“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Colosenses 3:23
Este versículo nos ensena que debemos trabajar para Dios y no para las personas. No hay ningún trabajo pequeño e insignificante cuando se tiene la motivación y la perspectiva correcta. Debemos pensar que lo que hacemos lo hacemos para Dios. Hay dos características que muestran que lo que hago lo estoy haciendo para Dios:
1. Excelencia – eso significa que hare lo mejor en la tarea que hago debido a que no estoy esperando la aprobación de nadie sino la de Dios.
2. Entusiasmo - Hago mi trabajo con entusiasmo. Trabajo para Dios, por lo tanto, lo hago con una actitud alegre. "Nunca soy flojo sino que trabajo duro sirviendo al Señor con entusiasmo." “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” Romanos 12:11
Cuando trabaja con todo su corazón, motivado por el amor de Dios su empleo se transformara en un acto de adoración para Él.
Bendiciones
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