La sabiduria para las pruebas de la vida
En cada vida hay tiempos difíciles. Debemos prepararnos.
por Charles F. Stanley
La vida duele. Usted lo sabe. Yo también lo sé.
Todos los que nos rodean lo saben. Todos los seres humanos –incluidos los que estamos en la iglesia– sabemos lo que es tener pruebas en la vida. Y no es divertido. Lo cierto es que las pruebas no son ningún motivo de gozo… ¿verdad?
Entonces, ¿cómo debemos entender la casi incomprensible declaración que está al comienzo del libro de Santiago? En Santiago 1:2, el apóstol nos dice "tened por sumo gozo" cuando experimentemos pruebas. Usted dirá: "Para Santiago es fácil decirlo, porque él, al menos, pudo hablar cara a cara con Jesús durante cierto tiempo".
La verdad es que nadie ha vivido una vida totalmente libre de dolor, incertidumbre, estrés y pruebas. La Biblia hace este punto muy claro. Jesús, Moisés, Job, Pedro, Pablo y todos los héroes de la Biblia son descritos como hombres y mujeres que, en un momento u otro, pasaron por angustiosos momentos de dificultades y sufrimientos. Ahora, miles de años después, los servidores de Dios siguen teniendo tiempos difíciles. Por lo tanto, es importante que aprendamos cómo enfrentar estos duros momentos de la vida.
Los problemas llegarán
Santiago 1:2 contiene una enorme perspectiva en cuanto a las pruebas de la vida. La frase "cuando os halléis en diversas pruebas" incluye tres palabras clave que ponen de manifiesto la universalidad de los problemas de los seres humanos.
En primer lugar, es significativo que Santiago utilice la palabra "cuando". Esto define la cuestión: tener pruebas es un asunto de cuando, no de si. En segundo lugar, la forma verbal "halléis" implica que las dificultades y las desgracias surgirán de forma inesperada, sin que haya tiempo de prepararse para ellas. En tercer lugar, el uso del adjetivo "diversas" denota las formas siempre cambiantes y a menudo sorprendentes de presentarse las pruebas.
¿Conclusión? Las pruebas llegarán, y por eso debemos estar preparados.
El origen de nuestras pruebas
Es perfectamente razonable preguntarse cuál es el origen de las pruebas. Puedo pensar en varias causas.
En primer lugar, una de las causas principales es nuestras malas decisiones. Dios nos ha bendecido con libre albedrío para que podamos tomar nuestras propias decisiones. Pero cuando las que tomamos son incorrectas vienen los problemas.
En segundo lugar, nuestras dificultades pueden deberse a los ataques de otras personas. Este fue, sin duda, un obstáculo con el que estuvo familiarizada la iglesia primitiva. Al escribir a los sufrientes cristianos dispersos en el mundo antiguo, Pedro les dice. "Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis" (1 P. 3:14).
En tercer lugar, nuestro sufrimiento es muchas veces el resultado de vivir en un mundo caído. Los tornados, los terremotos, las inundaciones, las enfermedades y las guerras, son todos resultados del efecto del pecado sobre el mundo. Es evidente que no hay forma de escapar de las pruebas.
En cuarto lugar, mucha prueban vienen directamente del diablo. El propósito de Satanás es alejarnos cada vez más de Dios, sea como sea.
Por último, hay una causa de las pruebas que no nos gusta reconocer: el Señor mismo. Muchas personas se resisten a esta idea, creyendo que Dios sólo desea su felicidad. Sin embargo, una verdad difícil es que Dios está más interesado en nuestra madurez y en nuestro crecimiento que en nuestra felicidad. Hay lecciones que, muchas veces, sólo se pueden aprender por medio de las dificultades; por tanto, nuestro Padre celestial permitirá que vengan problemas a nuestra vida, para cumplir Sus propósitos en nosotros.
Descubrir el propósito del Señor para nuestro sufrimiento puede resultar difícil, pero tenemos que pensar en cuál podría ser la razón. El mejor punto de partida para entender la lógica para nuestras pruebas, es meditar honestamente en su origen. Cuanto mejor entendemos cuál es el origen de estos problemas, mejor podremos superarlos.
Una nueva perspectiva
Desde el punto de vista humano, pruebas y gozo simplemente no armonizan. Al parecer, Dios debe saber algo sobre el sufrimiento humano que nuestra mente no puede captar por naturaleza; debe haber una explicación más allá de lo que podemos concebir. Por esta razón, Santiago cambia de conversación en el versículo 5 del capitulo 1, pasando de las pruebas a la sabiduría. Sin sabiduría es imposible discernir los propósitos de Dios para nuestras pruebas.
Muchas personas tienen ideas falsas en cuanto a las pruebas. Creen que no es correcto preguntarle a Dios por qué suceden ciertas cosas. Sin embargo, no hay absolutamente nada de malo en decirle: "Señor, ¿por qué permitiste que sucediera esto? ¿Cuál fue su propósito para ello?" Después de todo, Dios es omnipotente, por lo que Él pudo haber evitado todas las dificultades en nuestras vidas. El hecho de que Él decidió no hacerlo es importante, y podremos acercarnos más a Él al comprender Sus razones.
