Diciendo la verdad
Y les envió profetas […] mas ellos no los escucharon. —2 Crónicas 24:19
En la novela Matar a un ruiseñor, Atticus Finch es un respetado abogado en un pueblo pequeño de una región racista de los años 30. Cuando acepta un caso en el que un hombre negro inocente se enfrenta a dos blancos deshonestos, Atticus sabe que enfrentará el terrible prejuicio del jurado. Pero su conciencia lo obliga a decir la verdad osadamente frente a la oposición.
A menudo los profetas del Antiguo Testamento eran enviados a predicar la verdad a un pueblo terco. «[Dios] les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon» (2 Crónicas 24:19). Su mensaje a menudo daba como resultado persecución, y algunas veces incluso la muerte (Hebreos 11:32-38).
Durante el ministerio de Cristo en la tierra, Su mensaje también dio como resultado una iracunda oposición (Lucas 4:21-30). Sin embargo, en la soberanía de Dios, la terrible injusticia que sentenció a Jesús a la muerte en la cruz fue la que compró nuestra redención.
Ahora bien, como representantes en este mundo del Cristo resucitado, hemos de promover la reconciliación, la justicia y la integridad (Miqueas 6:8; 2 Corintios 5:18-21). Y, al hacerlo, puede que esto signifique decir la verdad al enfrentarnos a la oposición. Esta es la carga que todo creyente ha de llevar hasta el día en que Cristo restaure todas las cosas (Apocalipsis 20:11-15). —HDF
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