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General: Escucha amado hermano (a) Parte 9. La Trinidad de Dios.
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De: Fidelidad a Jesùs  (Mensaje original) Enviado: 03/01/2010 20:01

Reflexiones sobre la Santísima Trinidad de Dios.

 

Una de las particularidades que une a la gran mayoría de los cristianos es la de reconocer a Dios como un ser trínito, es decir: creemos en un único Dios como el motivo de nuestra fe, pero que al mismo tiempo sabemos que son tres personas realmente distintas las que lo conforman, Padre Hijo y Espíritu Santo.

 

Este conocimiento que nos afirma lo anterior, el hombre cristiano lo ha hecho suyo por la enseñanza que ha recibido de su fe cristiana pero sin querer interesarse por conocer un poco más de lo que le ha sido enseñado a través de la religión tradicional de sus padres. Van pasando los años y seguimos viviendo en ese concepto, sin ponernos a reflexionar en él, ya que sentimos que debemos respetar esa tradición religiosa familiar sin querer conocer más de ello a travès del estudio, reflexiòn y meditaciòn en la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento.

 

Así las cosas, el hombre y la mujer pasan demasiado tiempo en esa situación de ignorancia, promovida muchas veces por algunos líderes o representantes religiosos al limitar el conocimiento de Dios únicamente a lo que ellos enseñan, y la verdad ese enseñar no promueve ir más allá de lo tradicional, es decir: de lo que también les ha sido enseñado al libre albedrío de los jerarcas religiosos, y por lo tanto, a su voluntad y conveniencia humana. Esto se ha dado porque el hombre, sin darse cabal cuenta de ello, a sido enseñado a llevar su fe o su religión de una manera cómoda que le permita llevar su vida sin muchos obstáculos, dejando fluir libremente su voluntad humana y no la voluntad de Dios.

 

Esta situación la vivimos la inmensa mayoría de los seres humanos muchísimo tiempo, y eso hace que sea demasiado difícil el darnos cuenta y aceptar, que vivimos en una situación de ignorancia y comodidad, respecto a las cosas de Dios por la forma en que hemos sido conducidos en nuestra fe, y esto nos ha llevado a desconocer más de la cuenta con respecto a la santísima trinidad de Dios, e inclusive muchos aceptan otros conceptos distintos que hacen tambalear su fe cristiana pero que podrían cancelarlos muy facilmente si empezaran por abrir su Biblia y después abrieran su mente hacia lo espiritual para que su libre albedrío sea convertido en la llave espiritual que les hará ser conducidos por el Espíritu Santo al discernimiento espiritual y no al razonamiento humano, para conocer el tiempo, el orden y propósito de Dios al habernos hecho a su imagen y semejanza.

 

Para adentrarnos en el conocimiento acerca de la Trinidad de Dios, deberemos estar bien atentos para discernir con la dirección del Espíritu Santo, la Palabra de Dios en su nivel espiritual, es decir: deberemos de meditar y reflexionar seria y profundamente en la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento para que su esencia espiritual sea en nosotros y discernir, que no a razonar, esa enseñanza, permitiendo que nuestra mente se abra a lo espiritual utilizando la llave del libre albedrío para hacerlo, dejando a un lado el razonamiento tradicional humano que nos obliga a pensar en la forma en que estamos acostumbrados o nos han acostumbrado, y por lo consiguiente a no encontrar lo que se encuentra velado a los ojos del hombre porque éste está sumido en normas, formas y métodos de humana sabiduría.

 

Debemos de permitir que se ilumine nuestra mirada interior para ser participados a través del Espíritu Santo del discernimiento espiritual bíblico a través de leer, estudiar y meditar profundamente la Palabra de Jesús para guardar y enseñar a cumplir sus mandatos fielmente como la voluntad de Dios, cultivando adecuadamente la semilla de la fe que Dios puso en todo ser humano para producir el Fruto del Espíritu al hacer nuestra su Palabra cuando dice:

"Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."

 (Juan cap. 8: vers. 31 y 32.)

 

Así, pues, si verdaderamente anhelamos recibir los dones y el Fruto del Espíritu, guardemos verdaderamente su Palabra siguiendo su enseñanza en su nivel espiritual y cambiemos nuestros pensamientos tradicionalmente materialistas, pues solo así iremos recibiendo gradualmente, a través del Espíritu de Verdad, el discernimiento necesario para entender las verdades espirituales bíblicas que seguirán estando veladas al conocimiento tradicional humano.

