Tras el paso del tiempo, mis gestos, mi vida, mi aquello y lo otro, se los lleva el viento… las lágrimas quedan en gestos, mis gestos en saliva que trago, y mi tiempo, en algo que prefiero tener ocupado. Mañana tengo que pensar que levanto, que pase lo que pase en el mundo, sigue hallándose un alba, y otro mañana estará disponible al final del día. Yo, tal vez, junto a mis caras, faltan ilusiones y ganas, expresiones y esperanza, cuando mi vida con el tiempo siempre ha sido parte de la historia del mañana. Y el tachar de la maldad te llena de rabia y silencio, porque prefiero dejar hablar al tiempo, encontrar en él, el momento, que mejor sabrá explicar los hechos. Por ello, no hay respuestas más las que al pasar de los días encontrarás. Y encontraré. Pero, el miedo, viene a que en el pasar de mis días se ha convertido en verdad, mi pantalla, ante la sociedad. Aquí, tal vez, podrás adivinar, leer y entrevesar, pero ni aún en mi acercar sabrás o verás algo más allá… porque mi camino es entre sombras; mi vida, en hechos camuflados, y mis días eternos, en noches de insomnio.
He ahí mi sonrisa aún me esté muriendo por dentro… porque el payaso, siempre ríe aunque la lágrima pintada en su cara sea su marca de verdad.
Más allá de lo que uno cree saber de la realidad, erra al pensar que la realidad es como el creer.
Yo no tengo fe…
autor desconocido