Cultivando el opuesto
Una de las formas de poner en práctica la fe, es cultivar el opuesto y no prestarles atención a los pensamientos negativos. Estos se desvanecen ante la falta de atención. Es como el fuego que al no encontrar qué quemar se devora a sí mismo.
Trasladar de grado en grado la sensación de miedo hasta llevarla a la atención hacia la fe. Fortalecer nuestra voluntad dirigiendo nuestros pensamientos hscia Dios de nuestro entendimiento y creencia.
Si detectamos que en algún momento del día se tuvo pensamientos, palabras o actos de soberbia, cultivemos el opuesto el segundo día. Tratar de tener una mente habierta, sin juzgar a nada o a nadie. Intentar escuchar a los demás con atención, permitiendonos creer que pueden tener razón y si no nos parece así, intentar no ser desagradables al exponer nuestra verdad y razón.
Sintentizando podemos trabajar la humildad con la soberbia. Trabajemos con la fe, ante toda situación que nos genere miedo. Centremos nuestra atención en la salud que por herencia divina poseemos. Ante toda amenaza de enfermedad apoyemonos en la presencia de Dios. En la prosperidad divina para anular toda anular toda situación de carencia o pobreza, sea esta justificada o no.
El sabio jamás demuestra que sabe o tiene razón, puesto que no lo necesita. Y si al esgrimir su verdad o razón pudiese dañar a alguien, se retrotrae con la humildad que da la sabiduría. Al respecto, el apóstol nos dice en las Escrituras:"Si yo hablase lenguas humanas y angélicas pero no tengo amor, nada soy. Si tuviese el don de las profecías y conociera los misterios de todas las ciencias, pero no tengo amor, de nada me sirve porque nada soy."
Con mucha devoción y amor en nuestro corazón cultivemos la semilla de la fe y sus frutos nos alimentrán con el néctar del amor necesario, como para poder despertar a la imagen y semejanza de nuestro Padre Celestial.
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