Mirad que nadie os engañe por medio por medio
de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme a los rudimentos de los
del mundo, y no según Cristo. (Col.2:8)
A fin de que seamos de alabanza de su gloria, nosotros
los que primeramente esperábamos en Cristo.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra
de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa. (Efe.1:12-13)
Como descubrí la verdad
Un creyente escribió:"Para mí el cristianismo es la
verdad, no una verdad religiosa, sino la verdad
sobre todo lo que existe. Cuando joven, era incrédúlo.
A la edad de 17 y 18 años leía muchos libros de
filósofos y comprendí cuánto talento tenían los
filósofos no cristianos para suscitar problemas sin nunca
resolverlos. Un día decidí leer la Biblia. Como no sabía
nada de ella, empecé por el comienzo, como se hace con
con cualquier otro libro. Desde los primeros capítulos
del Génesis comprendí que debía leerla sin perjuicio,
si quería tener la respuesta a los problemas planteados y
no resueltos por los filósofos. No sé en que momento me
convertí, pero con certeza sé que fue por medio de la
Palabra de Dios.
Efectivamente, la Biblia es la verdad, y mi conversión
consistió en aceptar personalmente lo que había
aprendido. ¿Cuál es el mensaje de la Biblia que debo
aceptar? Se podría resumir así: Soy un hombre pecador,
merecedor del juicio eterno del Dios santo. Pero Cristo
murió en mi lugar. Si acepto su perdón, puedo ser
perdonado y gozar desde ahora de la felicidad. Desde
hace treinta años estudio la Biblia y estoy cada vez más
persuadido de la verdad del cristianismo y de las
respuestas que Dios nos da en su Palabra. Ningúun otro
sistema, religioso o político, occidental u oriental,
contemporáneo o antiguo, da una respuesta adecuada
a las preguntas humanas."
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