Una mano que se extiende,
una persona que te comprende,
una palabra dicha a tiempo,
un silencio que se necesita o
una conversación que es continua.
Es un espacio lleno,
una mirada que te conoce,
una semilla que germina,
un camino que recorres junto a alguien.
La amistad no tiene precio,
es demasiado valiosa para ser remunerada.
Es un alma que se conecta con otra alma,
hace la vida más divertida y placentera.
Es una relación libre, de mutuo acuerdo y de hermandad.
Autora: Brendaliz Avilés