Tema al Señor, no al hombre
Digan ahora los que temen a jehova, que para siempre es su misericordia. Desde la angustia invoqué a Jehová y me respondió jehová, poniéndome en lugar espacioso. Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Salmo 118:4-6
En el primer verso de este pasaje, cuando el salmista dice: Digan ahora los que temen a Jehová que para siempre es su misericordia... Que está diciendo ? Está adorando a Dios por algunos de sus atributos, (su misericordia y su bondad)
Nuestra fe aumenta cuando meditamos y hablamos sobre los grandes atributos de Dios.
En el siguiente verso dice que en su angustia invocó al Señor, pero note que sólo después de haber adorado y alabado al Señor por sus verdaderos atributos, clamó a El exponiéndole su angustiosa situación.
Finalmente en el tercer verso el salmista declara: Jehová está conmigo; no temeré. ¿ Por que debemos temer ? si el Dios Todopoderoso está por mí, y lo está, entonces ¿ que puede hacerme un simple hombre ?.
Definitivamente necesitamos darnos cuenta de cuan grande es Dios y cuán pequeños son nuestros enemigos cuando los comparamos con El.
La Biblia dice que no debemos temer al hombre, pero que temamos al Señor con reverencia y adoración. Cuando rehusamos temer al hombre, y a la vez tememos al Señor con reverencia y adoración. Dios se mueve a nuestro favor, y nada de lo que el hombre trate de hacer podrá causarnos un daño permanente. Ellos pueden venir contra nosotros por un camino, pero por siete caminos tendrán que huir de delante de nosotros Dt 28.7
Por un tiempo puede parecer que alguién está sacando ventaja de nosotros. Pero si mantenemos nuestros ojos fijos en Dios y continuamos adorándolo, manteniendo nuestra línea de comunicación con su Palabra, al final Dios nos remcompensará y traerá justicia, porque El Es el Dios de Justicia. El ama la justicia y aborrece la injusticia.
Nuestro problema se prolonga cuando tratamos de hacer que la gente nos dé lo que pensamos que debe. No debemos hacer eso. En cambio, debemos esperar en el Señor, y dejar que Él Nos dé lo que considera que debemos tener. Dios es nuestro Defensor. No podemos defendernos a nosotros mismos, y de hecho, las situaciones empeoran cuando lo hacemos.
Parece preocuparnos mucho que alguien pueda tomar ventaja sobre nosotros. Debemos dejar de cuidarnos a nosotros mismos y permitir al señor que lo haga. Si ponemos nuestra mirada en Dios, nadie va a tomar ventaja de nosotros, al menos no por mucho tiempo. Dios tiene miles de maneras para darnos sus bendiciones. Cuando una puerta se cierra. Él abre otra. Si no hay mas puertas, Él hace una. Por eso es que nuestra posición debe ser: " Si Dios es por mí ¿ Quién puede estar contra mi ?
Fuente: La Batalla es del Señor
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