En el sabio plan de Dios es tal la diversidad que aún cuando dos o más nacieran del mismo vientre, tenemos que concluir: “Todos somos diferentes.”
Aunque el físico delate la similitud en varios y en hábitos y costumbres no haya mucho de contrario, Cierto es que su interior … jamás podrán igualarlo.
¡Cuánto se olvida ese acierto en su soberbia, el humano! En vez de complementarse en sus claras diferencias se desviven por hacer de otros … sus marionetas.
Se ignora y pasa por alto el plan de Dios concebido: El crear en cada cual un ser único, exclusivo … en que el amor y el respeto sean el vínculo … el principio.
¡Cuánta la sabiduría de ese Dios Omnipotente! ¡Qué maravilloso ver que nos hizo diferentes! Impares, incomparables … distintos entre las gentes.
Si todos en humildad tal verdad reconocieran, menos discordias habrían, se acabarían las peleas, pues aún en desacuerdos debe haber paz y no guerra.
Aprendamos del Señor Quien su ejemplo nos dejó pues siendo Dios, se hizo siervo … Hasta la cruz se humilló. Se hizo igual a ti y a mí Tengámoslo bien presente. ¡Cuánto amor nos demostró aún siendo Diferente!