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"El hombre que enterró a Hitler": el secreto oculto que cambia el curso de la historia oficial
El libro "El hombre que enterró a Hitler" cuestiona la versión histórica oficial de la muerte del líder nazi. La ficción, escrita por los periodistas brasileños Marcelo Netto y Aldo Gama, se basa en una rigurosa investigación que ha llevado 14 años de trabajo, con resultados sorprendentes.
"El hombre que enterró a Hitler" y el "Sr. Fernando", quien activó la investigación.
La historia oficial presentada en libros, documentales y películas sostiene que Adolf Hitler se pegó un tiro en la cabeza el 30 de abril de 1945, días antes de que los soviéticos tomaran Berlín, donde se encontraba el bunker de Hitler. Pero, ¿y si esta versión no es la verdadera?
¿Qué pasaría si Hitler, al darse cuenta de su inminente derrota, hubiera puesto en marcha un plan de escape ya estructurado y, en la oscuridad de la noche del 28 de abril, escapando de Alemania hacia suelo sudamericano y viviendo desapercibido y sin ser molestado durante 26 años?
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¿Realidad o ficción?
En “El hombre que enterró a Hitler”, Marcelo Netto y Aldo Gama crean una ficción instigadora , que atrapa al lector de la primera a la última línea. Pero, se puede apreciar, a lo largo de la lectura, que la información contenida en el trabajo se basa en una investigación periodística exhaustiva y coherente, realizada por los propios autores. Información que, de ser probada en el futuro (posiblemente inmediato), podría convertirse en una revelación historiográfica sin precedentes. El narrador de la ficción asegura que no ha podido, hasta el final de la obra, probar los hechos mencionados. Pero presenta suficiente riqueza de detalles para provocar en el lector la conocida “pulga detrás de la oreja”, el beneficio de la duda sobre la versión oficial tan repetida a lo largo de la historia. Marcelo Netto, uno de los autores, dice que él y Aldo Gama se decidieron por el género de ficción, y no por un libro-reportaje, precisamente para que la obra no fuera tratada como una teoría de la conspiración, aunque ambos persisten en la investigación de varias pistas contenidas en el texto.
“Realmente no es fácil creer en una versión que va en contra de la esencia de la historia oficial. Deconstruir el sentido común es complicado. Más aún porque hasta ahora no hay pruebas irrefutables que desmantelen la hipótesis de que Hitler se suicidó. Por otro lado, la gente tampoco cuestiona lo contrario, que tampoco hay evidencia de su suicidio. Queremos, con el libro, al menos darle al lector la posibilidad de cuestionar esto”. Según Marcelo Netto, la saga por confirmar que Hitler habría vivido la mayor parte del tiempo en Brasil, Argentina y Paraguay y habría muerto a los 81 años -el 5 de febrero de 1971- ha durado 14 años y continuará. “Estamos a punto de confirmar que un notable jerarca nazi del círculo íntimo de Hitler, que habría huido de Berlín en el mismo avión que él, terminó sus días en São Paulo”, revela.
Canal 26 habló en ENTREVISTA EXCLUSIVA con Marcelo Netto, uno de los responsables de la investigación que podría revertir el curso mismo de la historia conocida.
El "Sr. Fernando" reveló detalles del entierro de Hitler en Paraguay. Foto: Jorge Tung.
Canal 26: Marcelo, cuéntenos sobre usted y ¿cómo se vio involucrado en tamaña investigación sobre el entierro de Hitler en Paraguay?
Marcelo Netto: "Soy periodista desde hace 25 años con un máster en Ciencias Sociales. A principios de la década de 2000, trabajé durante un corto período de tiempo para Folha de S.Paulo, considerado uno de los periódicos más prestigiosos de Brasil. Después de unos meses trabajando allí, decidí renunciar al periódico y dejar en suspenso una licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad de São Paulo para vivir con familias del Movimiento de los Sin Tierra. En 2007, cuando ya no vivía en los campamentos y trabajaba para un periódico más pequeño vinculado a los movimientos sociales, un señor vino al periódico para contarnos que había participado en el (segundo) funeral de Hitler en Asunción, Paraguay, el 1 de enero de 1973. Desde entonces, yo y otro amigo periodista (más escéptico que yo) intentamos verificar la historia que nos contó este señor. A lo largo de 14 años, hemos estado cruzando las informaciones con diferentes fuentes y encontrado documentos y vínculos que apoyan considerablemente su testimonio. Es muy difícil llevar adelante este tipo de investigación sin caer en la etiqueta de las teorías de la conspiración. Así que no tuvimos otra opción que contar la historia en una narrativa de ficción".
