de puertos desde los de gran dureza hasta los más suaves, hay también una característica de todos los puertos que que están en la Cordillera, la vertiente sur de León, es mucho más suave que la norte o asturiana, esta característica viene dada por la altitud media de León y de Asturias
La vertiente leonesa de Ancares es más corta que las de la vertiente lucense, aunque en varios tramos de estas subidas que llamo lucenses,aunque hay tramos por León provincia a la que pertenecen los pueblos de Suarbol y Balouta, hace que la subida a Ancares sea de gran dureza por donde quiera que se haga, en mi opinión esta zona es de las más duras de las que recorrí por todo Europa con unas carreteras auténticas rompepiernas que recorren una zona muy salvaje que tradicionalmente estuvo alejada y mal comunicada del resto del país, la dureza puede hacerse superlativa si nos pilla un día de calor que por aquí aprieta de verdad.
LA MAGDALENA 1.434 m
Por/carretera
Senra (León) /LE 493
Desnivel
220 m
Longitud en km
4
Pendiente media %
5,42
Pendiente máx/km %
6,1
Pend. máxima %
15
Altimetría
Situado entre las comarcas de Omaña y Laciana ni por su longitud ni por su pendiente se puede considerar un puerto duro aunque tiene algún tramo puntual de cierta dureza, su orientación hace que en días de sol el calor apriete por la ausencia de sombras.
Este puerto es la salida del Valle de Ancares hacia el Alto Bierzo: Fabero y Vega de Espinareda, no es ni muy largo ni muy duro, tiene muy buena carretera y poco tráfico.
La bajada hacia Fabero tiene 7 kilómetros y una pendiente media del 5,7 %.
El Alto del Llano de las Ovejas, por algunos conocido como Portillinos, aunque éste está unos kilómetros más adelante en dirección al Bierzo, se encuentra en la carretera que une la comarca leonesa de La Cabrera con Ponferrada cruzando la Sierra del Teleno cuyo punto más alto, El Teleno con sus 2.185 mts nos "vigila" durante casi toda la subida.
Tiene esta dura subida tres tramos diferenciados, el primero entre las localidades de Nogar y Corporales de 7 kilómetros en el que se cruza el alto de Peña Aguda, también conocido como alto de Corporales, cruzado Corporales se inicia un tramo más suave de 5 km que finaliza tras cruzar el puente sobre el arroyo de Las Rubias que se encuentra en el kilómetro 12 de la ascensión, el tercer tramo es el más duro con 8 km todos por encima del 8,5 % de pendiente media para terminar con el medio kilómetro final en el que suaviza bastante la pendiente. Toda la subida se hace por una zona carente de sombras con tramos bastante rectilíneos y donde el sol pega duro.
Es éste un gran puerto que nosotros enlazamos con Collado Trevinca (Fonte da Cova) en una travesía Barco de Valdeorras-Ponferrada. Una curiosidad del recorrido es que cruzamos el viejo canal romano que llevaba agua del Teleno a las explotaciones auríferas de Las Médulas
La CL 626 une La Robla con La Magdalena es una carretera ancha, rectilínea y de poca pendiente.
La vertiente de La Magdalena tiene 5,8 kilómetros al 3,82 % de pendiente media.
POZO DE LA MORA 1.496 m
Por/carretera
Los Bayos- Pto de la Magdalena (León)
Desnivel
234 m
Longitud en km
2,2
Pendiente media %
8,3
Pendiente máx/km %
9
Pend. máxima %
Altimetría
Este puerto corto pero durillo se coge en Los Bayos, un pequeño pueblo que encontramos en la bajada del Puerto de La Magdalena hacia Villablino en la LE 493, esta carretera estrecha enlaza el Alto Omaña con Cabrillanes en Babia, tiene muy poco tráfico y piso aceptable. La bajada hacia Cabrillanes es un falso llano de diez kilómetros que atraviesa una zona de praderías.
