Sólo el principio
Léase 1ª a los Corintios 2:6-16
Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder.
--Deuteronomio 3:24 (NVI)
Moisés no hizo la afirmación arriba citada al comienzo de su ministerio o después de su experiencia con la zarza ardiente. El habló estas palabras cerca del final de su vida, mientras se preparaba para pasar el liderato a Josué. Este es el mismo Moisés que vio a Dios en el monte y presenció maravillosos milagros durante la travesía por el desierto. Pero, al acercarse al final de su vida, el testimonio de Moisés fue que su conocimiento de Dios sólo había rozado la superficie.
Si le tomó a Moisés toda una vida para comenzar a conocer a Dios, ¿cómo es que nosotros podemos desarrollar una relación con Dios? Ciertamente no es de la noche a la mañana. Dios nos invita a una relación a través de Jesucristo. De hecho, Jesús le dijo a Felipe: «Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre» (Juan14:7).
Cada día podemos descubrir lugares más altos y profundos en Dios que los que ya hemos experimentado. El apóstol Pablo nos recuerda: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman» (1ª a los Corintios 2:9).
Oración:
Dios de las edades, gracias por revelarte a nosotros a través de Jesucristo. Ayúdanos a conocerte mejor. Amén.