Canal 26: Como periodista e investigador, comprendo perfectamente lo que es la preservación de la fuente, pero -sin embargo- resulta imposible no preguntarte sobre el informante que activó esta historia. ¿Quién era, cuándo y por qué se presentó a contar esta historia?
Marcelo Netto: "El diferencial de nuestra historia respecto a las demás es que nuestra fuente no nos pide que se preserve su nombre. Además, a diferencia de otros testigos, nos proporciona una dirección concreta donde estaría enterrado Hitler, lo cual también decidimos publicar en el libro. Cuando el "Sr. Fernando" se presenta ante nosotros en mayo de 2007, el Papa Benedicto XVI acababa de terminar su visita a Brasil. El pasado "nazi" de Ratzinger, del que se dice que sirvió a las juventudes hitlerianas, y un comentario de su nieto en el que le preguntaba "por qué él era blanco y no tenía los ojos claros" parecen haber sido los gatillos que faltaban a este sargento retirado del Ejército brasileño para que no se "llevara este secreto al ataúd"".
Marcelo Netto y Aldo Gama, los responsables de la investigación plasmada en el libro.
Canal 26: El informante aportó una dirección precisa e -incluso- hizo una descripción del lugar en el que presuntamente se produjo el entierro de Adolf Hitler. Pudo usted constatar la existencia de ese lugar, y ha iniciado gestiones para llegar a demostrar lo relatado?
Marcelo Netto: "Todo comienza cuando buscamos en Google la dirección que nos dio el Sr. Fernando, que, según él, en 1973 se reducía a un césped con un pequeño edículo en el fondo del terreno, pero que albergaba un bunker a tres pisos bajo tierra. Al principio no encontramos nada. Pero entonces buscamos por una “avenida”, después de todo, habían pasado más de 30 años. Y, ¡bingo! No sólo coincidía la dirección, sino que era un hotel alemán, que descubrimos que se había construido sobre el terreno en 2003. Cuando estuvimos en el hotel, nos llamó la atención su "topografía" muy sospechosa. Al entrar y pasar la recepción, es necesario bajar unos escalones (haciendo que el suelo esté un poco por debajo del nivel de la calle). La cocina, que pudimos ver a través de una ventana mientras caminábamos por el pasillo principal, estaba aún más abajo, prácticamente en el sótano. Algunas habitaciones del hotel rodean un "jardín de invierno" al aire libre con algunas palmeras. Pensamos: "si el búnker está aquí abajo, esta es la razón por la que, en 2003, no pudieron construir habitaciones sobre el césped que el señor Fernando dice haber encontrado 30 años antes, en 1973. Lo mismo ocurre con el propio búnker de Hitler en Berlín, que hoy está escondido bajo un estacionamiento...". También nos llamó la atención el hecho de que la casa vecina, al fondo de un gran estacionamiento abierto literalmente junto al jardín de invierno del hotel, aunque separada por un muro, es una especie de "residencia de ancianos" con enfermeras que van y vienen. ¿Podría haber sido aquí donde los “kameraden” de Hitler en la vejez los llevaron cuando se construyó el hotel? Esto porque el señor Fernando también comenta que en el búnker, durante el funeral, había unos tantos alemanes que parecían ser jerarcas nazis en silla de ruedas. Dicho esto, no hay manera de no plantear la pregunta: “¿No hay nada construido en su superficie precisamente por el búnker que hay debajo?”. Añadido a esto, recientemente nos enteramos por otra fuente (que hasta entonces no conocía nuestra historia) que el "búnker de Hitler en Asunción" se encuentra justo bajo un estacionamiento…"
Canal 26: ¿Y cómo decidió embarcarse en esta aventura, convertido casi en un Quijote contra los molinos de viento de la historia oficial?