Miras que jalonan la carretera en el puerto de La Magdalena
En Octubre de 1954 crucé por primera vez el puerto de La Magdalena viajando con toda la familia en el autobús de Beltrán camino de Villablino, el nuevo destino de mi padre como responsable de la oficina de Correos. Cuando pregunté por los cilindros de piedra de sección menguante que bordean un lado de la carretera del puerto, me dijeron que eran para que los operarios de la máquina que quitaba la nieve supieran donde estaba la carretera en las grandes nevadas. Creí que me tomaban el pelo pues me costaba imaginar que la nieve pudiera alcanzar dos o tres metros de espesor. Tardaríamos pocas semanas en percatarnos de lo diferente que era el invierno montañés de los que habíamos vivido en la Roa de Duero mesetaria. Mucho más frío y, sobre todo, abundante nieve que nos acompañaba durante tres o cuatro meses cada invierno. Era frecuente encontrar por la mañana una capa de nieve en la calle de más de cuarenta centímetros que teníamos que apartar con la pala en la puerta de casa para poder salir a la calle, aunque nada que ver con lo que decían de los vecinos de Leitariegos que debían hacer túneles en la nieve para ir de una casa a otra. Las mayores nevadas sucedían cuando empezaba a nevar casi sin querer, con el aire en calma y unos copos que descendían bamboleándose sin prisa pero de manera sostenida y que paulatinamente iban aumentando de tamaño. Cuando esto sucedía, era un espectáculo ver por la noche desde la ventana la danza vacilante de los copos de nieve iluminados por la farola de la esquina del bloque de Pérez Vega. Cuando la nevada se producía el sábado por la noche, al asomarnos a la ventana a primera hora del domingo veíamos todo nevado y sin una sola huella en la nieve. Acostumbrábamos a ir temprano a misa por lo que casi siempre éramos los primeros en dejar la marca de nuestras botas en la nieve, que recuerdo me causaba una sensación como de estrenar algo. Pisaba con extremo cuidado para que las huellas se mantuvieran claras, intentando no desfigurarlas con la nieve que se arrastraba al posar o levantar el pie. Para llegar a la iglesia de San Miguel teníamos que atravesar La Veiga, un extenso campo de labor cruzado en su mitad por una senda de tierra que habíamos recorrido cientos de veces y creíamos poder seguir a ciegas. Pero en los días de nevada todo se desfiguraba, incluso las inmensas y negras escombreras desaparecían en un paisaje completamente blanco e inusitadamente en calma. Las desigualdades del terreno desaparecían bajo la capa ondulada de nieve, de forma que no quedaba ni rastro del camino de La Veiga y comprobábamos como nos salirnos de la archiconocida senda cada poco trecho. Caminábamos como ciegos, a plena luz del día, corrigiendo el rumbo cada poco apuntando hacia donde sabíamos que estaba el final del camino señalado por las primeras casas de San Miguel. El agua que durante el día escurría de la nieve que había en los tejados de pizarra, por la noche se helaba y formaba unos carámbanos de más de un metro y varios kilos de peso. Las mañanas soleadas los carámbanos goteaban dibujando en la nieve del suelo una línea recta formada por tantos hoyitos como carámbanos colgaban del techo. Tan pronto el sol ablandaba la nieve del tejado lo suficiente, resbalaba sobre las losas del tejado y caía al suelo en cascada con un estruendo que asustaba, sobre todo en nuestra calle que era como un desfiladero formado por nuestra casa y las de Esteban y Rouco. La avalancha arrastraba los carámbanos, convertidos en puñales de hielo, y formaba trincheras de nieve al lado de las paredes de las casas que no desaparecían hasta varias semanas después de la última nevada. Para no quedar sepultado o malherido por las avalanchas, había que estar atento al ruido que hacía la nieve cuando empezaba a deslizar en el tejado y buscar refugio en el portal o apartarse antes de que varios quintales de nieve alcanzaran el suelo o un carámbano