¡QUE SOLO ESTOY, SEÑOR!
¡Qué solo estoy, Señor! ¡Qué solo y qué rendido de andar a la ventura buscando mi destino! En todos los mesones he dormido, en mesones de amor y en mesones malditos, sin encontrar jamás mi albergue decisivo. Y ahora estoy aquí, solo... rendido de andar a la ventura por todos los caminos. Ahora estoy aquí, solo, en este pueblo de Avila escondido pensando que no está aquí mi sitio, que no está aquí tampoco mi albergue decisivo.
(León Felipe)
|