Me he dado cuenta últimamente de la cantidad de problemas que hay en la sociedad en general y todo lo que ello acarrea, las principales preocupaciones y problemas
de las personas.
Drogas, alcohol, jóvenes perdiendo el tiempo, padres
enojados constantemente con sus hijos reprochándoles que no estudian o
“son” lo que a ellos les gustaría que fuesen, y todo se debe a un gran
problema de FALTA DE PERDON.
Cristo murió en la cruz por nosotros, para perdonarnos de TODOS nuestros pecados, y uno de ellos es la falta de perdón.
En el libro de Mateo cuando Jesús enseña sobre la oración, dice “porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonara a vosotros vuestro
Padre Celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre perdonara vuestras ofensas”
No solo que Jesús murió en la cruz para perdón de nuestros pecados,
sino que hay un paso más que requiere alcanzar el perdón de Dios y es perdonar a los demás.
A mi me solía pasar que cuando me enojaba con alguna persona, me
ponía muy mal, me lastimaba, me hería y podía estar rencorosa por mucho
tiempo con esa persona hasta que viniera a pedirme perdón.
Pero entendí
algo clave, y es que hay que dar sin esperar recibir nada a cambio y que
no todo pasa por las demás personas, porque si algo nos afecta pasa por
nosotros; entonces yo me digo a mi misma “mejor perdona aunque no te
pidan perdón, para que no tengas que vivir con esa carga por el tiempo
que sea”.
A veces pasa que la otra persona nos lastimo con algo, pero no fue su intención o no se dio cuenta, o tiene muchos problemas
uno no lo sabe, pero ¿seria justo juzgar a esa persona con el enojo y
no perdonarlo por algo que a lo mejor no se da cuenta? Queridos amigos
les digo que cuando no perdonamos por nuestra propia cuenta, quedamos
atados a eso y se crea un prejuicio con esa persona, una amargura y una
carga que muchas veces no sabemos de donde viene, y la raíz es la falta
de perdón hacia los demás ¿Quién no va a querer ser libre de esos
sentimientos?
Recuerden, no solo que Jesús murió por nosotros sino que también
nosotros debemos perdonar a los demás para alcanzar el perdón, ser
misericordiosos, no juzgar, y así vamos
a tener paz, esa paz de la verdadera libertad del perdón, esa paz “que
sobrepasa todo entendimiento” de la que tanto nos habla la Biblia.
Muchas veces cuesta, sobre todo cuando nos han hecho mucho daño y se
los digo por propia experiencia, pero vale la pena hacerlo así nos
desatamos de una buena vez de esos sentimientos y cerramos esas heridas.
DIOS TE BENDIGA
TE AMO
SILVYNA