te trepanase la sesera. No recuerdo que ni a mí ni a nadie de la familia nos pescara alguna de estas avalanchas. Sustos si, unos cuantos cada invierno. Terminadas las nevadas veía en el suelo losas de pizarra que habían acompañado a la nieve en su caída y no podía por menos que imaginar mi cabeza partida en dos mitades, cada una de ellas con media mueca y nariz de un solo agujero, como por efecto de la guillotina manejada por un loco. Esta visión macabra hacía que me cubriera la cabeza con el codo cuando corría a refugiarme de las avalanchas, por si las losas. Entre nevada y nevada me enteré de que los monolitos de piedra del puerto de La Magdalena eran tan altos porque debían asomar por encima de los «traves» que se formaban donde el aire amontonaba la nieve con varios metros de espesor. Tras varios días aislados por carretera de León, era todo un acontecimiento la llegada del autobús de Beltrán gracias a que la expaladora había conseguido despejar los «traves» y dejar el camino expedito. Nevada tras nevada nos acercábamos paulatinamente hacía la primavera, cuando podríamos olvidarnos de los puñales helados y losas asesinas que caían de lo alto y no estar pendientes del ruido en los tejados. Suena a tópico decir que antes las nevadas eran mayores que las de ahora, pero los monolitos de piedra del puerto parecen confirmar que antes nevaba mucho. Lo que yo tengo claro es que nunca he vuelto a ver nevar como hace cincuenta años en el valle de Laciana, ni copos tan majestuosos como los que veía flotar indecisos en un espectacular ballet al trasluz de la farola del otro lado de la calle.
Leitariegos. Abriendo paso a paladas.
(Seguramente, las cosas sucedieron casi tal como las recuerdo. De las sensaciones no tengo duda.)
Imagen de cabecera tomada de: lasendaelnorte.blogspot.com. Foto de Leitariegos por gentileza de Luis Álvarez Pérez.
El miércoles alrededor de la 8:30 ponemos rumbo a Riello para hacer una ruta que aunque cercana nunca la habíamos hecho. En Riello nos plantamos en coche en cuarenta minutos aproximadamente. Descargamos la bicis y enseguida nos ponemos rumbo al puerto de la Magdalena. Comenzamos con un pequeño repecho de 3kms. para calentar y después descender hasta El Castillo, localidad de la comarca de Omañas donde comienza el puerto. Son sobre 20kms, muy llevaderos con buen asfalto y carretera ancha. Se rueda rápido sin gran desnivel, vas todo el rato sobre el 2 y el 3% hasta los ultimo cuatro kilometros donde vas entre el 5 y el 7%. Los últimos 500m. tanto por un lado como por el otro son casi llanos. Descendemos puerto hasta la población de Los Bayos a 3,5 kms de la cima y nos desviamos a la derecha para ascender un pequeño puerto de unos tres kilometros. El puertin es durillo, ya que al atravesar el bonito pueblo de Los Bayos ya te pones entre el 8% y el 10% para continuar a su salida una serie de curvas donde el garmin me alcanza el 14%. Llegamos al alto de la Mora, como es conocido este repecho, bajamos entrando en la comarca de Babia. La carretera es pestosa pero el paisaje merece la pena y así llegamos a un pueblo también bonito donde paramos a coger agua, Peñalba de Cisneros. En Cabrillanes cogemos la carretera que nos ha de llevar a Rioscuro, pasando por Piedrafita de Babia y adentradonos en la comarca de Laciana por Villaseca De Laciana. Hacemos un parón en Rioscuro para comer y beber y atacar el puerto de La Magdalena por esta otra vertiente. Este lado es más corto pero más duro. Son doce kilómetros de ascensión con un descanso de dos kilometros al falta de ocho para el final. Comenzamos entre el 5 y el 6% y así nos moveríamos toda la subida. Por este lado me guto más, el paisaje es más guapo. Considero que este puerto por cualquiera de las dos vertientes es bueno par entrenar. Arriba del puerto sacamos la fotos de costumbre y ponemos pies en los pedales para bajar raudos para Riello no antes de pasar el repecho después de El Castillo que se hace duro el condenado.