Marcelo Netto: "Dos hechos me animaron a no abandonar, además de que la dirección resultó ser la de un hotel alemán. A finales de 2008, unos dos años después de que empezáramos a investigar, lo que se consideraba la "prueba más concreta" de la muerte de Hitler se vino abajo. Una prueba de ADN reveló que su supuesto cráneo conservado durante años por los soviéticos, ahora rusos, es en realidad de una mujer, de unos 40 años. Otro momento emblemático fue que, tras años de búsqueda, encontramos un documento de la Municipalidad de Asunción que demuestra que el hotel es, de hecho, propiedad de la misma asociación germano-paraguaya que nuestra fuente nos había dicho que era dueña del terreno cuando estuvo allí en 1973 para asistir al (segundo) funeral de Hitler. Y, más aún, haber logrado identificar su relación directa con una colonia alemana, a 80 km de Asunción, que fue la sede de la fundación del Partido Nazi en Paraguay en 1928, uno de los primeros partidos, si no el primero, fuera de Alemania. En el caso de Aldo Gama, que suele decir que, como todo buen Sancho Panza, abrazó la causa "con toda la dedicación que permite el cinismo", no se trató de una transformación inmediata, sino del zumbido del rompecabezas que muestra una imagen cuando las piezas encajan. Si tuviéramos que elegir un momento, un clímax, para él, creo que fue una especie de postal de Juscelino Kubitscheck que descubrimos por casualidad al analizar un montón de documentos en una biblioteca de un instituto alemán en São Paulo. Nuestra fuente dice que Juscelino sabía de la presencia de Hitler en el país y que había enviado un general brasileño muy famoso en la época, el general Lott, a la ciudad donde se encontraba la colonia alemana en la que se escondía Hitler para darle un ultimátum. La postal demuestra que Juscelino estaba allí al mismo tiempo. Lo que nos lleva a preguntarnos: “qué estaría haciendo Juscelino en una ciudad prácticamente insignificante para su campaña electoral?” Resulta que el cambio es gradual. Un documento aquí, una declaración allí, una foto... De repente, lo imposible se convierte en improbable, lo que acaba convirtiéndose en una posibilidad."
Nota de Juscelino Kubitscheck. 15 de junio de 1955.
Canal 26: Hasta el momento ¿qué datos pudo efectivamente comprobar y demostrrar de los hechos relatados?
Marcelo Netto: "El libro traza una gigantesca tela de araña que toma forma a través de una interconexión de datos procedentes de diferentes fuentes que nunca han estado en contacto. La declaración del Sr. Fernando, para nosotros, es sólo un punto de partida, el "hilo de Ariadna" y desde el principio nos cuidamos de no asumir que lo que nos dice es verdad. Más aún porque es un personaje muy peculiar, lo que puede llevar a algunos a descartar su historia inmediatamente, sin darse cuenta de que él sigue el mismo patrón de los testigos que dicen haber estado con Hitler después de su supuesto suicidio. En otras palabras, es siempre la empleada de la gasolinera, la criada, el carpintero. Al final, la verdad no sale a la luz más rápido porque nadie se toma en serio la historia de la "gente sencilla", cuando debería ser exactamente lo contrario. Frente a ellos, todos los cuidados son dejados de lado por los nazis que lograron escapar, porque suponen que los "sirvientes" ni siquiera los conocen o porque están seguros de que, además de ser ridiculizados si abren la boca, no tienen poder para hacer nada. Al fin y al cabo, ¿quién les va a hacer caso? Digamos que al menos no hay ninguna incoherencia flagrante que desacredite la historia que el Sr. Fernando nos cuenta, probada a lo largo de 14 años de investigaciones y chequeos. Así que estamos bastante convencidos de que su historia sea verídica. Más aún, en esta misma lógica de seguir el "hilo de Ariadna" que el Sr. Fernando sostiene fuertemente en sus manos, estamos por confirmar que uno de los jerarcas que habría escapado con Hitler de Berlín en la noche del 28 de abril y que, según la historia, murió esa misma noche, en realidad, terminó sus días, ya centenario, en un barrio alejado de la ciudad de de San Pablo, Brasil. El inicio de esta investigación, que sigue en curso, también forma parte del libro."
Canal 26: ¿A qué inconvenientes debió enfrentarse en el curso de esta investigación hoy plasmada en el libro "El hombre que enterró a Hitler"?
