Cristo
“...¿Eres tú el Cristo?, si os lo dijere no me creeréis...ni me soltaréis...” Mateo 22:67-"
Una de las cosas que Satanás, más se ha interesado en impedir, es que el Señor actúe y por supuesto que los hombres no crean en El, como Hijo de Dios. Todo lo que él pueda hacer para tratar de desacreditar a Dios, desilusionando al hombre, frustrándolo, lo va a hacer. Satanás ha sembrado muy bien la incredulidad y más aún, ha hecho tambalear muchas veces, nuestra endeble fe. Por esta razón el cristiano necesita alimentarse diariamente de la Palabra de Dios, y estar en comunión con El en oración, para no darle ocasión a nuestro adversario el diablo.
Satanás “vino para hurtar, matar y destruir...” dice la Biblia en San Juan 10:10, pero no se queda allí sino que continúa diciendo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Satanás no lucha tratando de destruir la idea de Dios, porque sabe que no lo conseguirá, pero utilizará todos los sutìles medios y artimañas para desviarnos de El, y muchas veces lo hará, utilizando un elemento confuso para el ser humano, pero muy valioso para él, como la religiosidad. Lleva al hombre a las iglesias y a las religiones de cualquier tipo, para mantenerles “religiosamente ocupados”. Por otro lado, les da a probar los placeres de este mundo que satisfacen sólo los deseos y las ambiciones de la carne, para distraer la atención del hombre en su búsqueda de Dios. Estas ambiciones y deseos, aunque duran por un momento, traen solo la ansiedad, y los problemas lógicos de vivir lejos de Dios. Por eso el Señor les dice: “si os lo dijere no me creeréis, ni me soltaréis”.
¿Quién mejor que el ser humano conoce el problema de la insatisfacción?, y a pesar de que el Señor sigue gritando a los cuatro vientos: ¡Yo soy el Cristo, yo he muerto por ti, confía en mí!. El hombre continúa atado por Satanás, creyendo en el poder transitorio que puede otorgarle su status, social, político o económico, que su vida espiritual está bien, con el sólo hecho de estar asistiendo a una determinada iglesia, de orar de vez en cuando a Dios y quizás también de ofrendar a Dios.
¡No!, si creemos que El es el Cristo, entonces debemos creer en sus promesas y debemos darle libertad para que El viva en nuestras vidas como El quiere.
¡Señor ayúdame para que Cristo viva en mí haciendo Su Voluntad!.
Gracias a la hermana Silvia por el fondo
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