Ya en Riello nos vamos a comer y hablar de las próximas que nos esperan. Entre ellas una en la zona de la Cabrera, un pequeño puerto escondido del cual no me había dado cuenta. Así que habrá que ir dentro de poco a explorarlo, ya tengo la excursión en mente.
New International Version It is as if the dew of Hermon were falling on Mount Zion. For there the LORD bestows his blessing, even life forevermore.
New Living Translation Harmony is as refreshing as the dew from Mount Hermon that falls on the mountains of Zion. And there the LORD has pronounced his blessing, even life everlasting.
English Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion! For there the LORD has commanded the blessing, life forevermore.
Berean Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
King James Bible As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
New King James Version It is like the dew of Hermon, Descending upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— Life forevermore.
New American Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For the LORD commanded the blessing there—life forever.
NASB 1995 It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— life forever.
NASB 1977 It is like the dew of Hermon, Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing—life forever.
Legacy Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there, Yahweh commanded the blessing—life forever.
Amplified Bible It is like the dew of [Mount] Hermon Coming down on the hills of Zion; For there the LORD has commanded the blessing: life forevermore.
Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing — life forevermore.
Holman Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing— life forevermore.
American Standard Version Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion: For there Jehovah commanded the blessing, Even life for evermore.
Contemporary English Version It is like the dew from Mount Hermon, falling on Zion's mountains, where the LORD has promised to bless his people with life forevermore.
English Revised Version Like the dew of Hermon, that cometh down upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
GOD'S WORD® Translation It is like dew on [Mount] Hermon, dew which comes down on Zion's mountains. That is where the LORD promised the blessing of eternal life.
Good News Translation It is like the dew on Mount Hermon, falling on the hills of Zion. That is where the LORD has promised his blessing--life that never ends.
International Standard Version It is like the dew of Hermon falling on Zion's mountains. For there the LORD commanded his blessing— life everlasting.
Majority Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
NET Bible It is like the dew of Hermon, which flows down upon the hills of Zion. Indeed that is where the LORD has decreed a blessing will be available--eternal life.
New Heart English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion: for there the LORD gives the blessing, even life forevermore.
Webster's Bible Translation As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for ever.
World English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion; for there Yahweh gives the blessing, even life forever more.
Literal Translations
Literal Standard Version As dew of Hermon—That comes down on hills of Zion, "" For there YHWH commanded the blessing—Life for all time!
Young's Literal Translation As dew of Hermon -- That cometh down on hills of Zion, For there Jehovah commanded the blessing -- Life unto the age!
Smith's Literal Translation As the dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion: for there Jehovah commanded the blessing, life even forever.
Catholic Translations
Douay-Rheims Bible as the dew of Hermon, which descendeth upon mount Sion. For there the Lord hath commandeth blessing, and life for evermore.
Catholic Public Domain Version It is like the dew of Hermon, which descended from mount Zion. For in that place, the Lord has commanded a blessing, and life, even unto eternity.
New American Bible Like dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion. There the LORD has decreed a blessing, life for evermore!
New Revised Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion. For there the LORD ordained his blessing, life forevermore.
Translations from Aramaic
Lamsa Bible Like the dew of Hermon that falls upon the mount of Zion; for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
Peshitta Holy Bible Translated Like the dew of Hermon that descends upon the mountain of Zion, because there LORD JEHOVAH commanded the blessing and the Life unto eternity.
OT Translations
JPS Tanakh 1917 Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing, Even life for ever.
Brenton Septuagint Translation As the dew of Aermon, that comes down on the mountains of Sion: for there, the Lord commanded the blessing, even life for ever.