Marcelo Netto: "Lo más difícil siempre fue conseguir que quienes escuchaban la historia de nuestra boca de primera mano superaran la "verdad" de que Hitler se suicidó en el búnker, -incluso sin la existencia de un cadáver o de testigos, para poder separar el trigo de la paja de las conspiraciones- y decir que teníamos suficientes pruebas para creer en la historia de un hombre que nos contactó en 2007. A lo largo del camino, hablamos con muchas personas públicas. Incluso nos encargamos de que la información llegara al entonces presidente Fernando Lugo, de Paraguay, a través de su asesor directo cuando estuvimos en Asunción para entrevistar a Lugo sobre otros asuntos. Esto fue apenas unas semanas antes del golpe parlamentario contra él. También tuvimos contacto con algunas productoras. Incluso un contacto más personal con el cineasta Walter Salles, mundialmente famoso por "Estación Central" y "Diarios de motocicleta", que nos ayudó económicamente con parte de la investigación... Después de algunos años insistiendo, la idea del documental se fue alejando. Pero ahora, con la publicación del libro, está más vivo que nunca."
Aldo Gama, co autor de la investigación plasmada en el libro, dice que todo comenzó por cuenta de Marcelo Netto, quien siempre creyó en el relato de su fuente. Aldo dice que, al principio, no le interesaba el tema, principalmente porque estaba convencido de que la versión oficial era la única posible. “Como un Sancho Panza involuntario, terminé persiguiendo este molino por diversión y porque entendí desde el primer momento que era una historia de ficción espectacular. Como la realidad es más absurda que cualquier imaginación, acabé encontrando hechos históricos tan inverosímiles como espectaculares ”, dice.
“Pero mi conversión completa comenzó con un descubrimiento del tipo que solo el azar o la terquedad pueden proporcionar: estaba dormido un domingo por la mañana, escondido en una biblioteca por lealtad al Quijote, y encontré una nota que probaba varias acusaciones en el testimonio. Eso había comenzado todo. Entonces tenía un documento histórico irrefutable que, si no lo probaba, hacía posible la cadena de hechos que perseguíamos”, sigue. Según Aldo, “por discreción y un poco de burla”, decidieron no aclarar dónde comienza y termina la ficción. “Para el ojo atento, es evidente y no estamos aquí para incentivar la pereza del lector. Hablando Paulocoelhamente, quien busca lo encontrará. Pero prepárate para que el viaje esté lleno de aventuras y el camino esté lleno de baches. ¡Buen batido!"
Por razones directamente relacionadas con el curso de la investigación, y por estrictas medidas de seguridad y confidencialidad, hasta que el lugar sea abierto e inspeccionado por la Justicia, se ha omitido -de manera deliberada- mencionar el nombre y la dirección del hotel en donde se encuentra la cripta funeraria de Adolf Hilter en Paraguay.
"El hombre que enterró a Hitler" (O homen que enterrou Hitler"), Marcelo Netto y Aldo Gama, EditoraContracorrente, Brasil, 2021.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
Notas: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
https://www.canal26.com/historia/el-hombre-que-enterro-a-hitler-el-secreto-oculto-que-cambia-el-curso-de-la-historia-oficial--311088
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Para otros usos de este término, véase Austerlitz.
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Battle of Austerlitz |
Part of the War of the Third Coalition |
 Battle of Austerlitz, 2 December 1805, romanticized painting by French artist François Gérard, c. 1810 |
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Belligerents |
French Empire
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Commanders and leaders |
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Units involved |
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Strength |
65,000–75,000[a] |
73,000–89,000[b] |
Casualties and losses |
- Total: 8,852
- 1,288 killed
- 6,991 wounded
- 573 captured[7]
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- Total: 27,000–36,000
- 15,000–16,000 killed or wounded[7]
- 12,000–20,000 captured[7]
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Las desventuras de Pedro de Mendoza: de los sueños de riqueza al canibalismo, la sífilis y la muerte en alta mar
De su propio bolsillo armó una expedición con la idea quedarse con grandes extensiones de tierras. Pero cuando partió de España ya estaba enfermo y nada saldría según lo planeado. La crónica de un sueño que terminó en desastre
23 Jun, 2024 00:16 a.m. AR
 Pedro de Mendoza estuvo al frente de una importante expedición al Río de la Plata, que él costeó de su bolsillo (Ministerio de Cultura)
Sabía que tenía los días contados cuando abordó la carabela La Magdalena. Junto al galeón Santantón y 150 hombres partió del Río de la Plata el 22 de abril de 1537. Enfermo, sin poder abandonar su camastro, Pedro de Mendoza había decidido regresar a España. Detrás dejaba una expedición en la que no encontró civilizaciones con inmensas riquezas para saquear ni tampoco pudo dar con una ruta hacia el Pacífico.
