TU PUEDES CAMBIARLO TODO
"Dulce será mi meditación en él; yo me regocijaré en el Señor".
Salmo 104:34
En una oportunidad se le asignó a un escritor tres temas diferentes para presentar ese mismo día. En un momento sintió pánico. No sabía cómo empezar porque eran temas bastante complicados y debía hacerlos a máquina para ese mismo día. En ese momento decidió orar.
Se aquietó por un rato dejando que su mente se elevara hacia Dios en oración y, durante ese período, las ideas comenzaron a fluir y logró hacer los trabajos asignados con verdadera maestría.
Lamentablemente, nosotros hemos dejado de lado la oración. Creemos que debemos estar constantemente en actividad, que esa es la manera de redimir el tiempo, pero deberíamos aprender a meditar y orar.
Sin embargo, debemos ser sabios. No podemos ir al trabajo y ponernos frente al escritorio, frente a la computadora, o ante lo que tengamos que hacer, y tomar una postura de concentración y orar. Eso sería ridículo. Pero lo que sí deberíamos hacer es, tan pronto como nos levantamos, ponernos a pensar y a meditar en oración para saber cómo hacer el trabajo, cómo resolver los problemas y llevar a cabo los proyectos.
También deberíamos incluir, en esa oración, el nombre de las personas con quienes trabajamos todos los días y que, realmente, nos causan problemas.
Porque la oración cambia las cosas.
Jesús dijo: todo lo que en oración pidiereis creyendo, lo recibiréis.
Que sea de bendicion, Graciela