 

Así, pues, preparémonos a reflexionar en lo que el Espíritu Santo ha puesto en estas líneas, pidiéndole al Padre, en el Nombre de Jesús de Nazaret, poder discernir y entender quién es la Santísima Trinidad, y ver la imagen y semejanza que el hombre guarda con ella así como también la trinidad puesta en todas las cosas creadas por él.

 

Preguntémonos: ¿ En que condiciones de conocimiento espiritual nos encontramos con respecto a la Trinidad de Dios? Muchísima gente deberíamos de responder que indudablemente nos encontramos muy ignorantes, ya que en realidad no la entendemos ni comprendemos como debería de ser, puesto que lo que conocemos de ella es lo que hemos aprendido de acuerdo a tradiciones que nos han limitado en ese conocimiento, lo que ha traído como consecuencia, que muchos seamos perturbados por personas que al no tener una información más clara y natural de ello, nos quieran hacer caer en la tentación de sumarnos a quienes dudan o niegan la existencia de la Trinidad de Dios porque para ellos no es suficiente su aceptación por fe, ya que la sabiduría humana no puede concebir a una persona como si en él viviera una familia, es decir: el padre, la madre y el hijo, pues el humano razonamiento dice: En una familia el padre es el productor de la semilla de su especie y que siembra en el vientre fértil de su esposa, quien después de cumplir el ciclo de la gestación, da a luz al hijo, y estos hechos le dan a cada uno de los miembros de esa familia el ser único e individual, porque cada uno de ellos se formó en un tiempo y en un espacio particular, por lo tanto, ese razonamiento el hombre lo toma como cosa verdadera, y por lo consiguiente cree que también lo es en lo espiritual, porque piensa o cree que todas las cosas de este mundo material son reproducidas en el mundo espiritual, y he allí el error, porque la realidad, es que toda verdad es paralela del mundo espiritual al mundo material, puesto que todo tiene su origen en el mundo espiritual, ya que todo fue formado por Dios Espíritu cuando así lo dispuso.

Conociendo y tratando de entender lo anterior, podremos entrar al fundamento original bíblico, y comprender, conforme a ello, que todas las maravillas naturales, físicas y materiales de este mundo tienen su origen en el mundo espiritual de Dios, por lo que deberíamos tener mucho cuidado para no adaptar ese conocimiento a nuestra voluntad y conveniencia humana, sino por el contrario, aprovechar y utilizar los conocimientos de sabiduría humana para poder alcanzar el conocimiento espiritual que nos conduzca al amor, la paz, la tranquilidad, la felicidad, la salud mental y la prosperidad que todos en mayor o menor medida deseamos.

Así pues, si nos ponemos a estudiar y meditar en el Nuevo Testamento, veremos como la Trinidad de Dios es manifestada cuando la Palabra en el Evangelio de Mateo dice en el cap. 28: versículos 18 y 19.

"Todo poder se me ha dado en el Cielo y en la tierra, por eso vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado."

 

En 1Corintios. 12: 4-6 dice:

"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos."

 

En la segunda carta a los corintios cap. 2: versículos 13 y 14, dice:

"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes."

 

Y en la primera carta a los tesalonicenses cap. 5: versículo 23, dice:

"Guárdense enteramente sin mancha en todo su espíritu, su alma y su cuerpo."

 

¿Todo lo que la Palabra anterior nos está comunicando, nos está diciendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es la Trinidad manifiesta de Dios? ¿Que en todas las cosas también se manifiesta una trinidad? ¿Que el espíritu, alma y cuerpo humano forman un solo ser? ¿Que en todos los casos esas tres personalidades realmente distintas son iguales en eternidad, poder y sustancia?

 

Si nos adentramos en el conocimiento de sabiduría humana para conocer lo anterior, veremos que en el ser humano, en los diccionarios de la lengua española, dicen que: el cuerpo, el alma y el espíritu son las personalidades que lo conforman, y si los cristianos y no cristianos lo hemos aceptado, este conocimiento nos debería conducir a reconocer que el hombre desciende por origen de la Trinidad manifestada en Dios.

