Escritura: “Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene” (Mateo 25:29 - NVI).
Como ustedes saben, esto es un “Frisbee” (un disco volador). En unos momentos, este “Frisbee” nos ayudará a aprender más acerca de lo que Dios espera de ti y de mí; pero primero, escuchemos acerca de la Palabra de Dios.
La historia bíblica de esta mañana que Jesús nos trae casi todos la conocemos. Se llama la parábola de los talentos. En la parábola de los talentos, un hombre muy rico sale de viaje. Llamó a tres siervos y les dijo que se iría por un tiempo largo y que iba a dejar a cargo de toda su riqueza. Dividió su dinero y se lo dio a los tres siervos.
Al primer siervo le dio cinco talentos. Ahora, esa cantidad puede no sonar como mucho, pero en el tiempo de Jesús, era mucho dinero. Al segundo siervo, le dio dos talentos. No fue tanto como recibió el primeo, pero aún era una buena cantidad. Al tercer siervo le entregó un talento. ¡Aún un talento era bastante dinero!
El primer siervo cogió los cinco talentos que su señor le había dado y los trabajó y ganó cinco talentos más. El segundo también invirtió sus dos talentos sabiamente y ganó dos talentos adicionales. El tercer siervo tomó su talento y lo guardó, enterrándolo en la tierra.
Cuando el señor regreso, se sintió muy contento cuando los dos siervos le dijeron que habían duplicado su dinero. “Bien hecho, dijo el señor, porque han sido fiel con lo que les entregué, les daré mucho más.”
“¿Qué de tí?”, le preguntó al tercer siervo. “¿Qué hiciste con el dinero que te dejé?”
El tercer siervo le dijo al señor: “Sabía que eres un hombre duro y tuve miedo, así que fui y escondí tu tesoro en la tierra para que estuviera seguro. Aquí está.”
El señor se molestó. “Eres un siervo malo y vago. Pudiste, por lo menos, haber puesto mi dinero en el banco donde ganaría más.” Entonces tomó el talento del siervo y se lo dio al que tenía 10 talentos.
En esta parábola de los talentos, Dios es el Señor y tú y yo somos sus siervos. Los talentos que el señor les dio a sus siervos en esta historia eran en forma de dinero. Pero Dios les ha dado también a ustedes otra clase de talentos, ¿no es así? Dios nos creó con dones especiales y espera que los usemos con el propósito para el cual nos hizo.
Todos ustedes saben lo que es esto, un Frisbee, pero pretendamos por un momento que ustedes no saben lo que es y que nunca han visto uno. Pudieras pensar que fuera un plato para comer… o un sombrero… o tal vez una herramienta para hacer hoyos en la arena. Puediera ser cualquier cosa, pero no lo es. Es un “Frisbee” y la persona que lo creó, lo hizo para un propósito. ¡El propósito del “Frisbee” es volarlo!
El “Frisbee” no causa un gran impresión, ¿no es así? En un mundo lleno de juegos de gran tecnología electrónica, el “Frisbee” se encuentra en lo más bajo de la lista, pero…¡cómo vuela!
Algunas veces tú y yo podemos ver los talentos que Dios le ha dado a otros y pensar que Dios no nos ha dado muchos talentos. Aún podemos ser tentados a esconder nuestro talento. Pero cuando usamos el talento que Dios nos ha dado para ser todo lo que Dios desea que seamos… ¡cómo volaremos!
Querido Padre, ayúdanos a usar los talentos que nos has dado para llegar a ser lo que deseas que seamos. Amén.
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