Eran tiempos en que se jugaba una carrera contrarreloj entre españoles y portugueses para hacerse de los territorios de ultramar, que pensaban que explotaban de riquezas de todo tipo. Mendoza le propuso al rey Carlos I lanzarse a la conquista.
Nacido en 1499 en el seno de una familia aristocrática, había empezado como paje en la corte y fue gracias a su padre que Pedro fue nombrado caballero.
 Ulrico Schmidl era un soldado alemán que escribiría un sorprendente relato de esos años de conquista (Grabado de la edición de Levinus Hulsius, 1599)
Supo hacerse de una posición y de fortuna después de participar del saqueo de Roma en 1527 en el marco de la guerra entre los Estados Pontificios y el Sacro Imperio Romano Germánico.
El monarca español estaba en una encrucijada: era consciente que no podía quedar atrás respecto a los portugueses en la conquista de tierras de ultramar, pero los fondos escaseaban. Por eso recibió con los brazos abiertos la propuesta que Mendoza le hizo en 1534. El navegante se ofreció a costear de su propio bolsillo una expedición.
A través de la Capitulación de Toledo del 21 de mayo de 1534 el rey lo nombró adelantado con atribuciones militares y de fundador.
Mendoza estaba en una excelente posición económica que esperaba superar. Con derechos a quedarse con la mitad de los tesoros que encontrase, debía tomar posesión de las tierras que se distribuían entre lo que hoy es Buenos Aires y Asunción del Paraguay.
 Paisaje irreconocible. La artista Léonie Matthis recreó el reparto de tierras durante la segunda fundación, llevada adelante por Juan de Garay
La noche del 24 de agosto de 1535 partió de Sanlúcar de Barrameda con 16 barcos, cerca de 2000 hombres y un centenar de caballos y yeguas. Fueron de la partida una decena de sacerdotes, el médico Hernando Zamora y el cirujano Pedro Gómez. Viajaban muchos parientes de Mendoza y otros personajes como Carlos Dubrín, hermano de leche de Carlos I y Rodrigo de Cepeda y Ahumada, hermano de Santa Teresa de Jesús.
La mayoría de la tripulación estaba conformada por alemanes, neerlandeses y sajones, y según las crónicas iban seis mujeres.
Mendoza ya estaba enfermo, de lo que entonces se conocía como “mal napolitano” o “morbo gálico”, que es como se conocía entonces a la sífilis, que había contraído en sus correrías por Roma. Con su cuerpo cubierto de llagas, padeció el cruce del Atlántico encerrado en su camarote.
El médico Hernán Zamora no se despegó de su lado y tenía el dato que en América crecía la planta Guayacán, para tratar esta enfermedad. Lo que ignoraba el doctor es que crecía en zonas tropicales, no en el Río de la Plata.
 Recreación de uno de los tantos enfrentamientos entre los españoles y los querandíes, tal como lo vio Schmidl
El hombre no la pasó bien. Frente a las costas de Brasil, en noviembre de ese año, enfrentó un violento temporal. Uno de los barcos se hundió muriendo toda su tripulación, y algunos hombres aprovecharon para desertar. Su hermano Diego, a quien había nombrado almirante y era el responsable de guiar a la flota, se las arregló para volver a reunir a los barcos y continuar viaje hacia el Río de la Plata, adonde llegó previa escala en las costas uruguayas.
Hasta recuperarse, el Adelantado había delegado el mando a su segundo, Juan Osorio, el jefe de la infantería. Este hombre, de 25 años quien, al ver que el jefe no estaba en condiciones de mandar, pretendió desplazarlo. Luego de una dura disputa con Diego Mendoza, Osorio terminó asesinado.
