MI FERVIENTE PLEGARIA
Oh Padre Celestial, sabes que nunca pido, pues me sé complacido con lo que Tú me das, mas hoy vengo a pedirte, por lo que está en olvido, hoy vengo a suplicarte, nos concedas la paz.
El mundo se debate, en odios y en rencor, el hombre mata al hombre, por cosas materiales; se agigantan los odios y se mata al amor, cambiamos los abrazos, por ataques mortales.
Por la ambición del hombre, morimos en la guerra y en esas guerras mueren, quienes no las provocan; muertos y mutilados, ensombrecen la tierra y por doquier se escuchan, los gritos que te invocan.
No permitas Señor, que se maten más hijos, ni que lloren más madres, esperando sus restos. No permitas Señor, muertos en amasijos, muertos apilonados, cuerpos ya descompuestos.
Erradica oh Señor, el terror sin fronteras. Extermina Jesús la ambición de los hombres. Que se pierdan del mundo, del odio las banderas y que ya se terminen esas tumbas sin nombres...
Son tumbas solitarias, donde yacen esposos, y donde se confunfen los niños y sus padres, son tumbas olvidadas, donde nadie amoroso colocará una flor, ni llorará una madre.
¡Oh Señor de los cielos! ¡Oh Señor de la tierra! Ilumina la mente, de los hombres que ordenan, para que cese el odio y termine la guerra y desistan los "jueces" que juzgan y condenan...
Oh Padre Celestial, dáles sabiduría, dáles inteligencia y dáles comprensión, bríndales tus consejos, dáles asesoría ¡Y muéstrales la senda del amor y el perdón!
Autor: Jorge ( Entedelmilenio )
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