¿Sabes cuál es uno de los signos más claros de la confianza en uno mismo? La amabilidad.
Hay que tener verdadera confianza y seguridad interior para ser amable.
La amabilidad deriva de la fortaleza.
Y contagia a su vez, esa fortaleza a los demás.
Ella expresa cosas que las palabras, solas, jamás podrían transmitir.
Los actos llevados a cabo con amabilidad generan resultados más efectivos, y más rápidamente de lo que habrían sido alcanzados sin ella.
La verdadera fortaleza que la amabilidad conlleva es realmente difícil de negar.
Si sientes la tentación de ser descortés, no olvides que optando por un enfoque semejante estás eligiendo librar una batalla complicada.
Todo el esfuerzo adicional que deberás poner en juego para evitar ser amable no te aportará, en última instancia, absolutamente nada.