Se me olvidó mi querido viejo, decirte cuánta alegría sentía yo siempre, cuando estabas a mi lado. Se me olvidó darle su merecido valor, al oportuno beso paterno que me dabas lleno de tu indudable amor. Se me olvidó disfrutar tu cariño, tierno como una flor envuelto en el calor de un padre a su pequeño. Se me olvidó acariciar tus canas y besar tu frente dejándolo por carente y creyéndolo de más. Se me olvidó que eras regalo de Dios, el cual no siempre tendría, y que llegaría el día en que me dijeses adiós. Se me olvidó que al morir el hombre, todo queda en el pasado, mas tu amor "Padre Amado", ¡en mí siempre habrá de vivir! Anónimo
| | | |