El 2 o el 3 de febrero de 1536 Mendoza estableció un asentamiento en las cercanías de lo que hoy es Paseo Colón y Humberto 1°, aunque otros autores dicen que fue mucho más cerca de la Vuelta de Rocha, pegado al Riachuelo, por la actual avenida Almirante Brown, al que tomó como puerto natural y como un sitio adecuado para proteger a sus naves.
Mendoza levantó un modesto fuerte que llamó Real de Santa María del Buen Aire, nombre que aludía a una cofradía de marineros de la isla de Cerdeña. Para algunos historiadores fue la primera fundación de Buenos Aires, aunque otros no lo interpretaron así.
El español desmanteló algunos barcos para modificarlos a bergantines para navegar el curso del río. Creía que al final del viaje llegaría al Pacífico.
 En los festejos por los 400 años de la primera fundación, realizados en la Vuelta de Rocha el 2 de febrero de 1936, uno de los protagonistas fue Pedro de Mendoza (Caras y Caretas)
Pero con el buen aire no podía alimentar a su tripulación. En los primeros días los querandíes, que se mostraron amistosos, les llevaron carne y pescado. Los españoles los llamaron indios pampas.
Según las crónicas de Ulrico Schmidl, miembro de la expedición, el hambre era tal, que comían toda clase de animales, insectos e incluso el cuero de los zapatos. En una oportunidad, tres hombres robaron un caballo, lo mataron y se lo comieron. Cuando fueron descubiertos, se los ahorcó. A los cuerpos aún colgados de la horca, les cortaron los muslos y los brazos y los cocinaron.
Un día los indígenas dejaron de enviar comida. Entonces Mendoza comisionó al alcalde Juan Pavón y a dos soldados a que recorrieran las cuatro leguas que los separaban de las tolderías para reclamar los alimentos.
No se sabe qué ocurrió. Aparentemente los españoles no se comportaron con corrección porque los indígenas los molieron a palos. Mendoza ordenó darles un escarmiento.
El 15 de junio de 1536, día de Corpus Christi, el adelantado comisionó a su hermano Diego con 300 soldados de infantería y una treintena de jinetes bien armados. Llevaba la orden de matar a los indios y apoderarse de sus tierras.
Pero los indígenas los estaban esperando. Ya no era un grupo reducido. Habían reunido a tribus amigas y, según Schmidl, eran cerca de cuatro mil hombres armados con flechas con punta de piedra y lanzas.
Durante el combate, unos veinte españoles de infantería y media docena de caballeros murieron a flechazos, y cerca de mil indígenas cayeron por las armas de fuego de los europeos. Al caballo de Diego de Mendoza lo derribaron con unas piedras sujetas a un cordel y, ya en el piso, lo mataron.
Siempre según la historia oficial, los indígenas huyeron y los españoles, que no pudieron tomar cautivos, se apoderaron de esas tierras. En el lugar hallaron cueros de nutrias, pescado, harina y manteca de pescado. En el río de la zona descubrieron que la pesca era abundante.
Este combate se habría desarrollado cerca del actual río Matanza que, cuando cruza la avenida General Paz, se transforma en el Riachuelo. Para algunos es el origen del nombre de lo que se transformaría en el partido más populoso del conurbano.
Pedro de Mendoza ya no sentía con fuerzas para seguir adelante con la expedición. Su enfermedad se agravaba cada vez más. Delegó el mando en Francisco Ruiz Galán y se embarcó para regresar a España. En estas tierras Galán y los hombres que quedaron -entre ellos un médico genovés, Blas Testanova- terminarían incorporándose a la colonización del Paraguay, al mando de Juan de Ayolas y Salazar, cuando éste llegó al Río de la Plata. Solo quedaron una docena de caballos que se dispersaron y se multiplicaron en el campo, y para 1541 solo quedaban ruinas de lo que había levantado Mendoza.
El viaje de regreso fue un martirio. No solo por su enfermedad, sino por la escasez de alimentos. Además, fuertes vientos hicieron desorientar al galeón Santantón que terminó en Santo Domingo.
 A los 400 años también se recreó la carabela La Magdalena, la nave de Mendoza (Caras y Caretas)
Mendoza era atendido por su médico Hernando de Zamora, quien, a esa altura, se había transformado en su amigo y en un hombre de confianza con quien compartía las decisiones que tomaba.
