Scott y Mary Crickmore invirtieron 15 años de sus vidas ayudando a traducir el Nuevo Testamento al dialecto maasina. Era para la tribu fulani en la nación de Mali, en África occidental.
Después del borrador inicial, Mary visitó las aldeas cercanas y se lo leyó a las personas de las aldeas cercanas. Ella se sentaba en chozas con un grupo de hombres o mujeres para escucharles decir lo que habían entendido. Eso le ayudó a asegurarse de que las palabras que estaban usando en la traducción eran precisas y claras.
Algunas personas pensaban que el sacrificio de los Crickmore fue demasiado grande —renunciar a su estilo de vida cómodo, cambiar sus hábitos alimenticios por harina de maíz y arroz, y vivir en circunstancias ,adversas durante esos quince años. Pero ellos dijeron que fue «un trato comercial justo» porque ahora el pueblo de los fulani tenía la Palabra de Dios en un idioma que podían leer.
El salmista se deleitaba en la Palabra de Dios. Permanecía en una actitud de respeto reverencial y se regocijaba en ella, la amaba y la obedecía (Salmo 119:161-168). Encontró gran paz y esperanza en la Palabra.
El pueblo de los fulani ahora puede descubrir los «muchos despojos» (v. 162) de la Palabra de Dios. ¿Estarías de acuerdo con los Crickmore en que cualquier esfuerzo y sacrificio por hacer llegar la Biblia a los demás es «un trato comercial justo»? —AMC