La luz de Dios se expresa perfectamente como tú y como yo.
Orar por otros
Me gusta ayudar, mas, a veces, quizás me sienta impotente para asistir a un ser querido que enfrenta un reto. En esos momentos, recuerdo que el mayor regalo que puedo dar es ver y afirmar la verdad acerca de quien es mi ser querido: una expresión perfecta de Dios.
En mis oraciones, cierro lo ojos a las apariencias externas y percibo con la fe en mí. Veo a mi ser querido como una expresión de vida perfecta en mente, cuerpo y alma.
Mi ser querido está receptivo a la sabiduría de Dios, la cual provee sutilmente la respuesta a toda pregunta y proporciona cabalmente la provisión para cada necesidad. Esta es la verdad acerca de mis seres queridos y acerca de cualquier ser sobre el planeta.
“Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: 'Hijo, tus pecados te son perdonados.'”—Marcos 2:5
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