En su camarote reunió fuerzas para redactar entre el 11 y el 13 de junio su testamento, donde estipuló el reparto de sus bienes entre su familia e iglesias. El 23 de junio, al suroeste de las islas de Cabo Verde, falleció. Al día siguiente, el día de San Juan, arrojaron al mar su cuerpo y sus sueños truncos de riquezas y gloria.
https://www.infobae.com/historia/2024/06/23/las-desventuras-de-pedro-de-mendoza-de-los-suenos-de-riqueza-al-canibalismo-la-sifilis-y-la-muerte-en-alta-mar/ |
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Are the Habsburgs Catholic?
As is so often the case, the answer is: “That depends.” While the Habsburg family guaranteed the presence of Catholicism in Europe for nearly a thousand years, there were ups and downs in their “Catholicity.” For example, after the death of Rudolph, archbishop of Olmütz (1788–1831), for almost two hundred years there were no priestly vocations in this “most Catholic of clans” until my own brother Paul became a priest in the 1990s—and not for a lack of young men.
nYet every now and then you discover a family member whose life is a shining example of Catholic faith. I recently learned that Blessed Emperor Karl is not the only Habsburg on the path to sainthood; we also have a sixteenth-century archduchess who is Venerable. The Archduchess Magdalena, born in 1532, was the fourth daughter among the fifteen children of Emperor Ferdinand I. The children were instructed in the Catholic faith from an early age. Magdalena’s mother, Anne of Bohemia and Hungary, entrusted her and several of her sisters to a governess, the devout Countess Thurn. She encouraged the countess to have little Magdalena carried to Holy Mass every day, even as a baby in her cradle. As Magdalena grew, she continued to attend daily Mass with her sisters. She exhibited great piety in her youth and regularly prayed in front of a crucifix that can still be seen today in the Spitalskirche in Innsbruck.
Anne died when Magdalena was only fourteen. From then on, Magdalena became like a mother to her two younger sisters, Margareta and Helena. Magdalena also loved to make pilgrimages to chapels and shrines dedicated to Our Lady, as well as to the site of a eucharistic miracle in Tyrol. Beautiful and bright, Magdalena was fluent in German, Italian, and Latin. This would come in handy later in life.n
Magdalena’s father, Ferdinand, intended to marry her off. But Magdalena and her younger sisters wanted to remain unmarried and create a community of pious women. Fortunately, Magdalena had a saint for an ally. In the early 1560s the famous Jesuit preacher Peter Canisius became Magdalena’s confessor and helped her spiritual vocation to mature. In 1563, through his intercession and that of her sister Anna (who had married the Duke of Bavaria), she begged for her father’s permission to found the new community. He twice refused. Undeterred, Magdalena continued to pray and write to Prague, where her father’s court resided. In the end, her father acquiesced. Around this time, the Italian master Arcimboldo painted his now famous portrait of the archduchess.n
After her father’s death in 1564, Magdalena and Helena made a vow of virginity. In 1567, Magdalena founded the Haller Stift, a royal convent in the Austrian town of Hall in Tyrol where both aristocratic and bourgeois women could serve God under Jesuit direction. Magdalena worked untiringly to help the poor and orphans in Hall, and to form and educate the youth (in part to combat the influence of Protestant thought).
Magdalena also wrote for her community a rule of life for growth in prayer and holiness. The ladies began an intense prayer regime from the moment they awoke each day. Those who could read prayed the Little Office of Our Lady, while those with lesser reading skills prayed the full Rosary (the joyful, sorrowful, and glorious mysteries). They assisted each day at three Masses, one of which was always offered for the poor souls in Purgatory. Magdalena was very strict about arriving on time to Mass; if she was ever late to Mass herself, she would spend the entire time kneeling outside. When they weren’t praying, the women cared for the sick and worked with their hands. Some of the priestly vestments and altar cloths embroidered by Magdalena can still be admired today.
n
 Magdalena at eighteen
But Magdalena’s greatest gift was her devotion to the Blessed Sacrament. In the spirit of the Council of Trent, she spent many hours praying before our Lord. Through her personal piety she managed to win back many priests who, in the confusion of the Reformation, had abandoned their vocation. With her help, they returned to the right path.