 

¿Cómo podríamos reconocer esto tomando como base el conocimiento de sabiduría humana? Para que esto sea posible, pidamos la conducción al Espíritu Santo para que él tome el control de todo lo que se ha puesto como ejemplo y seamos guiados a comprender aún mejor la relación de lo espiritual en el mundo material. Veamos, tomemos como punto de partida el H2O como base, a esta base la conocemos como agua, la cual podrá ser líquida, sólida, o vapor, son tres estados diferentes, más sin embargo los tres están compuestos de la misma base H2O, es decir, diferentes en su estado pero iguales en su origen.

 

Lo verdaderamente maravilloso, es que también aparte de esa diferencia en su estado, la función en cada uno de ellos es también diferente, pues el agua líquida sirve mas que nada para satisfacer una necesidad primordial en los seres vivos, el agua sólida sirve para conservar en buen estado muchos elementos para la vida humana, y el vapor, sirve para proporcionar poderosa energía, incluyendo la producción de la energía atómica, para diversas necesidades del hombre.

 

Veamos otro ejemplo: En el ámbito del conocimiento popular en lo humano y espiritual, sabemos que nuestro ser está formado por tres personalidades distintas; a saber: el yo cuerpo, el yo alma y el yo espíritu, y que esas tres personalidades forman nuestro ser humano, y lo que le da la esencia, la sustancia y el tiempo en lo humano y en lo espiritual, es la unificación correcta de esas tres personalidades. Asì que deberìamos de ir más allá de nuestras apreciaciones tradicionales para saber y entender, que cada una de estas personalidades tiene una función específica y exacta para que nuestro ser humano pueda desarrollarse en la forma adecuada y pueda ser cumplido el orden y el propósito de Dios en nosotros.

 

Ahora ya tenemos un fundamento natural acerca de la Santísima Trinidad de Dios que nos proporciona la certeza y la convicción de la verdad espiritual que en ella se encierra para no dudar ni descalificarla, ya que quienes se atreven a hacerlo, se basan en estudios de profesionales de las letras o conocedor de hechos históricos; en hombres y mujeres con un vasto conocimiento en lo histórico, religioso o en lo físico, pero con poco menos que nada del discernimiento espiritual que mana de la fe de Dios en Nuestro Señor Jesucristo.

 

Ahora ya tenemos cierta información de dónde tiene su origen cualquier cosa, hecho o situación natural, y que ese lugar, ese origen se encuentra en el mundo espiritual, y que por el discernimiento recibido del Espíritu Santo a travès de estas lìneas tenemos la visión espiritual de la Santísima Trinidad de Dios, y si aceptamos la trinidad en los ejemplos anteriores, incluyendo la del hombre, tenemos, por lógica espiritual (Rhema) e inclusive por lógica humana, que aceptar la Santísima Trinidad de Dios a través de la revelación espiritual recibida.

 

Para reafirmar el gran misterio de la Santísima Trinidad de Dios, tomemos como ejemplo el paralelo que las empresas, e inclusive, las funciones políticas del hombre guardan con ella.

 

El poder de Toda empresa deberá ser trínito, y esa condición es la que les da el sentido correcto a las mismas, es decir, Dirección, Ejecución y Control; Las empresas que no cuenten con el poder de esas tres personalidades o divisiones, o no cumplan cabalmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.

El poder del Gobierno natural de las naciones deberá de ser trínito, ya que esa condición es la que les da sentido a las mismas, es decir, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, y Poder Judicial, ( o sus equivalentes). Las naciones que no cuenten con esos poderes o personalidades, o no cumplan fielmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.

 

El poder de Dios es trínito, y ese Poder es el que le debe de dar el sentido a la fe cristiana, Poder del Padre, Poder del Hijo, y Poder del Espíritu Santo. Las denominaciones y congregaciones cristianas que no den la importancia debida al Poder de esas tres Personalidades o no cumplan cabalmente con sus estatutos revelados a través del Nuevo Testamento, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.

 

El ser humano creyente de Jesús que no deje regir su vida por el Poder de la Santísima Trinidad y no cumpla fielmente con los estatutos plasmados en su Palabra en el Nuevo Testamento, jamás será prosperado en la forma correcta. Dios dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra Imagen y Semejanza”

(Génesis 1:26.)

Por lo tanto podría decirse que el hombre es reflejo de Dios, es decir: Dios en el Padre, hombre en el cuerpo; Dios en el Hijo, hombre en el alma; Dios en el Espíritu Santo, hombre en el espíritu.



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De: China Rockers Enviado: 12/01/2010 04:37
 
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