Hermana Lydia. No temas mal alguno porque el que vive y vive para siempre es Jehová tu hacedor, Él es quien abrió la mar para que su pueblo pasara, es quién tiene toda potestad,  Él ha prometido estar contigo todos los días hasta el fin del mundo. Así es que confiadamente puedes decir HEBENEZER Hasta hoy Dios te ha cuidado y lo seguirá haciendo por la eternidad, Él cuidará de ti y de toda tu familia, protegemos hoy en el nombre de Cristo Jesús a tu hijo, en prisión y fuera de ella, Dios es quién va delante de tu hijo, y no permitirá que ni uno solo de sus cabellos caiga o perezca. Hermosa, no temas mal alguno,  Él es quién te dice: No temas yo te ayudo. Y con esa confianza es como debes salir adelante de está triste y difícil necesidad para los hombres, pero recuerda que para Dios nada, absolutamente nada, es imposible. Oremos por tu hijo Miguel Gracia. Señor bendito y amado, te adoramos, te amamos Señor, nos rendimos en adoración con un corazón humillado, contrito,  y arrepentido,  Padre celestial, clamamos con todo el corazón, rescata del lodo cenagoso a Miguel Gracia, cúbrele con tu sangre preciosa Señor, no permitas que ninguna arma forjada prospere y le haga daño, Señor sabemos que tu le tienes esculpido en la palma de tu bendita mano, por amor de ti mismo, rescata a este joven sano y salvo para tu honra y tu gloria, que nada ni nadie le tienda trampa de muerte, cuida de él, y por amor de tu Bendito y Santo Nombre te imploro que envíes a Miguel Gracia un ejército de ángeles, vallado de preciosos ángeles, escuadrones de tus hermosos ángeles, que nada ni nadie toque su cuerpo, Señor te imploro que no se pierda el cuerpo ni el alma de Miguel Gracia. Que él pueda dar testimonio de tus bondades, te lo imploro Señor, si hay espíritus de destrucción y muerte que le anden rondando, sean arrojados al lago de fuego y azufre, y que no vengan jamás a molestarle, por favor Señor cuida de él, mira la aflicción de su madre, entrégale a su hijo en sus brazos ella anhela tenerle en casa sano y salvo, cuida de este joven todos los días de su vida, y por favor sálvalo. Bendice su vida corrige Señor sus pasos, y aunque se levanten 1000 delincuentes, confío plenamente en que tu harás que caigan 10,000, te rogamos, cuida su vida como lo hiciste con el rey David, cuando le sitiaba Saúl para matarle, por amor de tu bendito nombre te lo imploro. Lo cubro con tu preciosa sangre desde ahora y para siempre amén. Gracias Cristo bendito porque sé que mi suplica ha llegado al Trono de la bendita Gracia, de la Gracia de mi Dios Poderoso Fuerte, Temible y Majestuoso, Dios mío tu eres Jehová Dios Grande levántate como Poderoso Gigante y defiende a este joven.  Todo lo ruego en el nombre de Jesucristo nuestro Salvador. Amén. Atte. María Elena de Lambaren.