Not all Habsburgs were pious Catholics. Magdalena’s brother Maximilian II was very tolerant toward Protestantism, stopped going to Holy Mass halfway through his reign, and even renounced Last Rites before his death in 1576. His son Rudolph II dabbled in astrology, alchemy, and esoteric arts in his castle in Prague, and rejected confession as he lay dying. Their politics in matters of faith were catastrophic from a Catholic viewpoint and led to a dramatic situation in the empire. By the mid-sixteenth century, up to 90 percent of the empire’s population had—in name or behavior—become Protestant, including priests and aristocrats. The famous monasteries along the Danube were closing left and right. Something had to be done.
When Papal Legate Jerome de Porcia arrived in Innsbruck on behalf of Pope Gregory XIII to convince the Habsburgs to embark upon the important work of the Counter-Reformation, he knew he could not rely on the lukewarm Emperor Maximilian II. He therefore went directly to Magdalena in Hall. This was the greatest moment in Magdalena’s spiritual life. First, she went to her brother, Archduke Ferdinand. He listened to her and in turn convinced Archduke Carl II, their brother, to take up the cause. With her sister Anna on her side, Magdalena was able to initiate the so-called Munich Conference in October 1579, which brought together archdukes Ferdinand, Carl, Duke Wilhelm of Bavaria, and the Papal Legate Porcia. Together they hammered out a fascinating agreement (Münchner Beschlüsse) that was a step-by-step plan on how to bring the Austrian countries back to the Catholic faith. Without this conference, there would be far fewer Catholics in Austria today.
Magdalena died in 1590. Years later, two more Habsburg nieces followed in her footsteps and entered the same house. The Haller Stift existed for 216 years. Unfortunately, on July 9, 1783, Emperor Joseph II dissolved it and left its church desecrated, as part of his campaign to eradicate monastic life (a total of 1,300 monasteries were suppressed). In the centuries that followed, the convent would eventually become a Sparkasse bank—until 1915, when Blessed Emperor Karl rededicated the monastery and invited a new order of nuns from Belgium—the Daughters of the Sacred Heart of Jesus—to reside in the same sacred space where his saintly ancestor had lived 350 years before. Adoration of the Most Blessed Sacrament continues at this convent even today.
When the monastery was rededicated, the initial steps were also taken in Magdalena’s process of beatification. Sadly, this process is presently dormant, but perhaps, with the help of your prayers and with Magdalena’s intercession, we might get it moving again. I include a beautiful prayer for her beatification and intercession, translated from the original German, below.
Most kind and gracious Jesus,
nYou granted your servant Magdalena of Austria the grace to renounce all worldly honor and wealth and to long only for heavenly riches. Inspired and supported by your grace, she worked constantly for the salvation of souls, by fighting false doctrines and persevering in the true faith.
nShe instructed the young, cared for the poor and the sick, and above all promoted adoration of your true presence in the most holy eucharist. Beloved Jesus, your servant Magdalena assisted so many during her life by her actions and after her death continues to come to the aid of those who invoke her intercession. We beseech you to show forth the power of her intercession by granting miracles to those who call upon her. Hasten the day when your servant Magdalena will be counted among the blessed, and when our suffering fatherland will have a new intercessor, patroness, and protectress. Amen.
Eduard Habsburg is Hungary’s ambassador to the Holy See.
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María Magdalena de Austria
María Magdalena de Habsburgo y Wittelsbach (Graz, 7 de octubre de 1589-Padua, 1 de noviembre de 1631) fue la esposa de Cosme II de Médici, gran duque de Toscana.
Era hija de Carlos II de Estiria, archiduque de Austria, y de María Ana de Baviera. El matrimonio con el gran duque tuvo lugar en 1608. Después de la prematura muerte de su marido, acaecida en 1621, se dedicó junto a su suegra, Cristina de Lorena, a la educación de sus hijos, en particular del futuro gran duque Fernando II. Obtuvo además como herencia el gobierno de la ciudad de San Miniato hasta su muerte y no paró hasta que la pequeña ciudad se convirtió en diócesis.
Se interesó por la ciencia y procuró a sus hijos una gran educación, eligiendo como preceptores a algunos científicos discípulos de Galileo Galilei.
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