Este conjunto de estrellas brillantes están en la dirección del plano del disco de nuestra Vía Láctea. En esta época del año, durante las noches le damos la espalda al núcleo de la Vía Láctea y si miramos hacia el norte del cielo vemos el Brazo de Perseo, que nos rodea y termina en esa constelación, que se ubica al norte de Tauro. Si miramos hacia el sur del cielo y arriba, observamos un sector más brillante de la Vía Láctea, con nebulosas brillantes, es el lomo del Brazo de Carina-Sagitario, del que alcanzamos a ver sólo una parte.
En medio de la Constelación de Orión, tenemos la fabulosa Nébula de Orión (el objeto central de las 3 Chepas, que parece una estrella débil pero en realidad es una gigantesca nebulosa donde están naciendo cientos de estrellas en este momento). La Nébula de Orión está a 1.500 años luz de nosotros y sus estrellas más brillantes se formaron hace 300.000 años.
En Tauro, que hunde sus cuernos en la franja de la Vía Láctea, tenemos dos cúmulos abiertos de estrellas, las Híades y la Pleyades. Las Híades es un grupo de estrellas muy débiles que parecen rodear a la rojiza Aldebarán, formando un triángulo donde Aldebarán es su vértice más brillante. Este cúmulo, formado hace unos 300 millones de años, está en la etapa de dispersión, y se ubica a unos 150 años luz de nosotros. Aldebarán no forma parte del grupo y está a sólo 68 años luz de la Tierra.
Cerca de allí, encontramos otro hermoso cumulo estelar, las Pléyades, las 7 Hermanas o las 7 Que Brillan, como las conocen en los campos chilenos, es un pequeño asterismo (miniconstelación). Están al norte de Aldebarán y es un cúmulo de unas 250 estrellas recién formadas, hace sólo "50 millones de años", estrellas niñas para los parámetros astronómicos, y aun permanecen juntas, pensemos que el Sol tiene unos 4.800 millones de años de existencia. Están a 415 años luz de distancia. Los japoneses las conocen como las Subaru.
Es así como en un mismo sector del cielo, entre Tauro y Orión, tenemos toda la secuencia de cómo se forman las estrellas: Nacen en nébulas de gas y polvo como podemos ver en la Nébula de Orión, luego de formadas comienzan a dispersarse por las vecindades y con sus potentes vientos estelares despejan los gases de la nube donde nacieron, como lo hacen las Pléyades y finalmente se dispersan alejándose unas de otras como las estrellas de las Híades.
Tauro es cruzado por la Eclíptica, la franja del cielo donde se mueven los planetas, la Luna y (aparentemente) el Sol y está flanqueado por al Oeste por Aries y al Este por Géminis, todas son constelaciones zodiacales.
Si nos quedamos despiertos hasta más tarde, en estas noches veraniegas alcanzaremos a disfrutar además del sector del cielos que veremos al comienzo de las noches de Febrero, donde el cielo es dominado por la gigantesca constelación de Leo.
SIRIO Y CANOPUS: LAS MÁ BRILLANTE
Las estrellas más brillantes del cielo son Sirio y Canopus, que forman una línea que conduce cerca del Polo Sur Celeste. A la medianoche están separadas por 36 grados y 20 minutos.
Sirio es la estrella más brillante del Can Mayor y Canopus la más brillante de la constelación de la Popa, que formaba parte de la antigua constelación del Argonavis, la nave mitológica usada por los héroes griegos para buscar el Vellocino de Oro.
Imagen: Sirio A, la estrella perro, y su pequeña compañera Sirio B, una estrella enana blanca, vistas por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Las líneas cruzadas son efectos causados por el sistela de soporte del espejo secundario del telescopio espacial.
Sirio lleva el nombre del perro de Orión, el mitológico cazador.