El SEÑOR ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo.
La suerte se echa en el regazo mas del SEÑOR viene toda decisión.
Si sucede una calamidad en la ciudad, ¿no la ha causado el SEÑOR?
Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro; fuera de mí no hay Dios. Yo te ceñiré, aunque no me has conocido, para que se sepa que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, no hay ninguno fuera de mí. Yo soy el SEÑOR, y no hay otro; el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el SEÑOR, el que hace todo esto.
El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?”
Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Pues El debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.
Sal. 103:19 Pr. 16:33 Am. 3:6 Is. 45:5-7 Dn. 4:35 Ro. 8:31 I Co. 15:25 Lc. 12:32
MIGDALIA |