La fe se afina en las dificultades
Tal vez el propósito más evidente para nuestras dificultades, es poner a prueba nuestra fe, sin que se confunda esto con tentación. La Biblia es clara cuando dice que Dios no puede tentar a nadie a hacer el mal, pero que sí mandará pruebas para probar nuestra fe (Stg. 1:13).
Dios no prueba nuestra fe esperando que fallemos. Por el contrario, nos pruebas para que podamos aprender a depender más de Él, y también para que tengamos más confianza en su constante presencia y poder sobre el mundo. ¿Cómo saber lo que seremos capaces de enfrentar en la vida si nuestra fe no ha sido probada?
Primera de Pedro 1:6, 7 hace la audaz afirmación de que las pruebas nos ofrecen la oportunidad de demostrar nuestra fe. La fidelidad de Dios durante nuestros tiempos de tensión le glorifica a Él, y eso es más valioso que el oro o la plata.
Hay muchas personas en el mundo que tienen una enorme riqueza material, pero nada de valor eterno. ¿Qué podrán hacer estas personas cuando experimenten pruebas que el dinero no es capaz de solucionar? Cuando su dinero se les vuelve inservible, por las aflicciones de este mundo, o por la muerte, quienes carecen de fe no tienen nada.
Por consiguiente, una fe fuerte, vibrante y creciente es una fe que ha sido afinada sobre la roca del sufrimiento. Dios nunca nos ha prometido una vida fácil; de hecho, nos ha asegurado que todos enfrentaremos pruebas difíciles en este mundo (Jn. 16:33). Es a través de ellas que descubrimos la verdadera medida de nuestra fe.
Pureza bajo la presión
También Dios permite las pruebas en nuestras vidas para purificarnos. Las pruebas nos presionan en lo mas íntimo de nuestro ser, donde a menudo tratamos de ocultar pecados, hábitos vergonzosos y áreas descuidadas. El Señor sabe que estas cosas tienen que ser sacadas a la superficie y enfrentadas honestamente si queremos convertirnos en creyentes maduros.
La respuesta correcta
Discernir la respuesta correcta a las pruebas es imposible sin la guía del Señor. Hacer nuestras propias conjeturas para explicar las dificultades, no sirve de nada. Sólo bajo la dirección de la sabiduría divina podremos comprender el propósito de la tragedia, descubrir los propósitos de Dios y discernir la respuesta adecuada.
Hay varias respuestas correctas para los tiempos de prueba:
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Tenemos que estar convencidos de que Dios tiene el control del tiempo y de la intensidad de la prueba. Puede durar un día, una semana, un año o una década. Primera de Pedro 5:6, 7 promete que si nos ponemos bajo la autoridad del Señor, Él será fiel para resolver nuestras dificultades en Su tiempo. Es posible que Dios quiera actuar con prontitud, pero sólo Él conoce el tiempo perfecto para llevar a cabo Sus propósitos.
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Debemos reconocer que Dios tiene un propósito específico para cada prueba en nuestras vidas. Porque Él es un Padre amoroso, no nos evitará todos los problemas, sin embargo, siempre dará a Sus hijos el poder para vencer los obstáculos mientras que los transforma en los cristianos que quiere que sean.
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Debemos reconocer que cada prueba está hecha para suplir una necesidad específica que Dios ve en nuestras vidas. Muchas veces, no veremos o entenderemos esa necesidad hasta que termine la prueba y hayamos logrado cierta distancia y cierta perspectiva. Entonces, podremos mirar hacia atrás y comprender que hubo una tremenda lección que aprender o un error que había que corregir. .
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Tenemos que estar convencidos de que Dios estará con nosotros a cada paso de nuestros tormentosos tiempos de la vida. Nunca habrá un momento en que Él esté ausente. Hebreos 13:5 dice esto claramente: "No te desampararé, ni te dejaré". La presencia de Cristo ofrece un continuo reabastecimiento de ánimo y paciencia en nosotros. Con Jesús a nuestro lado, ¿qué puede vencernos?
Para vencer en las pruebas
Aunque todas estas son maneras positivas de hacer frente a las dificultades, hay una respuesta que jamás debemos olvidar: reconocer que por la gracia y el poder de Dios no sólo sobreviviremos, sino que realmente venceremos en las pruebas de la vida. Eso es tener verdadera sabiduría.
Comprender las causas, los propósitos y las respuestas correctas a la adversidad, es de vital importancia para nosotros, pero no debe en modo alguno ocultar el dolor que sentimos verdaderamente en esos momentos. Por eso, el gozo se tiene cuando confesamos honestamente la terrible condición de una mala situación y, sin embargo, alabamos a Dios por el bien que Él puede hacer, y que con seguridad hará, a través de ella.
Sí, la vida duele. Pero quienes estamos en Cristo jamás enfrentaremos los problemas solos. Cuando nos apoyamos mutuamente y nos sometemos al Señor, sabemos que Jesús está con nosotros en nuestras pruebas. Además, Él tomará nuestras tristes cenizas para pintar una imagen gloriosa para la gloria de Dios. ¡Gracias, Jesús!
DIOS TE BENDIGA
MIGDALIA
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