Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Juan 21:23. Una correcta interpretación
En el ámbito cristiano algunos errores tienen una larga tradición. Quizá nos extrañe el hecho de que ya durante la vida del apóstol Juan algunas palabras del Señor Jesús fueran mal interpretadas. Al final del evangelio de Juan, leemos que Jesús había mandado a Pedro que le siguiera. Cuando éste vio que Juan venía detrás de ellos, le preguntó al Señor qué iba a acontecer con él. Entonces Jesús le dio una respuesta indirecta, la cual los discípulos interpretaron como que Juan no moriría hasta que el Señor volviera. ¿Fue esto lo que el Señor quiso decir? Por supuesto que no. Ellos entendieron las palabras de Jesús así; pero él había dicho algo diferente. La manera en que la Sagrada Escritura aclara esta equivocación es muy instructiva. Juan no se pone a explicar lo que Jesús había dicho sino que lo repite palabra por palabra. Para evitar una falsa interpretación de la Sagrada Escritura es necesario volver siempre al texto mismo. Cuando deseamos indagar y estudiar la Palabra, el Señor nos da el entendimiento necesario. Pero si nos atenemos a lo que los hombres han dicho o escrito sin comprobarlo, no debemos sorprendernos si aquí o allá la comprendemos mal. Por eso es importante seguir el ejemplo de los judíos de Berea, quienes escudriñaron las Escrituras para ver si lo que Pablo decía era cierto (Hechos 17:11).
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